Capítulo 18. Momento de actuar

Años atrás...

—Adelante —decía un Drowzee

Un Pokémon entraba a la habitación.

—Dígame, señor, ¿qué es lo que le pasa? —preguntaba el Drowzee.

—Yo... No puedo dormir... —decía el Pokémon.

—Entiendo, ¿sabe a qué se debe? 

—Hace unas semanas... perdí a... un ser querido.

—Comprendo, ¿de quién se trataba?

—...

—Está bien, no es necesario que me diga. ¿Me puede decir qué ocurrió? 

—Él... Yo... no podía... No puedo.

—¿Podría decirme si fue alguna enfermedad o si incluyó a algún tercero?

—No, no fue una enfermedad, fue alguien más.

—Mire, sea lo que sea que le haya pasado tiene que entender que ya no se puede remediar...

.

.

.

En el presente, de noche.

—Hay que detenernos un momento, después iremos a la comisaría —decía un Pokémon.

—Sí —decía otro Pokémon.

Dos Pokémon se encontraban cerca de un bosque.

—¿Estás bien, Emma? —decía un Greninja.

—Sí... Estoy bien —decía Emma.

—Bien... ¿Qué rayos ocurrió? 

—¿Recuerdas a Enzo, el Chesnaught? Pues ese era él.

—Lo sé, lo reconocí cuando lo vi, de hecho, creo que también conozco a ese Houndoom.

—Enzo me secuestró.

—Lo parecía. ¿Por qué lo hizo?

—No pareces muy preocupado.

—¿Por qué lo estaría?

—...

—Como sea... Solo dime qué pasó.

—Mark... Creo que ese Chesnaught está tramando algo muy malo.

—¿A qué te refieres?

—Creo que Enzo quiere atacarlos, a ti concretamente. 

.

.

.

Tiempo atrás, en otro lado.

—Y cuatro entre dos es igual a dos, por lo tanto, equis es igual a dos... ¿Dudas? —decía una Lilligant.

—No... —decían un grupo de Pokémon.

—Muy bien, entonces ya pueden retirarse y nos vemos la próxima semana.

Los Pokémon empezaban a guardar sus cosas.

—No entiendo por qué Mike aún no ha venido, si las clases de matemáticas son perfectas para dormir —decía un Grovyle.

—¿Saben por qué no ha venido a clases? —preguntaba una Mightyena.

—Él no suele faltar, tal vez está muy enfermo, ¿no le has preguntado, Nicole? —mencionaba un Rockruff.

—No responde mis mensajes ni mis llamadas, ¿tú has hablado con él, David?—respondía Nicole.

—Nah, pero no me preocuparía tanto, ¿por qué te preocupas tanto por él, Nicole? 

—¿Ustedes no se preguntan por qué lleva dos días sin venir?

—No lo sé, como dije, puede que esté enfermo. Espero que esté bien —decía Dylan.

—¿Por qué no vas a visitarlo, Nicole? Parece que se lleva muy bien contigo —bromeaba David.

—Supongo que puedo, a ver si hoy voy a verlo.

—Vive solo, ¿verdad? —preguntaba Dylan.

—Sí, a menos que en secreto tenga novia y viva con él —respondía David.

—Un poco de seriedad, David, no sabemos si está bien —mencionaba Dylan.

—Tranquilos, yo sé que está bien 

—¿Y por qué no ha venido ni contestado mis mensajes? —preguntaba Nicole.

—Suenas como si fueses su novia celosa —bromeaba David.

—Basta, en serio —decía Nicole, fastidiada.

—Jajaja, solo bromeo. Como sea, iré a mis clases de combate. Adiosito —se despedía David.

David se alejaba de los otros.

—No te preocupes tanto por él, no te hará bien —decía Dylan.

—Es que... él está metido en unas cosas —mencionaba Nicole.

—¿Qué quieres decir?

—¿Él ha hablado contigo en estos días?

—No, ¿por qué?

