Capítulo 6. Espero poder divertime
Narra Mike:
Me despierto a las 8:00 a.m. para ir a la fiesta.
—¿Y si dejo plantada a Nicole y no voy? —decía Mike, bostezando.
Nicole me dijo que me levantara a esta hora para que no se nos hiciera tarde.
Me levanté de la cama, con sueño, me puse mi sudadera y fui directamente a la cocina a desayunar algo, con el objetivo de despertarme un poco. Cuando apenas llegaba escuché el timbre de mi casa.
—¿Qué? ¿Será Nicole? —se preguntaba Mike.
Abrí la puerta y vi que Nicole se encontraba ahí.
—Nicole, ¿por qué llegaste tan rápido? —adormecido decía Mike.
Nicole iba a venir a mi casa para que nos fuéramos juntos, solo que no pensaba que fuera tan temprano.
—Hola, Mike, estoy bien, muchas gracias por preguntar —bromeaba Nicole.
—Como sea...
—¿Puedo pasar? —preguntaba la mightyena.
—Ehh... No he limpiado y apenas me desperté, no sé si sea buena idea —explicaba el eevee.
—No importa.
Nicole pasó sin que le diera permiso, pero no me molesta, ella es así conmigo.
Cerré la puerta y me dirigí a ella.
—Bueno... para ser un departamento no está tan mal —mencionaba Nicole.
—Pero si ya habías venido antes. Como sea, voy a desayunar, ¿quieres algo? —ofrecía Mike.
—Sí, sí quiero.
—Ok, ¿qu-
—Quiero comer contigo —decía Nicole, con una sonrisa.
—¿Qué? Eh... ok —confundido.
—Pero no quiero cereal. Toma esto —dijo Nicole para darle una bolsa.
—¿Qué es esto? —preguntaba Mike.
—Velo tú mismo.
Abrí la bolsa y habían dos cajas y dos vasos, vasos de café; abrí las cajas y eran unos hot cakes. Al parecer, Nicole había traído desayunos para los dos.
—¿Me trajiste un desayuno? —preguntaba Mike.
—No, Mike, son juguetes —con sarcasmo respondía Nicole.
—Bueno, gracias —agradecía Mike.
—Pues hay que comer.
—Sí
Los dos nos sentamos para desayunar mientras hablábamos.
Al rato, después de comer
—Bueno, estuvo bueno, gracias por traer comida, Nicole —mencionaba Mike.
—Por nada.
—Bueno, iré a arreglarme —decía Mike para levantarse.
—Te acompaño.
—Ehh... No, quédate aquí —rechazaba Mike.
—Ni que te fuera a hacer algo —insistía Nicole.
—Bueno... —aceptaba el eevee.
Nicole y yo fuimos a mi habitación. Al llegar, ella se echó en mi cama.
—Tomaré un baño —mencionaba Mike.
—Sí, está bien, te espero aquí —decía Nicole.
—Si deseas, puedes ir limpiando mi habitación, te lo agradecería.
—Qué flojera, mejor te espero aquí acostada —se negaba Nicole.
—Ni un favor me puedes hacer... —bromeando.
Tomé mi toalla y me dirigí al baño.
.
Narra Nicole:
Me quedé acostada en su cama.
—Tal vez debería tenderla al menos —en su mente.
Me levanté y empecé a tender su cama, al ser pequeña no me costó trabajo. Una vez tendida me volví a acostar y me puse a ver su habitación. En una mesa había un peluche de un eevee con una especie de sudadera, me hizo gracia y me pregunté si Mike se había comprado ese peluche o alguien más se lo había dado.
.
Narra Mike:
Al terminar de bañarme, salí de la regadera, tomé mi toalla y empecé a secarme. Sin embargo, me había olvidado de un pequeño detalle, olvidé traer mi sudadera.
—Rayos, no me traje mi sudadera.
Me acerqué a la puerta y la abrí ligeramente, quería decirle a Nicole si podía salir un momento de mi habitación.
—Nicole —decía Mike, nervioso.
—Mike, ¿terminaste? —preguntaba Nicole.
