CAP 11

  - ¿Te puedo acompañar? – Preguntó acariciando mi mejilla.

- Si – Sonreí – Pero pensaba ir de ahí al centro comercial – Mordí su labio inferior provocándolo.

- ¿Y?

- ¿Crees resistir? – Levantó una ceja.

- Tengo que acostumbrarme ¿No?

- Buena respuesta – Junté nuestros labios nuevamente.

Si fuera por él, nos hubiéramos quedado en su casa. Pero... ya no tenía ropa así que tenía que por unas cuantas prendas más a casa de mi madre y después a comprar otras cosas más. Ya que la mayoría eran vestidos y, digamos que, me estaba esforzando un poco más en cambiar mi forma de vestir.

(...)

Todas las trabajadoras se sorprendieron al verme, afortunadamente mi madre no estaba en la casa. Si me interesaba verla, saber cómo esta, después de todo es mi madre, pero al parecer, bueno con lo que me contaron... no parecía afectarme mi ausencia. Ambas estábamos mejor así.

Erick POV.

La vi salir por el pórtico de su casa con una gran maleta llena y apenas podía con ella. Rápidamente bajé del auto y le quité la maleta.

- ¿De verdad necesitas ropa nueva? – Pregunté al sentir el peso de la maleta. 

- Si – Sonrió y arrugó la nariz – Esa solo trae zapatos y bolsos – Por suerte la habitación que le había asignado en casa tenía un gran armario.


****


Cargando con cerca de diez bolsas estaba sentado frente a los vestidores de una tienda. Agradecí no ser el único ya que unos tipos más estaban igual que yo, unos fuera de la tienda esperando, otros sentados en los pequeños sillones esparcidos por el lugar.

Enfoqué mi mirada en el vestidor del medio, donde ella estaba. Solo podía ver un poco más debajo de sus rodillas, ya que la puerta blanca no llegaba hasta el piso.
Vi como trataba hacer que su short cayera al piso sin enredarse con sus sandalias, eso me sacó de mis pensamientos. Seguido de esto, su sweater y su blusa cayeron al piso. Siendo sincero, me moría de ganas por entrar.
Mordí mi labio inferior y me reté a mí mismo por tener esos pensamientos en este momento.
Sacudí un poco mi cabeza y logré despejarla un poco. Regresé mi mirada hacia el probador, estaba en la punta de sus pies, se giró hacia la puerta y una vez más giró dándole la espalda a la puerta.
La cerradura giró y rápido desvié mi mirada hacia el techo. Estúpido, lo sé. Escuché su suave risa, volteé y vi que solo su cabeza salía del probador.

- ¿De qué te ríes? – Pregunté curioso.

- ¿Y tú qué miras en el techo? – Volvió a reír – Ven, necesito que me ayudes – Mis ojos se abrieron como platos pero traté de disimular.

- ¿Y-yo? – Indague y miró con reproche.

- Si no quieres llamo a alguien más – La miré serio y deje todas las bolsas en el piso. Me paré frente a ella, bueno, frente a su cabeza ya que era lo único que podía ver – ¿Con qué te ayudo? – Pregunte y se hizo a un lado. 

- Entra – Dijo pero me quedé paralizado, no era una buena idea que me dejaras entrar – ¡Erick, me verán! – Oh no, eso no. Entré al pequeño cubículo y cerró la puerta – ¿Podrías subirme el cierre? – Me dio la espalda dejándome ver el cierre que venía desde la parte baja de su espalda. Subí en contra de mi voluntad lentamente el cierre. Rápido se dio media vuelta para verse en el espejo. Se veía con detenimiento, no parecía convencida. ¿¡Y cómo no iba a estarlo!? Era un vestido negro.

- Se te ve hermoso – Di un beso en su hombro, en realidad se le veía perfecto.

- ¿De verdad? – Preguntó insegura – El color no me convence – Lo sabía. 

- Si, de verdad – Sonrió – Pero no lo llevarás – Su sonrisa se esfumó y una mueca de incomprensión se formó.

- ¿Por qué no? – Nos mirábamos por el espejo.

- No saldrás a la calle con eso – La abracé, no quería que se enojara y empezáramos una nueva discusión – Es muy corto – Carcajeó y quitó mis brazos.

- Erick, no está corto – Al menos no había gritado.

- Oh sí, lo está – Me crucé de brazos y ella lo hizo también.

Ninguno pensaba ceder. Ella aseguraba que lo llevaría y yo aseguraba que no lo haría.

- Yo no te digo que puedes usar y qué no – Replicó molestándose un poco, había que reconocerlo, ambos estábamos haciendo un gran esfuerzo por no gritarnos.

- Perfecto – Le guiñé un ojo – De todos modos no lo llevaras – Me di la media vuelta y escuché como gruñía, no tardaba en explotar. 

- No Erick, espera – Su tono de voz cedió. La verdad yo no tenía planeado entrar y discutir – Baja el cierre – Lo bajé, al parecer esta vez yo había resultado victorioso.

Me acerqué para besar su cuello pero se hizo a un lado. "Mierda" grité por dentro. Como si ella fuera a dejarme ganar.

- Gracias, ya puedes salir – Dijo cortantemente.

Salió del vestidor con una mirada seria y un montón de ropa en su brazo derecho, me puse rápido de pie y la abordé quitándole todo de las manos para que no lo cargara, no me convenía tenerla de enemiga.

Aún cargado de bolsas y ropa, quise tomar su mano pero se hizo a un lado. Bien hecho Erick.


Tú POV.

Me paré frente a la caja junto con Erick quien dejó todas las cosas en el mostrador.

- ¿Tarjeta o efectivo? – Preguntó la castaña tras el mostrador. 

- Efectivo. 

- Tarjeta – Corregí a Erick, todas las demás comprar las había pagado él en contra de mi voluntad. Era mi novio, no mi esposo.

No tenía por qué mantenerme ni siquiera aunque fuera mi esposo. Me miró desaprobatoriamente, lo ignoré y entregué mi tarjeta – Ese no lo llevaré – Le dije antes de que marcara el vestido negro. 

- Es muy lindo... ¿No les gustó? 

- Si, es muy lindo – Sonreí forzadamente – Pero no me convence – Siguió marcando las cosas y guardándolas en bolsas. 

- Gracias por su compra - Dijo con una gran sonrisa mientras me entregaba todas las bolsas. 

- ¿Te ayudo? – Habló Erick para ayudarme con las bolsas pero me negué – Oh, vamos – Alargó – No seas chiflada – Lo miré fulminantemente, estaba más que enojada pero estaba haciendo un enorme esfuerzo para no gritar – Elige otro vestido, el que quieras – Se acercó a mí – No estés enojada – Dio un rápido beso en mis labios, miré hacia abajo.   

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top