Capítulo 5. ¿Qué hubiera pasado si hubiera sido diferente?

Narra Mike:

Me encontraba en mi casa, acostado sin hacer. A falta de un día para la fiesta, decidí solamente relajarme.

Estaba sin ropa, era el único sitio donde me sentía libre y tranquilo, sin nadie que me moleste, sin llevar esa sudadera, sin escuchar a Erick decir a cada rato que es el más fuerte del salón, sin escuchar los besos y las caricias que Lucas y Abigail se dan, sin oír los chistes malos que David dice. Solo yo, y el silencio de mi habitación.

Sinceramente, me gusta el silencio, pero hay veces en las que hecho de menos a mis amigos y la escuela. 

Decía en su mente:

—Tengo muchos y buenos amigos y amigas.

—Primero tenemos a David, burlón, irritante y sensible; pero también es alegre, gracioso, valiente y amigable. Le debo mucho, muchísimo a él, sin él en mi vida, estaría viviendo en el bosque comiendo bayas y siendo cazado por otros pokémones. Es por eso que le tengo mucho aprecio. Siempre me ha ayudado, siempre está conmigo y es por eso que le tengo mucha confianza.

—Tenemos a Nicole, muy astuta, inteligente, cariñosa y altruista, aunque a veces no suele pensar bien las cosas y eso llega a afectar a los demás. La conocí desde que entré a la escuela, se podría decir que es mi mejor amiga. Realmente me gusta mucho estar con ella, y creo que ella comparte el mismo sentimiento. También le tengo mucha confianza y aprecio. Y hay que admitir que guapa es.

—Luego tenemos a Dylan, una persona madura, inteligente, empática y tolerante; todo bien con él, el problema es que a veces puede ser muy aburrido, siempre está en su mundo y no suele convivir mucho con la gente. Me ha agradado mucho desde que le hablé, creo que se parece un poco a mí, y su manera de hablar me vuelve loco, las cosas que dice me parecen muy interesante. De verdad, él sabe como arreglar los problemas de alguien, creo que por eso lee mucho.

Ellos tres son mis amigos con los que más he convivido. Aunque también tengo unos cuantos más.

—Laura, es tranquila, introvertida, inteligente y tímida. Pocos son los que acercan a hablar con ella, la razón es porque ella es muy poco sociable, si tú no le hablas primero, ella no te hablará a ti. No la conozco mucho, he hablado con Laura porque Nicole se juntaba con ella, y luego empezó a juntarse conmigo y a hablarme. La única razón por la que sigo interactuando con ella es porque le gusto, si no, no nos hablaríamos

—El gran Erick. Erick es alguien presumido, orgulloso de su existencia, alguien que quiere ser el centro de atención, esa es la razón por la que no se le acercan a él, principalmente las hembras. Podría parecer alguien desagradable, pero Erick es alguien respetuoso, caballeroso, amable y muy divertido, es el alma de la fiesta. No me llevo mucho con él, pero lo poco que hemos interactuado me ha hecho sentirme cómodo.

—Daniel es alguien que no te gustaría hacerlo enojar. Ese inteleon es algo serio, frío, con una cara de pocos amigos; a pesar de eso, tiene su grupo de amigos, supongo que algo bueno tendrá. Casi no he interactuado con Daniel, son contadas las veces en las que he hablado con él. No me parece alguien malo o desagradable, pero no lo saludo cuando lo veo en los pasillos.

Esos tres son amigos míos con los que casi no convivo.

Pero faltan algunos más. Con ellos no me llevo.

—Lucas el nuzleaf y Abigail la breloom. No me gusta que siempre estén besándose y acariciándose, a nadie le gusta, un día tendrán sexo en frente de la clase y no les importará.

—Mary es una zoroark, la única razón por la que la conozco es porque se me hace muy atractiva, más allá de eso no sé nada. De repente hemos intercambiado palabras, pero nunca he convivido con ella.

—Emily la manectric. Todos la conocen pero no todos han interactuado con ella. Es la jefa de grupo, entonces todos han tenido que hablarle al menos una vez y yo no fui la excepción.

Hay más nombres pero no son interesantes.

Así me pasé un rato, pensando en las cualidades y debilidades de cada uno. Viendo que comparto con ellos.

—Realmente quiero a mis amigos... Ellos sí son buenos amigos... Si hubiera sido igual antes, tal vez yo no sería así... —pensativo.

.

.

.

En algún lugar, hace 4 años:

—Despierta, tienes que trabajar —decía un pokémon misterioso.

