¿Me quieres?//Capítulo 7
Narra Afrodita.
Me había preparado mentalmente. Estaba listo. Lo iba a hacer. Tomé aire, llené mis pulmones de oxígeno e intenté relajarme, cosa que no logré en lo absoluto y me estresé más de lo que ya.
Sus labios...
Tan besables.
Su cabello...
Tan suave.
Su mirada...
Tan profunda...
Su cuerpo...
Tan deseable...
Pero hoy debo decir...
- Deathmask, terminamos.
Ups! Pensé en voz alta...
Bueh... al menos lo dije... ¿no...?
- Di-Dita... piensa bien l-lo que dir...-le apuntó con una rosa y él se calla.
Me dolía...
Perdón, Deathmask... pero... es lo mejor. Es necesario.
- Te amo... pero... terminamos.
Me helé. Lo dije...
Jamás pensé que fuese tan duro...
Ni mucho menos que doliera tanto...
Un corazón roto por completo.
Ni pedazos quedaban...
Sólo polvo...
Y no sé si no estelar al menos.
«Te amo... pero... Terminamos» ¿Enserio esa frase es lo mejor que se me ocurrió?
Aún me pongo tímido al estar frente a él, todo un macho man por el cual me derrito.
Pero hoy debía ser más fuerte que mis impulsos...
- Oye tranquila Rosita...-tomó una de mis manos y depositó un tierno y cálido beso en ella.
No me lo hagas más difícil...
- Suéltame, Ángelo...
A veces... debo llamarlo así para que me escuche... O para que me tome más atención...
- No hasta que me escuches...-y me acorraló. Recordé nuestro primer beso, me puse nostálgico y atiné a articular:
-...Sólo... déjame...-susurró bajando la mirada.
- ¿Por qué...?
Bajé la mirada...
- Sólo detente...-musité y me solté de su agarre.
Algo roto volvió a romperse dentro de mi. No sé si eso era posible, pero es lo más descriptible que hay en lo que siento. Tuve que alejarme, lentamente. Mis pisadas dolían como puñales en el alma, creo que prefería morir. Morir, pero que él me amara.
Volteé unas calles más allá.
Ni siquiera me siguió...
Es un maldito y completo idiota...
Deathmask, ambos somos los mejores amigos de infancia, pero el tiempo, las bromas, los secretos... todo comenzó a despertar un sentimiento. A los 16 yo no lo comprendía. Cada roce de sus manos me hacía sonrojar, cada broma hacía desviar mi mirar, y, cómo voy a olvidar ese día:
- ¿D-Death...?-susurré.
Me había acorralado en la pared, en mi cumpleaños número 18.
- Dita...-relamió mis labios.
Me sorprendí y sonrojé muchísimo más. Sus manos acariciaron mis caderas y yo pasé mis brazos por su cuello y lo apegué a mi y a la pared.
- Sh... n-no...-musité otra vez.
Tenía miedo. Miedo de que Death se hubiese emborrachado.
El Alcohol es la excusa...
Suspiré con las lágrimas a punto de salir. Me sentí débil...
Sigue siendo mi maldito y completo idiota...
¿Death estaba borracho y me usó?
Y si se quedó conmigo...
¿Es por qué realmente me quiso?
Si esa no hubiese aparecido... las cosas serían muy diferentes.
- ¿Dita...?-oí una voz preocupada.
Aioria...
Tallé mis ojos y sequé las lágrimas.
- ¿Hmm?-levanté la vista.
Oh... ¡Otro más que anda de infiel y mán encima con una chica!
- ¿Te encuentras bien...?
Idiota...
- Sí, sí, obvio...
Reí bajito, aún con un poco de tristeza por lo de antes. Este gatete...
Tan idiota como de costumbre.
- Ja-Ja-me despeinó y se sentó junto a mi- los mentirosos... se... vuelven... monstruos horribles
Hizo unos gestos que me deberían dar miedo, pero ni me inmuté.
- Por lo que veo ya haz mentido bastante entonces...-reí y apoyé mi cabeza en su hombro.
El me dio un leve golpe en la cabeza y sonrió.
Seguí recordando los momentos que viví con el Borracho Psicópata, sentía que estaban hablando, pero decidí seguir en mis pensamientos. No era nada malo, ¿o sí?.
- Pero que malos modales, gatete-reí volviendo a la jodida realidad- ¿Ya no me presentas a tu...-me mordí la lengua "amiguita". Sacudí la cabeza y cerré los ojos para sonreír y volverlos a abrir con una mirada más amable- tu... Acompañante...?-creo que eso se oía mejor, y daba menos a lo que pensar respecto a lo dicho.
Oí un suspiro pesado y negó viendo a mis ojos viendo burlón y "no joda".
- Lifya él es el Famoso Afrodita De Piscis...-me sentí orgulloso por lo de famoso. Sonreí y me levanté, puse la rosa en mis labios con pose de diva- Ya sabes, se conoce por vender avon.
Entonces rieron.
Algo de diversión no me vendría mal.
- Exacto, exacto...-acoté- ando con mi mercancía ahora, ¿Quieres comprar algo, dulzura?
Ese momento fue único.
Fue la primera vez en Asgard que me divertí...
Y tal vez la última...
◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈
(Ignoren el segundo ícono de música)
- Sí-reí saliendo de aquél lugar, la posada de los chicos- ¡Nos vemos!-agité la mano.
Pasé la tarde con Lifya y Aioria. Hicieron que me relajara y animara. Ya sé que haría ahora.
En el amor se es destruido y se destruye.
En el amor no todas las cosas son tiernamente bellas.
En el amor no siempre uno y uno son dos.
En el amor a veces la relación no es de dos, sino, de tres.
En el amor no puedes predecir nada.
Ojos que no Ven...
Corazón que no siente.
Terminé de caminar. Llegué frente a una estructura, parecía de Cuento de Hadas. Amplia, grande y fórnida.
- Si eres feliz, yo también lo seré, Deathmask...-la armadura resonó con mi Cosmos, el cual acababa de encender- Lamento no ser yo quien cause tus sonrisas...-sentí como la Pandora Box's se abría- Lo siento, pero no seré la cara que veas al despertar...-las piezas de metal venían hacia mi- Tampoco seré a quien abraces...-estaban delante de mi- O a quien le digas los Te Amo que tanto me encantaban...-vi a la Armadura de Piscis frente a mi- Yo yo... siempre voy a quererte sin importar qué...-solté la rosa que llevaba en la mano, pues estaba marchita- asimismo, voy a sonreír el día de tu boda...-reí- Si estoy vivo, claro...-la armadura se puso en mi cuerpo- Sé feliz con Helena...-estaba listo para entrar. Comencé a caminar despacio, cortando otra rosa-Pero lo que si sé...-una lágrima se me escapó mientras un campo de rosas aparecía detrás de mi. Sus pétalos volaban hacia el cielo, el cielo azul-celeste del ocaso- Es porque siemplemente te amo, te amé y amaré...
Una capa se materializó. Colgaba por la armadura y caía elegantemente por la espalda.
Mis pasos sonaban...
Vi los pétalos rojos volar mientras el viento soplaba y ondeaba mi cabello, capa blanca que rozaba el piso.
Frente a frente con el eficicio.
Esta era la única determinación que tenía ahora.
Entré, en la oscuridad...
Y... este era mi terreno de juego.
Esta era mi lucha...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top