—No importa... 

—Bueno, si el tiene algo que contarme lo hará.

—Sí, supongo que sí —triste.

—Oye, no te preocupes por él, no pienses en cosas negativas, repito, eso no te hará sentirte bien.

—Sí, gracias.

—Y por cierto, si quieres decirle algo, dile, es probable que él termine aceptando, se ve que se quieren mucho.

—Ehh... Sí, ¿por qué me dices eso?

—Yo no soy como David pero concuerdo con él una cosa, supongo que ya sabes qué es.

—No sé que estás diciendo —incómoda.

—No importa.

—Bueno.

—Me voy, tengo unas cosas que hacer.

—Sí, nos vemos.

—Adiós —se despedía Dylan.

—Espero que estés bien, Mike —decía en su mente Nicole.

.

.

.

En el presente, dentro de la cueva con  Mike y Jostin:

Se encontraba Mike, atado de nuevo a una silla solo que esta vez sí podía hablar.

—Mira, esto es muy sencillo, tu entras aquí, yo activo la máquina y esta te pondrá un chip y, además, te hará un fabuloso cambio de look —decía Jostin.

—Eres el mismo Pokémon de hace 10 años, ¿verdad? —mencionaba Mike.

—¿A qué te refieres?

—¡Fuiste tú el que me hizo esto! —furioso.

—No entiendo lo que dices.

—¡Esta máquina es la misma de hace 10 años!

—Ehh... No sé a qué máquina te refieres, esta máquina la construí con mis propias patas.

—¡Mentiroso!

—Bueno, está bien, sí la construí yo mismo pero me apoyé de unos escritos que encontré hace tiempo.

—¿Qué escritos?

—Es una larga historia, pero digamos que encontré unos papeles con unos planos e información para construir y hacer funcionar la máquina.

—No, tú eres el mismo Pokémon que me usó años atrás.

—¿Usarte? No, Mike, yo nunca te usé, no sé de qué estás hablando.

—¡No te hagas el tonto! ¡Tú fuiste el que me hizo estas marcas y estas cicatrices!

—No, yo no te hice eso, yo no.

—¿Y para qué rayos me querías?

—Había escuchado sobre ti, y creí que serías el tipo perfecto para lo que iba a hacer, y aquí estás.

—No te creo, yo... no entiendo —confundido.

Jostin se acercó a la cara de Mike.

—Mira, antes de hacer lo que tengo que hacer te explicaré todo, ¿entendido?

Mike usó pulso oscuro que Jostin esquivó por muy poco.

—¡Estúpido!, si te comportas así no te diré nada.

—No creo que lo que digas sea verdad.

—Como quieras, no me importa, yo ya te dije la verdad y depende de ti creerme o no.

.

.

.

Por otra parte:

—¿A dónde vamos? —decía un Pokémon.

—Vamos a la cueva —decía otro Pokémon.

Dos Pokémon caminaban rápidamente.

—¿Qué quieres hacer? —preguntaba Karim.

—¿Puedes dejar de ser tan curioso por un momento? —decía Enzo, fastidiado.

—...

—Tengo que hablar con Jostin, solo hay una manera de solucionar esto.

—¿Cómo?

—Con fuerza bruta.

—Ya veo... —desanimado.

—Hay que darnos prisa, esos policías son astutos.

.

.

.

Por otro lado, cerca del bosque, con Mark y Emma.

—¿Cómo lo sabes? —preguntaba Mark.

—He estado investigando, encontré un mapa con algunas ubicaciones y en él marcaba una especie de base y creo que es allí donde están planeando todo —respondía Emma.

—Pero, ¿cómo es que lo sabes y por qué lo sabes?

—Bueno... la cosa es que quería ayudarte a ti.

—¿Ayudarme en qué?

—En... yo...

Narra Mark:

Justo después de que Emma dijera eso se echó a llorar y me abrazó.

—¡Lo siento! —exclamaba Emma.