—Voy... —con sueño exclamaba un eevee.

Dentro de una habitación, se encontraba un eevee, cansado.

—Hoy te toca limpiar las oficinas —decía aquel pokémon.

—Ya voy, ya voy —decía el eevee, irritado.

Aquel eevee tomó una escoba, un recojedor, un trapo y demás cosas para limpiar. 

Se puso en marcha, camino a las oficinas que tenía que limpiar.

—Hola, amiguito. ¿Cómo estás? —mencionaba un decidueye.

—¿Cómo crees, Mark? —irritado, respondía el eevee.

—¿Vas a limpiar las oficinas? —preguntaba Mark.

—Sí —frío.

—No te preocupes, ya limpié la mía, solo limpia la de Walter.

—Gracias... —decía con una sonrisa el eevee.

—Cualquier cosa, me puedes decir a mí — mencionaba Mark, con una sonrisa.

Aquel eevee solo se decidió a sonreír y se fue directamente a la oficina de ese tal Walter. 

Mientras eevee caminaba, había un grupo de pokémones que estaban sentados juntos.

—¡Ey, fenómeno! —gritaba un pokémon del grupo.

El eevee solo los ignoraba y seguía con su camino, mientras los demás pokémones se reían.

El eevee llegó a la oficina y entró. Walter estaba ahí.

—¿Ya limpiaste la oficina de Mark? —preguntaba Walter.

—Primero limpiaré esta, luego la de Mark —decía serio el eevee.

—Como quieras, solo no me molestes —decía Walter para ponerse a leer un periódico.

El eevee se dispuso a limpiar la oficina; el suelo, la mesa, las sillas, los muebles, las paredes. Después de una hora, terminó.

—Por cierto, niño —mencionaba Walter—. ¿Ya has recordado algo? 

—No, ya les dije que no sé nada —irritado.

—De cualquier forma, más tarde te llamaremos para que nos ayudes en algo.

—¿Ahora qué quieren? —irritado.

—Más tarde te llamaremos.

El eevee solo salió de la oficina, algo molesto.

.

Más tarde...

—Amiguito, ¿estás ahí? —preguntaba Mark.

—¿Qué quieren? —contestaba el eevee, acostado en su cama.

—Necesitamos que vengas, por favor.

—¿Por qué rayos me siguen teniendo aquí? Déjenme ir —molesto.

—Por favor, necesitamos que nos ayudes —desánimo.

—¿Y si no quiero? —molesto.

—Por favor, no lo hagas más difícil.

El eevee se levantó y se dispuso a seguir a Mark, sin decir ni una palabra.

.

.

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En casa de Mike:

Mike se puso a mirar el papel de Mark que Nicole le dio.

—¿Qué rayos querrá? —se preguntaba Mike.

Narra Mike:

Sigo sin comprender el porqué Mark me necesitaba...

¿Debería llamar?

...

Ya había dicho que no. Estoy feliz con la vida que tengo.

Si tuviera padres..., ellos me ayudarían con todos mis problemas.

Maldita sea, la fiesta es mañana y yo estoy aquí, pensando en mis problemas.

No sé qué hacer...

De repente, mi teléfono empezó a sonar, me estaban llamando.

—¿Laura? —decía confundido mientras veía su teléfono.

No esperaba eso. ¿Por qué Laura me llamaría?

—¿Bueno? —respondía Mike.

—Hola, Mike. ¿Cómo estás? —preguntaba Laura

—Eh... De hecho, no muy bien —respondía Mike.

—¿Por qué? ¿Qué tienes? —con intriga.

—De todas formas. ¿Por qué me llamaste?

—Me gustaría invitarte a mi casa —alegre.

—¿Cuándo? 

—Ahora mismo.

—¿Ahora? ¿Por qué? —sorprendido.

—Quisiera hablar contigo, comer algo, y tal vez ver algo —nerviosa.

—No sé... no estoy de humor —con apatía.

—¿Puedo ayudarte? 

—No, gracias.

—Bueno. ¿Entonces no vienes? —esperanzada.

—Eh... ¿Es muy importante?

—No... Si no quieres, está bien —triste.

—... Mejor otro día —respondía Mike, sin convencerse.

Realmente no me apetece ir con ella... Pero... 

¡No! Iré con ella, debo de cambiar mi actitud, debo demostrarme a mí mismo que no necesito a Mark y que puedo tener una buena vida.

