Capítulo 2

|| No me maten... Plis. ~ </3 ||

Hace apenas ayer le había aceptado una cita a Haru, vaya chico, se le nota cuán entusiasmado esta por salir conmigo. Aunque en realidad sólo saldremos a tomar un café y a platicar, quizás me acompañe a otros lugares que queramos visitar juntos, es un chico muy amigable.
No recuerdo exactamente a que hora iba a pasar por mí, basado en eso, estaba echaba sobre mi cama contemplando el techo mientras contaba los segundos, tan eternos segundos que incluso se me había olvidado que tenía que salir con Haru. Estire mi mano, como si quisiera tomar algo que estaba frente mío, hasta que...

– ¡Mitsuki, hija, te buscan! – Mi madre grito desde el piso de abajo. Eso me saco de un profundo pensamiento. – ¡Ya voy! – Respondí.

Con tanta pereza, me alce sobre mis codos y me levante de la cama, aun seguía en pijama, una cálida pijama de tiernos gatos animados. La causa de la que mi madre me llame infantil.
Baje las escaleras, con largos pasos perezosos, pisaba el piso descalza y a cada frío paso sentía un feo escalofríos, maldecí varias veces hasta que al fin llegue a la entrada de mi casa, el corazón se me detuvo cuando vi a Haru, debo admitir que se veía atractivo sin esa ropa escolar, lo admire por varios segundos hasta que mi madre me dio un golpe en la cabeza y reaccione.

– ¡Hey, tonta reacciona! Mírate, el joven bien vestido para invitarte a salir y tú pareces una vagabunda ridícula. Vamos, muévete. – Me dio varios empujones hasta acercarme a las escaleras, mire a Haru apenada y él me regaló una hermosa sonrisa. – Aquí te espero, Mitsuki. ~ – Informo sonriente.

Una vez escuche eso, corrí como alma que suelta el diablo hasta mi habitación, por dios, ¿como no pude arreglarme desde un principio? Maldita sea, soy demasiado descuidada y olvidadiza. Tenía que lucir linda, no quería que se llevará esa mala impresión de chica desordenada, aunque, todos saben como soy.
Abrí mi armario y tome con velocidad una falda lisa de color negro y una blusa ajustada, agradecí que tenía un pelo liso y fácil de peinar. Lo cepille con cuidado y simplemente me coloque un adorno de flores pequeñas como si fuese una corona. Tome unas zapatillas tipo botín de tacón levemente alto y pase un suave color rosa por mis labios, algo apenas notable, no me gusta destacar demasiado mis labios ni nada de mi rostro. 

Finalmente estaba lista, tome un pequeño bolso y baje las escaleras de mi casa hasta la puerta, aun así, Haru estaba centímetros más alto que yo, gruñí un poco y me despedí de mi madre, segundos antes de salir de mi casa y cerrar la puerta.

– Te ves muy linda y tierna. – Comento Haru, con una enorme sonrisa en su rostro. Caminaba tranquilo a mi lado, sujetando mi mano.

– No me veo tierna, no digas esas cosas. Tonto. – Hable sonrojada y un poco avergonzada, no me gustaba que me llamarán linda o tierna, esas palabras que halagaban a mí me avergonzaban. Realmente no esperaba verme así, sino como cualquier otra chica que sale con un chico. – Para ser una cita en una cafetería voy demasiado arreglada. – Comente.

– No exageres, también pienso llevarte a otros lugares, a un parque de diversiones o quizás también al cine. – Respondió Haru riendo, pockeando mi mejilla con suavidad.

– Uhm... Haru...~ – Infle mis mejillas y presione ligeramente la mano de Haru, provocando que dejase mi mejilla en paz en intentara que no aplastará su mano.

– Espera, espera, me duele la mano, déjala... – Lloriqueo.

– No. Discúlpate por pockear mi mejilla.

– ¡Perdón! Ya... Me duele... ~

Reí un poco, e inmediatamente solté su mano, había olvidado que soy un Ghoul, espero no haber ejercido tanta fuerza como para casi destrozarle la mano.