—¿Qué? ¿De qué? —preguntaba Mark.

—Fui una estúpida y no te escuché, yo nunca quise alejarme de ti y desde ese día que hablaste conmigo diciendo que ya no querías nada conmigo no he estado bien —entre lágrimas.

—¿No estabas con Enzo?

—Yo nunca lo amé, solo lo quería para... para hacer esas cosas pero yo siempre te quise a ti, solo que en ese entonces no sabía qué era lo que me pasaba y yo quería afecto tuyo y te obligaba a hacerlo conmigo aun sabiendo que tú no querías o que era demasiado, es por eso que conocí a Enzo y él estaba igual de demente que yo, solamente estábamos juntos para complacernos.

—Yo... 

—Y todo esta investigación la estaba haciendo para mostrártela, y así tal vez regresarías conmigo pero está claro que fue una tontería.

—Pero pasó tanto tiempo desde que hablé contigo por última vez.

—Lo sé, pero yo estaba cegada y pasé varios días pensando en eso, de verdad que la pasé mal.

La abracé.

—Mira, Emma, yo siempre te tuve cariño, desde que te conocí hasta ahorita. Me... afectó un poco cuando te vi con Enzo pero..., sinceramente, nunca me enamoré de ti, creo que solo estaba experimentando y tal vez esperaba que de verdad surgiera algo en mí aunque nunca pasó y en este momento creo que sí está surgiendo algo, pero no por ti, Emma, lo siento.

—Claro, no importa, yo tampoco quisiera a una infiel como yo.

—No te digas así, como dijiste, estabas cegada y te dejabas llevar, pero tu siempre fuiste buena, eso lo sé, además de que eres buena enfermera, o bueno, al menos lo has sido.

—Sí... seguro... Gracias, Mark.

—Claro.

Emma me dio un pequeño besó en mi mejilla.

—¿Qué te parece si me dices todo lo que sabes? —proponía Mark.

—Por supuesto —mencionaba Emma.

—Vamos a mi casa, curaré tus heridas y podrás contarme con más claridad las cosas.

—Sí.

.

.

.

En la cueva, con Jostin.

Estoy tan cerca, tan cerca de lograrlo, aunque no estoy seguro de si está creyendo lo que le estoy diciendo, espero que sí. Una vez que lo consiga finalmente podré estar tranquilo y podré estar con él, todos estos años han valido la pena, lo valdrá, estoy seguro. —escribía Jostin en un libro.

Jostin guardaba su libro en un cajón y lo cerraba con llave.

—Jostin... —saludaba Enzo.

—Oh, llegaron, ¿cómo les fue con tu plan, Enzo? —preguntaba Jostin.

—Mark sigue vivo aún.

—¿Qué ocurrió?

—No importa. ¿Crees poder prestarme tu herramienta?

—¿Te refieres al perforador?

—Ese mismo.

—¿Para qué?

—Para eliminarlo.

—Mmm... ¿No puedes eliminarlo con tus propios medios?

—Lo haría más rápido con esa cosa.

—"Esa cosa" no es un juguete, creo que tú y Karim pueden eliminarlo fácilmente.

—Él no pudo hacer nada, se quedó quieto y no atacó.

—Con esa chica secuestrada me costó reaccionar —decía Karim.

—¿Qué chica? —preguntaba Jostin.

—No importa, solo préstamelo —insistía Enzo.

—¿Qué secuestro? ¿Qué estás haciendo, Enzo?

—Olvídalo y préstame el maldito perforador.

—¡Te estoy hablando!

Jostin arremetía contra Enzo.

—¿Qué fue lo qué pasó, Enzo? —preguntaba Jostin.

—¡No me toques! —exclamaba Enzo.

Enzo golpeó el rostro de Jostin, al hacerlo, Jostin dejó caer la llave que traía consigo.

—¡La llave! —decía Karim en su mente.

—¡Maldito! —exclamaba Jostin.

