capítulo 63

  Erick POV.

Una vez más se sentía su ausencia en clases.

"Oh mierda, Erick, deja de pensar en ella".

Cada vez que ella llegaba a mis pensamientos, mi voz interna me reprendía pero se me era completamente imposible sacarla de mi mente.

- Colón – Cerré la puerta de mi casillero para poder quién era quién me llamaba. Era el idiota de Zabdiel. 

- ¿Qué quieres? – Le pregunté de mala gana, las ganas de partirle la cara me sobraban. 

- Es ella... – Dijo agitado, seguramente había venido a verme corriendo. 

- Zabdiel...– Dije con fastidio – No estoy de humor ¿Si? Y mucho menos si se trata de ella – Me di la media vuelta.

- Se irá – Escuché que decía a lo lejos.

- Que le vaya bien entonces – Dije sin detenerme. 

- Tú no entiendes ¿Verdad? Ella te necesita – Me detuve y regresé hacia él.

- ¿Para qué? ¿Apostaron de nuevo? – Pasé mi mano por mi cabello con desespero – No me interesa nada relacionado con ella, me da lo mismo si me necesita o no, le deje muy en claro que no la quería cerca de mí – Me miraba con rabia y puedo jurar que yo a él también.

- Perfecto – Miró hacia abajo y luego volvió a subir la mirada – En dos horas se va del país – Rebuscó en su mochila y sacó un sobre blanco algo doblado, me lo lanzó con bronca y por reflejó lo atrapé – Yo me alejé cuando más me necesitaba y tú fuiste el único que estuvo ahí con ella, créeme que no jugó contigo – Se dio la media vuelta dejándome en medio del pasillo con el sobre blanco en mis manos.

Lo miré y al ver su letra el coraje me inundó y con ambas manos la arrugué haciéndola una bola que terminaría en el primer basurero que encontrara.
Me acerqué al basurero y mire una vez más la bola de papel, se iba del país, tal vez sería lo último que sabría de ella. No pude hacerlo. Guarde la bola de papel en un bolsillo de mi chaqueta. Regresé a mi casillero y dejé los libros, no tenía ganas de entrar a clases.

Llegué a casa, estaba vacía. Últimamente parecía que nadie vivía ahí. Yami seguía resentida, ya que un par de veces más le grite por constantemente preguntarme por ella, al igual que Thiago, nunca les había hablado de ese modo, pero tampoco nunca me había sentido así de destrozado, así de dolido. Y ellos no podrían entenderme por más que quisiera.

Me dejé caer en el sillón central de la sala mirando hacia la apagada televisión. Eché la cabeza hacia atrás viendo el techo, sentía una irritabilidad hacia todo y traté de organizar mis pensamientos. Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y nuevamente sentí la bola de papel, mentiría si dijera que en el momento en la que la toqué, me acordé de su existencia porque era de lo único que pensaba. Literalmente mi mundo giraba alrededor de aquella bola, más bien, lo que quedaba de mi mundo.
La saqué, la extendí y nuevamente leí el "Erick" que había con bolígrafo rosa. Ella sabía cuánto detestaba que usara ese color, es tan incómodo para leer.

"Vamos Erick ¿Qué puedes perder?"

Mi mente me animó a leerla, ya no podía sentirme peor así que rompí el sobre por uno de los costados, para sacar la hoja blanca doblada en tres, ahora también arrugada. Tinta negra abarcaba más de la mitad de la hoja.

Querido Erick:

Sé que detestas que escriba con bolígrafo rosa, lo siento no tenía otro. No sé si leerás esto, tal vez no lo hagas y esto terminará en algún bote de basura del colegio pero no pierdo nada con intentándolo.
Fui una estúpida, jamás debí haber jugando con algo así. Sé que estuve mal y es algo que jamás me podré perdonar... pero quiero que sepas que todas las cosas que te dije nunca fueran falsas. Todo lo que te decía salía de mi corazón por más que no quisiera.
No lo puedo negar, al principio lo vi como un reto, me decían que era completamente imposible que alguien como tú se fijara en alguien como yo, que podamos estar juntos. Que era imposible que siquiera me dijeras tu nombre... y, vaya que lo fue pero... valió la pena, las últimas semanas que estuvimos juntos fueron increíbles, realmente lo fueron.
Ahora me doy cuenta de que a Joel nunca lo amé, solo fue un capricho que me negaba a perder, porque la otra yo, simplemente no quería que los demás pensaran que él me había dejado por otra. Supe que no lo amaba cuando te conocí, cuando conocí al verdadero Erick y ahí fue cuando me enamoré de verdad y por primera vez. Te amo tanto Erick.
Y entiendo que no quieras verme, ni saber nada de mí pero tenías que saber esto, tenía que hacerte saber que te amo y lo seguiré haciendo porque tú confiaste en mí, en la verdadera yo y de veras lamento haberte decepcionado de esa manera, me decepcioné a mí misma.
Me iré porque después de todo no hay nada por lo que me tenga que quedar, no hay nada que me retenga. Tenías razón, estaba sola, lo estoy ahora. Excepto el tiempo que estuve contigo la palabra soledad desaparecía de mi vocabulario, cuando estaba con ustedes, tú, Yami y Thiago me sentía querida y protegida, como si perteneciera a algo parecido a una familia, por primera vez me sentí cómo me hacía sentir mi padre. Me sentía tan importante y es algo que les agradezco de sobremanera.
Solo quiero pedirte que le digas a Yami que me perdone por haber roto mi promesa, seguro estará molesta conmigo pero que nunca se le olvide que ella, Thiago y tú, Erick, fueron lo más importante que tuve.

Te amo Erick y una vez más perdóname.
Simplemente la verdadera yo. 

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