Capítulo 39: "Momento de telenovela"
♥(͡° ͜ʖ ͡°) 39. "Momento de telenovela" (͡° ͜ʖ ͡°)♥
«No te dejaré sola en ningún momento. Lo prometo»
«No hagas promesas que no podrás cumplir»
«No te dejaré sola, Amelí»
¿Cómo cambió tanto?
Antes no era así.
Cuando salíamos fue muy atento conmigo y me preguntaba seguido cómo estaba. Si algo me incomodaba nos íbamos de ahí o lo dejábamos en segundos. Siempre veló porque estuviera tranquila y feliz.
Bueno, casi siempre.
¿Pero que pase de eso a que me invite al aniversario de su nueva novia?
Si yo estoy así de incómoda no imagino cómo debe de estar... ella.
Algo no anda bien.
Así no es Max.
¿Cierto?
—Frank, ¿puedes ayudarme a traer los platos? —Max ya está de pie.
Miro al conde y le pongo mi cara de cachorrito para que no se vaya, pero no le hace efecto, lo cual no me sorprende, y se marcha sin mirar atrás.
Y yo que creí que ya nos estábamos llevando bien. Traidor.
Exhalo con pesadez y me concentro en acariciar mi pancita.
Vamos, bebé, dame una excusa para irme de aquí. Pero nada que sea peligroso... ¿Sabes qué? Mejor descansa, ya me las apañaré.
—¿No crees que te estás entrometiendo demasiado?
¿Bebé? ¿A poco ya sabes hablar?
Levanto la mirada ya que es difícil negar que es ella quien ha hablado cuando puedo notar cómo me mira fijamente.
—¿Me hablas a mí? —Me señalo.
Bufa, sin pizca de humor. Está enojada y puedo suponer la razón. Aunque no comprendo por qué me mete a mí en su lista de personas a quien reclamarle.
—Sé lo que intentas y desde ya te digo que no lo conseguirás. Así vengas con tu enorme panza y el posible hijo de Max, te hará falta más que eso para separarnos —me advierte.
Han ocurridos dos cosas interesantes en estos últimos segundos. Se le cayó su disfraz de chica buena y se puso su disfraz de chica psicópata. ¿O tal vez no es un disfraz?
No importa, porque de que está loca es un hecho. Y no un loca divertido, aunque admito que me entretiene escuchar sus desatadas teorías conspiranoicas.
Pero vamos, ya me han amenazado tantas veces que el que lo hagan de nuevo resulta... hilarante. Es que todas usan las mismas frases y el mismo tono de voz. ¿Será que toman las mismas clases con el mismo profesor?
—Jane, un consejo. —La miro fijo—. Deberías audicionar para alguna película, estoy segura de que te darán el papel.
El papel de loca.
—Disculpen la demora. —Max aparece con un plato en cada mano—. Tuvimos algunos contratiempos sirviendo.
El conde también llega con dos platos y coloca uno frente a mí.
—Gracias —le digo bajito una vez se sienta.
—Disculpen —dice Jane con voz rota y se levanta para luego marcharse.
¿Ahora qué pulga le picó?
—¿De qué hablaron? —Max me pregunta.
—Bueno... —Me lo pienso—. ¿Del clima? —Enarco una ceja ya que ni yo me creo tan boba excusa.
—Ya vuelvo, pueden ir comiendo. —También se marcha.
Miro en la dirección por donde desapareció y me encojo de hombros.
Al menos aún conserva algo de aquel Max preocupado por el bienestar de su novia.
Sí... qué bueno.
Parpadeo varias veces al notar un par de manos sobre mi plato. Miro al conde y vuelvo a ver sus manos, las cuales andan en la ardua tarea de trozar la carne y los vegetales.
—Gracias —musito.
—No te enfoques en ellos.
—Lo sé, no debería...
—Enfócate en mí.
—¿Ah? —Lo miro.
—Enfócate en comer.