Los dos empezaron a pelear, mientras, Jostin recogía la llave del suelo y la ocultaba.

—¡Déjame! —exclamaba Enzo.

Jostin usó psíquico en Enzo y lo inmovilizó en el aire.

—¡No seas estúpido, estás haciendo un alboroto! —mencionaba Jostin.

—...

—Cálmate ya —tranquilizaba Jostin.

—Bien... —decía Enzo.

Jostin bajó a Enzo.

—No te lo puedo prestar y necesito que me cuentes qué fue lo qué pasó —decía Jostin.

—Eres un soplón, Karim —señalaba Enzo.

—Ven conmigo. Tú, Karim, si quieres puedes ir a la sala central, hay una sorpresa.

Jostin y Enzo se fueron.

—¿Sorpresa? —se preguntaba Karim.

Narra Karim:

Me dirigí a donde Jostin me dijo.

—Está oscuro.

Prendí la luz y vi que había un Pokémon en una silla.

—¿Es Mike?

Me acerqué a hablar con él.

—¿Mike? ¿Estás bien?

Mike despertó.

—¿Qué? ¿Quién eres? ¿Deacon? —preguntaba Mike.

—Ehh... Sí, soy yo, Deacon.

—¿Qué haces aquí? ¿Estás con él? 

—¿Con quién?

—Ese Espeon.

—Bueno, podría decirse que sí, él te ayudará a traer de vuelta todos tus recuerdos.

—No, no, él es malo, estoy seguro y tú lo eres también —furioso.

—Tranquilo, él no es malo solo que está tomando medidas demasiado extremas.

—Mentiroso, no te creo, libérame.

—Cálmate, te estoy diciendo la verdad.

—No, dijiste que mi madre era una Flareon llamada Kate y resultó que no es verdad.

—Ehh... ¿Por qué lo dices?

—Además, ¿por qué tienes dos nombres?

—Es que... fue por unas cosas...

—Estás con él, estás con ese Espeon y me quieren hacer daño ustedes dos.

—Espera, Mike.

—¡Libérame! —gritaba Mike.

Hubo un silencio después de ese grito.

—Mike, tú perdiste tus recuerdos, Jostin te ayudará a que recuerdes todo.

—No... no es cierto.

—Mike, Jostin es tu p- —se detenía antes de terminar.

—¿Mi qué?

Flashback

.

—No quiero que le hables, no te comuniques con él, si lo ves no te acerques. Aléjate de él.

.

—Nada... Creo que no debí hablar contigo en primer lugar.

—Espera, libérame.

—No puedo.

—Al menos explícame más.

—Yo... tengo que irme.

—Espera, ¡Deacon!

Me alejé de él.

—¿Por qué Jostin me dejó verlo si me había pedido que no hablara con él? —pensaba en su mente.

No sabía si contarle lo que sabía a Mike.

—Da igual, creo que Jostin no alguien muy agradable y ya estoy dudando de si lo que quiere hacer es regresarle los recuerdos a Mike o si quiere hacer algo más.

Creo que ya no confío en él.

—Le contaré a Mike, pero antes quiero revisar que es lo que esconde bajo esta llave, tal vez eso me oriente.

De cualquier manera tengo que actuar ya.

.

.

.

En otro lado.

—202... —decía una Mightyena.

Narra Nicole:

Es de noche así que Mike debería estar en su casa, espero que esté bien.

—Bien, estoy aquí.

Estaba frente a su puerta.

—¿Por qué está abierta su puerta?

Vi que la puerta estaba entre cerrada. La abrí y entré a su casa.

—¿Qué es eso?

Vi que en el suelo había una tarjeta que decía "Apoya a la causa, una moneda al rico es un lingote al pobre."

—¿Por qué está esto aquí...? Como sea.

Me adentré, se sentía solo el ambiente.

—Su celular está aquí

Estaba su celular en la mesa de la cocina.

—7 llamadas perdidas y muchos mensajes...

