Izuku:

¿Qué demonios estaba pensando? Parezco un psicopata o algo así, digo en mi mente mientras regreso a la realidad. A lo lejos veo a Kacchan haciendome señas de que me acerque, así que voy a sentarme en mi banca, quedando frente a el.

-¿Qué fue todo eso?- pregunta como si fuera a regañarme.

-No lo se, solo pasó- digo decepcionado.

-¿De que mierda hablas?- pregunta extrañado.

-¿De que mierda hablas tú?- pregunto confundido.

-De tu exposición, idiota...- dice mientras me jala ambas mejillas dolorosamente.

-Entonces hablamos de lo mismo...- digo sobandome la cara.

-¿Entonces?- pregunta aun sin rendirse a tener una respuesta clara.

-¿Podrías ser más especifico?- pregunto con una gotita en la frente.

-Te veías muy decidido al insultar al bastardo "mitad-mitad", tu no eres así, que te sucedió?- pregunta con un tono más serio.

La verdad es que estaba mintiendo cuando dije que hablabamos de lo mismo, por un momento olvidé que Kacchan no era un ente todo poderoso con la capacidad de ver a través de mi alma y saber de mis más oscuros pensamientos, incluso más de lo que yo sé, creí que me preguntaba por esa escena de hace un momento que solo había ocurrido dentro de mi mente.

Cuanto ha cambiado, cuando eramos pequeños parecía que siempre sabía lo que estaba pensando, lo que deseaba, incluso mejor que yo mismo...ahora me encuentro aquí, con una pregunta extraña, que no se como responder adecuadamente, hecha por este sujeto, que alguna vez fue mi Dios.

-Eso...no entiendo de que me hablas, solo me expresé...con algo de gandallería...pero solo me expresé a fin de cuentas- digo con una pizca de razón.

Mi amigo de la infancia solo me mira con desaprobación, no pienso retractarme, no hice algo tan malo, los estudiantes son crueles, esto no es nada comparado con lo que viví.

-Deja de mirarme así, tu no eres el mejor ejemplo de etica moral, Bakugou- le digo sin pelos en la lengua.

-Vaya, realmente debes estar enojado si me estás llamando por mi apellido...-dice aun con la misma mirada.

El rubio centado frente a mi solo suelta un suspiro bastante pesado y baja la mirada mientras se cruza de brazos. Cierra sus parpados y abre levemente su boca, parecía que iba a soltarme un sermón, pero al instante se arrepiente y la vuelve a cerrar.

-Has cambiado mucho...- dice con sus ojos aun cerrados.

-Tú tambien...- con ese par de palabras doy por terminada la conversación.

Aizawa:

Que patetico de mi parte, estar aquí, en un pasillo, con dolor de cabeza, todo por culpa de un montón de mocosos gritones que aun no saben redactar sus ideas correctamente.

-Esto es el colmo...- susurro para mi mismo.

Con algo de temor, de colapsar por estrés o algo así, un pobre profesor con una melena alborotada y ojos de drogadicto, abre la puerta estupidamente gigante del aula 1-A.

-Muy bien clase, hora de continuar...- digo deteniendome en seco.

Sentí como mi vena palpitaba en mi frente, yo intento no ser tan malo con mis alumnos, pero estos se empeñan en sacarme de mis casillas.

-¿Se puede saber...quien les dio permiso para levantarse de sus asientos?- digo con una apariencia tenebrosa.

Los alumnos del querido profesor Aizawa, ya sea por la adrenalina del momento o por lo distraidos que estaban a causa de su compañero Shoto, alucinaron algo parecido, más de uno jura que al menos por unos segundos, vieron como los ojos de su maestro se tiñeron de un rojo brillante y su cabello comenzó a flotar en contra de cualquier ley que involucre a la gravedad. Pero como sabemos, eso es físicamente imposible.

-¡LOS SENTIMOS!- gritaron en coro.

Todos los que se encontraban parados en ese momento supieron, si es que no lo sabían de antes, lo que es el verdadero terror.

Luego de un largo sermón en forma de discurso sobre la diciplina por parte de su tutor, la clase volvió a su actitud de siempre.

-Bien, espero realmente lo hayan entendido esta vez- digo con evidente enfado.

-Si profesor- contestan la mayoría de estudiantes.

-Ahora, el siguiente equipo...- es interrumpido por una chica de apariencia punk con unos extraños aretes reciclados de auriculares.

-Falta muy poco para que termine la clase profesor- dice enseñandole la hora en su celular.

El hombre del saco suele desconfiar de sus aprendices, por lo cual siempre lleva un reloj en su muñeca, pero lo que decía la chica era verdad, faltaban solo 5 minutos para el cambio de clase.

-Miren, hacerme perder el tiempo de esta forma...tal vez se hayan salvado de las exposiciones pero no de la tarea, ese será su castigo- impongo con autoridad.

Las quejas y los abucheos no se hicieron esperar, unos reclamando injusticia y otros juzgando su ser vengativo, incluso alguien aprovechó el alboroto para decir "nadie brilla más que yo".

Miro por 5 segundos a mis alumnos, estoy seguro de que nadie tiene tanta mala suerte como yo, tomo aire y me dispongo a alsar la voz.

-¡SILENCIO!- grito poniendome algo rojo.

Nuevamente los jovenes se sienten mal por su profesor, lamentablemente no tienen compasión, por que no planean mejorar su comportamiento.

