Capítulo 12. Solo quiero vivir en paz
—¿Qué película vamos a ver? —preguntaba el Eevee.
—Cuando lleguemos verás —respondía la Mightyena.
Narra Mike:
Seguimos camino a la plaza.
—¿Has tenido pareja, Mike? —preguntaba Nicole.
—¿En serio crees que alguien se ha interesado en mí? —respondía Mike.
—¿Por qué no?
—Pues no.
—Bueno.
—¿Tú has tenido? —preguntaba Mike.
—Eh... Sí, tuve un novio —respondía con incomodidad Nicole.
—¿En serio? ¿Y qué pasó? —intrigado Mike.
—No quiero hablar de eso —decía con desagrado.
—¿Por qué no?
—Porque no —decía irritada.
—Está bien, perdón.
Nicole no dijo nada más, algo le pasó o algo le hicieron para que no quisiera hablar de eso.
—Entonces... ¿crees que surja algo? —mencionaba Mike con vergüenza.
—¿Entre nosotros? —preguntaba Nicole.
—Sí.
—Bueno, ¿tú quieres que surja algo?
—Ehh... No lo sé.
—Entonces ahí está tu respuesta.
—...
No entendí muy bien lo que Nicole quiso decir.
—Por cierto, ¿recuerdas al Decidueye que te dio un número ese día en la escuela? —preguntaba Mike.
—Sí, creo que se llamaba Mark —respondía Nicole.
—Exacto. Resulta que ayer fui a verlo a la comisaría donde crecí.
—¿No habías dicho que no querías regresar a ese lugar?
—Lo sé, pero me di cuenta de que Mark solo quería ayudarme, es por eso que fui a ver qué quería.
—Entiendo. ¿Qué te dijo?
—Mira, el tiempo que estuve en la comisaría fue para que Mark y los demás pudieran investigar mi situación, como no tenía a nadie que me cuidara, padres, hermanos, tíos o algo, tuve que estar ahí —contaba Mike.
—...
—Y todo este tiempo Mark estuvo investigando sobre mí.
—Espera, ¿no tienes padres? —decía Nicole, sorprendida.
—Mark me dijo que mi posible padre fue asesinado y mi posible madre está en coma en un hospital.
—¿Qué fue lo que pasó?
—Te voy a contar. Escucha...
Procedí a contarle todo lo que Mark me contó a mi ese día en la comisaría. También le conté que no podía evolucionar.
—Déjame ver si entendí... Hace 10 años te secuestraron, un Pokémon misterioso asesinó a tu padre y atacó a tu madre que está en coma en un hospital, el Pokémon te llevó al sótano de una casa para experimentar contigo con una máquina, pero la máquina explotó y te causó esas quemaduras —contándole Nicole.
—Exacto.
—Y tampoco puedes evolucionar por piedra evolutiva.
—No solo por piedra evolutiva, no puedo evolucionar de ninguna manera —agregaba Mile.
—¿De ninguna forma? Es decir, ¿vas a ser un Eevee por el resto de tu vida? —sorprendida Nicole.
—Me temo que sí, a menos de que Mark pueda solucionar eso.
—Pero aún no saben quién fue el Pokémon que te secuestró, por qué lo hizo, por qué tu pata es negra, por qué tienes esa marca en tu cuello y justamente por qué no puedes evolucionar.
—Sí, no sabemos absolutamente nada...
Nicole pensó por un momento y luego habló.
—¿Sabes quién podría ayudar? —agregaba Nicole.
—¿Quién? —con curiosidad, Mike.
—Dylan.
—¿Dylan? —confundido.
—Sí, Dylan, tú y yo sabemos lo inteligente y prudente que es y sabemos lo bueno que es con estas situaciones —explicaba Nicole.
—No lo creo, es muy bueno con esto pero dudo mucho que sepa más que un detective profesional como Mark, además es un jóven como nosotros, no puede involucrarse en esto, no le incumbe —inconforme, Mike.
—Bueno, tal vez no se pondrá a investigar tu situación con Mark ni nada de eso, pero podrías contarle todo y tal vez se le pueda ocurrir algo a él, es un cerebrito —mencionaba Nicole, intentando convencerlo.
—No sé, ¿por qué no le cuentas todo tú?
—¿Yo? Ehh... No nos llevamos muy bien —rechazaba Nicole.
—¿Por qué? —intrigado.
—Simplemente no nos llevamos.
—Bueno.
—Pero escucha lo que digo y habla con él, creo que te puede ayudar.
—Tal vez pueda hablar con él pero no creo que sea de mucha ayuda.
—Considéralo al menos, solo quiero ayudarte.
—Gracias, lo pensaré.
