❰Six:papitas pisadas y soda agitada❱

❰Six:papitas pisadas y soda
agitada❱

[•·•🌠•·•]

—Pasen, no debe haber nadie en casa. —los dos chicos y la única mujer entraron a la casa.

—Wow, he venido aquí dos veces pero esto no deja de sorprenderme. —Suran miró las paredes de aquí y allá. —Soy la mejor amiga de un finolis.

—Ojalá te hubiera preguntado. —los dos chicos atrás se rieron por el comentario de Jin.

La peli-verde le sacó la lengua.

—¿Y tú mamá hyung? Ella es muy agradable. —dijo Yoongi. A lo que resto asintió.

—Mejor olvídense de ella, se fue a comprar con papá y ya sabes como es él. —rodó los ojos. —Llegarán a las cinco, si tenemos suerte.

—¿Y qué fueron a comprar? —preguntó Taehyung asombrado.

—Paprika y ajó, pero ya sabes, es como cuando vas a la cocina por una galleta y te traes al paquete entero, las papas a su lado y la soda. Tendremos algo nuevo al llegar. —aseguró.

Y es que sus padres no podían salir sin gastar algo.

—Wow, Jin hyung sí que es rico. —exclamó Tae. El otro se encogió de hombros restándole importancia y comenzó a subir las escaleras.

—Suran, no saltes, te vas a caer.

Y después de dos caídas de la menor, pudieron llegar a la habitación.

—Malditas escaleras. —bufo acariciando su pierna sentada en la cama.

—Y que lo digas. —le siguió Tae, que a lo último había decidido probar suerte y se fue de bruces al suelo.

Por un segundo creyó que debía tener una cirugía de nariz urgente.

Jin y Yoongi suspiraron negando desde lo más cercano a la tela.

—Sacaré las películas, Yoongi ¿Me harías el favor de ir por las botanas? —pidió amablemente mientras se alzaba para escoger.

El menor alzó la cabeza con una mueca.

—Pero si acabamos de ir a la cocina ¿Por qué no sólo las sacamos ahí?

—En ese momento no lo recordaba.

Yoongi resopló, pero terminó cediendo. Se hizo a un lado de la tele más grande que vio en su vida.

—¿Coca o Fanta? —preguntó antes de salir.

—¡Coca-cola! —gritaron los dos menores, Jin ni siquiera les dio bola, ocupado en sus propias cosas.

Un claro:“lo que quieras”

Min salió de ahí. El mayor en edad dejó de ver por un segundo las cajas de juegos para ver de reojo a su amigo.

—Pájaro tonto.

«Si uno no te da un empujón, ni siquiera haces nada, eh dongsaeng* cabeza de pollo»

[Un día atrás en la noche]

—Invita a Jimin a hacer galletas por favor. —la mujer albina se extraño ante la petición de su hijo.

Seokjin la miraba con cansancio y soñolencia, esperando para irse a dormir pues no estaba ni un poquito acostumbrado a dormir tarde, y ya eran las 22:00.

—Claro Jinnie-ah, pero... ¿Pasa algo? Es inusual en ti pedirme eso.

—Nada muy importante, me gusta tener a Jimin aquí es todo. —le resto con su natural seriedad, Inseok estaba sorprendida mas no dijo nada y asintió.

—Está bien, lo invitaré mañana temprano.

—Gracias y buenas noches madre, ten buen sueño. —hizo una pequeña reverencia y salió de ahí.

[…]

—Jin hyung ¿Por qué estas mirando con satisfacción la puerta? —salió de su ensoñación parpadeando dos veces.

—Ah, eso... No es vela de tu entierro enano, —recompuso. —mejor ven y ayúdame con esto.

Taehyung miró de reojo a Suran, la peli-verde negó y se encogió de hombros.

