Secretos y naturaleza humana
Quiero contarles una historia.
Una historia llena de secretos, decepciones, amor, amistad, miedo y perdón.
Una historia que me enseñó mucho sobre la naturaleza humana y sobre cómo, muchas veces, a pesar de todo lo que te digan, todo lo que te prevengan, todo lo que sabiamente te repitan, una y otra vez; uno siempre termina cometiendo el inevitable error de amar y confiar.
He aquí la historia que nunca quise que supieran de mis labios... bueno, tendrán que saberla desde mis letras.
Yo sabía que algo andaba mal. Sí, eso era obvio.
Las indirectas me lo decían pero, no entendía el por qué. Un evento que no he de develar, hizo que las indirectas dejaran de serlo para convertirse en revelaciones frías y sin anestesia que destruyeron mi mundo.
Verán ustedes, yo no sabía que ella no confiaba en mí. Ese era el asunto. Ella no me tenía confianza y era por eso que me atacaba. Yo simplemente no lo sabía. Para mí, ella seguía siendo la chica a la cual mi mejor amigo amaba de manera especial y única; una chica a la cual yo le tenía un aprecio igual de único por qué (según lo veía yo) ella entendía lo que era amar sin ataduras ni juzgamientos. La estimaba, y mucho.
Por consejo de mi propio mejor amigo, quien me mandó a "solucionar mis problemas yo sola", me disculpé ante cualquier ofensa que, sin una gota de intención, haya ocasionado yo. Y era la verdad. Yo nunca hice nada para ofenderle. Ni siquiera hablaba con ella. No hablábamos. NO HA-BLÁ-BA-MOS.
Así de claro.
Entonces, ella, me confesó el motivo de su desagrado hacia mi persona: "Acepto tus disculpas y te digo lo mismo pero, no confío en ti."
Ok. Ni idea del porqué. Estaba a punto de preguntarle qué había ocasionado aquello cuando... SPLASHHHHHH Agua helada. ¡Qué digo helada! Un balde de agua congelada, hielo puro, de ese que te quema del frío. Ese mismo. AUCH!!!! Dolor, tremendo dolor.
Me enumeró todos los motivos por los que no confiaba en mí. Todos los motivos por los que me había ganado su irrespeto. Todos los motivos por lo que debía ser juzgada. Todos los motivos por los que debía llevar una tremenda A en mi pecho.... Ok. NO. Exagero. Me enumeró todos y cada uno de los secretos más oscuros que yo guardaba, supuestamente, dentro de mí.
Mis secretos. Ella los sabía todos.
Mis secretos. Mis fallas, mis intimidades, mis locuras, mis secretos.
Una vez más, lo digo, mis secretos. Ella los sabía todos. Y ella, obviamente, no confiaba en mí.
Mi mejor amigo le había contado todo sobre mí. Así de fácil. Todo. T-O-D-O. Todo lo que yo le contaba en confidencia, él se lo decía a ella.
SHOCK INICIAL: 10 minutos llorando en el baño.
La decepción en su estado más puro y natural.
La humillación de que me enrostraran todas mis falencias.
La exposición de mi desnudez ante un público al que yo no conocía y al que mi mejor amigo me había colocado en el centro para ser juzgada, vilipendiada y dañada a más no poder.
Lágrimas que nunca olvidaré Unas de rabia, de indignación, de tristeza, de dolor. Asqueada de mí misma me miraba en el espejo sin saber qué hacer.
Y entonces, reaccioné.
Ella lo sabe todo. TODO. ¡Dios mío! Lo sabe. Lo sabe. Ella sabe el más grande secreto. Ese que nadie más debía saber. Ese que nunca debí de contar. Ese que no sólo me implicaba a mí sino también a otros. Ese que nunca debí decir. Ese que podía arruinar mi relación con alguien más. Ese que nunca debí soltar. Ese que nunca debió salir de mis labios. Ese que NUNCA DEBÍ CONTAR.
Lo he dicho más de tres veces en el párrafo anterior. Ya verán por qué.
La eliminé de toda red social, la bloqueé de mis contactos. Me tragué todo y respiré profundo. Había que proteger el secreto. Había que proteger a mis seres queridos. Que nadie lo supiera. Que nadie se enterara. ¡Había que correr!
Le mandé un correo a mi mejor amigo informándole de mi decisión de alejarme de él. Verán, tenía que hacerlo. ¡Al carajo la confianza rota con él! Lo amo, lo adoro, es más que mi hermano y eso nunca va a cambiar. Y yo no tenía cara para culparlo a él porque, en el fondo, él había cometido el mismo error que yo: Habíamos confiado una infidencia a la persona que pensamos nunca nos iba a traicionar.
