†~20~†
Shoto:
Caminaba por las mismas calles de siempre, no estaba pensando nada en particular, me hubiera gustado estar concentrado en algo, así tal vez no me hubiera dado cuenta en ese momento.
Abrí la puerta de mi casa, hubo un silencio más incomodo que el de costumbre, pareciera que estaba vacía, aunque eso era imposible a estas horas. Entonces la ví, justo cuando pasé al lado de la cocina queriendo llegar a las escaleras, solo por voltear la mirada por inercia, la ví.
Era mi madre, se veía bastante acabada, moretones por toda la cara, ojos hinchados, nada de brillo en sus pupilas, curitas medio despegadas y una venda mal puesta callendo por la parte trasera de su cabello.
-Madre...- digo atonito.
-Shoto...- dice saliendo de la cocina con un vaso de agua.
En ningún momento me dirigió la mirada, su voz se oía tan seca que tuve miedo de que le doliera pronunciar palabras, por otro lado yo quedé bastante impactado y no es como si fuera la primera vez que la veo en este estado, para nada....era su fría mirada. Hueca, helada, obscura, como si no hubiera un alma dentro de ese cuerpo roto y a punto de desfallecer.
Me hubiera quedado estatico durante horas ahí parado si no fuera por una tierna voz que venía de la sala, era mi hermana mayor, llamandome para que fuera a su lado.
-Shoto, ven y sientate junto a mi...- dijo mientras hacía señas al asiento vacío.
Un poco norteado y con pasos lentos, me dirigí hacía ella, cuando tomé el lugar solo me miró a los ojos y me sonrió tristemente al mismo tiempo que acarciaba mi cabello, pero fue cuando me tomó el hombro que puso una cara seria.
-¿Qué sucede?- pregunto con algo de preocupación.
-Mamá está un poco sensible ahora mismo, se que no soy nadie para decirtelo pero por tu bien, el de ella y el de nuestros hermanos, no deberías dirigirle la palabra un tiempo, deja que ella te llame primero, así sabrás que ya se siente lo suficientemente capaz para tratar contigo- me dice de la forma más dulce que puede.
Por un momento siento una enorme tristeza y una pequeña punzada en el corazón, es pequeña por que he vivido la misma situación durante años, odio admitirlo pero lo que mi hermana me recomienda es lo mejor, no puedo seguir siendo un descuidado.
-Entiendo- digo con voz de ultratumba.
-Me alegro de que comprendas- dice sonriendo de nuevo.
Ella se levanta y se dirige al segundo piso, aun afectado por la situación me quedo sentado, mirando a la mesita de centro sin prestarle atención realmente. No pudo decir que mi vida es la peor, porque se que hay personas en el mundo pasandola 300 veces peor, pero este dolor quema por dentro, más en el pecho que en cualquier otro lado.
Bakugou:
Hace mucho calor, pero es normal, las tardes siempre son así, estoy hojeando un comic pero realmente no estoy muy interesado en la trama, así que lo arrojo al suelo y me acomodo mejor en la cama, sin embargo, aunque cierre mis ojos, no tengo sueño, así que mejor me levanto y bajo a la cocina por algo de beber, tenía sed, así que me estampé un litro de jugo de naranja, no es como si alguien fuera a quejarse.
Cuando vuelvo a mi habitación escucho mi celular vibrando entre las sabanas, lo dejé así porque realmente planeaba dormir pero al final no resultó. Reviso el contacto y es mi padre, así que solo suspiro y contesto.
-¿Que quieres?- pregunto sin muchas ganas de tratar con el.
-Te sigo esperando en mi despacho- reclama enfadado.
-Lo había olvidado- miento.
-Ven ahora mismo- dice con frialdad.
-Voy- digo cortando la llamada para no tener que oir sus quejas en el camino.
Me miro al espejo, ya me había puesto ropa de andar en casa, un pantalón holgado estilo militar y una playera negra de tirantes. Como no me importa en que fachas me vea voy igualmente, mejor así, tal vez quiera llevarme algún lugar y se arrepienta al ver mi definición de "moda".