Tenía llamadas perdidas mías, de David y de Laura.

—¿Por qué no ha contestado?

Ya estaba preocupada de que le hubiera pasado algo.

—¿Mike, estás aquí?

Gritaba esperando alguna respuesta.

—Voy a ver su recámara.

Me dirigía su recámara, abrí su puerta.

—No está aquí.

Mike no estaba. Recorrí toda su casa y no lo encontré en ningún lado.

—Mike, ¿dónde estas? —preocupada.

.

.

.

En casa de Mark.

—No luces muy herida —decía Mark.

—Estoy bien, no me golpeó mucho —mencionaba Emma.

—Bueno, ¿qué es lo que sabes?

—Te puedo mostrar el mapa que te decía antes, está en mi casa.

—Podemos ir luego, dime qué más.

—Creo que Enzo quiere atacarlos, no sé si es algún tipo de represalia o si es algo más.

—Pero, ¿por qué?

—No estoy segura, ¿le hicieron algo?

—No, no tuvimos contacto ninguno del equipo con él, o no que yo sepa.

—Pues no sé qué querrá.

—Debería ir a su casa para arrestarlo.

—Sí, también creo que tiene alguna especie de base o cuartel.

—¿Dónde?

—¿Recuerdas que te hablé del mapa?, ahí marcaba una especie de base en una cueva, de hecho, fue por eso que Enzo me atrapó.

—¿Por qué?

—Quería investigar y traté de ir sigilosa pero me atrapó.

—Bueno, debería ir a investigar.

—Yo te puedo ayudar.

—No, es mi trabajo, no el tuyo.

—Claro...

—Por cierto, ¿conoces al Houndoom que estaba con él?

—No, pero dices que tú sí, ¿no?

—Sí, se llama... eh... bueno, creo que tiene dos nombres, Deacon y Karim.

—¿Dos nombres?

—Eso parece, pero si estaba con Enzo no significa nada bueno, probablemente esté con él.

—No lo sé, parecía que él no quería hacer eso.

—¿Qué quieres decir?

—Enzo pidió que me hiciera daño pero él se negaba, de hecho, lo atacó por defenderme.

—Mmm... Aun así hay que tener cuidado con él, debería advertirle a Mike.

—¿Mike?

—Sí, te acuerdas de él, ¿no?

—Sí, el Eevee extraño, ¿qué ha pasado con él?

—Luego te cuento, tengo que hablar con él sobre ese Houndoom.

—¿Se conocen?

—Sí, aparentemente ese Houndoom lo conocía y dijo que también conocía a la madre de Mike, pero parece que mintió o al menos eso parece.

—¿Por qué?

—Déjame hablar con Mike primero.

Narra Mark:

Tomé mi celular y llamé al número de Mike esperando respuesta.

—... —en silencio Mark.

—¿Hola? —contestaba la llamada una voz.

—¿Mike? —preguntaba Mark.

.

.

.

En casa de Mike, con Nicole.

Narra Nicole:

Estoy muy preocupada, ¿y si le pasó algo a Mike?

—Debería ir al hospital, tal vez sufrió un accidente y esté ahí.

Me dirigía a la salida pero antes de hacerlo el celular de Mike comenzó a vibrar.

—¿Lo están llamando?

Estaba recibiendo una llamada de "Mark".

—¿Mark? ¿No era el Decidueye detective?

Contesté la llamada.

—¿Hola? —contestaba Nicole.

—¿Mike? —preguntaba del otro lado.

—Eh... No, soy su... amiga.

—¿Cree poder pasarme a Mike, por favor?

—¿Es usted Mark el Decidueye?

—Eh, sí, soy yo.

—¿Sabe usted dónde está Mike?

—No la entiendo, ¿a qué se refiere?

—No he visto a Mike en varios días, he venido a su casa y tampoco está pero su teléfono está aquí, su puerta estaba abierta.

—¿No ha visto a Mike?

—No, estoy preocupada, ¿usted lo ha visto?

