— ¡Entiende! — gritó Elizabeth — ¡Él solo me buscó pero lo rechacé!

— ¿Qué raro que de todos tus ex Mael te haya buscado! ¿Quién sabe? ¡Tal vez me fuiste infiel!  ¡Puta de mierda! — le dijo para que posteriormente sintiera cómo alguien le azotara la mejilla.

— ¡Te prohibo que me hables de esa manera! — le gritó y tomó su bolso y un pañuelo rosa; y caminó hacia la salida.

— ¡Sales por esa puerta juro que pediré el divorcio!

— ¡Inténtalo! — le gritó ella dando un portazo dejando a su esposo atónito.

Meliodas suspiró y pateó una silla, se sintió tan mal al discutir con Elizabeth y decirle todas las cosas que le dijo. Caminó hacia la habitación de Tristan y lo vió dormido; agradeció que no haya escuchado nada y que no los vio discutir cómo lo habían hecho.