Me gustas tanto

―¿Tu madre ha salido?

―Hoy comenzaba su turno de día

Seokjin asintió con comprensión mientras se quitaba los zapatos, siguiendo al dueño de casa por las escaleras luego. Por lo general, cada vez que visitaba la casa de su novio, la madre de este solía ir rápidamente a la entrada para recibirlos con una sonrisa, por lo que le había llamado la atención la ausencia de esta. Observó la espalda de Yoongi, quien se mantenía en silencio mientras iba a su propio ritmo, y tiró suavemente de su ropa mientras pisaba sus talones.

―¿Está bien si cocino para ella más tarde?

―Hmm, supongo que no le molestará mientras puedas hacer algo comestible ―Murmuró, empujando la puerta de su cuarto.

Seokjin lo soltó y entró al lugar, satisfecho con aquella respuesta. Su mirada cayó sobre la ropa tirada en el piso y la cama revuelta, y no tardó en voltear a ver al más joven, cuyas mejillas rápidamente se pintaron de rojo. Este dejó caer su bolso deportivo, susurrando una disculpa para apresurarse en recoger las cosas del piso. Seokjin aguantó sus ganas de reír al verle preocupado por algo tan simple.

Debido a que Yoongi estaba acostumbrado a que su madre mantuviera entretenido a Seokjin por un rato, solía aprovechar esos minutos para ordenar. Lamentablemente para él, había olvidado por completo su caos personal y ni siquiera comprendía por qué le preocupaba tanto la impresión que podía llegar a tener el contrario sobre él. ¿Y qué si era un poco desordenado? ¿Eso era realmente un problema? Pero Seokjin lucía tan pulcro e intachable...

―Bueno, este lugar luce más como tú ―Comentó el rubio, rascando su barbilla con interés. Yoongi chasqueó con la lengua y estiró su cama. ―Eres un poco desaliñado

―¿Se supone que ese es un cumplido?

―Y a la vez tan perfeccionista, es un poco contradictorio... ―Siguió hablando para sí mismo, depositando su mochila en la cama recién hecha. ―¿Quieres estudiar conmigo o vas a componer? ―Yoongi señaló el teclado en la esquina de su cuarto. ―Está bien para mí

Las cosas eran así. Los días en que ellos no tenían reuniones, solían ir a su casa para pasar tiempo juntos. Estudiaban, tocaban música, veían la televisión y comían; siempre era lo mismo. Sin embargo, la rutina repetitiva no los aburría. Cada minuto junto al otro parecía especial, incluso si no estaban enfrascados en las mismas cosas. Seokjin a veces simplemente se adueñaría de su escritorio y comenzaría a estudiar, mientras que él, tal y como en ese momento, se sentaría frente a su teclado intentando componer algo nuevo.

Seokjin jamás interrumpió su proceso creativo y mucho menos se quejó del ruido y sus maldiciones, sólo estudió en silencio y lo miró de vez en cuando con una sonrisita en los labios como si de verdad estar ahí lo fuera todo para él.

Incluso si habían comenzado a salir, había tantas cosas que parecían enigmáticas en él.

Yoongi miró atentamente el perfil del mayor, quien estaba concentrado en su cuaderno mientras no dejaba de mover su lápiz. No lo diría jamás en voz alta, pero a veces era él quien deseaba interrumpir verdaderamente su tiempo de estudio. ¿La razón? No estaba seguro. Quizás le inquietaba la tranquilidad que emanaba el contrario. Él siempre parecía mantener sus emociones bajo control.

Seokjin dejó de escribir y giró a verle, curioso por el repentino silencio que se había formado en el cuarto, y sonrió cuando sus miradas se encontraron. Yoongi regresó su mirada al teclado con apuro. El rubio rió ligeramente mientras se ponía de pie.

―Iré al baño ―Avisó para luego salir de la habitación.

Yoongi mordisqueó su labio inferior y alzó la vista, intentando normalizar su respiración. No había notado que esta se había vuelto agitada hasta que aquel chico estuvo fuera de su vista. Pasó una mano por su cabello, sintiéndose torpe. ¿Por qué nadie le había dado un manual de lo que un novio debía hacer? Jamás había salido con nadie. Maldición, ni siquiera había tenido un amigo o había traído a casa a alguien antes de él. Seokjin era su fuente llena de primeras experiencias y eso lo estaba volviendo loco. Odiaba sentir que las cosas no seguían el ritmo que él deseaba.

¿Por qué el mayor no podía lucir un poco nervioso al menos? Yoongi no se habría sentido tan intranquilo de ser ese el caso.

―¿Yoonie? ―El aludido gruñó al escuchar ese tonto apodo y no tardó en voltear a ver al chico que se asomaba por la puerta. ―¿Puedo preguntarte algo?

―Puedes sacar lo que quieras de la cocina, Seokjin, estás en tu casa ―Contestó de inmediato, a sabiendas del buen apetito que este tenía y como nunca parecía llenarse.

―No es eso ―Rió ligeramente, entrando finalmente al cuarto para cerrar la puerta y alzar una bolsa que hizo al menor palidecer. ―Encontré esto en el baño. ¿Es tuyo?