—Más o menos, oye, olvidé mi sudadera, ¿podrías salir un momento de mi habitación para que pueda ir por ella? —explicaba el eevee.
—¿No puedes simplemente salir? No pasa nada —sugería Nicole.
—No, no puedo. Por favor, sal —rechazaba Mike.
—Mejor me acuesto de lado y así puedes salir.
—Nicole, es mi habitación, así que sal de aquí —irritado.
—Ay, Mike... —se quejaba.
Pensé que Nicole saldría, pero solo se fue a una esquina se puso frente a ella, dándome la espalda.
—Listo, estoy viendo la esquina de tu cuarto, puedes salir —mencionaba Nicole.
—¿Por qué no puedes obedecer? —irritado.
—Rápido, que me canso —quejándose Nicole.
No tuve otra opción más que salir. Salí del baño para dirigirme rápidamente a mi armario y elegir una sudadera.
—¿Por qué no muestras tu cuerpo? —preguntaba Nicole.
—Porque no —decía Mike.
—¿Te mide mucho tu amigo o qué? —bromeaba Nicole.
—Qué chistosa.
Tomé mi prenda y volví a meterme en el baño. Me puse la ropa y salí de nuevo.
—Qué guapo, Mike —elogiaba Nicole.
—No me has visto sin ropa —bromeaba.
—Como sea —mencionaba Nicole—. Por cierto, ¿alguien te dio ese peluche?
Nicole apuntó al peluche que Laura me había dado.
—Sí, me lo regalaron —respondía Mike.
—¿Quién fue? —preguntaba la mightyena.
—Chismosa —exclamaba Mike.
—Ay, Arceus —quejándose.
—¿O celosa? —bromeaba Mike.
—Menos...
—Jaja... está bien.
—¿Y por qué tienes un rollo de papel al lado de tu cama? —bromeando Nicole.
—¿Qué? Eh... Bueno... creo que ya sabes para qué —con vergüenza.
—De seguro para limpiarte al estornudar —bromeando.
—Sí... Ya vámonos —inquieto.
—Qué sucio —mencionaba Nicole con una sonrisa.
—Es algo normal. Vámonos ya —apresuraba el eeeve.
Nicole y yo salimos de mi departamento y nos dirigimos a la casa de Lucas.
—Muy bien, ¿cómo vamos a llegar? —preguntaba Mike.
—En camión y luego caminaremos un poco —respondía Nicole.
—¿En cuánto tiempo llegaremos? —con curiosidad.
—En una hora, yo diría.
—¿Una hora? —con disgusto.
—No te quejes, irás conmigo —decía alegre Nicole.
—Por eso mismo me quejo.
—Qué malo eres —haciendo pucheros.
Nicole y yo nos dirigimos a una parada de autobuses y esperamos a que pasara uno, una vez que llego, subimos, pagamos y nos sentamos.
—A esperar una hora —exclamaba con emoción Nicole.
—Qué emoción —con sarcasmo exclamaba Mike.
Nicole recargó su cabeza en mi hombro.
—¿Cómo rayos te puedes recargar si eres más grande que yo? —preguntaba Mike.
—Solo soy un poco más alta que tú —mencionaba Nicole
—Si pudiera evolucionar, sería mas grande que tú.
—¿Si pudieras? —preguntaba extrañada la absol.
—Digo... Porque aún soy un eevee, necesito conseguir alguna piedra o esperar a que evolucione de otra forma, cosa que aún no lo consigo —explicaba Mike.
—Entiendo.
—¿Te tienes que recargar en mí? —preguntaba el eevee.
—¿Qué no le gusta a los chicos cuando las chicas hacen eso?
—No a todos los machos les gusta eso —respondía Mike.
—¿A ti te gusta? —preguntaba con curiosidad Nicole.
—Eh... No me molesta —contestaba Mike.
—Está bien, entonces no te importa si duermo sobre ti —decía cerrando los ojos.
