Erick:

- Alison está más que enamorada de ti – Escupió Yoandri sin rodeos.

(...)

- ¿Qué haces aún aquí? – Le pregunte a Christopher quién veía televisión con Yami y Thiago en la sala – ¿Todavía no llegó?

- Si, si llegó – Me contestó – Pero se veía algo...

- Triste – Completó Yami corriendo hacia mí y me abrazó – Tenía lágrimas en su carita – Dijo igual triste y preocupada.

- Thiago dijo que tal vez necesitaba estar sola – Agregó Thiago.

- Si, eso era lo mejor. Thiago, gracias – Le dije y este asintió con la cabeza – Y ustedes espérenme aquí o vayan a sus habitaciones – Ambos subieron corriendo y yo subí tras ellos.

(...)

- Hey – Golpeé suavemente dos veces la puerta – ¿Me abres? – Dije ya que intenté entrar pero tenía seguro. Escuché el delicado crujir de la madera del piso.

Se había cambiado, el vestido de encaje blanco había sido cambiado por un short y una musculosa. No había nada que me gustara más que verla así de sencilla. Su cabello estaba atado en una coleta alta y su mirada estaba dirigida hacia abajo. Crucé el umbral y cerré la puerta, me recargué sobre esta con los brazos hacia atrás. No sabía que decir. Mi fuerte nunca había sido el consolar a las personas.
Sorbió por la nariz y limpió sus lágrimas con brusquedad. Caminó hacia mí y me abrazó fuertemente. 

- Tengo miedo... miedo de perderte – Soltó las palabras entrecortadamente – Tengo miedo de que me dejes – Sentí que me abrazaba con más fuerza. 

- No lo tengas – Dije y pasé mis manos por arriba de sus hombros abrazándola también – Ya te lo dije, yo no te dejaré sola – Deposite un beso en su cabello y su llanto simplemente no se detenía.

- Ven – La guié a la cama y la hice sentarse – Tranquilízate, deja de llorar, no quiero que llores.
Se recostó haciéndose a un lado para que yo también lo hiciera.

- ¿Sabes de qué tengo miedo yo? – Dije después de unos momentos de permanecer en silencio, secó su rostro con su hombro y me miró con atención a los ojos – Tengo miedo de que tú lo tengas porque crees que me perderás – Sonaba muy confuso pero sabía que ella entendería – Eso me dice que no confías en lo que siento por ti – Sus lágrimas salieron una vez más.
Era impactador ver a la verdadera ella. No ver a la prepotente, engreída, confiada, narcisista y más segura de sí misma que la mismísima reina. Era frágil, sencilla y temerosa. 

- Claro que si te creo – Me dio un suave beso en los labios. 

- ¿Entonces? – Reí – ¿Dónde quedó la seguridad que tenías de ti misma? – Me perdí en su mirada.

- La desapareciste – Una vez más ocultó su rostro en mi cuello. Subí mi mano y comencé a acariciar su cabello, su respiración rozaba mi piel y su brazo se aseguraba de que nuestras anatomías permanecieran juntas – Te amo Erick – Susurró antes de quedarse profundamente dormida.

Tú POV.

Por más enojo que me diera admitirlo, ella tenía razón. Yo no lo merecía. Era el chico más dulce encubierto del más rudo por temor a que lo lastimaran. ¡Yo lo había hecho! Yo lo había lastimado y, tal vez Erick me lo había perdonado... pero yo a mí misma no.
Seguí observando su perfecto rostro, su respiración tranquila que, también emanaba tranquilidad. Podía permanecer horas mirándolo dormir.