Después de esa charla Nicole dijo que ya estábamos cerca del lugar por lo que caminamos un poco más.
Después de unos minutos, finalmente llegamos.
—Llegamos, bienvenido a la plaza —decía Nicole con entusiasmo.
—Ya había estado aquí antes —mencionaba Mike.
—De todas formas bienvenido a la plaza.
—Como quieras.
Nicole me llevó de la pata adentro de la plaza.
—No puedo caminar bien si me sujetas mi pata —decía Mike, incómodo.
—Está bien —decía Nicole con desagrado.
Nicole me soltó.
Nos dirigimos al cine para poder ver la película que Nicole quería.
—Entonces, ¿qué película veremos? Dime por favor que no será una película de romance y que me besarás dentro —decía Mike, bromeando.
—No, ni que fuéramos personajes enamorados en secreto dentro de una historia de romance —bromeaba Nicole.
—Está bien.
—Quería ver esa —decía Nicole, señalando la portada de la película.
—¿"Melter Miles bajo el sangriento cuchillo "? —preguntaba Mike.
—Sí, se ve interesante.
—Es de terror.
—Mejor, así en medio de la película habrá un susto lo que hará que me espanté y te abrace "accidentalmente" —bromeaba Nicole.
—Odio el cliché... —mencionaba Mike con desagrado.
—Como sea, ¡vamos! —decía con euforia Nicole.
—¡Espérame!
Nicole se dirigió corriendo adentro del cine.
.
Dentro del cine:
Una vez llegamos a la función, nos sentamos y empezamos a devorar las palomitas que previamente habíamos comprado.
—No te las acabes, aún no empieza —decía Nicole.
O bueno, más bien yo empecé a devorarlas.
—Perdón.
—Mejor cómeme a mí —bromeaba Nicole.
—¡¿Qué?! —exclamaba Mike, ligeramente sonrojado.
—Jajaja, estoy bromeando.
—Sí... seguro... —sonrojado.
Después de esa incómoda broma que me hizo Nicole la película empezó.
.
2 horas después...
—No esperaba que el protagonista muriera —decía Nicole.
—Lo hizo para protegerla —mencionaba Mike.
La película había terminado y nos encontrábamos saliendo de la función.
—¿Tú hubieras hecho lo mismo? —preguntaba Nicole.
—Tal vez sí, tal vez no —respondía Mike.
—¿Y si fuera yo? —bromeando Nicole.
—Entonces lo tendría claro, te usaría de carnada —bromeaba Mike.
—Qué malo eres.
—Lo sé.
Después de haber visto la película nuestro siguiente destino era ir a comer a algún restaurante de comida rápida.
—¿Ya vamos a comer? Tengo hambre —quejándose Mike.
—Pero si te comiste casi todas las palomitas, cada que yo comía una tú ya te habías comido diez —mencionaba Nicole.
—Pero igual tengo hambre.
—Bueno, vamos a comer.
Nos dirigimos a un restaurante a comer. Una vez llegamos, nos sentamos, ordenamos y mientras esperábamos nos pusimos a platicar.
—Me hubiera encantado poder haber hecho esto antes —mencionaba Mike, un poco triste.
—¿A qué te refieres? —preguntaba Nicole.
—Salir con mi familia, con mis hermanos, con mis amigos... tal vez con mi pareja...
—Todavía puedes hacerlo, ¿qué vas a hacer si esa Flareon resulta en ser tu madre? —preguntaba Nicole.
—Bueno, no sé, no me alegra el hecho de que pueda conocer a mi madre y sinceramente me sería muy incómodo intentar convivir con ella solo por ser mi madre, para mí sería una desconocida.
—Pero es tu madre, ¿qué pensaría ella?
—No lo sé, no sé si quiera si ella me recuerda, pasaron 10 años desde que la atacaron y no creo que ella me recuerde, menos aún sabiendo que despertará de un coma e incluso menos todavía con las marcas que tengo.
—¿No crees que esas marcas ya las tenías antes de que te secuestraran?
—Pues no tengo idea.
—Tal vez sí sea tu madre y te recuerde.
—No lo sé, será lo que tenga que ser.
Nos quedamos en silencio unos segundos.
—Como quisiera ser alguien normal —decía con desánimo Mike.
—Eres normal, unas marcas las tiene cualquiera —animándolo Nicole.
—Me refiero a que ojalá hubiera tenido una vida normal, recordar y tener a mis padres, vivir con ellos y no en una comisaría por 10 años —desanimado.
Nicole se acercó a mí.
—No te tortures, sé que tu vida fue y es complicada pero de todas formas has podido seguir adelante —animándolo Nicole.
—Sí, es lo típico que diría cualquiera para alegrar a alguien —frío, Mike.