Después de un rato, Nicole se quedó dormida en mí. Creo que tiene razón, a los chicos les gusta que las chicas los toquen o hagan contacto con ellos, principalmente cuando son atractivas y lindas. Y Nicole es linda y atractiva.
En lo que llegábamos, me puse a pensar en todo esto. ¿Cómo llegué a ir a una fiesta acompañado de una hembra? No sé porque cambié tanto de repente, o yo creo que he cambiado, porque en realidad no he cambiado en lo más mínimo... Y me pregunto si alguna vez lo haré o me quedaré así por el resto de mi vida, si sabré que fue de mi infancia, dónde están mis padres, por qué tengo estas marcas, qué demonios quiere Mark y muchas otras preguntas que me gustaría saber pero al mismo tiempo quiero ignorar.
Yo solo quiero ser feliz, pero no sé si ser feliz es dejar todo atrás o comprender lo que me atormenta. No lo sé, nunca lo he sabido, es por eso que no he cambiado y sigo siendo el fenómeno Mike que usa sudadera a donde sea que vaya, el que no evoluciona y el que no recuerda nada...
Nicole empezó a roncar muy suavemente.
Observé a Nicole. Son ellos los que me mantienen cuerdo, mis amigos.
No sé porque pienso en eso ahora mismo, voy a ir a una fiesta e intentaré pasármela bien
Espera... Hay un problema, Nicole está dormida y ella es la que sabe dónde hay que bajar
.
Después de un rato, llegamos a nuestra parada y bajamos del autobús.
—¿Y ahora a dónde? —preguntaba Mike.
— Tu sígueme, guapo —respondía Nicole.
—Ok, te sigo, guapa —bromeaba Mike.
Caminamos unos 10 minutos, nunca había estado en esa zona, he de decir que se ve de dinero, no por nada Lucas tiene una piscina en su casa y se da el lujo de invitar a medio mundo . No sé quién tiene más dinero, si él o David.
De cualquier modo, llegamos a la casa de Lucas, Nicole tocó el timbre y salió Lucas a recibirnos.
—Nicole y Mike, claro que sí —mencionaba Lucas.
—Hola, Lucas, gracias por invitarnos —saludaba Nicole.
—Hola —saludaba Mike.
—Gracias a ustedes por venir —agradecía el nuzleaf—. Adelante, pasen.
Nicole y yo pasamos a su casa, era muy bonita.
—Por favor, vayan al patio, ahí es donde estará toda la acción, si necesitan ir al baño está ahí, y las habitaciones estarán disponibles siempre que lo deseen, son tres y estarán arriba, así que si quieren divertirse ustedes dos, ya saben dónde es —explicaba Lucas.
—Sí... No creo que pase —agregaba Mike.
—Nunca se sabe, amigo —bromeaba Lucas.
Ambos nos dirigimos al patio y Lucas se quedó dentro. Su patio era enorme, vi a Dylan y a Emily, junto a nosotros, éramos los únicos que estábamos ahí.
—¿Nos sentamos? —sugería Nicole.
—Sí
Los dos nos sentamos en una sillas. Había puestos por todos lados, bebidas, comida, postres, helados y demás puestos en su patio, cada uno de ellos con un pokémon atendiendo.
—¿Quieres algo, Nicole? —preguntaba amablemente Mike.
—Sí, por favor, una bebida —respondía Nicole.
—¿Qué bebida?
—Sorpréndeme.
—Está bien.
Me dirigí al puesto de bebidas.
—Hola, voy a querer un frappé de mango y uno de fresa, por favor —pedía Mike.
—En seguida —respondía el pokémon.
Me quedé a esperar unos segundos hasta que Dylan se acercó a mí.
—Mike —mencionaba Dylan.
—Hola, Dylan —saludaba Mike.
—Hola, viejo, ¿cómo estás? —saludaba Dylan.
—Como siempre, ya sabes.
—Entiendo... Oye, no sabía que vendrías con Nicole —sorprendido.
—Para mí también fue una sorpresa —respondía Mike.
—En cualquier caso, espero que se la pasen bien, especialmente tú, sé que te hará falta —mencionaba Dylan.
