Paseos
En este tiempo Luca y yo hemos entablado una amistad bastante buena, ambos nos sentimos muy cómodos con nuestras presencias. El podía actuar como un adulto delante de mí y yo puedo dejar de fingir ser una princesa.
Ahora estábamos paseando sin ningún rumbo por los jardines del palacio Esmeralda. No teníamos ninguna conversación, solo disfrutábamos de la compañía y el silencio.
- ¿Cómo es tu mundo? -. Pregunto mientras evitaba mirarme.
- Es muy diferente a este... un ejemplo claro de eso es que ahí no existe la magia.
Me miro sorprendido por mis palabras, quizás un mundo sin magia sería sorprendente para un mago. Aunque tampoco es que exista los reinos, casi todo los países son democráticos.
- ¿Lo hechas de menos?
Me detuve.
Una parte de mí lo hecha de menos pero la otra no desea abandonar las comodidades de este lugar, aunque si lo piensa bien. ¿De qué le sirve vivir rodeada de lujos si no tiene a nadie?
Se dió la vuelta y miro a sus sirvientas. Las que quería, no lo podía negar.
Ha estado con ellas 7 años, es imposible no coger apreció sobre todo con Lily... pero no era lo mismo, aunque esas personas la querían y ella les tuviera cariño no era la mismo.
Lo que vivió con su hermana y lo que siente por ella es mucho mas fuerte de la que sentirás por ella, y si pudiera se llevaría del lugar la joya mas grande y cara que vea, para que cuando volviera pudiera disfrutar esas comodidades junto con su hermana.
- Lo hecho de menos -. Miro a Lucas -. Sobre todo porque ahí deje a mi hermana y necesito volver lo más rápido posible a estar con ella.
- ¿Solo por eso? -. Pregunto dudoso, como sí lo que acabara de decir fuera la cosa más rara que había dicho en su vida -. Normalmente las personas de la realeza o de la nobleza ven a sus hermanos rivales que les quieren quitar el titulo, la herencia, o el trono. Como lo que pasó con tu padre.
Me hubiera gustado decir que en mi mundo no había casos así pero sería mentir, cuantas veces habrá escuchada a familia millonarias donde muchos hijos mataban a su hermanos para ser los únicos herederos. Cuántos casos habrá escuchado donde el marido le hacía seguros a sus esposas y que luego las matara para tener ese dinero, o el mismo caso al inversa.
Su mundo estaba tan podrido como el lugar donde vivía ahora.
- Yo la amo -. Dije sin pensar -. La quise desde que sentía una patada suya en el vientre de mi madre. Y me juré que siempre la protegería después de la muerte de nuestros padres, que no importaba quien fuera el enemigo, o cuántos fueran siempre la iba a proteger -. Me mire las manos y me fije en lo pequeña que son, no me gustaba eso para nada -. Por eso debo volver.
- Los humanos a veces cometen errores por amor.
- Es verdad, pero a veces esos errores valen la pena.
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