Imposible culparlo, al menos no de eso.
De dejarme sola y decir "hey, yo aquí no tengo nada qué hacer, es problema de ustedes", de dejarme tan expuesta y sin si quiera voltear a ver qué pasaba, de no protegerme ante un error que no venía de mí, de eso, sí.
Y dado que yo nunca le haría daño, jamás le conté lo que había pasado. No tenía sentido contarle. ¿Para qué dañar una relación que lo hacía feliz? ¿Quién era yo para hablar mal de ella? ¿Qué podía lograr si ya se había roto la confianza entre nosotros dos? Le dije que tuviera cuidado, que siempre estaría ahí para él y me fui. No podía decirle más porque había más personas detrás de aquél secreto y había que correr para protegerlos a todos. La principal tarea era: ELLA DEBE SER FELIZ.
¿Por qué? ¿JUAT? ¡WTF! Ok, ok, aquí va la explicación.
Ella me había demostrado que era capaz de dañar deliberadamente a otra persona sólo porque no la comprendía, sólo porque se sentía insegura, sólo porque creía que yo era una farsa, sólo porque no podía entender. Si era capaz de hacerme tanto daño, era capaz de otras cosas.
Me dirán "ok, no exageres, sólo no le caías porque tu amigo le contó todas tus porquerías" Pues... error, sí debía de exagerar.
Mi mejor amigo, le contaba todo, absolutamente todo. Incluso cuando yo le pedía que no lo hiciera,él lo hacía al instante y ella me reclamaba porqué lo hacía. Así que... apenas le dije a él que me estaba alejando, él volvió a contarle a ella y SPLASHHHHHH NÚMERO DOS
(Sí, lo sé, así de estúpida fui, volví a confiar en él)
Ella consiguió otro teléfono y me hostigó a mi número del trabajo. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Nunca leí lo que ella me escribió. Fui hasta el fondo de su interminable mensaje (misma Rachel con sus 11 páginas por atrás y por delante), sin detenerme a leer ni una sílaba y escribí: No te voy a leer. Me alejo de él por motivos personales.
Y bloqueé ese número también
¡A CORRER! Si era capaz de hacer eso, es capaz de otras cosas. Se los dije.
Busqué la forma de proteger a los que mi infidencia podría dañar. Morí de miedo un día, dos, tres... moría de miedo y sólo le rogaba a Los Siete que el idiota de mi mejor amigo no hiciera que se siguiera molestando porque... porque... porque ¡ella lo sabía todo!
Me alejé de ellos. No miré atrás.
Y así, perdí a mi mejor amigo.
No sé cuánto tiempo ha pasado. No lo sé a ciencia cierta.
Él me escribió hace unos días. No sabía cómo reaccionar. No tenía idea de qué hacer, qué pensar, qué carajos debía decir. Así que opté por reír. Le dije algunas estupideces que nos definían; esa clase de conversaciones con y sin sentido a la vez que, sólo los mejores amigos saben y entienden. Obvié contarle de mi vida porque... no sabía qué iba a pasar. Aun no sé qué hacer. No sé cómo responder, no sé si deba, no sé qué hacer. NO SÉ QUÉ HACER.
Mi compañero, ese del que tanto les he hablado, el que me hace feliz mis días me dijo:
"¿Estamos hablando del mismo tipo que te decepcionó tanto que tuviste que ir de emergencias al hospital porque no dejabas de vomitar y tener diarrea sólo por estrés emocional? ¿Por el que tuviste que dejar de ir dos días al trabajo y llevar tratamiento de un mes por el daño a tu estómago?"
"Sip, el mismo. Pero debes entender que confiaba en él de la misma forma en que tú confías en mí. Yo sé que soy tu única amiga. ¿Qué harías tú, mi amor, si un día yo te fallara?"
"Te perdonaría, indudablemente, porqué te quiero pero nunca más volvería a confiar en ti"
Y justo cuando agachaba la cabeza, él siguió:
"Pero, sé que mi vida sería triste y muy aburrida sin ti. Así que buscaría la forma de salir adelante y mantenerte conmigo sabiendo que nunca más me volverías a defraudar. Definitivamente, ya no te contaría nada de nada, pero buscaría la forma de tenerte en mi vida porque te necesito en ella. Ahora dime, ¿qué harás tú?"
Eso mismo, ¿qué haré yo?
Gracias por leer mi crónica. Sé que he estado ausente. Nunca más pasará.
Gracias de antemano por los consejos. Un fuerte abrazo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top