Querido diario mental:

Acaba de terminar el primer periodo de las clases, y estoy disfrutando de mi emparedado de jamón que mamá preparó en cuestión de microsegundos. Hoy el cielo parece estar despejado, y tal vez vaya a salir el Sol a pesar de que estamos en otoño.

Sí, sé que no quieres oír nada de esto. Hasta yo me aburro de escribirlo.

¿Adivina quién está sacudiendo el árbol en el que estoy sentada? O al menos lo intenta, que con sus manos de fideo apenas y puede coger la pelota en clase de deportes.

Tampoco es bueno con los reflejos, pero no tenía idea de ese detalle hasta que le di con la pelota justo en la cara. Su nariz sangró y todo, por suerte no se desmayó. Oye, quién le manda a ser tan lento.

Le dije al profesor que fue un accidente, y obvié la parte en la que no sabía sobre su carencia de reflejos. Manos de axila faltó una hora de clase por estar en la enfermería, descansando. Tal vez le golpeé muy duro, o tal vez está aprovechando la ocasión para no tener que escuchar la aburrida clase de historia.

Ahora está intentando trepar el árbol... y vuelve a caerse. Por eso es pésimo en deportes, ni siquiera saber patear una pelota. ¿Quién flores no sabe patear una pelota? Es como si no supieran atarse los zapatos.

Oh no, creo que acabo de comerme la nota que mamá me puso en la lonchera. Sí, esto es malo. Me estoy ahogando pero aún así te sigo escribiendo porque no quiero que te pierdas de nada. No puedo... tengo que irme.

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¿Amelia morirá ahogada por el papelito que le dejó su mamá o se salvará?

¿Potatseo?

Siempre digo que el regalo más precioso que alguien pueda dar es el tiempo, ustedes me lo obsequian cada vez que me leen o comenta, y eso nunca lo olvidaré.

Voy a estar compartiendo material de esta y mis otras novelas en mis redes, y uno que otro avance en el grupo de lectores que con mucho cariño (y algo de roche) se llama "Valectores".

Espero verlos allá, o en cualquiera de mis redes :3

PRÓXIMO CAPÍTULO: 29 DE DICIEMBRE

Vale rie*