Un; “ni idea pero no preguntes para no cagarla”

En otro lugar nada alejado de la extrañeza de los menores de grupo, Min Yoongi bajaba con calma las escaleras, ya le había quedado claro que no quería terminar como sus dos amigos. Sería demasiado humillante luego de dar un discurso entero del por qué debían bajar con seguridad.

Finalizó su corta bajada satisfecho. Se le hizo extraño ver la puerta de la casa, aquella que era la principal, abierta de par en par. Y sobre todo un par de zapatos desgastados en la puerta. «¿Será el hijo de una empleada?» se encogió de hombros y siguió su camino a la cocina.

Bueno, la cosa se tornaba turbia a sus ojos.

No recuerda haber visto nada encendido, —y hasta donde sabía esa luz sólo se encendía en la noche o cuando Inseok estaba ahí—y eso estaba desbordando luz. El tema de la luz y el ahorró era algo primordial en aquella casa.

«Debo dejar de juntarme tanto con Taehyung» se dijo. «Estoy muy paranoico»

Entonces sin condiciones o reparos entró al cuarto de cocina.

Bueno, Yoongi siempre supo que no llegaría a los 30 años de vida m, y que debería hacer su testamento desde ya si no quería que su fastidioso -pero amado- hermano vendiera sus cosas por muy debajo del precio justo.

Pero jamás pensó que su lápida llevaría “muerto por ver al chico de sus sueños harinado como un bollo de masa, conclusión:murió de un ataque cardiado fulminante”

No, vaya que no.

Trago grueso.

—Ho-hola Yoongi. —Jimin le saludo con una sonrisa nerviosa.

Vaya que volvió a tratar en grande mientras sigilosamente se mordía su mejilla interior, sólo Satanás sabía cuentas veces había punteado a SeokJin en su cabeza.

Pero eso no fue lo peor del caso, lo peor vino cuando su mente traicionera le jugó sucio e hizo la comparación de Jimin con una bolita de arroz. ¡Un pastel de arroz! Un dulce pastelito enharinado rojito y con una sonrisa.

Fue inevitable pensar en un mini-Jimin vestido con un traje de un mochi rojito, sonriendo en su dirección mostrando una bandejita llena de esos dulces, ofreciéndole.

Yoongi le compraba la tienda entera sin pensarlo dos veces.

«Que pensamiento más cursi y poco genial» se sonrojo y bajó la cabeza.

—¿Yo-Yoongi?

Dicen que cuando una persona gusta de otra hace cosas muy estúpidas, en el caso del “BadBoy” de la escuela secundaria Minhwa, sería mejor decir que dice cosas... Estúpidas.

—Bolas a ti también.

Como esa.

Que hizo a Jimin parpadear dos veces, abrir y cerrar la boca.

—¿Bolas…?

La cara de Yoongi se coloreo hasta parecer la de un tomate, y se puteo en mil idiomas diferentes por la estúpida cosa que salió de su boca.

—¡No es nada, no preguntes nada, no hagas nada! —lo apartó de un empujón y se metió a la cocina.

Jimin quedó prendido a la puerta, perplejo de la fuerza del otro, además de ese... Extraño ¿Saludo?

Por otra parte Yoongi se pego contra el muro imaginario que hizo su cabeza, sus manos agarraban desesperadas todo lo que tenía -y lo que no- que llevar, se le hizo ver algo raro pero ignoró ese hecho ¡Santo Dios! Estaba que se meaba de vergüenza.

Su labio ya se iba a romper si seguía haciendo fricción entre sus dientes y ellos.

—¿Estás... Bien Yoongi?

Y ahí estaba la razón de todo su despute, preguntando inocentemente a su lado, manteniendo una distancia que agradecía.

—Umm. —afirmó. —Muévete. —Park le hizo caso y el mayor cogió las bolas de queso.

Bolas...

—Mierda. —masculló y las tiro a mala gana a su brazo.

—¿No quieres algo?

—Que te calles tal vez. —murmuró, suficientemente bajó para que nadie más lo oyera.

—¿Quieres que te ayude con eso? —Yoongi se mordió el labio.

