Top 10 - Momentos de ti (dentro y fuera de la cama)
Un pequeño y fugaz relato de los diez mejores momentos a tu lado. Como para no dejar de escribir.
Puesto 10: Tu olor en mi almohada
Detesto el olor a cigarro. Lo odio. Siempre lo he odiado y tú lo sabes. Cuando empezaste a aparacerte por mi casa lo fumabas antes de entrar, por respeto, y solías masticar un chicle de menta porque sabías que lo odiaba, aún lo haces pero creo que ya no lo fumas tanto como antes (o eso es lo que parece). El punto es que el olor a cigarro se quedaba impregnado en tu cabello y, por ende, en mi almohada. Cuando me iba a dormir, me acomodaba y ese olor lo tenía en mi cara toda la noche. Inesperadamente, agarraba la almohada, la apretaba fuerte y dormía plácidamente. La mezcla de tu aroma personal y el cigarro es, ahora, deliciosa porque, obviamente, la asocio a pasar la noche juntos. Vergüenza total para mí. Shame! Shame! Shame!
Puesto 9: Las escaleras
Esto es cuando entras a la casa y yo subo las escaleras delante de ti, solo en ropa interior. ¡Soy una descarada! Lo sé, lo sé... un día me van a botar del edificio si algún vecino ve este acto de seducción pero es que ver tu rostro lleno de ganas al verme subir es... ¡A-LU-CI-NAN-TE! Me encanta porque nunca me han visto de esa forma, como tú lo haces. Lo he dicho antes, no soy muy agraciada pero, de alguna manera, tú me encuentras atractiva y lo haces notar. Me miras como atontado y subes las escaleras hablándome a medias porque tienes toda tu atención en mi cuerpo extraño, ese que te gusta tanto. Nunca dejes de hacerlo.
Puesto 8: Tu mirada cuando me toco
La primera vez que lo hice frente a ti... jajajaja... si hubieras visto tu cara. No sé si realmente te sorprendí pero esa mirada que me diste la tengo clavada en mi mente hasta el día de hoy. Y sí, tu erección fue instantánea. Me viste abrir las piernas, jugar con mi dedos dentro de mí y puffff... arriba de golpe. Fue más que satisfactorio para mí. Tienes una fascinación por mirarme que me encanta. Me hace sentir sexy o sensual o deseada... Es simplemente delicioso. Ahora que lo hago con más frecuencia ya no causo la misma reacción de la primera vez pero igual es agradable ver tu expresión.
Puesto 7: Cuando te atrapé mirándome
Estaba leyendo mi Wattpad en el celular. Super concentrada, agarré la copa que llevaba tomando desde hace una media hora, me mojé los labios y, por un reflejo natural, alcé la mirada y encontré la tuya. Me habías estado observando leer desde hacía no sé cuánto. Lanzaste una de tus sonrisas que matan... (tú sabes cuáles son) esas que le das a muchas chicas cuando coqueteas sin prudencia alguna y me pusiste tan nerviosa que agaché la mirada, me mordí los labios hasta casi hacerlos sangrar y volví a mi Wattpad, moviendo los pies de ansiedad... haciéndome la que podía volver a leer. Nop, no pude. Nerviosísima total. Pensar que un chico como tú me había estado admirando de esa manera por si quiera dos segundos es algo que hasta ahora me sorprende (Sí, ya les sije, falta de autoestima, lo sé, no me lo recalquen)
Puesto 6: Cada vez que me pones "en cuatro"
Ok, ok, perdón que sea tan explícita pero, esa posición me encanta. Lo hacemos a cada rato y nunca me canso de disfrutarla. Sé que es la mejor posición debido a mis medidas (soy una chica grande, ya les dije, veinte kilos de más) pero cada vez que lo hacemos así es como si quisiera que nunca pararas. Es demasiado placentero, desearía ver tu rostro y sabes a ciencia cierta si es tan bueno para ti como para mí. Hay que buscar espejo, urgente.
