CAPITULO 17
Durante dos horas Guillermo había tenido que contarle detalladamente a Frank sobre Samuel y en como se había ingeniado un plan para poder verlo de nuevo así como le había contado que ahora trabajaba en el restaurant de Luzu a escondidaS. Su primo había durado bastantes minutos con la boca entreabierta y procesando todo.
Guillermo había contado todo, excepto un pequeñisimo detalle...
La fiesta, aquellos besos y que literalmente ahora le era infiel a Lana con Samuel.
—¿Y como es que tuviste tantos recuerdos de la nada?— pregunto aun anonadado pues a decir verdad, las posibilidades de que Guillermo pudiese recordar algo eran mínimas casi nulas, según los doctores.
—Pues no lo se, solo dormi y soñé eso— mintió —Pero se sentía tan real que sentí mas bien eran recuerdos.
Frank no sabia muy bien aún como tomar todo con exactitud puesto que aunque todos habían seguido la mentira de su tía al pie de la letra, Guillermo estaba a muy poco de descubrir toda la verdad. Tal parecía que la conexion entre su primo y el castaño era mas fuerte de lo que pensaba o podía llegar a parecer y entendía quizas la solución a la memoria del menor era la compañía de Samuel. Claro que aun con ello no era capaz de revelarle toda la verdad, sin embargo, podía ayudarlo un poco.
—Lo ultimo que me contaste es que si, Samuel te había besado y creías te estabas enamorando de él
El pelinegro sonrió, bingo, sabia no era solo si imaginación aquel beso en sus sueños.
—Mi madre lo supo y fue por eso que se enfado, ¿No es así?— ahora todo tenia sentido.
—Exacto Willy
—Y era por ello no queria regresara a trabajar con Luzu, porque yo ya estaba comprometido con Lana cuando eso paso y no queria lo recordara— continuo armando su posible escenario.
Eso ultimo no era verdad, Lana nunca había estado involucrada en ello, para pronto ellos no eran siquiera amigos, la verdad era que Guillermo había aceptado amaba al castaño y se la vivía gritándolo a los cuatro vientos, orgulloso de poder decir era su novio y defendiendo su relación de toda su familia, incluyendo a su madre.
—Ammm, si— mintió con un nudo en la garganta Frank.
Se sentía tan mal mentir de aquella manera.
[...]
La rubia tomo su maleta una vez la diviso entre las demás en aquel artefacto giratorio, su vuelo acababa de finalizar después de tanto. Sonrió dispuesta a volver a ver a su gran amigo William como ella solia apodarle, bueno, en realidad era su prometido. A decir verdad no estaba tan mala su situación, él era un chico dulce y amable, y si por casarse con el salvaría la vida de su padre lo haría sin problemas y sin vuelta atrás.
Afortunadamente su progenitor se hallaba mucho mejor despues de haber comprado los medicamentos correspondientes para su mal, gracias al dinero que la señora Díaz le había depositado en aquellos días.
Por otro lado Guillermo se hallaba en el trabajo tomando pedidos en el restaurant no sin de vez en cuando guiñarle un ojo a Samuel cuando sus miradas de cruzaban. Después de aquella platica con Frank una noche anterior había terminado de entender que incluso despues de haber perdido la memoria su corazon no había podido olvidarlo, ¿Que si lo amaba?, la verdad no lo sabia, no podía asegurar aquello tan pronto y si bien era patente aquella atracción mutua era muy intensa no sabia si era amor o simplemente eso, pura atraccion.
En el transcurso del día un cliente le había coqueteado provocando se pusiera un tanto incomodo, sin embargo había sabido sobrellevarlo no sin salvarse de las burlas de James quien había presenciado todo desde muy cerca.
—"Quizás un día saliendo de aquí podamos tener una cita, guapo"— repitió las palabras de aquel chico a forma de juego provocando Guillermo se pusiese rojo.
—James, tío, no es para tanto, no es mi tipo— acepto.
—¿Y cual es tu tipo? ¿Samuel?— pregunto pícaro viendo como los colores abandonaban el rostro del pelinegro.