«Mierda, puto universo, puto Jin hyung, putos brazos cortos»

—Por favor... —pidió.

El rostro de Jimin quedó algo sorprendido por oír a Yoongi, pero rápidamente reaccionó y tomó entre sus manos la coca-cola.

—¿Las llevó arriba?

Min asintió y marcó la distancia de -por lo menos- una persona entre ellos, y caminó “tranquilo”, fielmente seguido por Jimin.

—Así que... ¿Bolas? —hasta que de nuevo, Park rompía con descaro -a sus ojos- y mucha maldad.

—Jimin cállate, por un carajo. —se sonrojo y volteó la cara.

El menor volvió a quedar perplejo, ese sonrojo ¿Por qué se le hizo lindo?

Fue su turno de tragar duro. Porque Yoongi no era una chica y aún así se le hacía lindo pese a las brutas palabras de por medio.

Aún así le hizo secar la boca.

Aún así no le desagrado ni un poco.

Porque es un chico lindo.

Inmediatamente se horrorizó.

«¿Qué tontería estoy pensando? ¡Jimin, no seas tonto!»

Negó con su cabeza.

«Yoongi es un chico ¡Un chico!

—Un chico...

—¡Oí Jimin! —volvió a él cuando un dolor intenso se instaló en su costado.

YoonGi lo codeó.

Y cabe decir que no tuvo piedad.

Sí, definitivamente Yoongi es un chico, uno más fuerte que él y es disgustante que eso no le importe.
Apenas elevó sus ojos, con demasiadas lagunas mentales como para hacerlo con más emoción preparada.

—¿En qué mundo estás, sweet boy? —recriminó Min, sin fijarse en él. —Hace más de dos minutos que vengo pidiendote amablemente las bolsas. ¿Te perdiste pensando en si la luna es de queso?

Apuntó las bolsas, Jimin cayó en cuenta y sintió la vergüenza correr por sus venas.

—A-ah! ¡Claro, por supuesto! Toma toma, toma y no, la luna está bañada en el regolito lunar. —le pasó torpemente las bolsas, dando una explicación que ni siquiera sabe esta bien, de más. Esperaba que por lo menos sea verídico.

—Calma mocoso tonto, las vas a batir.

Regaño Yoon, tomando la Fanta y la Coca-cola con cuidado. No fue tanto por él, es que Jimin parecía un tomate y le ponía los pelos de punta verlo así.

—L-lo siento, no fue mi intención, sólo, creo que me perdí.

—Me di cuenta. Como sea, gracias por traer esto por mí, Sweet boy. —se dio la vuelta y tocó la puerta. —¡Eh, mocosos habrán!

—¡Un segundoooooo! —chilló Kim.

Atrás de la puerta se escuchaban gruñidos -seguro de Jin- chillidos -definitivamente Suran- y algo revoltoso en la cama -Taehyung haciendo quién-sabe-qué-. Yoongi sacó aire por la fosas nasales, molesto porque ninguno de ellos tuviera la delicadeza de salvarlo cuando sentía que se iba a ir de bruces contra el suelo.

Las piernas en ese momento le temblaron y siendo honestos ya no sentía los brazos -putas bolsas- y en serio no sabía que era peor.

“Bueno, chico malo. La persona que te gusta tiene dos habilidades en ti cuando está cerca; una es hacerte sentir raro y querer correr lejos por lo penoso de tus sentimientos; y la otra es que apesar de todo sientas que estas en el lugar correcto, con la persona correcta, y el tiempo correcto”

Sentía que la palabras de ese hyung de mirada verdosa encajaban más con la primera.

Porque bien podría correr de ahí como un tonto, o volar, podría ir a la cancha y sentirse en el cielo teniendo alas. Pero estába Jimin ahí haciendo quedar.

Y como sea, ni siquiera podía moverse por las bolsas.

Bolsas, bolsón, bolas...

—Ahg.