—Espera... ¿Dónde te veo? —arrepentido decía Mike.

—¿Qué? —sorprendida.

—¿Quieres que vaya? Entonces dime dónde es —decidido.

—Sí, sí... Eh... Es en la calle Litec. Colonia Kripta. Número 22 —emocionada mencionaba Laura.

—Ok, sé dónde es. Estaré ahí en un rato.

—Sí, gracias, Mike —entusiasmada.

—Bye —dijo Mike antes de colgar.

Colonia Kripta... No está lejos, creo que podría llegar caminando.

—Muy bien... tomaré un baño —decía Mike, decidido.

Me fui al baño, me duché, me peiné y hasta perfume me puse.

—¿Debería seguir llevando esto? —se preguntaba Mike en su mente mientras veía una de sus sudaderas.

Me quedé pensando un momento... 

.

.

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Narra Laura:

Estoy emocionada... Mike aceptó venir a mi casa. Realmente pensé que no iba a aceptar, pero lo hizo y me alegra que pueda pasar tiempo con él.

He preparado una lasaña para comer, espero que le guste. También le compré un peluche de eevee al que le puse una sudadera, se lo voy a regalar.

No busco que Mike se enamore de mí, creo que no soy el pokémon que él buscaría, pero simplemente quiero hacerlo feliz, al menos durante un momento. Creo que él lo necesita.

—Tengo que arreglarme —decía Laura.

No sabía qué ponerme, no quería vestirme elegante, ya que no estamos teniendo una cita. 

Creo que no me vestiré.

.

Después de casi una hora, escuché el timbre de mi casa.

—¡Ya llegó! —nerviosa.

Me dirigí a la puerta de mi casa para abrirle a Mike.

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Narra Mike:

Toqué el timbre de su casa y esperé unos segundo a que me abriera.

—Hola, Laura —saludaba Mike con una sonrisa.

—Hola, Mike, gracias por venir. Pasa —mencionaba Laura.

—Gracias.

Entré a su casa. Era grande (en verdad cualquier casa es grande comparada a la que yo tengo).

—Qué bonita está tu casa —agregaba Mike.

—Gracias, Mike —agradecía Laura.

—Bueno... ¿Qué quieres hacer? —preguntaba Mike.

—¿Tienes hambre? Preparé una lasaña para comer.

—¿En serio? Bueno, sí tengo hambre.

—Sígueme.

Laura me llevó a la cocina, me dijo que me sentara y ella sacó la lasaña.

—¿Eres chef o algo así? —preguntaba el eevee.

—De hecho, solo vi una receta —respondía la absol.

—Oh... 

Sacó vasos, platos y cubiertos y dijo que tomara lo que quisiera.

Ella se sentó a mi lado y ambos empezamos a comer.

—¿Qué tal está? —preguntaba nerviosa Laura.

—¿Tu casa? Muy bonita —bromeaba Mike.

—¿Y la comida?

—He probado mejores lasañas —bromeando.

—No digas eso —decepcionada.

—¿No querías mi honestidad?

—Bueno... sí —con desánimo.

—No es cierto, Laura. Está muy buena, gracias —sincero.

—No seas así —sonrojada.

—Sabes que estoy jugando —mencionaba Mike con una sonrisa.

—Jeje... Está bien.

Ambos nos pusimos a platicar mientras íbamos terminando de comer.

—Estuvo bueno, gracias... —decía Mike, lleno.

—Por nada, para mí también es un logro que haya salido bien la comida.

—Pues siéntete orgullosa.

—Ve a la sala, recogeré esto —agregaba la absol.

—Vale.

Laura recogió la mesa y me dijo que la esperara en la sala. Me senté en su sillón e hice lo que me dijo.

—¿Qué tienes planeado hacer? —preguntaba Mike mientras veía a Laura recoger la mesa.

—Tenía pensado ver una película —respondía la absol.

—Entiendo.

Cuando Laura terminó, se sentó a mi lado y encendió su televisión. 

—Por cierto, sí irás a la fiesta, ¿verdad? —preguntaba Laura.

—Así es, iré con Nicole —respondía.

—Ya veo.

—¿No conseguiste pareja? —preguntaba el eevee.

—No.

—¿No habló Erick contigo?

—¿Erick? ¿Por qué lo haría? —confundida.

—Él tampoco tenía pareja para la fiesta, pensé que tal vez hablaría contigo.

—Pues no me ha dicho nada, además no me siento cómoda con él —con desagrado.

—¿Con quiénes te sientes cómoda?