—Juraría que dijo otra cosa. —Entorno los ojos.
—¿Te lavaste los oídos cuando te bañaste?
—No, ando acumulando cera para hacerme una vela —ironizo.
—¿Abrirás una tienda de velas?
—Sí, será mi nuevo emprendimiento. —Sonrío, emocionada por la idea de crear velas de cera de mis oídos.
Demonios, no de nuevo.
Empujo la silla hacia atrás y me levanto.
—Debo hacer pis —le aclaro al conde ya que se me ha quedado viendo.
—Te acompaño. —También se levanta.
—¿Por qué me acompañaría? —Frunzo el ceño, consternada con su propuesta.
—Podría ser peligroso —asegura.
—A menos que su baño sea una fosa dudo que lo sea. —Empujo la silla de vuelta a su sitio—. Ya vuelvo.
Pero el terco igual me sigue.
—Bien, pero solo hasta la puerta —le aclaro y adelanto el paso, que no me apetece tener una conversación cuando ando cargando varios mililitros de pis.
Unos pasos después, freno.
—A la derecha —me indica el conde.
Asiento y giro a la derecha.
—La primera puerta de la izquierda.
La abro y aprecio su bonito baño.
—Gracias. —Lo miro—. Puedo seguir por mi cuenta desde aquí.
—¿Segura?
—Que yo lo haya ayudado a ir al baño no significa que tenga que ayudarme de vuelta —explico.
Asiente, pero no se mueve.
Con el índice y el dedo medio apunto mis ojos y luego a él en forma de advertencia, y procedo a entrar al baño que la pis está por salir de mi ser.
Suspiro en satisfacción por las dos gotas de pis que expulsé como si hubieran sido cientos de litros.
Me tomo mi tiempo en lavarme las manos una vez recuerdo que debo volver a ese campo minado de estiércol. Pero sé que si demoro demasiado ese conde sería capaz de tumbar la puerta.
Sí, solo llevamos unas horas viviendo bajo el mismo techo y ya pareciera que han pasado veinte años.
Abro la puerta y miro a los lados, pero no veo a mi ex jefe. Menos mal, porque imaginar que estuvo pegado a la entrada mientras meaba solo me daría pesadillas.
Y hablando de pesadillas...
—Tú no me agradas... —Se cruza de brazos—. Y yo no te agrado, así que dejémonos de teatritos y si tienes algo que decirme solo dilo.
—Aléjate de Max —lo dice.
—¿Viste? Fue sencillo, ahora es mi turno. —Me toco el pecho—. No.
Si sus ojos fueran machetes ya habría quedado bien destripada.
—Sé que debe ser incómodo que yo, su ex, esté esperando un hijo de tu... Max, pero ese no es mi problema. —Me encojo de hombros—. Si quieres seguir con él aguántalo o termínale, pero no te desquites conmigo porque lo único que conseguirás es enojarme. —Doy un paso hacia ella—. Y créeme cuando te digo que no quieres hacer enojar a una embarazada —vocalizo cada palabra.
Parece que no se lo esperaba, capaz porque cree que sería la misma Amelia a la que podía manipular con torpes excusas.
Me alegra mucho poder demostrarle que ya no soy ella.
Sé que acepté trabajar para el conde con el objetivo de buscar a mi antiguo yo, pero llegué a entender que jamás la iba a encontrar.
Y el poder encarar así a Jane me lo vuelve a confirmar.
Elevo las cejas en cuanto levanta su mano derecha. ¿A poco va intentar golpearme? Porque eso sería demasiado bajo hasta para ella.
Pero lo que termina haciendo me deja sorprendida.
Ahora soy yo quien no se lo esperaba.
Usa la misma mano para cubrirse la mejilla que ha abofeteado hace unos segundos, y sus lágrimas no tardan en llegar.
Tanto el pintor como el abogado aparecen de inmediato.
—Lo siento mucho —solloza mientras mira al suelo.