—No, estuve con él hace unos días pero desde ese día no lo he visto.

—¿Sabe a dónde pudo haber ido?

—Mmm... Es posible que pueda estar en el hospital, tal vez fue a hablar con Kate.

—¿Kate?

—Perdón, es una Flareon, pero sí, es posible que haya ido ahí.

—Pero llevo días sin verlo, no ha contestado mis llamadas, además, ¿por qué no llevaría su celular consigo?

—No lo sé, intentaré ver dónde está.

—Gracias, llevaré el celular de Mike conmigo por si necesita comunicarse.

—Bueno... no quiero meterla en esto.

—No hay problema, Mike me importa y quiero que esté bien.

—Está bien, le agradezco.

—Por nada.

Después de eso Mark colgó la llamada.

—Espero que estés bien, Mike.

.

.

.

En casa de Mark.

—¿Qué ocurrió? —preguntaba Emma.

—Parece que Mike está en problemas —respondía Mark.

—¿Qué pasó?

—Me dijeron que no han visto a Mike en días, de hecho, encontraron su teléfono en casa con varias llamadas perdidas.

—¿Qué crees que le haya pasado?

—Temo que ese Houndoom le haya hecho algo, no sé por qué pero siento que él no es de los buenos.

—¿No crees que lo hayan...

—¿Matado?

—Creo que eso es demasiado, pero, ¿y si también lo secuestraron?

—¿Por qué harían algo así?

—Bueno, no lo sé pero si ese Houndoom tiene algo que ver eso significa que tal vez Enzo también esté involucrado.

—Tal vez solo haya sufrido un accidente y esté en el hospital.

—Puede ser.

—También debería ir a su casa, y la base de Enzo que me mencionabas para ver si puedo hallar alguna pista.

—Entonces, ¿a dónde vas a ir primero?

—Le pediré a mi grupo que investigue su casa y el hospital, yo iré a la casa y a la base de Enzo, sería lo primero que atender, después de todo lo único de lo que estoy seguro es que Enzo te secuestró y que eso es un delito.

—Está bien.

—Movámonos, hay actuar rápido.

.

.

.

En la cueva, con Jostin y Enzo.

—¿Entendido? —preguntaba el Espeon.

—Sí... —respondía Enzo.

—Bien, ve, actúa y haz lo que te dije.

El Chesnaught salió de la habitación, dejando solo al Espeon.

—Yo también tengo que actuar... Muy pronto Mike estará conmigo y dejará ese cascarón.

.

.

.

Años atrás...

—Me estoy volviendo loco... —mencionaba un Pokémon.

Flashback

.

—Mike ya no está, pero no puedes seguir culpándote de esto.

.

—¿Quién es Mike? ¿Quién rayos es Mike? Mike no existe, no... 

Flashback

.

—¡Cállate! Perdí y perder no amerita ningún logro.

.

—Tonto, tonto, tonto, tonto... ¡Tonto! —exclamaba el Pokémon.

Flashback

.

—Algo haré, no puedo dejar esto así...

.

—Debo hacerlo...

—No, no puedo, no es correcto.

—Umbreon...

—Pero es la única opción.

—Tengo que aprender a seguir así.

—Si puedo revertirlo, ¿por qué no lo hago?

—No se puede, no.

—¿Quién es Mike?

—Tal vez elijo otra opción.

—Eso, sí... No, eso no, eso.

—No...

—Sí...

—Un eevee, alguien.

—Es incorrecto.

—Ojo por ojo, sí.

—Hacer algo, desde cero.

—Pastillas...

—Puedo, una familia, sí.

—Alguien fuerte, un Ursaring...

—Corriendo, rápido.

—¿Seguro?

—No, eso no, es estúpido.

—Sangre...

—Abajo.

—Pero solo como segunda opción.

—Sí, algo grande, algo poderoso.

—Sí.

—Sí.

—Sí.

—¡Sí!


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top