Capítulo 32: "La despedida no tan despedidosa"
♥(͡° ͜ʖ ͡°) 32. "La despedida no tan despedidosa" (͡° ͜ʖ ͡°)♥
«No te dejaré sola en ningún momento. Lo prometo»
«No hagas promesas que no podrás cumplir»
«No te dejaré sola, Amelí»
—Vendré a visitarte pronto. —Sonríe mi padre—. Quiero ser de los primeros en saludar a mi nieto.
—O nieta —agrego.
—No creo que mi corazón de viejo soporte otra niña —dice con pesar.
Me río.
—Serás un gran abuelo. —Lo abrazo, o lo intento.
—O abuela —añade.
Me río más fuerte.
—Te quiero, pa. —Suspiro ante el cálido abrazo.
—Lo sé.
Sacudo la cabeza en negación, sabía que fue mala idea que viera Star Wars.
Nos separamos y me acerco a Rita para también darle un abrazo de despedida, y como está cargando a mi hermanito hacemos un abrazo grupal. Mi padre también se nos une para apachurrarnos con suavidad.
Cierro los ojos para conservar todo lo posible esta sensación de confort.
—Avísenme cuando aterricen. —Sacudo la mano en despedida mientras se alejan—. O cuando lleguen a casa. No importa si es solo un emote, me sirve.
—Te mandaré un video —grita mi padre, caminando de espaldas.
—Mientras no sea otro video de cómo le cambias el pañal a mi hermano —le grito de vuelta.
—No prometo nadaaaaa.
Suspiro sin dejar de sonreír.
—Yyyy... corten —dice Maya.
Me giro para enfocarme en ella y me extraño ante la videocámara que anda cargando.
—¿Qué haces? —Enarco una ceja.
—Hago un documental de mi sobrina antes de que nazca. —Baja la cámara y se pone a guardarla en su estuche.
—¿Luego me pasas una copia? —le pregunta Max.
—Depende, ¿le pediste permiso a tu noviecita? —Entorna los ojos, sospechando de sus intenciones.
El abogado se le queda mirando.
Ella ya se fue por un paciente. Los doctores nunca descansan y al menos en este caso me alegro que ella lo sea.
—¿Quieres que cancele los viernes de helados? —Se cruza de brazos.
—Por eso digo que te daré una copia. —Se cuelga de su brazo y le enseña una gran sonrisa.
Rei fue la primera en irse por trabajo, así que solo quedaron lo que pelean como hermanos y los que son hermanos de verdad. Y Alex.
Dejo de prestar atención a la pelea de adolescentes para enfocarme en los hermanos que conversan lo suficiente lejos como para no escuchar lo que dicen.
No parece que discuten, pero Jack luce bastante serio, así que dudo estén hablando de qué cantante está de moda.
Nota que lo estoy mirando y en respuesta me enseña una brillante sonrisa. Le sonrío de vuelta feliz por ver su bonita sonrisa.
Se me esfuma la sonrisa en cuanto me topo con la mirada del conde. Me está mirando con su acostumbrada cara de bótox. Me volteo rápido antes de que vuelva a abochornarme y Maya quiere traerme hielo de nuevo.
—Aaaam. —La adolescente corre hacia mí y me abraza—. ¿Podemos ver una película esta noche por videollamada? —Me enseña su cara de cachorrito.
Una cara que me resulta muy familiar.
Elevo la cabeza y miro a Max, a quien azoto con los ojos.
—¿Qué le andas enseñando a la dulce Maya? —lo acuso.
—¿Yo? —Se señala, fingiendo inocencia.
Le gruño para volver a enfocarme en la adorable persona que me abraza.
—Por supuesto que sí. —Le sonrío.
—Síiiii, maratón de películas. —Se despega de mí para hacer su baile de celebración.
—Mañana tienes clase, jovencita —le recuerda Alex.
Maya deja de bailar y mira feo a su hermano.
—Te voy a acusar con el conde. —Hace un puchero.
—¿Conde? —Alex enarca una ceja, sin comprender— ¿Cuál conde?
Y justo regresan los otros hermanos.
—El condenado avión ya les está esperando —me adelanto a decir para cambiar rápido de tema—. Los acompaño. —Sonrío como buena niña.
—Debería ser ilegal sonreír así. —Max se cubre la boca, fingiendo timidez.
Miro feo al abogado.
—Maya... ataca.
La adolescente se lanza sobre su espalda y se le cuelga como araña.
—¿Qué haces? —pregunta Max sin inmutarse.
Maya sonríe de lado y activa su poder. Le despeina con la mano libre.
El abogado corre de un lado a otro para intentar safarse y salvar su preciado cabello.
—Voy a extrañarla. —Suspiro en nostalgia.
—Si quieres te la dejo —bromea Alex.
—No porque no podré extrañarla —rechazo su propuesta.
El hermano cuerdo sonríe y suspira. Se adelanta para tratar de separar a los niños como un padre intentaría separar a sus hijos.
Soy rodeada por un ejercitado brazo y sonrío al ver a Jack a mi derecha. Aunque ya se ha puesto el cubrebocas negro, la gorra y gafas de Sol ya que han empezado a reconocerlo.
—Pareces un Idol —digo mientras avanzamos.
—Lo sé. —Se acomoda la gorra para mostrarse cool.
—¿También sabes que igual con todo eso sigues llamando la atención? —Elevo las cejas.
—Sí, ya noté a varias personas fotografiándome en secreto.
Me aparto de él de inmediato. Me mira como si no se lo esperara.
—Mejor caminemos separados. —Doy dos pasos a la izquierda.
—Está bien —dice tranquilo, sin poder disimular su decepción.
