Capítulo. 9: Celos
• Perspectiva de Karly •
—¿Estás lista? —preguntó el peli-negro aún sin abrir la puerta.
—Sí. —asentí.
—¿Segura? —inquirió de nuevo.
—¡Sí! —respondí ansiosa.
—¿Completamente segura? —insistió.
—¡Ya, abre la puerta de una vez!
Tomó la perilla y la giró dejando al descubierto su acogedora habitación. Vi muchas cosas a la vez: la pared era negra al igual que su cama y sus muchos trajes de ninja; habían fotos enmarcadas, trofeos, medallas, armas colgadas. Su cuarto era realmente fascinante y elegante, además de limpio y ordenado.
—¿Qué te parece? —el chico ahora a mi lado soltó al aire con un dejo de orgullo.
—Siento envidia de la buena. —comenté admirando sus trofeos—. Tienes buen gusto de interiores.
—No exageres. —soltó una risotada mientras se sentaba en su cama.
—No lo hago, es increíble.
Una de las armas colgadas captó mi atención: era dorada, puntiaguda y de apariencia pesada.
—¿Qué es esto? —la toqué con delicadeza.
—Esa, mi querida compañera, es la Oz de los terremotos, una de las cuatro armas doradas. —contestó en un tono nostálgico—. No dejo a muchos tocarla, así que tú eres la excepción. —me sonrió dulcemente.
Vaya, este chico sí que sabe hacer sentir a alguien especial. Le sonreí de vuelta y mientras continuaba inspeccionando sus fotos, me topé con una pegada en la pared en la que aparecían él y Jay. La foto decía debajo "Best Buds".
—Qué adorables. —no pude contener mis palabras.
—Sí, esa foto es de mis favoritas. —comentó—. Y eso que no soy tan fotogénico que digamos.
—¿Dónde estaban o por qué traían esos trajes?
—Estábamos en el torneo de los elementos. —Cole señaló uno de los trajes que tenía colgado.
—¿Y lo ganaron? —interrogué por mera curiosidad—. ¿El torneo? —aclaré lo obvio.
—Se podría decir que al principio no queríamos entrar a ese torneo por ganar; queríamos investigar si había peligro alguno en éste, y resultó que sí. No era un torneo de verdad. Simplemente era un plan para robar todos los elementos que existían: es decir, una misión más. —relató.
—¿En serio? Eso es terrible. —musité sorprendida.
—Y en una de las batallas, peleé contra Jay. —añadió presionando sus labios.
—¿Se tuvieron que hacer daño? —por alguna razón extraña, me preocupé.
—No del todo, teníamos todo planeado para no dañarnos. Otra de nuestras largas historias.
—Sus misiones y aventuras suenan muy interesantes. —confesé alejándome de la fotografía—. Espero algún día escucharlas todas.
—Y lo harás; algún día te las contaremos. —el muchacho se levantó y se asomó por su ventana.
No tardé en caminar a su lado e imitarlo. Me encontré con una hermosa vista a una porción de la ciudad. Las luces iluminando la oscura y estrellada noche acompañadas de luz de luna llena; era una vista que simplemente no se podía no admirar.
—Gracias. —le agradecí aún viendo hacia la ciudad.
—¿Por qué? —sentí su mirada.
—Por tratarme tan bien desde que llegué. —respondí ahora sonriéndole.
—No es nada. —me dedicó una media sonrisa.
De pronto y de la nada, escuchamos que alguien abrió la puerta de la habitación.
• Perspectiva de Nya •
Estaba plácidamente pintando mis uñas en mi habitación, pues ya me tocaba darme un cariñito en las manos. Habían quedando fabulosas de un color rojo carmín que me gustaba mucho. Al terminar, me vi al espejo y visualicé una foto de Cole que tenía pegada en éste. Sonreí al verla: mi lindo niño que tanto amo.
La idea de irlo a visitar a su habitación no tardó en aparecer y, ¿por qué no hacerlo? Salí al pasillo, di unos cuantos pasos más y tomé la perilla al ver que estaba la luz encendida para sin tocar, entrar.
—Hola, amor-... —saludé sin terminar.
Para mi terrible sorpresa, mi novio no estaba solo. Se encontraba viendo a la ventana con la chica que acababa de llegar a la casa: ¿Karly? Primero que nada, ¿qué demonios hace ella en su habitación? ¿Y qué hace con Cole a su lado? ¿Qué ocurre?
—Nya. —mi novio me dibujó una gran sonrisa.
—¿Qué está pasando? —interrogué algo molesta.
—¿Qué está pasando de qué? —el chico caminó hacia mí inocentemente.
Volteé a ver a Karly al segundo; ella me veía confundida, al igual que Cole.
—¿Qué haces con ella aquí? —subí un poco mi tono de voz.
—La invité a que viera mi habitación.
Cuando dijo eso, un sentimiento feo me inundó.
—¿Y cómo por qué? —me crucé de brazos.
—Porque quería enseñarle una foto; tranquila. —respondió frunciendo el ceño con extrañes.
Cuando me dijo "tranquila", me empecé a sentir peor. Ésta tal Karly piensa robarme a mi novio y él es tan ingenuo como para darse cuenta.
—¿Qué foto? —pregunté acusadora y con ojos de pistola hacia mi pareja.
—¿Acaso estoy en un interrogatorio? —ahora Cole había empezado a molestarse.
En ese momento, fulminé a Karly con la mirada. Ella arqueó una ceja fingiendo inocencia; como si yo fuera a caer y a creerle con esa miradita falsa.
—No. —contesté un poco más tranquila, regresando los ojos hacia mi chico.
—Entonces, ¿por qué me haces tantas preguntas y por qué estás tan enojada?
—Lo siento, no estoy enojada. Yo confío en ti. —me acerqué y lo abracé cariñosamente.
Cole estaba por responderme, pero antes de que lo hiciera, le planté un beso en los labios en frente de la roba-novios.
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