cap 9
Erick POV.
- Si me conocieras bien, sabrías que no me gustan que me sigan preguntando cuando he dicho la verdad – Puse mis manos en su cintura y las deslice hasta su espalda en forma de abrazo.
- Y tú ya deberías saber que me gusta molestarte – Seguía con sus parsimoniosos besos en mi cuello. Me sentía desfallecer al contacto de su piel con la mía – ¿No me dirás por qué estas molesto? – Se puso frente a mí para verme a los ojos – Además del hecho de que te pregunte por eso – Encantadora.
- No estoy molesto – La miré a los ojos y rápidamente le robé un beso. Frunció el ceño.
- Pues, ahora yo lo estoy – Se puso de pie y salió de la sala. Esta mujer había doblegado mi orgullo por completo.
- ¿Tú estás molesta? – La atrapé por la cintura, se sacudió rápidamente tratando de liberarse, claramente no lo lograría – Respóndeme – Me fulminó con la mirada.
- ¿Yo si tengo que responder tus preguntas? – Hizo un gracioso mohín, retenía todas mis ganas de reír ya que si no, se enojaría aún más.
- Eres tan testaruda – Dije posando mis manos en su cuello y me acerqué lentamente para besarla pero corrió con rapidez su rostro.
- Y tú eres tan... tan – Dijo con desesperación pero no sabía qué decir.
- ¿Tan qué? – Susurré sobre sus labios – Dímelo.
Su respiración se aceleraba, no sé si era por mi cercanía o por lo enojada que estaba. La primera opción me convencía más.
- Tan... tan tú – Dijo antes de colgarse de mi cuello uniendo nuestros labios en un intenso beso.
Me apresuré a pasar mis manos por su espalda nuevamente, bajando lentamente para poder llegar a los glúteos hasta llegar a la parte baja de estos y así poder tomarla firmemente y elevarla obligándola a hacer un nudo con sus piernas en mi cintura.
Al mismo tiempo la besaba con intensidad, mi lengua automáticamente entró en búsqueda de la suya, la cual no tardó en dejarse encontrar. Me gustaban sus carisias, su forma de jugar con mi cabello y los pequeños gemidos que se esforzaba por retener, al momento de que la recorría con mis manos.
Subí las escaleras lentamente, no quería tropezar con ella. Se alejó de mis labios susurrando un sensual "Me vuelves loca" sobre estos, cosa que revolucionó mi interior por completo, una vez más. Cerré mis ojos tratando de controlarme pero hundió su rostro en mi cuello, el cual comenzó a ser víctima de sus besos y mordidas, leves. Ya que habíamos llegado a un acuerdo: "No marcas. No explicaciones para Yami y Thiago."
- Solo una ¿Si? – Dijo en tono de súplica.
- Las que quieras – Me cordura se había esfumado. Simplemente me tenía hechizado, podía hacer de mí lo que ella quisiera.
La recosté con una delicadeza insuperable sobre mi cama, era tan exquisita y me daba la impresión que era más frágil que la porcelana. Me detuve un momento para poder observarla. "Definitivamente no es un error" Mi voz interior me apoyó. Ella estaba tan enamorada de mí como yo de ella, y si algo llegara a salir mal, no sería algo que no tuviera solución.
Sus pequeñas manos recorrían mi espalda, mientras yo comenzaba a deshacerme de la última prenda que cubría su cuerpo.
No nos hice esperar más, ambos ansiábamos esto. Me hundí en ella convirtiéndonos en uno mismo, un hermoso gemido salió de sus labios, una sonrisa victoriosa se pintó en los míos.
Mis movimientos eran más rápidos e intensos a cada minuto que pasaba, el tiempo pasaba mucho más rápido que lo que uno pensaba. Ella jadeaba mi nombre y esto solo me motivaba a ponerle más empeño a mi labor.
- Te amo Erick – Dijo en un suspiro una vez que ambos terminamos y yo me recostara en su pecho.
- Y yo a ti, linda – Besé sus labios y me dispuse a recuperar el aliento.
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