CAPITULO 10
Guillermo firmo su renuncia en su anterior trabajo pidiéndole de unico favor al señor Gonzalez, si algun día alguien preguntaba él trabajaba allí, dijera que si. Se habían hecho grandes amigos en poco tiempo y era lo menos que podía hacer por aquel chico que seguía su sueño aun despues de haberlo perdido todo.
Sus labores en el restaurante comenzarían al otro día, el día lunes, saldría con ropa normal de su hogar y en el restaurante tendría su uniforme. Para con su madre le había dicho le habian dado un pequeño ascenso en su supuesto aun trabajo por lo que debía trabajar mas horas diarias, ella encantada le había deseado suerte, al final del día debía convertírse en un adulto responsable para su próxima familia. Y hablando de ello, Guillermo había olvidado llamar o mensajear a Lana por dias, no era al proposito, simplemente que su mente estaba ocupada en miles de cosas distintas, siempre se prometía no olvidarla más y terminaban los días en la misma situación. Se sentia mal por ello, no obstante, tenia mucho por planear en su cabeza para no ser descubierto y sumándole que Samuel no salia de su mente, bueno, estaba por las nubes perdido. Pensando en como seria poder platicar con él todos los días, ser compañeros y quizás hasta mejores amigos, y que si bien lo pensaba, ya lo eran, esas platicas a la luz de la luna, siendo el mismo y riendo como niños eran mas que suficientes.
Sonrió ampliamente. Se sentia animado, como nunca antes, su corazón le latía a mil ante la nueva aventura que le esperaba. Por su parte Samuel no era la excepción, estaba hecho un mar de emociones, tener a Guillermo cerca de él le hacia recuperar toda ilusión. Se sentía vivo de nuevo y no era que quisiese emocionarse de más, era patente de que Guillermo quizás nunca lo recordaría como su pareja que había sido, y sin embargo le bastaba con ser su amigo y poder verlo sonreír día tras día.
La madrugada transcurrió con aquellos chicos intercambiando mensajes de texto por medio de su móvil. El castaño le explicaba como funcionaban las cosas allí, el nombre de los compañeros y que había que hacer en caso de cliente conflictivos, tales como gente que buscaba desprestigiar al establecimiento fingiendo habían cosas malas en los platillos, los que querian su comida antes que todos y la lista era larga. Se despidieron para así poder descansar escasas 4 horas antes de ingresar a sus labores.
Guillermo se estiro y tallo sus achinados ojos al sonar su alarma, sonrió una vez mas y de un salto salio de su cama, corriendo a su baño para poder lavarse el rostro, acomodar sus cabellos pelinegros, cepillar sus dientes y finalmente lo que buscaba era verse mejor que nunca.
¿Que si lo hacia por Samuel? La verdad era que no lo sabia con certeza, solo pasaba por su mente hacer aquel primer día de trabajo el mejor que habria tenido desde que habría despertado.
Su madre le había ofrecido prestarle el auto familiar como anteriores veces y el chico se había negado con la excusa de que no había lugar seguro donde estacionarlo. Mentira.
Samuel lo llevaria en su coche desde aquella esquina a una cuadra de su hogar, de ida y regreso. El menor no quería ser un aprovechado para con el castaño, pero no había podido negarse despues de que aquel susodicho le había insistido por horas alegando no le molestaba en lo absoluto.
Al llegar vio parqueado el auto de Samuel quien le esperaba con una tenue sonrisa la cual el correspondió y procedió a subirse al lugar del copiloto.
—¿Listo para tu nueva aventura?— pregunto el castaño animado.
—Mas que listo tío, me siento mas vivo que nunca — espeto entusiasmado —Espero todos me reciban bien
El contrario asintió con la cabeza, todos estaban enterados del regreso de Guillermo los cuales tenían prohibido recordarle algo acerca de su pasado romance. Y quien dijera lo mínimo seria castigado a cerrar el local durante un año, esto ultimo mandado por Luzu y Samuel no podía estar mas agradecido con él.