—¿Qué pasó? —pregunta Max.
—Nada... —Se limpia las lágrimas con su mano libre—. Fue mi culpa.
Enarco una ceja, inmersa en la nueva telenovela que está desarrollando.
—Amelí, ¿qué pasó? —Siento su mirada sobándome la cara.
—Por su reacción deduzco que la he abofeteado por algo que hizo o dijo... pero seguro que ella nos dirá los detalles
—Está bien, Max, solo fue un malentendido —se recompone a medias ya que su voz aún suena dolida—. No debí preguntarle sobre el bebé que está esperando, sé que no me concierne y no volveré a mencionarlo.
—Es cierto, no te concierne. —Asiento dándole la razón.
—Amelí —me reprende el abogado.
—¿Qué? —me quejo—. Que salgas con ella no le da derecho a meterse en mi vida.
—¿Podemos hablar un momento? —Se ha puesto serio.
—¿Seguro? Porque podría abofetearte a ti también. —Tuerzo la boca—. Ando muy violenta últimamente.
—No tardamos. —Sujeta mi mano y me saca de ahí.
—Ponte hielo antes de que se te hincheeee.
Me hace entrar a una habitación para luego cerrar la puerta con llave y así evitar que nos interrumpan.
Opto por sentarme al borde de la cama que ya he estado de pie demasiado tiempo.
Él, en vez de decir algo se limita a sentarse a mi izquierda.
—Lo siento.
Lo miro, extrañada de que se disculpe.
—No sé qué estoy haciendo. —Frunce el ceño—. Solo sigo arruinándolo todo.
Asiento ya que no solo le doy la razón, sino que también sé cómo se siente eso.
Ya he perdido la cuenta de las veces que he tomado malas decisiones que resultaron en múltiples desastres.
Es el riesgo de vivir, a veces tomaremos malas decisiones. Ya sea por miedo o porque en ese momento creímos era lo contrario.
A veces aprendemos de ellos, y a veces encontramos nuevas malas decisiones que tomar.
Uno pensaría que me volvería toda una sabia luego de cometer tantos errores, pero no, sigo siendo una novata.
Igual que Max.
Hemos crecido y aprendido, pero seguimos siendo los mismos torpes de siempre.
—Si ya sabes que te has equivocado no es a mí a quien debes darle disculpas.
—Lo sé. —Suspira y se encoge de hombros—. Tengo que hablar con Jane.
—Vaya que sí. —Asiento repetidas veces.
—Voy a tener que terminar con ella.
Dejo de asentir.
—No he sido el mejor novio... —Juega con sus dedos—. Ni siquiera uno bueno o al menos uno pasable.
Al menos es consciente de ello, es un avance.
Aunque el que sea yo quien tenga que escuchar todo esto anula ese avance.
—Creo que mejor deberías hablarlo con ella...
—Ni siquiera he sido capaz de besarla. —Se levanta y le miro la espalda—. ¿Qué clase de novio no puede besar a su novia? —Me encara.
¿A poco espera que responda?
Espera... ¿No la ha besado?
—He intentado compensárselo dándole obsequios o aceptando todo lo que me pedía, pero sé que la estoy lastimando cada vez que la rechazo.
Acaricio mi panza pensadora.
—Sé que eres la última persona con la que debería hablar sobre esto... —Regresa a sentarse—. Y seguramente en tu mente debes estar insultándome y maldiciéndome, pero eres la persona en la que más confío y la que me ha dado los mejores consejos.
No añade más así que me limito a observarlo.
Está encorvado, suspirando a cada segundo y jugando con sus dedos como si su vida dependiera de ello.
Respiro hondo y detengo la sobada de panza.
—Quieres mi consejo así que te lo daré. —Pongo mi mano sobre la suya.
Voltea a verme con un gesto bastante triste.
