cap 16

Erick POV.

- ¿Por qué no mejor regresa a su casa y mañana en la mañana le digo a su hija que vino a buscarla y que ella la llame? – Me paré a un lado de la puerta esperando a que saliera. 

- Sé que hablo muy claramente y puedes procesar lo que te estoy diciendo – Articuló como si fuera un completo estúpido al que le hablaba.

"Respira, tranquilízate, respira" Repetí en mi cabeza.

- Y no te conviene hacerme enojar – Siguió – Ella es menor de edad, fácilmente irías a prisión – Carcajeé ante su estúpida amenaza. 

- Mire – Conté mentalmente hasta diez, ya que no dejaba de ser la madre de mi novia – Yo no tengo aquí a nadie a la fuerza. Ella el día que quiera puede tomar sus maletas e irse con usted pero dudo que eso suceda – Dije burlonamente y su rostro se pintó de rojo.

- ¡Escucha muy bien lo que te voy a decir! – Dijo ya más que enojada señalándome con su dedo índice. 

- ...Ten mucho cuidado lo que vas a decir – La voz de la joven en cuestión venía desde las escaleras. 

- Que bueno que estas aquí, trae tus maletas y vámonos. 

- ¿Quién te dijo que estaba aquí? – Dijo con una enorme frialdad. Era sorprendente lo duro que podía hablarle. Yo ni en sueños había sido capaz de hablarle así a mi madre.

- Eso no importa – Le respondió. 

- ¿Quién te dijo que estaba aquí? – Repitió bajando las escaleras. 

- Zabdiel... pero ya hablaremos de eso cuando estemos en casa – Mi cuerpo se tensó, ahora si me tocaría ajustar cuentas con el imbécil de Zabdiel.

- No gracias, mira, ya es tarde y hay niños dormidos. ¿Qué te parece si te visito un día de estos? Claro... si tienes tiempo – Prácticamente la echó – Revisa tu agenda, tal vez tengas algún espacio libre en algunos... ¿Dos meses?

- ¡JOVENCITA! – Dijo en un tono de impresión.

- Vete por favor y deja de fingir que te intereso. 

- ¡Claro que me interesas! Lo estoy haciendo por ti, por tu bien, esto es... es, es un error. Tú no puedes salir y mucho menos vivir con... ¡él! – Me señaló una vez más. 

- Si, puedo. Es mi novio y lo amo – Esto sí que subía mi orgullo. 

- Pero él jamás...

- Basta – No la dejó terminar. La verdad quería que la dejara hablar, quería saber lo que detestaba tanto de mí. Además de que tenía que mantener a mis hermanos, mi ausencia de padres, mi forma de vestir, mi vehículo y... está bien, prácticamente me odia por completo. 

- Piénsalo – Acomodó su saco – ¿Qué te puede ofrecer este? – Eso si me ofendió. Yo podía ofrecerle mucho más que cualquiera. 

- Cariño, aprecio... un verdadero hogar – Esta vez yo hablé – Tal vez no puedo darle muchos lujos – Bajé la mirada y sentí su mano apretando levemente la mía – Pero puedo asegurarle que aquí estará mejor que en cualquier lugar. 

- De amor no se vive niño, tenlo bien presente – Dijo con repulsión – Prepara tus maletas, no te quedarás por mucho aquí – Salió de la casa y la puerta se cerró tras de ella.

- Perdóname, enserio, perdón. Discúlpame, lo siento demasiado... – Su voz era amortiguada ya que se hundió en mi pecho abrazándome. 

- ¿Por qué te disculpas? – Reí. 

- Mi madre... 

- Hey... tranquila, nadie elige a su familia – Soltó una pequeña risa. 

- Estúpido Zabdiel – Murmuró y concordé con ella. 

- Ya me arreglaré con él mañana – Afiné mi mirada y ahogó un grito aun entre mis brazos. 

- ¡No! Déjamelo a mí, yo me encargaré del bocón ese. 

- Ya veremos mañana, el primero que lo vea, se arregla con él – Tomé su mano y la entrelacé para después guiarla a las escalera. Ella subía un escalón atrás de mí cuando preguntó...

- ¿Un verdadero hogar?

- Para mí somos una familia, algo extraña... – Me golpeó jugando – Solo bromeaba – Me retracté y me detuve para que me alcanzara y pasé un brazo por sus hombros. 

- Muchos hijos – Dijo y vaya que me sorprendí – Yo quiero tener muchos hijos – Hablaba pensativa, seguramente imaginaba. 

- ¿A cuántos te refieres por muchos?

No me aterraba la idea de ser padre, ya que prácticamente desempeñaba ese papel con Thiago y Yami . Lo que me aterraba era que seguramente ella quisiera formar un ejército... ¡Y seguramente de niñas! No puedo ni imaginarme la cantidad de vestidos que tendría que comprar, habitaciones por pintar de rosa y novios los cuales espantar.

- Tres... tal vez cuatro o hasta cinco – Sonrió – Quiero que la casa siempre este llena y que cuando seamos viejitos... – No había más que ilusión en su cara – Las cenas y reuniones sean grandes festejos, con nietos y hasta bisnietos – Ella simplemente quería una familia. 

- ¿Te imaginas?... A nosotros de viejos – Carcajeé. 

- Peleando cada cinco minutos – Ambos reímos.

(...)

Tú POV.


  — ¿Eres estúpido o te haces?

— ¡Erick en qué quedamos! — reproche.

—Yo lo vi primero, yo me encargo de el— se sacó la chaqueta y la lanzó en el césped, me puse en medio ya que casi se le lanza encima a Zabdiel.

— ¡Yo lo vi primero! — Era verdad —Hasta te dije ahí está Zabdiel yo me encargo.

—Si son adorables sus discusiones ¿Ya me puedo ir? — dijo Zabdiel con ironía y fastidio.

— ¡No! — gritamos Erick y yo al unísono haciéndolo sobresaltarse un poco. Ambos reímos como viles bravucones. Al menos Erick ya lo era.

—Llegare tarde a algebra— reclamo y obviamente no estaba en posición de hacerlo.

—No, _____(tn) y yo llegaremos tarde a álgebra... ¡Tú no! Con suerte y en una semana podrás volver a clases o al menos ponerte en pie.

— ¡Basta Erick!

— ¡Quiero que lo intentes idiota!

— ¡De Jesús cállate!

— ¿Que lo intente? ¡Já! mejor cállate si no quieres que te desfigure.

—Saben que así no se puede— me dejé caer en el césped, crucé las piernas como indio y también crucé mis brazos. —Cuando terminen de decirse cosas me avisan.  

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