—¿Que, como, Samuel?— pregunto acelerado en una sola pregunta delatando su nerviosismo.
—Vamos, Guille, todo mundo lo ha notado, ustedes dos se la viven dándose picones— río— Además, de que casi los topo besándose, por cierto perdón por eso— agrego dejandolo sin palabras.
—¿Tanto se nota?— se animo a formular apenado.
—Bastante— James sonrió pícaro al poder ver a Samuel caminado cerca del lugar, se hallaban fuera de los baños de empleados, muy cerca de la cocina —Se nota te pones nervioso de solo escuchar su nombre, mira allí esta ¡Hombre, Samuel!
En un segundo Guillermo giro a ver detrás de si mismo y efectivamente, allí estaba su castaño que lo enloquecía. Sintió sus piernas flaquear y sus mofletes calentarse en demasia.
—¿Todo bien?— el mayor le miro extrañado al verlo en aquel estado.
—Si claro, lo que pasa es que nuestro Guille se pone así solo de escuchar tu nombre— él mencionado jugo nervioso con sus manos y bajo la mirada incapaz de poder seguirlo viendo —Bueno, debo ver a los clientes, los dejo.
Y así sin mas, se fue riendo.
—¿Eso es cierto?— pregunto enternecido.
—Supongo que un poco— aun continuaba con la mirada gacha.
El mayor se acerco un poco mas para poderlo tomar del mentón y mirarlo mejor. Río por lo bajo antes de sobarle su mejilla con sumo cuidado con su dedo pulgar.
—¿Te confieso algo?— le susurro acercandose peligrosamente a su oído provocando un escalofrío en todo su ser.
El menor paso saliva.
Quería temblar por la intensidad del momento, era mucha tension entre ambos, los sentimientos tan fuertes, sus cuerpos cerca.
—Me gusta verte así por mi, porque me siento igual por ti
Y entonces Guillermo no pudo mas, miro a los lados revisando no hubiese nadie cerca para tomarlo de la mano y jalarlo a los baños donde ingresaron a un cubículo y estampó sus labios contra los del contrario de forma necesitada.
[...]
Lana miro confundida la casa de los Díaz, su próxima suegra le habia contado Guillermo estaba viviendo unos cuantos días con su primo buscando calmarle su rebeldía reciente. Había decidido llegaría de sorpresa sin contar con aquello.
—Quizas debi avisar llegaba hoy— pronuncio.
—Para nada querida, esta es tu cada y puedes llegar cuando necesites— le hablo cordial —Aprovechando estamos solas, hablemos de tu padre y nuestro trato.
La chica hizo una pequeña mueca, un trato, eso era su proxima vida de casada.
—La verdad es que va genial, lo han dado de alta y se encuentra en casa descansado— contó emocionada.
—Me alegra hija, continuemos así y te aseguro siempre tendrá sus medicamentos necesario, solo debes ya sabes, hacer que Guillermo no se heche para atrás.
—Si lo entiendo— susurro apenas perceptible
Aquel sabor agridulce volvia de nuevo, todo valdria la pena por su padre.
[....]
Luzu lo pensaba una y otra vez, si bien sabia Guillermo se encontraba comprometido había escuchado al susodicho y a Samuel en el baño. Sabia no habían podido controlar sus impulsos, y para el amor era el que menos podía juzgar pues había bastado una vista rapida a la prometida de Guillermo para quedar prendado.
Así era, no había podido sacarla de su mente desde el día en que Guillermo la había llevado a dicho lugar, justo antes de que Samuel y el comenzaran a hablar de nuevo.
Podía sonar tonto aquello, ni siquiera la conocia y podia jurar era la mujer mas perfecta en el mundo.
En el mundo perfecto, el castaño seria feliz con su pelinegro y el tendria oportunidad de conquistarla. Sacudió la cabeza queriendo sacar aquellos pensamientos de su mente.
Haría como si no supiera nada sobre el romance de sus trabajadores.
Por ahora.
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