Finalmemente habíamos llegado a la cafetería a la que me invito Haru, Anteiku. Conozco muy bien este lugar, más sin embargo, nunca me he decidido entrar. Y no es que sea por miedo, realmente prefiero no relacionarme con gente de aquí, sólo sé que son Ghoul's pasivos. Y yo soy una glotona y violenta. Nada que ver.

El azabache halo ligeramente de mi mano y entramos a la cafetería, entre con una linda sonrisa de inocente, mirando a todos los presentes mientras Haru buscaba alguna mesa disponible para los dos.
Una vez esto último encontrado, ambos caminamos tranquilamente a la mesa, tomando asiento uno frente al otro, esta mesa me encantaba, podía ver tras la enorme ventana el hermoso paisaje que había afuera. Todo estaba demasiado tranquilo, una tarde cálida y bella.

Unos segundos después se nos acercó un joven alto y de cabellos negros cortos, traía un parche y tuve la sensación que se trataba de "El parche" quizás estaba equivocada pero nunca es malo pensar.

Por sus rasgos, se veía muy débil y tierno.

– Hola... ¿Puedo tomar su orden? – Pregunto con timidez, notándolo nervioso al hablar.

– Esto... Yo sólo pediré un café, es todo. Oh... ¿Y tú Haru?

– Ehm... Yo pediré un capuchino y un sándwich.

– Eh... En un momento se los traigo... Con permiso... – Hizo un leve reverencia y se marchó.

– Es como tú, pero él es mucho más tímido.

– Uhm... Claro, pero  tampoco soy tan tímido.

– Me dijo Yuuki que querías invitarme a salir desde hace meses y no te atrevías a hacerlo por la timidez.

– A-Ah... Claro que no. Agh.. Me pregunto... ¿Por qué llevara un parche en su ojo?

– ¿Accidente? – Me encogí de hombros.

– Quizas...

Unos minutos después llego aquel mismo joven de cabellos negros con lo que habíamos pedido, dejo con cuidado las bebidas y el sándwich de Haru. Le sonríe y él se marchó con una linda sonrisa. Realmente es un chico muy tímido, incluso para hacer su trabajo le cuesta hablar con la gente, bueno, todos en la vida llegan a ser tímidos, por lo menos alguna vez en su vida.
Una vez se alejó de nuestra mesa empece a tomar pequeños sorbos del café, Haru y yo nos la volvimos a pasar hablando, comentando lo que pensábamos sobre algunos compañeros de clases, sobre los profesores etc. No había visto a Yuuki todo el día, ni siquiera me había llamado, recuerdo que me había comentado que saldría con su madre por una cosas, me hubiera gustado que ella estuviese con nostros, me sentía nerviosa al estar con un chico, y aunque no estábamos solos, me avergonzaba un poco, Haru me ha contado tantas cosas, él a veces quisiera que no sólo fuéramos "amigos"

Con tanta charla, el tiempo se nos fue, casi no hicimos nada más sólo reír como un par de idiotas y comer. Haru llamo al joven que nos atendió y le pregunto lo que le debíamos por lo que pedimos, sacó unos cálculos y dijo la cantidad, sin presentar quejas ni reclamaciones le pago, no había sido tanto lo que pedimos, yo sólo café y él su comida.
Tome mi pequeña bolsa y me acerque al mesero, con una sonrisa le pregunte...

– Oye, ¿cuál es tu nombre?

– E-Eh... Ka-Kaneki...

– Te me haces familiar... – entorne los ojos, mirándolo fijamente, sabía que en alguna parte lo había visto... Pero no sé donde. 

– A-Ah... ¿En serio...? Yo...

– ¡Mitsuki! Pareces una acosadora... – Se rió Haru.

– Ahh...~ Perdon, Kaneki. Es que tu rostro era muy familiar... Quizás me confundí. Bueno, hasta luego.~ – Me despedí sonriente, y salí del lugar junto a Haru.

– Pobre chico, lo pusiste bien nervioso.

– Sí... Es que era muy familiar a alguien que una vez vi...

– Bueno... Olvidemos eso, tengo que ir a dejarte en tu casa.

Sabía que yo he visto ese rostro antes, esos mismo oscuros ojos, sin embargo no logró  saber quien es. Quizás... Sólo fue una simple confusión, dudo que sea ese Ghoul...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top