Capítulo 3. He aprendido a vivir
En un hospital, se encontraban dos Pokémon hablando.
—Creo que no, aunque dos veces me encantaría —decía una Chansey.
—Lo tienes frente a ti y no haces nada —mencionaba una Audino.
De repente, a su posición llega un Decidueye.
—Buenas tardes, enfermeras, ¿saben si la paciente Kate se encuentra aquí? —preguntaba aquel Decidueye.
—Buenas tardes. Disculpe, ¿quién es usted? —preguntaba la Chansey.
—Soy el detective Mark, del departamento de policía —decía mientras le enseñaba su identificación—. Tengo una orden y necesito saber si la señora Kate se encuentra aquí.
—Un momento por favor —mencionaba la Chansey.
El Decidueye procedió a sentarse y esperar a que le dieran una respuesta.
—Debe de estar aquí, aunque no se encuentre en el mejor estado —decía en su mente Mark.
La Chansey se acercó a él.
—La señorita Kate se encuentra aquí, pero su estado no le permite comunicarse con nadie —le dice la Chansey.
—¿Cree que pueda verla?
—¿Podría mostrarme la orden?
—Claro.
El Decidueye le entrega la orden.
—Está bien, sígame —decía la enfermera.
La Chansey llevó a Mark por varios pasillos, mientras tanto, platicaban.
—Disculpe, sé que no es de mi incumbencia pero, ¿sabe qué le pasó? —preguntaba intrigada la Chansey.
—Sufrió un ataque por parte de un Pokémon. Pero la razón por la que necesito verla es porque creo que está relacionada con algo más —respondía Mark.
—¿Puedo saber qué?
—Creo que ya no debería contarle más, es mi trabajo —decía serio el Decidueye.
—Lo entiendo, disculpe.
Ambos llegaron afuera de la habitación donde se encontraba la paciente.
—Ahí se encuentra la paciente. Lo siento pero no puede entrar, solamente la puede ver por el cristal —decía la enfermera.
—No me ha dicho cómo está —mencionaba el detective.
—Bueno, está en coma, y no sabemos con exactitud cuándo despertará.
—¿No hay alguna aproximación?
—Lo siento, pero no lo podemos determinar.
—Maldita sea... —exclamaba el detective resignado.
El Decidueye se puso a pensar un momento.
—Mire, necesito que me ayude —mencionaba Mark.
—Lo escucho —respondía Chansey.
—Tenga, este es mi número —le entrega una tarjeta con su número—. Necesito que me llame en cuanto ella despierte.
—Está bien, yo lo llamaré.
—Gracias. Tengo que irme.
—Por nada.
El Decidueye se fue rápidamente de ahí.
.
.
.
Narra Mike:
Me encuentro en este momento en la escuela, junto a Nicole y Laura.
—Créeme, estar mucho tiempo con David te vuelve loco —decía Mike.
—Mejor júntate conmigo —mencionaba Laura.
Ella de ahí es Laura, una Absol que está enamorada de mí, intenta disimularlo pero a mí no me engaña, sé perfectamente lo que siente. ¿Cómo alguien se puede enamorar de mí? No tengo la menor idea. De todas formas, Laura es alguien agradable, tranquila y cariñosa, lo opuesto a David, él es molesto, inquieto y desagradable.
—Prefiero la soledad —decía Mike.
—Pues tendrás que despedirte de la soledad por un momento, no falta mucho para la fiesta —mencionaba Nicole.
—Ni me lo recuerdes, sufro todos los días mientras espero la llegada de ese día —decía con desagrado Mike.
—Espera, ¿tú vas a ir a la fiesta? —agregaba Laura.
—Desafortunadamente, sí —respondía el Eevee.
—Pero necesitas ir con alguien, ¿con quién vas a ir? —preguntaba Laura.
—Está justo al lado tuyo —respondía Mike.
—Hola —agregaba Nicole.
—¡¿Vas a ir con ella?! —decía exaltada Laura mientras observaba a Nicole.
—Ni que fuera tan fea —decía bromeando Nicole.
—Ay... Yo quiero ir, pero necesito a alguien —decía con desánimo Laura.
—Ve con David —decía Mike con una sonrisa.
—Ay, no, gracias —mencionaba Laura con desagrado.
—Jajaja... —reía el Eevee.
—Puedes ir con Dylan o con Erick —agregaba la Mightyena.
—Mmm... No, Dylan es muy serio, muy maduro; Erick es un idiota creído —respondía la Absol.
—Ya sé, ¿por qué no van ustedes dos? —mencionaba Mike.
—No se puede, tiene que ser un macho y una hembra —decía Nicole.
—Pues qué cosas van a hacer... —decía Mike.
—Eso me pasa por ser tan introvertida, no tengo a nadie con quien ir —decía triste Laura.
—Creo que es una indirecta, Mike —susurraba Nicole a Mike.
—Espera, ¿lo sabes? —preguntaba sorprendido Mike.
—Bueno, Laura, te tocará ir con alguien, Mike está ocupado —le decía a Laura mientras ponía un brazo alrededor del cuello de Mike.
