Capítulo. 7: Amiga
—Hay muchas cosas que tienes que saber. —Cole mencionó despertando mi curiosidad.
—Tengo tiempo. —solté divertida fingiendo ver mi reloj inexistente en mi muñeca.
—Claro que algunas cosas ellos te las deben de decir, no yo precisamente. —el pelinegro señaló con la cabeza una fotografía que estaba colgada en la pared.
En ésta aparecían todos reunidos con unos trajes algo peculiares; pude notar que estaba mi tía también. Me levanté de la mesa y me acerqué a examinarla más de cerca. La miré detenidamente junto a mi tío con cariño, después vi a los ninjas posando para la foto, y a Zane con sus ojos cerrados, lo cual me causó gracia.
—¿Crees que me lleve bien con los demás?
—Sí, todos son buena gente, solo... cuídate del señorito Walker. —mencionó.
—¿Señorito Walker? —levanté una ceja sin saber a quién se refería.
—Jay. —respondió entre risas.
Oh, ese era su apellido, deduje.
—¿Por qué de él?
—Verás: lo conozco mejor que cualquiera ya que es mi mejor amigo y puedo decir que es muy molestoso en ocasiones. Le encanta hacer bromas y a veces pueden ser algo pesadas. —me explicó.
Mejores amigos, huh?
—Es muy parlanchín y metiche, eso sí.
—Además. —el chico soltó una risotada.
Sentía cómo congeniaba muy bien con Cole, y eso me alegraba porque era bueno tener con quien hablar en esta casa.
—Nya lo ha de soportar mucho. —rodeé los ojos aguantando una risa.
—¿Nya? —mi acompañante inquirió totalmente confundido.
—Sí, ellos son pareja, ¿no? —solté insegura ahora que él me veía extrañado.
Su gesto cambió a asombro y un dejo de... ¿culpa?
—No, Nya... —hizo una pausa y pude notar su clara incomodidad—. Nya es mi novia. —confirmó.
Oh, eso no me lo esperaba. La forma en que Jay miraba a la chica era evidente que era de amor, pero al parecer lo pensé todo mal. ¿Será eso? ¿Por qué Cole se puso tan preocupado de pronto?
—¿Estás bien? —me atreví a preguntar.
—Sí, sí. —asintió con la mirada aún perdida—. Es otra larga historia, supongo. —contestó decaído.
—No te preocupes, no tienes que contarme. —murmuré sinceramente mientras le dedicaba una mirada de inquietud.
Vi como soltó un suspiro para después prepararse para hablar.
—¿Puedo confiar en ti?
—Claro. —afirmé.
Presionó sus labios, pensando por dónde empezar—. Hace aproximadamente cinco meses, Nya y Jay eran novios. Todo iba más que bien entre ellos: se querían mucho, salían, se la pasaban como chicles, y eran básicamente la pareja perfecta, incluso ante mis propios ojos. —dibujó una sonrisa rota—. Pero, entonces, Nya empezó a sentirse confundida por lo que sentía por él. Ella empezó a sentirse atraída por alguien más. —relataba e hizo una pausa dejando en suspenso.
—Tú. —lo miré incrédula.
Cole solo asintió. Quedé sorprendida ante lo que me había contado: eso es algo realmente triste.
—Y le correspondiste. —reafirmé más que preguntar ya que el chico no se dignaba a hablar.
—Así es; a pesar de que ella estuviera con Jay. —dijo viendo al piso.
Pobre Jay, pensé.
—¿Pues qué te hizo para que le robaras a la novia? —bromeé entre risas para calmarlo.
Cole me dedicó una mirada dolida. Me di cuenta de que me pasé de la raya con mi comentario. Agh, ya estoy igual que su mejor amigo.
—Lo siento.
—No, tienes razón. Yo le robé a Nya. —el aperlado musitó.
Me quedé callada por unos segundos para luego soltar una pregunta.
—¿La quieres?
De pronto, su mirada se llenó de luz y aquel brillo especial apareció. Sin duda, la adora.
—Mucho. —me sonrió cálidamente—. Me hace tan feliz, ni te lo imaginas. —repuso pensando en su amada.
Una como mujer a veces llega a pensar mal de los hombres solo porque uno nos decepciona, pero ver al chico completamente enamorado delante mío, me hacía cambiar mi opinión.
—¿Y le pediste una disculpa a Jay o lo hablaron? —cambié de tema.
—No. —negó con la cabeza frunciendo el ceño con clara culpa en sus ojos.
—¿Y por qué no lo haces? —sugerí mientras terminaba mi comida—. Puedo notar que la situación te acongoja. —confesé.
—¿Crees que si le pido disculpas él las va a aceptar? Es Jay, por Dios. —se tomó el cabello.
—Y ese chico también es tu mejor amigo. —dije dejando los platos en el fregadero para después dirigirme al comedor otra vez.
—Como quiera, él sigue enamorado de Nya y no hay nada que yo pueda reparar con un "lo lamento". —comentó molesto consigo mismo.
—Pero te aseguro que él se va a sentir mejor. Lo que sucedió, sucedió por Nya. Sí, tuviste en parte la culpa, pero más ella es la que tenía un novio y coqueteó contigo; aún así, no hay que buscar culpables. —tomé asiento en la mesa una vez más—. Si ya hiciste mal, deberías disculparte: hacerle saber que es tu mejor amigo, que no querías lastimarlo y que te importa. —le expliqué.
El ninja lo pensó por un momento aún con su mirada perdida.
—Tal vez tengas razón. —admitió—. Gracias, en serio; eres muy buena amiga. —su mirada todavía en un punto inespecífico.
—¿Amiga? Pero si apenas me conoces. —arqueé una ceja y reí cortamente.
—Yo ya te considero mi amiga. —me sonrió dulcemente, esta vez mirándome directamente a los ojos.
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