Domingo 26 de diciembre del 2004

Querido diario:

La cena navideña fue mi parte favorita porque comimos mucho.

Comer es otra de mis actividades favoritas.

—Quédense quietos —ordena la madre.

—Mamá, ¿no has tomado ya demasiadas fotos?

—Es que lucen tan adorables. —Se limpia una lágrima imaginaria, conmovida porque su no tan pequeña está creciendo tan rápido.

Max y Amelia se miran, cansados de estar posando por la última media hora.

—Cariño, luego continuamos con la sesión de fotos —interviene el padre—. Primero cenemos que el pavo se enfría. —Le quita la cámara con gentileza.

—¡El pavo! —se escandaliza y se apresura a ir a la cocina.

—Terminen de acomodar la mesa mientras reviso si aún queda pavo —el padre se dirige a los no tan pequeños.

Se marcha detrás de su esposa y los amigos al fin suspiran al ser libres.

—Yo pongo los platos y tú los cubiertos —aclara Amelia.

Max asiente y ambos se dirigen al comedor.

Dan vueltas por la mesa para acomodar cada sitio lo más decente posible.

El no tan pequeño se asegura de que los cubiertos estén derechos y a una misma distancia del plato. La no tan pequeña se asegura de que no se le resbalen los platos mientras los acomoda.

También colocan las servilletas y copas, asegurándose de que la mesa luzca como de catálogo.

—Maravilloso trabajo —el padre queda fascinado por el resultado.

Los no tan pequeños sonríen en satisfacción.

—Cariño, dame la cámara —pide la madre al ver la mesa.

Los no tan pequeños temen por su vida.

—Cariño, el pavo —le recuerda.

La madre asiente y deja la bandeja en el medio. Todos se sientan en sus puestos de la mesa circular.

—Antes de comer diremos unas palabras —anuncia la madre—. Yo empiezo. —Sonríe.

Max se tensa ya que había olvidado la tradición de la familia Thompson. Ahora tiene que pensar en lo que dirá para no quedar en ridículo.

—Quiero dar las gracias por la hermosa compañía de esta noche. —La madre mira a Max, quien sonríe con timidez—. Por poder estar con mi hermosa familia. —Mira a su esposo e hija—. Por poder disfrutar de una riquísima cena que yo preparé. —Se toca el pecho—. Pero sobre todo quiero agradecer el poder disfrutar un día más junto a las personas que tanto quiero.

—Owwwww —entonan padre e hija.

—Tu turno —le dice a su esposo.

—Quiero dar las gracias por tener una hermosa familia. —Madre e hija sonríen—. Y eso te incluye a ti, Max. —Mira al no tan pequeño—. Porque tú eres...

—El hijo que nunca tuviste —madre e hija terminan la frase.

—¿Ustedes también lo creen? —el padre bromea.

La familia Thompson se ríe, incluyendo Max. El nuevo miembro de la familia.

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Hola :3

Tercera parte del especial navideño :3

¿Preguntas? :3

Los días que actualizaré serán: martes, jueves (aunque prontito habrá cambios e.e)

Se viene mucho de la pequeña Amelia y el manos de axila :3

Les comento que estoy volviendo a dedicar capítulos a aquellas personitas que me dejan comentarios tan bonitos, realmente me animan mucho, y quiero que sepan que los leo todos (aunque no me da la vida de responderlos, se los agradezco de corazón, sus comentarios son el impulso para seguir actualizando :3)

Gracias por darle la oportunidad a esta pequeña Amelia y al manos de axila :3

Vale rie*