—Veras que si, ellos también están contentos de que regreses al equipo, te conocen y recuerdan como su amigo —contesto mientras encendía el automovil y comenzaba a avanzarlo de a poco —A excepción de James, el es nuevo pero ya lo conoces
Río y Guillermo sintió sus mejillas arder. Si que lo recordaba, era a quien le había dejado la nota para Samuel aquel día donde comenzo a buscarlo.
—Se veia que era majo— se excuso un poco nervioso.
—Lo es— le aseguro Samuel —Yo estare en la cocina, es mi lugar de planta pero te he dejado encargado con él, te ayudara en todo y para cuando me necesites yo también estare.
Guillermo sonrió, le agradaba que Samuel se preocupara por el, que lo cuidara aún no estando juntos todo el tiempo y aquello le hacia sentir seguro.
—Te agradezco demasiado, todo esto es nuevo, es como volver a iniciar— hablo divertido
—Yo creo que mas que eso Guille, es volver a tener la oportunidad de lo que amas, consideralo un renacimiento— le secundo.
El mencionado le dio la razón asintiendo con la cabeza incapaz de contestar algo mas puesto que habían llegado al estacionamiento del restaurante.
Ambos descendieron del auto.
—Ven que te muestro el lugar— hablo el castaño seguido por el menor.
Entraron por la puerta de empleados, pasando primero por los baños de empleados, los lockers y asi llegar a la cocina donde todos le saludaron amables, siguiendo del área de pedidos y de caja, para finalmente salir a donde estaban todas las mesas. Los demás meseros acomodaban los últimos detalles de las mismas, tales como servilletas, sillas bien rectas y colocadas y cuidando todo estuviese limpio. Allí se encontraba James quien fue el primero en acercarse.
—Hola, me parece ya nos conocemos— ambos rieron — Pero dejame presentarme, soy James y me encargare de ayudarte a saber todo aquí, tomalo como un curso gratuito —añadio a broma.
—Lo gratis es lo mejor— secundo Guillermo siguiendo el juego.
—Creo nos entenderemos muy bien— río James
Le agradaba el lugar y la manera en la que se sentía allí, a salvo, siendo el mismo y a gusto. Presentía había encontrado su lugar en el mundo y no podía evitar sentirse feliz.
—Bueno chicos, yo debo dejarlos, iré a preparar los ingredientes para comenzar a trabajar— hablo Samuel dando unas palmadas en el hombro de Guillermo quien cada vez se acostumbraba más a su tacto —Te lo encargo— finalizo dirigiéndose a James quien asintio con la cabeza y una sonrisa
—Andando Guille, te mostrare donde dejar tus cosas
[....]
El día continuo con Guillermo detrás de James escuchando como tomaba la orden, las especialidades y recomendaciones para ganar propinas.
—Ese es buen cliente— le dijo James codeandolo con el brazo dispuesto a ir a atender.
Guillermo debió haber observado solamente, sin embargo estaba preocupado, Samuel no había salido de la cocina en horas, no había tenido descanso debido a tanta gente aquel día. Armándose de valor saco la pequeña libreta que yacía en su uniforme junto a la pluma y camino rumbo a la pareja que esperaba su orden fuera tomada desde hacia algunos minutos.
—Buenas tardes, mi nombre es Guillermo Díaz y les estaré atendiendo— saludo amable, y contrario a lo que pensaba, el nerviosismo se había ido. La chica le sonrió y asintió contenta con el buen servicio.
—Si mira chico, quisiera pedir una orden de chilaquiles suizos, agua fresca de jamaica— le dicto el hombre
—¿Usted señorita, que desea ordenar?— le pregunto a la chica quien enseguida le señalo una ensalada del día que se hallaba en el menú —Y de tomar una malteada por favor— finalizo.