Puesto 5: Cuando me pides que no me vaya
Ni idea de qué pasará por tu mente en ese momento pero, para mí, cada vez que me pides que no me vaya aún es difícil de creer porque... aceptémoslo!... tú y yo no hablamos tanto! Jajajajajaja, es más, no entiendes mis chistes, mi humor sarcástico, no conversamos sobre lo que nos gusta, no sabes lo friki que soy, siempre tienes algo que decirme para darme la contra... !No lo entiendo! Y mucho más dadas las circunstancias en las que es "mejor", según yo , que me vaya y no distraerte en el trabajo pero, tú me pides que me quede y yo, al igual que todas las chicas a las que les sonríes cuando quieres coquetear, me derrito. Hay una mancha gigante mía ahí tirada en el suelo de mármol negro porque me matas. Tantos años de saber cómo tenerlas en tu mano no han pasado en vano. Damm!!!! Otra vez, vergüenza la mía. Shame! Shame! Shame!
Puesto 4: Mi primera vez...
OMG! Te había dicho que lo quería. Compré el lubricante. Estaba yo tan decidida y te lo pedí. Tú me miraste y dijiste: No, otro día. Jajajajajajaja... Semanas después, sin que yo lo esperara, me tomaste de la cadera, me pusiste contra el escritorio y dijste: Hoy sí. Jajajaja... lo recuerdo y siento que me falta la respiración. Fue exactamente como me dijeron que sería: doloroso. La mejor parte es que justo había en la tele una película en la que sonaba la canción "Patience" de Guns & Roses, uno de tus grupos favoritos, dijiste: ¡Preciso! Y morí de la risa. Fuer "perfecto" jajajajaja re chistoso pero excitante. Tal y como lo había imaginado.
Puesto 3: Nuestra primera vez...
Bueno, ya la conté con lujo de detalles semanas atrás así que no es necesario volver al día aquél. Sigue siendo mi momento preferido tu reacción al contacto de mis labios con tu piel. Hiciste una mueca tan explícita que me es imposible no reír al recordarla.
Puesto 2: Despedida estilo El Imperio Contra-ataca
Tenemos un ritual al despedirnos que, lamentablemente, todos los "niños" del ayer (que vieron en Han Solo un ídolo y modelo a seguir) suelen hacer:
- Te quiero.
- Lo sé
El que todos lo hagan no quita que sea uno de mis momentos favoritos. Adoro escucharte decir ese "lo sé" y verte partir.
Antes de ir con el primer lugar, he aquí las menciones honrosas:
"La vez en la que me llevaste hasta las lágrimas"
"La vez que arreglaste mi elíptica"
"Las pocas veces que te pones celoso"
Puesto 1: "Piensa en mí"
- Tienes que entender que, a veces, soy muy inestable y recuerdo todo lo malo que pasé y me pongo muy pero muy triste y me siento sola y lloro y...
- Cada vez que te pase eso, piensa en mí.
Puedo estar teniendo el peor día pero, cuando recuerdo esa frase y tu rostro al decirlo, sonrío y me muerdo los labios de alegría y pongo toda roja, roja, tomate de vergüenza. Es que ese tono de voz y esa expresión de "parfavvvvrrrr, piensa en mí... soy todo lo que necesitas" para nada humilde, con toda la pinta de seductor y haciendo gala de que sabes mejor que nadie lo guapo que estás... Es DEMASIADO.
Eres una gran persona. Tienes una autoestima envidiable y me haces feliz. Creo que ese es precisamente el punto de todo esto. Verás, ya tuve amor. Ya estuve enamorada hasta la locura y mi corazón está curado del amor. No me siento capaz de enamorarme otra vez. No lo deseo a honestidad y sé que tú tampoco quieres que me enamore de ti. El tener eso tan claro hace que todo el resto sea mucho más fácil para mí. No quiero que me malinterpretes, no es que tú no seas una persona valiosa como para que alguien se enamore de ti (de lejos sabes que lo eres) sino que no es lo que yo quiero. Repito, ya tuve amor y fue agonizante. Tan hermoso, loco y apasionado como devastador, extenuante y doloroso.
Cuando me volviste a encontrar estaba hecha pedazos. Tú me devolviste la sonrisa. Una muy peculiar que no había tenido en mucho tiempo. Y eso es lo que me importa. En este momento, en este preciso momento, no necesito nada más. La libertad que tengo a tu lado, sin el compromiso de tener que corresponder pero con la confianza y cariño suficiente para ser feliz. Así que tienes razón "eres lo que necesito" Gracias a ti puedo decir que elijo la felicidad al amor y me siento orgullosa de ello.
Te quiero.
Y lo sabes.
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