—Ya qué —mencionaba Laura, molesta.
—Si por mi fuera no iría —agregaba Mike.
—Pero lo hiciste por mí, por eso te quiero —bromeaba Nicole mientras le daba un beso en la mejilla de Mike.
—No hagas eso —decía Mike.
—Yo... tengo que ir a mi clase de Pintura —decía Laura desanimada.
—Bye —se despedía con una sonrisa Nicole.
Laura se marchó, se le veía afectada por la actitud de Nicole. Me sorprendió que Nicole supiera eso.
—Oye, ¿cómo sabías eso? —preguntaba Mike.
—Soy una chica lista —decía con orgullo Nicole.
—Me agradas —decía Mike con una sonrisa.
—Como dice David, le agrado a todo el mundo.
—Ajá.
Seguíamos charlando ella y yo hasta que el director llego.
—Mike el Eevee, ¿eres tú? —decía el director observando al Eevee.
—Eh... sí, soy yo, ¿hay algún problema? —respondía Mike.
—Necesito que venga a mi oficina al terminar su día —serio.
—Está bien —confundido, respondía Mike.
—Nos vemos.
El director se fue. Me quedé confundido, no he hecho nada malo que yo recuerde.
—¿Ahora qué hiciste, Mike? —decía Nicole bromeando.
—Nada, no sé que quiere —confundido.
—Bueno, las clases ya terminaron.
—No, falta la clase de Matemáticas.
—El profesor avisó que no daría clase hoy, revisa tus mensajes.
—¿En serio? —sorprendido.
—Sí, así que tendrás que ir justo ahora —bromeando.
—Ya sé, ya sé.
—Bueno, ahí te ves —decía Nicole antes de irse.
—¡Espera! —exclamó Mike mientras tomaba la pata de Nicole— Tú vienes conmigo.
—Ash... está bien —mencionaba Nicole.
Ambos nos dirigimos a la oficina del director, yo seguía pensando el porqué de mi presencia ahí.
Toqué la puerta de la oficina hasta que el director me abrió.
—Adelante —le decía al Eevee—. Señorita, usted no puede pasar —le dijo a Nicole.
—¿Me esperas, Nicole? —suplicaba Mike.
—Claro, Mike, yo te espero —respondía Nicole.
Cuando entré a la oficina, vi a un Pokémon que me sorprendió y me confundió al mismo tiempo.
—¿Qué haces aquí? —exaltado decía Mike.
—Hola, Mike. ¿Me recuerdas? —mencionaba aquel Pokémon.
—Joven, él es Mark, dice que ya se conocían antes —le decía el director a Mike.
—Yo... sí, lo conozco —decía Mike confundido.
—Director, ¿podría dejarnos solos, por favor? —mencionaba el Decidueye.
—Por supuesto —respondía el director.
El director salió de la oficina y Mark y yo nos quedamos solos.
—¿Cómo has estado, Mike? —preguntaba calmado Mark.
—¿Qué haces aquí? —irritado respondía Mike.
—Escucha, necesito tu ayuda.
—¿Quieres que regrese a ese lugar? ¿Por qué crees que escapé, Mark? —molesto.
—Mira, yo sé-.
—¿Por qué crees que nadie fue a buscarme? ¡¿Por qué crees que tengo que llevar esta maldita sudadera a cada lugar?! —agresivo.
—Cálmate, Mike, déjame explicar —nervioso.
—... —molesto.
—Mira, creo que puedo ayudarte, puedo hacer que entiendas todo —calmado.
—No, no quiero recordar nada, quiero tener una vida normal. Estoy adaptándome a esto y no quiero regresar a ese sitio —molesto.
—¿No quieres saber todo? Podrás estar más tranquilo y hasta podrías evolucionar —intentando convencerlo.
—He aprendido a vivir así; tengo una buena vida, tengo amigos, tengo una beca, y no quiero vivir ese infierno de nuevo; no me importa evolucionar, he comprendido que no se necesita evolucionar para ser feliz —molesto.
—Esta vez será diferente, créeme. Te mostraré, solo tienes que venir conmigo —suplicando.
—¿¡Qué parte de que no quiero ir no entendiste, Mark!? —furioso.
—No lo entiendes, vivirás mejor, podrás mostrarte como eres —nervioso.
—¿Oh, sí?
Después de haberle dicho eso me quité mi sudadera y le mostré mi cuerpo a Mark.
—Observa, así soy; ¿y sabes qué?, no me importa —molesto decía el Eevee.
—Mike...
—¿Quieres que salga así? Así saldré, así que no quiero verte de nuevo.
Después de decirle eso me acerqué a la puerta para salir, pero Mark me dijo una última cosa.
—¿No ves que yo fui el único que te cuidó? —mencionaba Mark
Me detuve al escuchar lo que dijo.
—Solo quiero lo mejor para ti —suplicaba el Decidueye.
—Entonces déjame ser así y déjame en paz —decía Mike ya tranquilo.