—Perfecto, enseguida les entrego. Con su permiso — la pareja asintió coincidiendo en que el chico era muy amable.
Guillermo contento camino a la cocina para poder entregar su pedido. Lo había logrado, sin trabarse, le había salido tan natural que el mismo se sorprendia y lo mas importante, se sentía util en aquel lugar.
Al llegar a pegar su pedido su mirada se cruzo con la de Samuel quien le miro impresionado al no verlo con James. Guillermo solo río y alzo los hombros, dando a entender el podría solo a partir de aquel momento, el castaño asintió y le guiño un ojo, confiaba en él.
[...]
Al llegar a casa su madre le miraba molesta, estaba en la sala con el televisor encendido con volumen bajo. En cuanto cerro la puerta ella se levanto dispuesta a confrontarlo, su semblante era sumamente serio. Un sudor frío recorrio la espalda de Guillermo al verla tan furiosa al pensar lo había descubierto.
—¿Que sucede mamá?— se animo a preguntar un poco asustado. Su madre fruncio el ceño.
—¿Como preguntas aquello Guillermo? Lo sabes bien —espeto molesta. Oh no ¿Acaso sabia que ya no trabajaba con el señor Gonzalez?. Sintio un sudor frío recorrer su espina dorsal y esperó lo peor —No has llamado a Lana— finalizo molesta.
Y el color regreso a Guillermo quien paso saliva aliviado.
— Oh, eso, cierto— dijo restando importancia al hecho sin pensarlo mucho, provocando la furia de su progenitora.
—¡¿Y lo dices así tan casual? ¿Que te sucede?!— exclamo un tanto exaltada.
Y Guillermo también lo hizo, molesto de aquella pregunta.
Le sucedían muchas cosas, cosas que llevaba meses callando, que calaban y no podía entender.
—Sucede que no recuerdo nada de mi jodida vida y cada que pregunto algo no hacen mas que callar— solto borde, dejando en shock a la señora Diaz —Sucede que no se que quiero, que mi vida no se siente completa y no descifro que me falta, aunque intento comenzar de nuevo no lo logro. Tengo tanto en la mente como para pensar en compromisos ahora, ella es genial pero no puedo recordarla, no recuerdo nada de nadie y no es mi culpa ¡Me casare con quien no se quien es realmente!
Frustración.
No había mas que eso y después silencio.
Silencio puro.
Su madre se quedo helada, no quería hacerle daño a su hijo, quería lo mejor para él y sin embargo lo estaba afectando más de lo esperado pero por desgracia cancelar todo no figuraba como opción mínima.
Amaba a su hijo, si, aunque de manera equivocada y quizas un tanto obsesiva.
—Iras a casa de tu primo Frank a reflexionar, arreglaras esto y solo entonces volverás aqui— sentencio seria —No puedes continuar así de irresponsable
Guillermo quedo anonadado. Le había dado suficientes razones del porque su actitud y el causante de su comportamiento y ella de daba le espalda. Se sintio un tanto decepcionado, se sintio una marioneta. Un nudo en su garganta se instalo y solo asintió con la cabeza.
—¿Puedo ir a dormir?— pregunto un poco mas calmo aunque mas bien era decepcionado.
Su madre solo susurro un »Si« dando por terminada la disputa y el pelinegro se retiro repitiendo una y otra vez lo que había sucedido. Pensaba y pensaba, necesitaba un abrazo, y solo algo vino a su mente.
Mas bien un alguien.
Samuel. Lo necesitaba.
.
.
.
[...]
Perdonen no he actualizado :c
Se me seco mi mente por días xdxdxd
Pero en compensación este capitulo es un poco mas largo de lo habitual :3
Espero le este gustando la historia y mas ahora que se vienen cosas shidas jsjsjs
Wuuuu!!! Xdxd
Acepto recomendaciones y prometo corregir las faltas de ortografía muy pronto :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top