capítulo 61
Tú POV.
¿Era mi imaginación o Erick me estaba evitando? Seguramente es mi imaginación. Tomé su mano y este volteó a verme. Le sonreí y, no era mi imaginación... Forzó una sonrisa. Seguramente era porque esto de los bailes no le gustaba pero sería el último que tendríamos y no me lo quería perder, y, él tampoco debía perdérselo.
Todas las miradas se posaron en nosotros al entrar al enorme lugar pero ya no me interesaba mucho que los demás me pusieran atención. Ahora lo único que quería era la atención de Erick y nunca estuve tan segura de algo, nunca había sido tan sincera con algo antes de esto.
El lugar estaba decorado como si realmente estuviéramos en el casino de Montecarlo, desbordaba elegancia, Había todo tipo de juegos como el Black Jack, Poker, las ruletas y todo eso.
La mirada despectiva de Selena me recorrió de pies a cabeza mientras que podía jurar que Joel estaba rojo de la rabia.
Había unas cuantas mesas al aire libre y Erick prefirió esa zona. Claramente no me negué. Vuelvo a repetirlo, ahora solo me interesaba él.
El clima estaba increíble, parecía imposible que estuviéramos en Inglaterra, el viento corría levemente pero no hacía ni frio ni calor, todo estaba perfecto.
- ¿Qué tienes? – Le pregunté ya que estaba muy serio.
- Nada – Sonrió y pasó su brazo sobre mis hombros.
A los pocos minutos, Zabdiel atravesó la puerta acompañado por María que lucía un hermoso vestido naranja que le quedaba perfecto. ¿Envidia? ¿Dónde?
- Oye, tengo que hablar contigo – Dijo saludándome y después estrechó la mano de Erick, quien seguía con su alarmante silencio sepulcral.
- ¿De qué? – Pregunté.
- Ven – Dijo tomando mi muñeca – Te la devuelvo en un segundo – Se dirigió a Erick antes de alejarnos unos pasos.
Erick POV.
- Te la devuelvo en un segundo – La sujetó de la muñeca y se la llevó un par de pasos dejándome con María quien tomó asiento.
Este era el momento que ella quería ganar una apuesta, yo la ayudaría.
Note que ya había terminado de hablar con Zabdiel, me disculpé y me puse de pie para caminar hacia ellos. Ella me recibió con una enorme sonrisa.
Hipócrita.
- Te amo – Le dije de golpe y de la misma manera sus ojos se abrieron.
- Bueno, los dejo solos – Dijo Zabdiel dándose la media vuelta.
- No – Dije secamente sin romper la conexión que tenía con la mirada de "mi chica" que cambió de sorpresa a intriga – Creí que debías estar presente para comprobar quién ganaba la apuesta ¿No? – Si su mandíbula no estuviera pegada a su cráneo hubiera perforado el piso – Me enamoré como un imbécil de ti – Le dije con un severo tono y noté como sus ojos comenzaban a cristalizarse – Así que ganaste, felicidades, muy entretenido tu show... y suerte con Joel – Me di la media vuelta y entre al salón inundado de gente ignorando los llamados de ella.
"Wow, fue más rápido de lo que me imaginé" ¿Qué mejor manera de cubrir mi dolor que con ironía? Caminé por el estacionamiento, solo quería llegar a casa, tal vez dormir, tal vez ver televisión, tal vez leer un libro, cualquier cosa que sacara de mi cabeza a esa falsa, nunca me equivoqué con ella al fin y al cabo.
- ¡Erick detente! – Escuché su quebrada voz a mis espaldas. Me detuve y me di media vuelta – Por favor, déjame explicarte, yo...
- No quiero que me explique nada, no me interesa oírte. No me interesa verte. No me interesa absolutamente nada que tenga que ver contigo – Grité y solo encogió los hombros, estaba asustada – Así que ten – Dije bajando mi tono de voz, tampoco quería que creyera que la golpearía – Son las llaves de tu auto, toda tu ropa esta en tus maletas y las maletas están en el auto, te facilité el trabajo, así que ahora facilítamelo tu a mí y desaparece de mi vida.
Tomé bruscamente su mano y puse las llaves en esta.
Tú POV.
- ¡Erick! ¡Por favor escúchame! – Le supliqué.
- ¿Qué te escuche? – Rió amargamente - ¿No basta haberme mentido estos últimos tres meses? – Mi llanto no cesaba – ¿O qué? ¿Vas a decirme que la apuesta era solo un juego? ¿Una broma? – Volvió a reír y sentí miedo – Claro... ¡Ya se! ¡Te enamoraste de mí! ...Y renunciaste a la apuesta. ¡Claro que sí! Si que te habrás burlado de mi con De Jesús ¿Eh? Vamos, dilo, fui un estúpido.
- Solo...
- ¿Pero sabes qué es lo peor? – Se acercó a mí y solo cerré los ojos, me dolía tanto que me hablara así, a pesar de merecerlo – Lo peor es que yo sabía cómo eras y no me equivoqué – Negó con la cabeza – Solo me equivoqué en creerte, al creerte que sentías algo por mí, al creerte que apreciabas a mis hermanos, al creerte esos besos, abrazos y caricias – Miré sus ojos estaban llenos de coraje y de lágrimas – Yo ya tenía suficiente mierda en mi vida.
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"...Me enamoré como un imbécil de ti."
"...fui un estúpido."
"...Lo peor es que yo sabía cómo eras y no me equivoqué."
"...Yo ya tenía suficiente mierda en mi vida."
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