Pero es lo mejor, o terminará en las noticias el rumor de que anda esperando un hijo mío. Y ya tengo suficiente con los copadres como para añadir uno más.
Choco con algo de cemento, pero al voltear a ver me fijo que en realidad se trata del conde. Así que lo rodeo para que termine en medio de Jack y yo.
—Eso bastará —comento.
Y seguimos caminando, esta vez en silencio y con un ambiente un tanto tenso.
No quería despedirme así de él, pero una parte de mí sabía que algo así pasaría. Después de todo es un actor y modelo famoso.
Acaricio mi panza para mejor enfocarme en el ser que descansa ahí dentro.
—Vamos a estar bien —le murmuro.
Yo te protegeré, condejo.
Y entonces, soy atraída a la derecha, al cálido cuerpo del conde. Elevo la mirada hacia él, la persona que se ha atrevido a rodearme con su brazo.
—Ibas a chocar —responde la pregunta que le hice en mi mente.
—Aaah. —Me despego de él lo más respetuoso posible—. Gracias. —Camino mirando al piso.
No te abochornes. No te abochornes. No te abochornes.
Piensa en la biblia, Am. Piensa en la biblia.
Eres hielo puro, te estás congelando. Bueno, con el actual calentamiento más bien es lo contrario. Ya casi no hay hielo en los polos.
Genial, ahora quiero llorar por pensar en los polos derretidos.
Mejor piensa en... gatitos. Peludos y salvajes gatitos. Que dejan adoloridas a las hembras con sus...
— ...globos. —Vuelvo a la vida y miro a Maya, quien fue quien me trajo de vuelta con su voz—. Olvidé los globos en el taxi —se entristece.
Ana, la dueña de la librería, dejó que se llevara los globos que había usado como decoración. Eran unos rosados metálicos con nuestros nombres bañados en dorados. Tan bonitos que Maya quería tenerlos de recuerdo.
—Te compraré otros en casa. —Alex la rodea con su brazo.
Ya llegamos al límite en donde puedo acompañarlos y formamos un tipo de círculo provisional mientras esperamos que los llamen.
—No me trates como una niña —se resiente.
—Si no eres una niña por qué pones ese pico de pato. —Con su dedo juega con el puchero que la adolescente ha puesto.
Maya lo empuja para que deje de molestarla y camina hacia el conde para pegarse a él y sacarle la lengua a Alex.
—Hermano, ¿cuándo lleguemos a casa vamos por unos globos con nuestros nombres? —Entrelaza su brazo con el de mi ex jefe.
—No puedo —dice el señor bótox—, voy a quedarme.
Me río por otro de sus chistes malos. Dejo de reírme ya que soy la única que lo ha hecho.
—Si vas a arruinar la sorpresa de ese modo... —Max da un paso adelante y me mira—. Yo también me quedaré. —Sonríe sin mostrar los dientes.
Bufo ante la broma. De nuevo, soy la única que parece tomarlo con gracia.
Miro a todos los presentes y puedo notar algo más. Nadie parece sorprendido ante lo que han dicho estos dos. Bueno, nadie aparte de Maya, solo ella está mostrando la reacción esperada.
—¿De qué hablan? —Salto de un copadre a otro—. ¿Su vuelo se canceló o de qué me perdí?
—Acepté un caso en Seattle —aclara el abogado—, me quedaré hasta terminar la investigación.
—¿¿Cómo?? —Maya se exalta— ¿¿Y recién lo dices?? —le reclama, entre sorprendida y molesta por enterarse de ese modo— ¿Y los viernes de helados?
Ah, solo está triste porque no podrá comer helado.
Esperen un momento.
—¿Usted por qué se va a quedar? —Miro al conde, quien me mira de vuelta al escuchar mi pregunta—. Si se puede saber —agrego ante su mirada seria.
—Abriré una nueva galería con Arlina.
—Aquí. —Señalo el piso—. En Seattle.
—Sí.
—Así que los dos se quedarán. —Asiento repetidas veces—. Ambos se quedarán. —Sonrío de oreja a oreja—. Fabuloso —digo entre dientes—. Disculpen un momento. —Mantengo la sonrisa.
Me alejo del grupo y les doy la espalda. Suspiro y me toco la frente mientras intento digerir la información.
—¿Por qué siento que ya hubiera pasado todo esto? —Me rasco la frente.
¿Por qué siento que debo temer por mi vida?
¿Por qué siento ganas de lanzarme por una ventana del primer piso?
¡¿Por qué quiero hacer pis de nuevo?!
♥(͡° ͜ʖ ͡°) (͡° ͜ʖ ͡°) (͡° ͜ʖ ͡°)♥
¡Hola! :3
Los copadres han vuelto 7u7 *grito de emoción*
Aunque Amelia no luzca tan emocionada que digamos :v
Ayer no pude actualizar u.u no me sentía muy bien por algunos temas personales u.u
PD: ¿Ya te uniste al chat de telegram de lectores e.e? El enlace para entrar lo encuentras en mi perfil o también puedes pedírmelo al privado :3
¿Preguntas?
¿Teorías de lo que pasará en el siguiente cap?
¿Frase favorita?
Aprecio, agradezco y atesoro cada comentario que me dejas. Quiero que sepas que los leo todos aunque a veces no pueda responderte, siempre te leeré y te querré por ello. Me apoyas muchísimo con cada comentario, así sea algo cortito, me animas e impulsas a seguir escribiendo, además que se siente menos solitario por aquí (͡° ͜ʖ ͡°)
Si quieres fangirlear conmigo o contarme qué te pareció cada cap, mi privado siempre estará abierto para ti, en cualquiera de mis redes, y no tengas pena en etiquetarme, yo encantada y honrada quedaré (͡° ͜ʖ ͡°)
Vale rie*
♡ Los adoro ♡
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