Unos ojos se deslizaron a través de su piel. Los ojos del chico que le gusta.

—¿Se quedaran mucho tiempo? —Jimin preguntó, siguiendo ahí cuando bien podía irse.

—No lo sé, puede que no.

—Quédense un poco más. —Yoongi sintió algo revolver su estómago. No respondió. —Estoy haciendo galletas y... Sería lindo que las probarán antes de irse.

Yoongi no lo creía pero ¿Se le había olvidado respirar? ¿Eso causa la persona que te gusta al hablarte y no sepas ni qué mierda decir?

Para empezar ¿Por qué le hablaba? Antes ninguno de los dos parecían tener algo cercano para hacerlo, o interés latente. No puede evitar que su corazón se alce feliz, pero tampoco descifrar si es mejor o peor. Tiene ganas girar la cara y mirar esos ojos hermosos que tiene y decirle que ¡Joder, sí por un demonio! Que se note que desde hace mucho tiene ganas de probar algo de él.

Y no sólo a sus deliciosos postres.

Pero trago sus palabras y negó, porqué aunque Jimin le guste de aquí hasta el fin la estupidez humana, tal y como dijo, no hará nada al respecto.

—Puedes preguntarles a ellos.

—Ah... De acuerdo. —Jimin se queda callado, Yoongi sintió o creyó notarlo algo desilusionado.

Su cabeza le grita que se callé y su pecho que hablé ¿Y qué hace? Siempre fue listo. ¿Por qué ahora parecía que no podía decidir entre lo obvio?

Era como decir ¿Infierno o paraíso?

La respuesta era clara: todos querrían muy dentro de ellos el paraíso.

—¿No... Quieres preguntar? —tal parece que Yoongi es la clara excepción.

Porque a elegido al infierno.

—No es eso. —Park bajó la cabeza, un sitiendose un tanto tonto. —Es más... El miedo a ser rechazo de entrada.

«¿Y quién puta sería tan pendejo de rechazarte, bolita de Mochi?»

No son malas personas.

—¡No pensaba eso! —se retractó rápido negando. —Sé que los hyung's amigos de Seokjin hyung son buenas personas no importa qué ¡Y en verdad me agradan porque son muy geniales!

«¿Él cree que soy genial?»

Las mejillas de Yoongi se tiñeron de rojo.

Jimin sonrió en grande. Pero su sonrisa es extraña, y le incita a preguntar.

—¿Pero?

—Pero la cosa es que yo no les agradado a ellos.

A ellos... A él ¡¿A ellos y a él?!

La cara de Yoongi se fue como un robot hacia él.

—¿Qué estas-

Antes de poder decir algo la puerta fue abierta.

—Hola Jiminnie, YoonYoon. ¿Se quedan ahí o...? —salió Suran con una sonrisa pintada en la cara.

—Ho-¡Hola Suran noona! —saludo Jimin, dando un ligero paso atrás. —Yo, yo ya me iba, sólo venía ayudando a Yoongi.

—Oh, de veras pues-

—¡KIM TAEHYUUUNNNG!

A Suran se le cayó la sonrisa. Detrás de ella algo se avecinaba. Jimin por reflejo se hizo a un lado.

Y lo que tenía que pasar.

Pasó.

—¡Ayudaaaa! —Taehyung salió corriendo despavorido, siendo perseguido con un Seokjin hecho furia. —¡YoonAHH!

—¡KIM TAEHYUUUUNNNGGG!

Y se fue encima de la única ahí: Yoongi.

Tres personas atónitas, dos seguían rodando en las escaleras.

Y al final del día abría más que sólo papitas pisadas y soda agitada.

Habría un muerto.

Un criminal.

Y tres testigos.

🌸Chimychimsuga🌸

En mi defensa, el cap tiene 2500 palabras. XD

Espero les guste, gracias por esperar más días de lo acordado ^^❤️

Por favor no olviden comer y dormir bien🌮💤

Amense muchoo❤️

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