-Harán un resumen por cada exposición, por ahora solo revisarán la de sus compañeros, Izuku y Shoto, pero más adelante serán por todos los que expusieron ese día, cada resumen será de 2 cuartillas, puede incluir lo que gusten, datos interesantes, opiniones personales, sean creativos, pero se los advierto, si llego a encontrar 2 que sean iguales o extremadamente parecidos, los castigaré a todos- digo mientras recojo mis pertenencias.

Despues de dejar a mis retoños con el animo bajo, salgo en dirección a la sala de maestros, ya que estoy esperando un paquete importante, y se supone que llega uno de estos días, por lo que voy cada que puedo para revisar si ya se encuentra ahí.

Todoroki:

Luego de escuchar atentamente lo que dijo el profesor me pregunté inmediatamente si a Midoriya le gustaría hacer los futuros ensayos conmigo.

Volteo a verlo, pero siento que algo anda mal, se ve muy desanimado, que estará pensando? Me gustaría poder acercarme y preguntar con naturalidad que es lo que lo agobia pero creo que será mejor esperar, no quiero seguir molestando.

Ya ha pasado el día entero y la campana electronica nos dio la señal de partida, cada quien se dispone a ir camino a sus casas pero yo solo me concentro en perseguir unos suaves cabellos verdes, o al menos así parecen a la vista de los simples mortales como yo, que tenemos el honor de verlos moverse cerca de nosotros.

-Midoriya!- digo antes de que escape de mi.

-¿Qué sucede?- pregunta sin muchas ganas.

-Se que es una pregunta extraña pero, te gustaría que hicieramos los ensayos juntos?- pregunto aun con esperanzas.

Al principio solo me mira sin cambiar la cara aburrida de su rostro pero de repente veo como su mirada se dirige al suelo y empieza a hablar con un tono más desanimado.

-Yo...ahora no es buen momento, lo mejor es que trabajemos separados por ahora...- dice mientras da la vuelta y sale del salón.

Bueno, al menos no fue un no, es un pecado sentirme feliz por eso? Aunque no puedo estar contento del todo, hay algo en su forma de actuar que no está bien, se ve deprimido.

-Deja de darle vueltas, Shoto- me digo a mi mismo al darme cuenta de que llevo varios segundos pasmado de pie en el aula.

Cierro la pesada puerta mientras salgo, los pasillos casi no tienen gente, así que se me hace facil acelerar el paso, mientras voy por el camino me pongo a divagar sobre el incidente con mi ropa, aquella vez...y como un flash regresa a mi, con un mal presentimiento en el corazón me hecho a correr como alma que lleva el diablo.

-Mierda! Mierda! Mierda!- digo en susurros bastante sonoros.

Cuando abro la puerta de mi casa pareciera que acabo de salir de un maratón, y como no? Tremenda corrida la que me eché y no de la forma placentera.

-Fuyumi! Donde estás?- digo fuertemente para asegurarme de que me escuche.

-En el cuarto de lavado!- escucho desde el segundo piso.

Mis peores temores se hicieron realidad, ahora lamento ser flojo en las lavores del hogar, si lo hubiera lavado cuando fuera mi turno de hacerlo no estaría en esta situación ahora.

-Fuyumi!- digo corriendo hacia el marco de la habitación sin puerta.

-¿Qué sucede Shoto?- pregunta confundida.

-¿Apenas lavando?- digo para despistar, tomando una pose "relajada" mientras me recargo en el marco sin puerta.

-Lo se, es que se me juntaron algunos trabajos en la universidad y apenas me dio tiempo...por qué? Necesitas que lave algo para ti con urgencia? Dime que es y lo lavo ahora mismo- dice urgando en la ropa sucia.

-No...este...- digo sin ser escuchado.

-Ajá! Parece que tu ropa para dormir es lo unico tuyo en la cesta- dice mientras la entiende frente a ella.

-Si! Bueno, gracias! Vuelvo cuando esté lista!- digo alzando mis manos en forma de pistolas hacia ella y saliendo lentamente de eapaldas.

Me dirijo a mi habitación esperando que no lo note, pero despues de un par de horas empecé a preocuparme, así que fui a echar un vistazo. Sigilosamente me acerco al marco donde no hay puerta, lamentablemente soy detectado.

-Shoto? De que es esta mancha? Ya intenté con 3 tipos de suavisante diferentes y no desaparece- dice acomodando sus lentes para verla mejor.

-Pintura para tela...estaba haciendo un trabajo...de manualidades...-digo con los ojos en blanco.

-Entiendo, será una de esas manchas dificiles, traeré el jabón en polvo y tal vez deba salir y comprar en barra, un quita-manchas, cloro y pinol, solo por si acaso- dice mientras toma su chaqueta.

Ahí va una heroína, la experta en acabar con manchas dificiles, Fuyumi Todoroki, será ella rival para el semen de su hermano de sangre? Descubralo en el siguiente episodio de: "La vida de Shoto es una mierda". Disponible 24x7, solo en la mente del traumado hermano de en medio de la familia Todoroki.

-Debo dejar las drogas...-

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Lo se, me tardé como los cojones, pero el universo se puso en mi contra D:

Mi pila de celular ya no sirve y pasé mis vacaciones en un rancho sin internet, por que así es, ya se acabaron😭

Ya estoy ahorrando para comprar la pila, ustedes tranquilos, yo nerviosa👀

Si sigues aquí, dejame darte las gracias💞

Los amo, en serio💋

Nos vemos más pronto de lo que creen😋

Bye-Bye!🙋