-Ya estoy aquí- digo abriendo violentamente la puerta del despacho.
-¿Qué son esas ropas?- pregunta con la ceja levantada.
-¿No te gustan?- recrimino con sarcasmo mientras me siento en uno de los sillones y subo los pies al escritorio.
-¿Sandalias sin dedos?- insiste.
-¡Son comodas!- contesto con burla.
-Escucha, iré al grano- dice cerrando sus ojos y frotando sus sienes.
-Ya te estabas tardando- me quejo.
-Este sabado quiero llevarte a una fiesta importante, te presentaré a unos amigos de negocios, ellos quieren que conozcas a sus hijas- explica abriendo sus ojos nuevamente.
-¡¿Qué?!- me exalto.
-¿Tengo que repetirlo?- acosa con soberbia.
-¡Me niego!- me defiendo con furia.
-No te estaba preguntando- contesta.
-Ni yo a ti- me levanto con intenciones de irme.
-Katsuki- sentencia con una voz potente.
Me detengo con la mano en el picaporte, se que es lo que sigue, es la misma amenaza de siempre, estoy cansado, lo peor es que es efectiva, por más que lo odie sabe que no puedo hacer nada.
-No te gustaría que algo le pasara a tu madre- dice con intenciones de hacerme enojar más.
-Te he dicho que no la menciones- digo con una voz sombría.
-Si hubieras nacido mujer, te hubiera dejado con ella, para que enloquecieran juntas, pero no fue así, cumplirás con los deberes de un hombre, si quieres que nadie le ponga un dedo encima, entonces obedece y deja esa actitud tan despreciable- dice con seriedad.
-¡¿TU QUE SABES DE ACTITUDES DESPRRCIABLES SI NO TE HAS TOPADO CON ALGUIEN COMO TÚ?!- grito con rabia mientras salgo asotando la puerta.
Me enferma, lo detesto, este sentimiento quema, quema justo en mi garganta más que en cualquier otro lado. Con pasos agigantados llego a mi habitación y tambien azoto la puerta, empiezo a caminar en circulos mientras murdo la punta de mi pulgar, me dejó con un caracter de los mil demonios, si no tuviera cerebro ya hubira golpeado el espejo con un puñetazo, pero no ganaría nada con eso, solo me lastimaría.
Abro la ventana de golpe, inhalo y como si la vida me importara una mierda grito como un loco, al carajo si alguien me escucha, que le den por culo, es mi casa y puedo gritar lo que yo quiera.
-¡AAAAAAAHHHH!- me desahogo.
Cuando termino mi respiración se encuentra ajetreada, pero como un flash, llega el recuerdo de un pequeño niño de cabellos y ojos negros, sonriendo con una pureza inconprensible, digna de un alma tan buena como la de el, ese pensamiento me hace calmarme. Así que solo miro a la nada un rato, con la mente en blanco, para al final terminar recordando como conocí al crío.
-Kouta-
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Merezco ser insultada, pero lo siento, se que me tardé mil años en actualizar, pero la verdad es que hoy fue el primer día en mucho tiempo que tuve un pequeño espacio para escribir, entre la escuela, temporada de examenes, concursos de conocimiento fuera de la ciudad y problemas de la vida cotidiana no he tenido tiempo ni para dormir o comer bien, de hecho me puse muy mal de salud, el doctor dijo que es por lo mismo, no dormir, no comer, estrés, todo al mismo tiempo me hizo mal, pero luego de estar tirada en cama todo el día ya me siento mejor, aunque aun me duele la cabeza, el doctor dijo que las migrañas me durarán un tiempo.
Pero no quiero que se sientan mal, dar lastima no es lo que busco, si les cuento esto es por que les tengo confianza, quisiera tener una bonita relación autor-lector con ustedes😊
Gracias por la espera y perdón por no tener un cuerpo resistente, normalmente debería aguantar más pero supongo que haciendo lo mismo tantos años me ha ido desgastando😔
Mil disculpas si hay faltas de ortografía🙇
Nos vemos pronto, saben que son unos soles para mi~☀
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top