"- Hey Gill, si estás leyendo esto quiere decir que no me odias tanto como esperaba. Debo escribir esto rápido y guardarlo o lo borraré, me conozco.

Sabes, ese día en el que nos conocimos crees que yo te salvé a ti, pero la verdad es que fue al revés. Cuando nos vimos por primera vez, yo había perdido la ilusión por vivir. Y tu me la devolviste. Desde ese momento supe que tu eras mi ángel. Seguramente crees que miento con estas palabras, pero es cierto.

Creo que yo solo te he traído sufrimiento. No debí acercarme a ti. Nunca.

Pero fui egoísta y ahora tu pagarás por ello.

Antes de decirte esto quiero que sepas que desde el primer momento te quise y aún ahora lo hago. Aunque nunca podremos llegar a tener nuestro: y vivieron felices para siempre. Me hiciste más feliz de lo que nunca nadie me ha hecho.

Y por eso, decirte esto es difícil. No te dejé porque me cansara de ti, fue para evitarte el sufrimiento de verme morir. Tengo una enfermedad incurable (que prefiero no nombrar) y me negué a hacer terapia, preferí vivir mis últimos momentos siendo yo.  Entonces es cuando apareciste en mi vida, e hiciste que quisiera vivir durante más tiempo, pero sabía que si no disfrutaba el máximo a tu lado, no valdría la pena. 

Nunca te dije lo que me pasaba, no porque temiera que me abandonaras, más bien porque sabía que intentarías que hiciera terapia. Porque me querías y querías estar a mi lado para siempre. Igual que yo contigo.

Mientras escribo esto estoy llorando, no por mi. Por ti. Porque te dejaré solo y es por mi culpa que ahora sufras.

Pero recuerda esto.

Fui, soy y seré tuya  para siempre.

Vive por mi.

Lucy."