—Lo digo en serio, tú eres especial y no lo digo por tu situación lo digo por cómo pudiste salir de esto.
Nicole puso sus patas en mis hombros.
—Cualquiera que estuviera en tu situación no hubiera podido seguir, tú pudiste haber sufrido depresión te pudiste haber enfermado e incluso te pudiste haber... pudiste haber acabado ahí. Pero no, tú no, tú seguiste adelante y mírate ahora, ya tienes más confianza en ti, estudias en una escuela, tienes un techo para dormir, hay Pokémon que te quieren. Mírate ahora, estás saliendo con una chica y te las estás pasando bien, ¿no? —explicaba Nicole.
—Sí, pero pud-.
Nicole me interrumpió y se acercó a mi rostro.
—Ahora estás viviendo bien y cuando resuelvas todo podrás vivir en paz rodeado de Pokémon que confías. Puedes hacer esto más seguido, puedes salir con tus amigos, puedes salir conmigo, sabes que a mí me encanta estar contigo y puede que... puede que un sentimiento esté surgiendo, al menos en mí.
Nicole se acercó a mis labios, yo me sonroje un poco y me acerqué a los de ella.
—No me molestaría que fueras alguien importante en mi vida, Mike.
Los dos cerramos los ojos, yo solo esperaba que ocurriera lo que tenía que pasar. Estábamos muy cerca el uno del otro y de pronto... Nicole me dio un beso en mi mejilla. Pensé que me besaría en los labios.
—¡¿Qué?! ¿Nicole? —decía Mike, sonrojado y nervioso.
—Jajaja, debiste de ver tu cara, estabas súper rojo, no sabías ni qué hacer, jajaja —decía Nicole, riendo.
Me quedé estático, estaba muy avergonzado.
—No vuelvas a hacer eso —con vergüenza y sonrojado, Mike.
—¿Pensaste que te iba a besar? No vayamos tan rápido, fiera —mencionaba Nicole, con una sonrisa y un poco sonrojada.
—Cállate —avergonzado.
—Pero en serio, Mike, hablo en serio.
—Sí, lo sé... Gracias, Nicole, lo aprecio mucho.
Después de esa charla y de esa vergonzosa situación nos trajeron la comida y nos dispusimos a comer.
—Está bueno —exclamaba Mike.
—Sí, está rico —agregaba Nicole.
Al terminar de comer pagamos y salimos del restaurante.
—¿Eso fue todo? —preguntaba Mike.
—¿Qué? No, apenas comenzamos. Quiero visitar unas tiendas para comprar unas cuantas cositas —mencionaba Nicole.
—¿Cuántas tiendas?
—No serán muchas, como unas tres horas más.
Sabía que no todo podía ser de color rosa.
—¿¡Tres horas!? —exclamaba Mike.
—No te quejes. Vamos, tú sígueme.
—Ay...
Durante unas horas Nicole me llevó de una tienda a otra, ella solo veía ropa, accesorios, perfumes, y cosas que poca importancia que causaba. No sé de dónde sacaba el dinero porque cada que salíamos de una tienda yo ya cargaba una bolsa. Es el precio de salir con una hembra.
.
2 horas después...
—Ya me cansé... —quejándose Mike.
—No seas debilucho —bromeaba Nicole.
—Tú no estás cargando nada...
—Solo quiero ir a una tienda más y ya nos vamos.
—Está bien.
Nicole se dirigió una dulcería.
—¿Una dulcería? —preguntaba Mike.
—Así es.
—No sabía qu-.
No pude terminar de hablar cuando regresó ese dolor de cabeza intenso.
—¿Mike? —mencionaba Nicole.
—Argh... —se quejaba Mike.
—¿Qué te sucede, Mike? —decía Nicole, un poco preocupada.
—Mi... cabeza... —con dolor.
—Siéntate en esa banca.
Nicole me llevó hacia la banca.
—Suelta las bolsas —mencionaba Nicole.
—Argh... Me duele... —con dolor, Mike.
—¿Dónde te duele?
—Detrás... de mi cabeza... cerca de mi... marca —jadeando ligeramente.
—Espera aquí, iré por ayuda —un poco preocupada.
—No, quédate conmigo... por favor.
—Está bien, pero si sigues así llamaré a emergencias.
—Sí... solo dame un minuto...
Después de unos segundos el dolor cedió repentinamente.
—¿Estás bien? ¿Ya no te duele? —preguntaba Nicole.
—Sí, ya... ya no me duele —respondía Mike.
—¿Nada?
—No, paró de repente.
—¿Quieres que nos vayamos ya?
—No, no, tú ve a la tienda, no te preocupes por mí.
