—Jin, estamos en la escuela. —Sowon no podía dejar de reír.

—Ay, como si los maestros no hicieran cosas peores en sus oficinas. —Se defendió con toda la razón.

Sowon aún era penosa al abrazar a Jin, incluso cuando estaban a solas. Simplemente porque se ponía nerviosa por su belleza sin igual, y no era ningún secreto que Jin lograba poner nerviosos hasta a los hombres.

Ambos se encontraban en el último piso del primer edificio, ella sentada entre sus piernas mientras él la abrazaba, todo detrás de una barrera de protección. No podían verlos, se necesitaba caminar hasta donde estaban, y nadie subía ahí menos si tenían que subir casi 40 escaleras hasta arriba. Un sitio olvidado, un punto de encuentro para ambos.

— ¿Puedo preguntarte algo, wonie? —La voz de Jin sorprendió a la menor.

—Depende, —se acomodó en su pecho buscando comodidad— si vamos a discutir por ello, no.

—Es solo una duda. —Jin suspiró, no quería iniciar una discusión, pero tampoco quería dudar de ella— Tú... ¿estas saliendo con alguien más?

—Que idiota, claro que no.

—Es que yo...

—Solo es trabajo, —lo interrumpió, quería sacarle eso de la cabeza— lo que viste solo es trabajo y nada más.

— ¿Trabajas saliendo a citas? —El enojo de Jin estaba desbordándose.

Jin se levantó. Ahora si la regaste, el subconsciente de Sowon se activó para reprenderla. Se sentía a orillada al vacío, no quería caer en el error de decirle de una forma que sonara mal, no quería tener una mala imagen ante quien la amó sin ver lo superficial.

—Soy una "mean girl", —soltó, casi gritando— como una hada madrina para las chicas con corazones rotos y una maldita para los rompecorazones.

— ¿Qué? —Jin la observó confundido.

—Es una especie de trabajo, lo hago porque no quiero que aquellos chicos que juegan con los demás se queden con todo. Cobro venganza y hago que sientan lo que sus exnovias sintieron.

— ¿Eres una "mean girl"? —La mente de Jin trataba de procesar todo. No era algo fácil de entender.

—Sé que es confuso, pero nunca me he enamorado de alguno de ellos porque me recuerdan a Eun Woo y siento asco. —Confesó.

—Está bien, —se inclinó frente a ella sonriendo con ternura— juro que no volveré a preguntar. Sé que no puedes hacer nada para lastimarme, y yo tampoco lo haré.

— ¿Crees que soy una puta? —Sus ojos estaban cristalizados.

—No, amor, nadie piensa eso. —La abrazó— Eres una heroína para muchas y una princesa para mí, sabía que no ocultabas nuestra relación por algo egoísta, lamento molestarme contigo, no volverá a pasar.

—Más te vale. —Sowon bufó dándole un leve golpe— Quiero plátano.

— ¿Te traigo uno de la tienda? No sé si tengan frutas, creo que vi que Yoongi traía uno consigo. —Se levantó— No tardo.

—De ese no. —Parpadeó varias veces.

—Wonie, no, —Jin entendió dicha referencia— estamos en la escuela.

—Como si lo maestros no hicieran cosas peores en sus oficinas. —Repitió las palabras antes dichas por Jin.

— ¿Aquí o en las escaleras? —Se rindió ante la sonrisa de Sowon.

—Escaleras. —Corrió a las escaleras.

Nadie subía a ese piso, así que, otra vez iban a hacer algo indebido en la escuela. Las ansias de Sowon hicieron que casi arrastrara a Jin hasta la puerta de las escaleras.

Ambos entraron a las escaleras, el descanso de concreto era perfecto, así que en pocos segundos Sowon ya estaba arrancándole gemidos y jadeos al mayor. Su boca y mano izquierda hacían un gran trabajo, ni siquiera le importaba que sus rodillas se rasparan casi sangrando.

El semen goteaba de su boca, dándole una imagen tan erótica a Jin que lo hizo suspirar. No dejaré a esta mujer, se repitió en su cabeza. Y era cierto, no lo haría. Por ahora.