Después de decirle eso me puse de nuevo mi sudadera y salí de la habitación.
—¿Terminaron? —preguntaba el director.
—Déjame adivinar... expulsado —bromeaba Nicole.
—Cállate, Nicole —decía irritado Mike.
Después de eso, me fui de ahí solo, rumbo a la salida.
Narra Nicole:
Me sorprendió que me haya dicho eso de esa manera, parecía molesto. ¿De verdad lo expulsaron?
De la oficina salió un Decidueye, se veía desanimado.
—¿Qué ocurrió? —preguntaba el director al Decidueye.
—Nada bueno... no lo pude convencer —contestaba el Decidueye con desánimo.
—Lamento que no hayan arreglado sus problemas —agregaba el director.
—De todos modos, gracias —mencionaba el Decidueye.
El director entró de nuevo a su oficina. El Decidueye me vio y se acercó a mí.
—Hola, señorita —saludaba el Decidueye.
—Hola, señor —respondía Nicole.
—Disculpe, ¿tiene usted alguna relación con el Eevee que acaba de salir?
—Uh... bueno, soy su amiga, creo...
El Decidueye tomó un papel y escribió algo en él para luego dármelo.
—¿Un número? —exclamaba confusa Nicole.
—¿Podría dárselo a Mike y convencerlo de que al menos lo conserve, por favor? —suplicaba el Mark.
—Está bien —confundida.
—Gracias. Mi nombre es Mark, querida.
—Nicole.
—Nos vemos luego —se despedía Mark.
Me puse a observar el papel que me entregó por un momento ¿En qué rayos está metido Mike?
Fui a buscarlo. Supuse que se había ido, así que me dirigí a la salida.
Ahí estaba, sentado.
—¡Mike! —gritaba Nicole.
Narra Mike:
Escuché a Nicole, volteé a ver y en efecto, era ella.
—Hola, Mike —saludaba alegre Nicole.
—¿Qué quieres? —preguntaba irritado el Eevee.
—No estás bien. ¿Qué pasó ahí dentro? —con intriga.
—No es tu problema —molesto.
—Lo sé, pero podrías contarme.
—Ya vete y déjame solo.
—Mike... —decía Nicole mientras tocaba el hombro de Mike— yo podría irme, y dejarte solo sufriendo, ¿pero qué clase de amigo o amiga hace eso? Yo te quiero ayudar, pero necesito que me cuentes qué está pasando.
No sabía qué hacer ¿Debería contarle? ¿Debería irme? ¿Debería mostrarle mi cuerpo?
No puedo contarle, tendré que decirle una mentira.
—Está bien, lo que pasa es que querían de mi presencia para un experimento que quieren hacer —mentía Mike.
—¿Experimento? —confundida.
—Sí, dicen que necesitan un Eevee inteligente para sus pruebas, me daría dinero si cooperaba —inquieto.
—¿Y por qué estás tan molesto?
—Porque... ya van varias veces que recurren a mí, y yo les repito una y otra vez que no.
—¿Por qué no le dices a tus padres? —confundida.
—¿Mis padres? Bueno... no quiero meterlos en problemas —incómodo.
—Okey... —sospechando.
—Sí. Bueno, ya te conté; ahora vete, por favor —incómodo.
—Espera..., toma —dijo Nicole para después entregarle el papel con el número.
—Maldita sea, Mark, no metas a mis amigos en esto —decía Mike en su mente.
—Había un Decidueye, me dijo que conservaras eso.
—Da igual —decía Mike mientras guardaba el papel.
—En fin. ¿Quieres que te acompañe?
—No, por hoy no.
—Está bien, Mike.
—Bueno, nos vemos —decía Mike mientras se alejaba.
—Adiós... —se despedía Nicole.
Narra Nicole:
Realmente, no creo que lo que haya dicho sea verdad, creo que me está ocultando algo que no quiere decir; ahora me intriga mucho su situación. Tal vez David o Dylan sepan algo, podría preguntarle a ellos.
Narra Mike:
Espero que Nicole me haya creído, ella es muy astuta. Maldita sea, Mark, ahora metes a mis amigos en tu problema.
—Viendo el número— Ni creas que voy a tomarme la molestia.
No entiendo el porqué de su repentina aparición, creí que se habían olvidado de mí.
¿No puedo tener un día tranquilo? Si no es por el idiota de Mark, es por mi actitud. Mi mente va a colapsar.
Sí, Mark, me gustaría saber muchas cosas, pero ya aprendí a vivir así; si tanto querían saber de mí, lo hubieran hecho en el momento indicado, no 10 años después.
Ya he aprendido a vivir así.
.
.
.
En otro lugar:
—Está casi listo —exclamaba un Pokémon.
Un Pokémon se encontraba en un cuarto oscuro, con una máquina frente a él.
—Una vez que acabe con esto, podré volver a tenerlo, no fallaré de nuevo.
Aquél Pokémon tomó una fotografía.
—Podré volver a estar contigo... —decía mientras observaba a un Umbreon en la fotografía.
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