—¿Estás seguro? No me importa que vayamos.
—Tú ve a la tienda y tómate tu tiempo, yo me quedaré aquí con las bolsas. No te preocupes, estoy bien.
Nicole no quedó muy convencida pero al final aceptó.
—Está bien, me llamas si te ocurre algo.
—Seguro.
Nicole se dirigió a la tienda.
Yo me quedé sentado en la banca con las bolsas. ¿Por qué me da este dolor tan fuerte? ¿Por qué dura unos segundos y luego desaparece repentinamente?
Vi a mi alrededor y vi que un Houndoom se dirigía a mí.
—Hola, Mike, ¿cómo estás? —saludaba el Houndoom, con alegría.
—Eh... ¿Te conozco? —preguntaba Mike, confundido.
—¿No te acuerdas de mí? Soy Deacon, tu amigo.
—¿Deacon?
—Sí, éramos amigos, fui el único que asistió a tu fiesta de cumpleaños, cuando cumpliste cinco años. ¿No me recuerdas?
¿Un Houndoom llamado Deacon? Sabe mi nombre y dijo que éramos amigos y que asistió a mi cumpleaños número cinco. Seguro era un amigo mío de mi infancia pero como no recuerdo nada no lo reconozco.
¿Le sigo el juego o le digo una mentira? No quiero que sepa lo que me pasó.
—Lo siento, creo que pasó mucho tiempo y no recuerdo muy bien —mencionaba Mike.
—¿Qué te pasó, amigo? No supe nada de ti como por 10 años —decía Deacon.
Rayos... ¿Qué le digo? No quiero decirle que me secuestraron y que estuve encerrado en una comisaría por 6 años.
—Bueno... tuve unos problemas —decía Mike.
—¿Qué problemas? —preguntaba Deacon.
—Ehh... No quiero hablar de eso.
—Está bien. ¿Y tus padres?
—Ehh... —nervioso.
—¿Cómo están? Recuerdo a esa Flareon tan agradable, debe de ser una buena madre.
No creo lo que dijo... ¡¿Esa Flareon de verdad es mi madre?! Él debe de saber algo... tengo que preguntarle.
—¿Mi madre? Ehh... bueno... está bien —nervioso y muy sorprendido.
—¿Estás bien? Te ves nervioso —mencionaba Deacon.
—¿Tú recuerdas a mis padres?
—Claro, un Jolteon y una Flareon.
¿Ahora que hago? ¿Le digo la verdad? Él puede ayudar... No sé qué hacer.
—Ya veo, sí los recuerdas, jeje —nervioso, Mike.
—Por supuesto, amigo.
—Oye, tuve un accidente hace unos años y no recuerdo muy bien algunas cosas.
—Entiendo, está bien, ¿quieres que te de mi número?, podríamos estar en contacto y podríamos charlar.
—¿Eh? Claro.
Perfecto, más tarde puedo comunicarme con él y explicarle las cosas, tal vez él sepa cosas que yo no. Tengo que contarle a Mark sobre esto.
—Gracias, es bueno tenerte de nuevo —decía Deacon, con una sonrisa.
—Sí...
—Por cierto, ¿dónde vives?
—Eh... Bueno, vivo en-.
Antes de poder hablar Nicole me abrazó por la espalda.
—Mike, mira, te compré unos chocolates, sé que te gustan —decía Nicole, con una sonrisa.
—¿Ah? Oh, gracias, Nicole, qué lindo detalle —mencionaba Mike.
—¿Nicole? —mencionaba Deacon.
—¿Karim? —mencionaba Nicole.
¿Karim? ¿No se llamaba Deacon?
Nicole y... Karim se quedaron viéndose fijamente, la diferencia es que Nicole tenía una mirada furiosa mientras que el otro tenía una mirada... ¿triste? Creo que estos dos se conocen.
Se quedaron quietos durante unos segundos, con su mirada fija y sin decir nada, no sé qué es lo que pasó.
En cualquier caso solo sé que hoy está siendo un día muy... interesante, y espero que Deacon, o Karim, me pueda ayudar... yo solo quiero vivir en paz.
.
.
.
En un hospital:
Se encontraban una Chansey y una Audino charlando.
—¿En cuál te toca? —preguntaba la Chansey.
—En la doce —respondía la Audino.
—Pues te deseo much-.
—¡Oigan, vengan rápido! —decía una Wigglytuff.
Una Wigglytuff irrumpía la habitación donde se encontraban las otras dos.
—¿Qué sucede? —preguntaba la Chansey.
—Ya despertó —respondía la Wigglytuff.
—¿Quién? —preguntaba la Audino.
—Kate, la Flareon —contestaba la Wigglytuff.
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