Jessie movía sus caderas por el pasillo como pasarela. Una de las chicas favoritas de las pesadas, más que nada por ayudarlas en lo que haga falta fuera de su continente. Si un chico intentaba demandarlas, ya sea a su nombre o a la cuenta oficial ella se las arreglaba para hacer un trato o denegar la demanda. Era como su hada madrina, hacía posible lo imposible.

Aunque era su heroína y todo, no conocía a las "mean girls" en persona, y eso le aterraba un poco. Solo se hablaban por mensajes y llamadas, jamás se habían visto en persona, razón por la cual ahora era estudiante de intercambio en IUSK, la universidad en la que cursaban.

— ¿Te comiste un cerdo? —Un comentario llegó a sus oídos.

Jessie era una chica pelirroja, pecas en sus mejillas y puente de la nariz, ojos verdes con miel, curvas marcadas y anteojos redondos. Era linda, tenía un trasero bonito y redondo que hacía par con sus pechos pronunciados. Cuerpo ideal en Estados Unidos, gorda en Corea.

— ¿Se te perdió la báscula? —Ahí estaba otro de los numeritos que le decían con frecuencia.

Sus oídos ignoraban los comentarios que las chicas coreanas hacían de su cuerpo. Siendo sincera, estaba cansada de defenderse, solo dejaba que siguieran hablando lo que quisieran.

A distancia percibió un grupito abriéndose camino entre el resto. Lucían populares y arrogantes, pero no era así. Deben ser ellas, pensó acomodando sus gafas.

— ¡Quítate del camino, cerda! —Una chica la empujó tirándola al piso.

— ¿Qué carajo te pasa? —Otra intervino- No deberías tratarla así.

La chica que la defendía era Kanhi. Confuso pero cierto. Jessie se levantó del piso sacudiendo su uniforme, ¿todos aquí actúan como animales salvajes de África?, se preguntó molesta. Hizo una reverencia agradeciéndole a la chica.

—Gracias. —Jessie sonrió.

— ¿En dónde te las hiciste? Se ven muy bien, yo pienso hacerme unas. —Kanhi señaló sus pechos sin vergüenza alguna.

—Son naturales. —Aclaró Jessie confundida.

—Oh, perdona. —Asintió.

El grupo que veía a lo lejos ahora estaba frente a ella. Sonrió tímida señalando la placa de su uniforme que mostraba "Jessie Myoung". Eun Bi asintió sonriente.

—¿Es ella? —Preguntó Yerin contenta.

—Perfecto, ¿van a dejar que ella sea una pesada con ese aspecto? —Kanhi no temía a que la mencionada se ofendiera, a pesar que lo logró.

—Soy Jessie Myoung, es un gusto volver a verte, Eun Bi-ssi. —Sonrió mostrando su encanto, Jessie era muy linda.

—Kanhi, ¿podrías dejarnos solas? Todavía no tienes derecho de estar con nosotras por lo que hiciste. —Ordenó Eun Bi molesta.

La pelipúrpura se alejó luego de encoger sus hombros restándole importancia a lo que había hecho. Jessie se unió a la caminata de las pesadas por los pasillos. Recibía miradas de desaprobación, como si fueran jueces, juzgando e insultando en murmullos a la pelirroja.

Cada una del grupo era consciente de lo que decían, así como las comparaciones que formaban entre ellas y Jessie, la nueva.

—Debe ser todo un reto para ti aguantar toda esta basura. —Susurró Eunha.

—Estoy acostumbrada. —Asintió Jessi.

—Ellas deben estar celosas de ti, -Sowon rió modesta— tienes más que todas ellas juntas.

—Un punto a tu favor. —Yerin abrazó a Jessie— Me gustan tus pompis.