Capítulo 1. Así es mi vida

—Bueno, pues de nuevo a la escuela —decía mientras se iba levantando de la cama.

Aquel eevee que se encontraba arreglándose para ir a la escuela se llama Mike, tiene 16 años y vive solo en un pequeño departamento. 

—¿Qué me pondré hoy? —decía mientras observaba sus múltiples sudaderas.

Después de arreglarse y cambiarse, procede a salir de su casa para ir camino a su escuela.

—En su mente— Me pregunto si algún día cederé a esto...

Al llegar a su escuela, y a su correspondiente salón, Mike ve a su amigo David, un grovyle.

—Hola, amigo —decía el grovyle dirigiéndose a Mike.

—Hola, David.

—¿Cómo has estado? ¿Cómo te la pasaste el fin de semana? 

—Bueno... como cualquier otro día —decía mientras ponía sus cosas en su asiento.

—¿Qué acaso nunca sales o algo parecido?

—No. De seguro tú vas a fiestas cada fin de semana, ya que el dinero no te falta... —decía en tono de burla.

—Jaja, ya quisiera, pero no, casi no voy a fiestas y tampoco tengo colecciones de relojes, no porque tenga dinero significa que pueda hacer lo que quiera —modesto.

—Ajá...

—Además el dinero no es mío, es de mis padres. Créeme, soy un chico responsable, además de apuesto y disciplinado —vanidoso.

—¿Ah, sí? ¿Y por qué no te veo con una chica? Además, saco mejores calificaciones que tú.

—Bueno... si quisiera ya tendría a alguien aquí conmigo, es solo que aún no estoy preparado.

—Claro.

—Y bueno, es que tú eres un tipo muy raro, pero mis notas no son malas, son... decentes. 

—No soy raro... bueno un poco tal vez.

—Amigo... todos los días usas sudaderas, incluso cuando hace calor, eso es extraño.

—No lo es, ¿qué hay de malo con usar esto?

—No, nada, no es malo, pero es raro, generalmente los pokémon no usamos ropa.

—Bueno, yo soy especial.

—Pero en serio, nunca te he visto desnudo.

—Bueno, ya, así me gusta estar —fastidiado.

—Tranquilo, amigo, jajaja.

Narra Mike:

David es un buen amigo, realmente me ha ayudado mucho, podría parecer molesto pero en realidad no lo es. Le tengo mucha confianza, aunque hay cosas que no le puedo contar.

Mientras charlaba con David, llega Nicole y se sienta al lado mío.

—Hola, chicos 

Ella es una Mightyena cariñosa, inteligente y divertida, y definitivamente mejor Pokémon que David.

—Hola, Nicole —dijo Mike.

—Hola —saludaba también el Grovyle.

—¿Cómo han estado?

—Yo bien, siendo responsable, pero el extraño de tu amigo no sale de su casa ni aunque esté Jirachi fuera —decía David.

—Cállate, David —decía con fastidio Mike.

—Bueno, supongo que alguna razón habrá, quizá él sea así —agregaba Nicole.

—Gracias —decía Mike.

—Bueno, bueno, está bien, ya no diré nada —decía decepcionado el grovyle.

—Por cierto, Mike, ¿me acompañarías a mi casa hoy?, me gustaría que me ayudaras en unas cosas y además te quiero contar algo.

—Claro, ¿en la salida? 

—Sí —con emoción.

En eso, David me toca con su hombro, al girarme veo cómo me guiña el ojo.

—Es tu oportunidad, tú que quieres hijos —en voz baja y con tono de burla decía el grovyle.

—Eres un imbécil —molesto.

—Jajaja...

Después de una horas, las clases habían acabado.

—Nos vemos —se despedía David de sus amigos.

—¡Adiós! —se despedía Nicole.

—Bye —dijo Mike.

—Bueno... ¿nos vamos? —preguntaba la mightyena a Mike.

—Claro.

Así, ambos partimos a dirección de casa de Nicole.

—¿Realmente te cae bien David? —curiosa.

—Es un idiota que hace estupideces, pero... es buen tipo, es muy amigo mío solo que es un poco burlón, a veces.

—¿Sentimientos encontrados?

—Mmm... No lo diría así, esa es su forma de ser.

—Entiendo.

—Y qué hay de ti, ¿te agrada?

—Es... gracioso, pero no lo conozco tanto como tú, creo que no le hablaría si no fuera por ti.

—¿Por mí? —curioso.

—Pues cuando me junté contigo tú ya le hablabas.

—¿Y por qué me hablaste a mí?

—Ehh... No lo sé, eras el que estaba al lado mío.

—¿Ah, sí? ¿No es por otra razón? —burla.

—Ah... no, es solo que no quería estar sola, y tu eras el pokémon más cerca de mí —incómoda.

—Está bien.

Al llegar a casa de Nicole, ambos entramos y subimos a su recámara.

—¿Tus padres no están aquí? —preguntaba Mike.

—No, no están. ¿Por qué? ¿Quieres jugar conmigo? —coqueta.

—¿Qué? No, no lo decía por eso —sonrojado.

—¿Entonces por qué lo decías? 

—Olvídalo

—Por favor... dime —decía mientras sujetaba los hombros del eevee.

—No, no era nada —incómodo.

—Está bien, pervertido —decía mientras lo soltaba.

—¡Ey!, no me digas así.

—Estoy bromeando, Mike.

—Te pareces a David. 

—No lo creo. 

—Como sea. ¿Qué necesitas? —cambiando de tema.

—Me gustaría tu ayuda con respecto una tarea de Química, ya que tú eres bueno.

—Ok, sin problema.

—Y quería contarte algo.

—Adelante.

—Mira, como ya sabes, Abigail y Lucas van a organizar una fiesta en su casa, ya sabes que esos tipos hacen fiesta cada Viernes. 

—No lo sabía.

—Bueno, ahora ya lo sabes.

—Pero no me llevo mucho con ellos.

—Espera. Como decía, van a hacer una fiesta en su casa con piscina, yo quiero ir, pero dijeron que tenemos que llevar un acompañante, para bailar y para hacer unos juegos, y me gustaría que me acompañaras tú, eres el amigo en el que más confianza tengo. Realmente quiero ir. 

—No lo sé, sabes que no me gustan mucho las fiestas... además, como dije, no me llevo mucho con ellos —incómodo.

—Por favor... Mis otros amigos estarán ocupados y además me llevo mejor contigo —esperanzada.

—Yo... —incómodo.

—Por favor, Mike, estaré contigo todo el rato para que no estés tan incómodo —decía mientras tomaba sus patas.

—¿No puedes simplemente ir sola? 

—Bueno... sí pero no podría bailar ni participar en los juegos.

—Rayos... Está bien, lo haré por ti —no muy convencido.

—¡Gracias! —dijo emocionada para después darle un beso en su mejilla.

—Como sea... 

—Luego te digo cuándo, dónde y toda la información.

—Sí, sí... lo que digas.

—Bueno, ahora sí, ¿me ayudas? —feliz.

—Claro.

.

.

.

Nuestro Eevee se encontraba en su cama, ya de noche.

—Bueno... ahora tendré que ir a una fiesta... ¿quién lo diría? —decía en su mente.

Narra Mike:

Nicole es una buena amiga, y no es tan molesta como David... Sin embargo, creo que a este último le tengo más confianza que ella, puede parecer extraño, lo sé.

En fin, así es mi vida.

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