—Sí que me hará falta, estos días he estado algo... pensativo.
—No sé qué problemas tienes, pero recuerda darte un descanso y relajarte de vez en cuando. No dejes que te rompan la cabeza —mencionaba Dylan.
—Sí... Estoy intentando adaptarme —decía Mike.
—¿Adaptarte? Ok —confundido.
—Digo, no soy mucho de ir a fiestas —agregaba Mike.
—Pues deberías considerar quitarte tu ropa, no sé la razón por la que no quieras mostrar tu cuerpo, pero te recomendaría que, al menos en estas ocasiones, disfrutes de la ausencia de tu sudadera —proponía Dylan
—Sí, lo sé. Por cierto, ¿cómo vas con Emily? —preguntaba el eevee.
—Es tranquila, aunque un poco... irritante —recordando decía el rockruff.
—¿Quién invitó a quién? —preguntaba con curiosidad.
—Yo a ella, le pregunté si quería ir conmigo a la fiesta, aceptó y pues aquí estamos —contestaba Dylan.
—¿Por qué a ella?
—Creo que podríamos llevarnos bien.
—Si tú lo dices —mencionaba Mike.
El pokémon trajo las bebidas que pedí.
—Gracias —agradecía Mike al pokémon.
—Por nada —mencionaba aquel pokémon.
—Estaremos por acá, Dylan —se despedía Mike.
—Claro, te veo luego —se despedía Dylan.
Regresé con Nicole con las bebidas. Ella estaba hablando por teléfono, no tenía idea de quién podría ser.
—No te preocupes, voy con Mike... Sí... Sí... Adiós... —decía Nicole hablando por teléfono.
—¿Puedo saber quién era? —preguntaba Mike.
—¿Chismoso o celoso? —bromeando Nicole.
—Rayos... Está bien.
—No es cierto. Era mi padre, me dijo que me cuidara y esas cosas, lo típico que le diría un padre a su hija —explicaba Nicole.
—¿Lo típico? Entiendo —desanimado.
—Sí, ¿estás bien? —preguntaba Nicole.
—Estoy bien, solo estaba pensando —respondía Mike.
—¿Pensando en qué?
—Nada importante.
—De seguro andabas pensando en usar una de las habitaciones de Lucas conmigo —bromeando.
—¿Tú crees? Puede ser —jugando.
—Lo creo.
—¿Quieres ir ahora mismo? —bromeando.
—No, gracias, esta chica tiene que estar fresca hasta que llegue el momento adecuado —jugando.
—¿Y cuál es el momento adecuado?
—Cuando encuentre al pokémon adecuado —decía Nicole
—¿Yo no soy el pokémon adecuado? —preguntaba bromeando Mike.
—¿Tú? Un macho que solo piensa en tener sexo no sería el adecuado.
—¡Oye!, yo no soy así —jugando, Mike.
—Nunca se saben —bromeando.
—Por cierto, ¿a qué hora empieza la acción? —preguntaba Mike.
—Supongo que cuando lleguen más —respondía Nicole.
—¿Qué quieres hacer entonces?
—Pues hay que esperar.
Nos pusimos a esperar a que llegaran más pokémones. Algunos, como Daniel y Mary los conocía y al menos les había hablado, pero la mayoría ni su nombre recordaba.
Eran las 11:00 a.m. aproximadamente. Lucas había puesto una bocina en el centro del patio con música variada.
—No conozco a muchos —decía Mike.
—Es que son de otros salones, yo sí conozco algunos —decía Nicole.
—¿Ya habías venido aquí?
—Sí, una vez, pero en ese entonces Lucas había invitado a sus amigos de un salón diferente, y son ellos.
—Entiendo.
—Y como cambió de salón nos invitó también a nosotros.
—Claro —mencionaba Mike.
Mientras hablábamos, Lucas se paró en el centro de su patio y dijo en voz alta que jugaríamos un juego.
No sé que clase de juegos haremos, solo espero que no impliquen cosas raras.
En cualquier caso, espero poder divertirme, y Nicole se ve feliz, creo que ella sí lo hará.
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