—Umm... Creo que solo con Nicole y contigo.

—Espera... ¿Por qué quieres ir a la fiesta si no estás cómoda con nadie? —intrigado.

—No, de hecho, ya no quería ir.

No entiendo, antes decía que quería ir a la fiesta, pero ahora dice que ya no quiere ir.

—¿Por qué quisiste entonces? —con intriga.

—No importa —desanimada.

Espera, creo que ya sé el porqué.

—De seguro querías ir a la fiesta conmigo —mencionaba Mike.

—¿Qué? —ligeramente sonrojada.

—Dices que solo con Nicole y conmigo te sientes cómoda, entonces, antes de que Nicole y yo te dijéramos que iríamos juntos a la fiesta, querías ir conmigo.

—Ehh... —sonrojada.

—Pero, después de que te enteraras que iría con ella, como yo ya estaba ocupado, ya no quisiste ir.

—Per- —sonrojada.

—Entonces, en realidad la fiesta siempre te dio igual, lo que querías era estar conmigo. ¿No es así? —decía Mike con una sonrisa.

—Yo... —sonrojada.

—Lo que me deja con una teoría muy interesante. Laura, la absol está profundamente enamorada de Mike, el eevee —bromeando.

—¡! —con asombro y muy sonrojada.

—Vaya, estás muy roja —bromeaba Mike.

—¿Cómo... lo supiste? —sorprendida y un poco sonrojada.

—Desde antes ya lo sabía, se notaba que te gustaba —explicaba Mike.

—Qué vergüenza —exclamaba Laura.

—Tranquila, como dije, desde un principio lo supe.

—No sé qué decir —mencionaba Laura, todavía sorprendida.

—Mira, te voy a ser sincero. Tú no me gustas, me pareces bonita pero simplemente no me gustas. Además, creo que tú no mereces a alguien como yo, lo digo por cómo soy en realidad. Aunque no hable mucho contigo, seguiré siendo tu amigo y podrás contar conmigo, pero mereces a otro pokémon, no a mí, créeme. —con sinceridad explicaba Mike.

—Ya lo sabía, sabía que yo no te gustaba —con desánimo.

Me acerqué a ella y le di un beso en su mejilla.

—No importa, hay mejores pokémones que yo —sonriendo.

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Narra Laura:

Me quedé muy sorprendida, Mike ya lo sabía y yo no me di cuenta. 

No me sorprende que yo no le guste, él y yo somos muy diferentes, pero estoy bien con eso.

—Gracias por tu sinceridad, Mike —ligeramente sonrojada.

—No hay problema.

—¡Ah! Por cierto —exclamaba Laura.

Recordé que tenía que darle el peluche que le compré, así que subí rápidamente a mi habitación para tomar el peluche y bajar.

.

Narra Mike:

Laura subió corriendo, supongo que a su habitación.

Cuando bajó, sostenía una caja con sus patas.

—Cierra lo ojos —decía Laura con una sonrisa.

—¿Qué es esto? ¿Me darás un regalo? —preguntaba Mike, con los ojos cerrados.

—Abre la caja.

Hice lo que ella me pidió, abrí la caja y al sacar lo de adentro sentí que era una especie de peluche.

—Ábrelos —decía Laura.

Al abrir los ojos me quedé con una cara de alegría... Me regaló un eevee con una sudadera puesta. Qué bonito

—Jajaja... está bien bonito —exclamaba Mike con una gran sonrisa.

—Eres tú —un poco sonrojada.

—Lo sé, nos parecemos mucho.

Me gustó mucho el peluche que me dio, realmente aprecio cuando me dan regalos.

—Muchas gracias, Laura, está increíble —agradecía Mike, sonriendo.

—Por nada —dijo Laura después de darle un beso en su mejilla.

Últimamente he recibido muchos besos en mi mejilla, jaja...

—¿Te parece si vemos la película? —preguntaba la absol.

—Claro.

Después de que me diera su regalo, nos pusimos a ver la película.

Me puse a pensar en toda esta situación y me pregunto, ¿qué hubiera pasado si hubiera sido diferente?

.

.

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En algún lugar, hace 4 años:

Se aprecia a un eevee, corriendo. Pasando por multitudes de pokémones, sin un rumbo aparente.

—Al bosque, debo ir al bosque —decía el eevee, en su mente.

Aquel eevee, más tranquilo, se dirigía al bosque más cercano.

—Ahora no sé qué haré —decía el eevee, en su mente.



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