—Háblalo con ella. —Quito mi mano—. Todo lo que acabas de decirme y lo que te molesta díselo a ella, convérsenlo y vean entre ustedes si pueden solucionarlo o no.
Exhala con fuerza y se endereza.
—Tienes razón. —Tuerce la boca—. Lo siento por desahogarme contigo, fui egoísta.
—Descuida, he escuchado cosas peores.
Además, somos amigos, y los amigos siempre están ahí cuando el otro los necesita.
Bueno, casi siempre.
—Y sé que he sido un pésimo amigo, pero me esforzaré para ser un mejor padre.
—Mejor no te esfuerces tanto, que ya hemos visto no te sale bien. —Tuerzo la boca.
—Y a ti no te sale bien el decir palabras motivadoras.
—Soy la persona menos indicada para decir palabras motivadoras. —Acaricio mi panza—. Lloro por cualquier cosa, tengo antojos raros, hago pis cada cinco segundos, y lo peor de todo es que me agito cada vez que veo traseros de hombres.
—¿En serio? —Su rostro cambia por completo— ¿Cualquier trasero de hombre?
—¿Por qué no me sorprende que solo eso hayas escuchado? —Lo reprendo con la mirada—. Ayúdame a levantarme, ya hemos estado aquí encerrados demasiado tiempo y tengo que volver a hacer pis.
El pendejo, con mucho cuidado, logra levantar este hinchado cuerpo.
—Gracias. —Me enseña su bonita sonrisa.
—Sí, sí, soy una increíble amiga. —Lo aparto con una mano y camino hacia la puerta—. Tengo que ir al baño antes de que moje mi ropa interior.
Cruzo el umbral y me detengo. Miro al abogado por encima de mi hombro.
—Hay algo más que te sale bien, sabes escuchar. —Eleva sus cejas y pone cara de poker—. Cada vez que me lastimabas y te lo decía te asegurabas de no volverlo a hacer.
—Tampoco fui un buen novio en esa época. —Tuerce la boca en un intento por sonreír.
—Al contrario, fuiste el mejor. —Sonrío.
Por eso no pude ser del todo honesta con él, porque sabía que si le decía cada cosa que me lastimaba terminaría lastimándolo.
Creí que podría soportarlo por mi cuenta, y estaba tan convencida de que lo estaba protegiendo que tardé en ver el daño que nos estaba haciendo.
Quise hacerme la fuerte y no me salió.
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¡Hola! :3
No podía irme a dormir sin actualizar, y tuve que batallar mucho con este capítulo porque ando con un bajón y en este estado me cuesta mucho corregir u.u
Estoy demasiado agotada y el descanso no ayuda del todo, pero escribir sigue resultando una buena terapia y motivación, por lo que, a pesar de que mi cabeza esté hecho un caos, me anima al menos un poco el poder cumplir con la promesa que me hice de actualizar cada semana :3
Espero les guste el cap, y ya saben que leo todos sus comentarios, los cuales releo cada vez que ando con bajón (cosa que pasa demasiado seguido para mi gusto T.T).
PD: ¿Ya te uniste al chat de telegram de lectores e.e? El enlace para entrar lo encuentras en mi perfil o también puedes pedírmelo al privado :3
¿Preguntas?
¿Teorías de lo que pasará en el siguiente cap?
¿Frase favorita?
Aprecio, agradezco y atesoro cada comentario que me dejas. Quiero que sepas que los leo todos aunque a veces no pueda responderte, siempre te leeré y te querré por ello. Me apoyas muchísimo con cada comentario, así sea algo cortito, me animas e impulsas a seguir escribiendo, además que se siente menos solitario por aquí (͡° ͜ʖ ͡°)
Si quieres fangirlear conmigo o contarme qué te pareció cada cap, mi privado siempre estará abierto para ti, en cualquiera de mis redes, y no tengas pena en etiquetarme, yo encantada y honrada quedaré (͡° ͜ʖ ͡°)
Vale rie*
♡ Los adoro ♡
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