capítulo 58


Escuché que Erick pronunciaba mi nombre mientras esperaba fuera de la puerta de mi habitación, en ese momento me sacó de mis pensamientos y luego de un par de segundos, golpeó levemente la puerta. 

- ¡No hay nadie! – Contesté y la puerta se abrió dejándome ver a Erick recargado sobre el marco de la puerta. Me sonrió y me giré dándole la espalda indicándole que no quería verlo.

- No estés enojada – Sentí su mano recorrer mi silueta 

– No lo estoy – Me gire hacia él. 

- ¿Segura? – Se acostó a mi lado.

- Segura – Afirmé y me abrazó.

- Perfecto – Dio un beso en mi mejilla y se puso de pie – Una pregunta – Me señaló y solo levante mi mirada hacia él – ¿Dónde puedo conseguir un smoking para dentro de dos días? – Mi rostro se iluminó y luego cambio de nuevo a la seriedad.

- No te burles de mi si... – Le dije ahora si molesta.

- No – Rió – Es que tengo una caprichosa en casa y la llevaré a un baile muy importante para ella aunque realmente no sé bien de qué se trata – Una vez más sonreí de oreja a oreja. 

- Gracias Erick – Grité poniéndome de pie y corriendo a sus brazos.

- Solo dos condiciones – Mordió su labio inferior.

- ¿Cuáles? – Pregunte divertida.

- No bailo – Me miró fijamente y solté una carcajada.

- Está bien – No me quedaba de otra. 

- Y solo si vienes a dormir conmigo – Mi estómago se retorció al igual que mi corazón ¿Qué más quisiera yo?

- Pero... ¿Tus hermanos?

- Ya están en sus habitaciones, además solo dormiremos – Me tomó por la cintura – También podemos platicar – La sensualidad de su voz me derretía – O te puedo abrazar... besar – Su respiración vagaba por mi cuello erizando mi piel por completo. Y al sentir sus húmedos besos por mi cuello, un leve gemido se escapó de mis labios – Te gusta la idea... No me mientas, no te resistas – ¿Por qué era tan cruel? ¡Soy humana Erick, no lo olvides!

- Me encanta la idea – Cerré los ojos dejándome llevar por las caricias y besos de Erick – No me resistiré – Tomó mi mano para guiarme a su habitación pero salimos de la mía y al mismo tiempo salió Yami. 

- Bryan... ¿Puedo dormir hoy contigo? – Con los ojos cristalizados la pequeña traía en una mano su cobertor y con la otra abrazaba un conejo de peluche – Tengo miedo.

Riker mordió su labio con frustración. No solté su mano, esperaría a que él me dijera qué haría. Aún que era más que claro que le diría a Yami que sí, y en caso de que dijera que no, lo obligaría a decirle que sí. Volteó a verme y solo articuló "Perdóname", solo le sonreí y bese sus labios cortamente.

- Buenas noches – Le dije y Yami corrió a mí para darme un beso en la mejilla y decirme buenas noches.

(...)

Yami y Thiago estaban en el living, cada uno con una mochila y una almohada bajo el brazo.

- ¿A dónde van? – Les pregunté al bajar las escaleras.

- A la casa de Sam – Dijo Thiago.

- Y yo a la casa de Nadia – Añadió Yami feliz.

- Es el mismo lugar – Le dijo riendo.

- ¿Me acompañas a dejarlos? – Preguntó Erick pero negué con la cabeza, quería darme una ducha. Me despedí de ambos con un "Diviértanse" y un beso para cada uno.

- Cuando regrese seguirás aquí ¿Verdad? – Preguntó Yami abrazándome. 

- Claro que si, hermosa – Le devolví el abrazo. 

- No quiero que te vayas... ¡Nunca! – Sonrió.

- Aunque no viva aquí siempre estaré para ustedes – Hablé con toda la sinceridad del mundo – Tu, Thiago y Erick son los más preciado que tengo – Sus ojitos brillaron y volvió a abrazarme – Tú solo irás a dejarlos – Le dije riendo a Erick. 

- Si, pero yo también quiero un beso – Puso su mejilla, riendo me acerqué pero corrió el rostro y me lo dio él en los labios. Seguido todos salieron corriendo hasta el auto.

Subí y entré a mi habitación momentánea para tomar una ducha. Y una vez lista me vestí con mi piyama . Aún era temprano, eran pasadas las nueve de la noche pero seguramente no saldríamos. Me dirigí a la habitación de Erick, me senté en la cama y me recargué sobre la pared.
Encendí el televisor, recorrí todos los canales tratando de encontrar algo atrayente pero no había absolutamente nada. Deje un programa de chismes. Entre un famoso que recién compró su mansión y otro que había sido demandado por millones de dólares, mis ojos comenzaron a cerrarse.

(...)

Un leve cosquilleo en mi pierna atormentaba mi sueño. Entreabrí los ojos y me encontré con Erick quien con la yema de los dedos producía esas cosquillas.

- Perdón – Sonrió – No quería despertarte – Le sonreí igual y acaricié su mejilla.

Escuché el golpe de sus zapatillas al caer al suelo y acto seguido, se acomodó a mi lado. Aún algo adormilada me amarré a su cuerpo.
Corría mi cabello a un lado dejando mi rostro y cuello descubierto, esparcía húmedos besos desde mi mejilla hasta mi cuello. Su cálida respiración chocando con mi piel era fascinante.

- Ya, te dejo dormir preciosa – ¿Dormir? Claro, ya que despertaste todas mis hormonas ahora si me dejarás dormir ¿verdad? Estaba por ponerse de pie pero no lo deje, me puse rápidamente de rodillas en la cama y lo tomé por los hombros, escuche su risa.

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