―¿Pero qué mier...? ―Min se levantó precipitadamente y le arrebató la bolsa, mirándole con molestia. ―¿Por qué has revisado esto? ¿Había alguna necesidad? ―Seokjin puso sus manos en alto, como si esperara que él dejara de disparar. ―¡Seokjin!

―Tengo curiosidad ―Admitió lleno de calma, regresando a su lugar para estudiar.

―Tingi ciriisidid ―Lo imitó con enojo, lanzando la bolsa al bote vacío de basura, pero ni siquiera consiguió hacerla entrar. ―Aish ―Maldijo, simplemente regresando a su teclado.

―Sigo esperando ―Tarareó, volviendo a tomar su lápiz para escribir.

―Mamá me dio la charla ―Comentó con recelo. Seokjin no demoró en girar a verle. ―¡Sabes de lo que hablo! ―Y ahora el contrario presionó sus labios para no ponerse a reír. ―Quieres reírte de mí, puedo verlo, ¿por qué no solo lo haces y acabas con esto?

―Mierda ―Soltó una escandalosa carcajada. ―Adoro a esa mujer, en serio ―Yoongi puso los ojos en blanco, Seokjin no tenía ni idea de lo vergonzoso que podía llegar a ser compartir el mismo espacio que su madre. ―Tendrías que estar feliz, no cualquier madre habla de sexo con su hijo, mucho menos cuando aparentemente somos poco convencionales

―En realidad, ella señaló que las mujeres igual tienen sexo anal y no hay razón para tratar estos temas como tabús ―Seokjin continuó riendo mientras volvía a mirar su cuaderno, intentando calmarse a sí mismo. Era hilarante imaginar a la señora Min dándole esa clase de charla a su hijo. ―¿Sabes cuántas putas horas de cuidado sexual tuve que aguantar?

―Escucha a tu madre, cariño. Ella trabaja en un hospital, estoy seguro de que ha visto más de lo que podemos imaginar ―Asintió con convicción. Yoongi arrugó la nariz, sintiendo asco. ―Deberíamos hacer diapositivas con toda esa información y dar charlas en el instituto, creo que concientizar a los jóvenes sería un buen paso. ¿Lo propongo para la siguiente junta? ¿Quieres hablarles de ello o debería pedirle a tu madre que lo haga?

―¿Aprecias tu vida? ―Seokjin garabateó felizmente en su cuaderno, ignorando el tono amenazante de su novio. ―Como sea, pienso tirar eso

―¿Uhm?

―Ella incluso ha comprado esas cosas, ¿qué clase de madre hace eso? ―Seokjin giró a verlo, ahora con una expresión en blanco. ―¿Qué?

―¿Por qué las tirarías? ―Yoongi ladeó su cabeza, confundido. ―Es decir, ¿tienes idea de cuánto cuestan los preservativos y el lubricante? Y considerando lo que vi en esa bolsa, realmente es mucho ―El menor abrió la boca, sin saber qué decir. ¿Por qué Seokjin estaba al tanto de eso, de todas formas? ―Además, ¿vamos a usarlas, no?

Silencio. Ambos se miraron inexpresivos, cayendo en cuenta de sus palabras unos segundos más tarde. Yoongi enmudeció, su mente desapareciendo cualquier tipo de protesta. Seokjin sintió sus orejas ponerse calientes y regresó su mirada a su cuaderno, repentinamente nervioso.

―Es decir, algún día ―Agregó, tirando de su corbata, sintiéndose sofocado.

Yoongi no respondió, así que ambos dieron por sentado que el tema terminaba ahí. No obstante, aunque ninguno volvió a hablar, era un hecho que la tensión no desapareció.

Por supuesto que Yoongi pensó que ellos tendrían que hacerlo en algún momento. Incluso antes de que su madre le diera esa molesta charla, ya lo tenía presente. Le gustaba cuando Seokjin lo abrazaba y besaba. Le gustaba sentir sus manos que se volvían ansiosas y, aunque aún no lo había hecho, deseaba tocarle también. Llevar su relación al siguiente nivel era algo en lo que había pensado más de lo que estaba dispuesto a admitir. Pero, maldición, ¿por qué era tan pudoroso? Al final sólo pudo sentir como se ahogaba en sus propios pensamientos.

Seokjin observó de reojo a su novio levantarse para luego dejarse caer en la cama, aparentemente exhausto. No le sorprendía que estuviese cansado, la última clase de aquel día para Yoongi había sido educación física y él no era la persona más activa del mundo. Le escuchó suspirar profundamente, casi con molestia, y sonrió suavemente antes de animarse a ir con él. El menor abrió sus ojos lentamente cuando sintió el lado de su cama hundirse.

―¿Vas a dormir? ―Yoongi negó con la cabeza. ―Puedes hacerlo si quieres, no intentaré asaltarte mientras duermes ―Bromeó, golpeando ligeramente sus costillas.

―Idiota...

Seokjin sonrió, mirándole con cariño. Yoongi se sintió cohibido mientras se preguntaba cómo terminó saliendo con quien probablemente era el chico más atractivo de todo el instituto. Miró sus ojos, los cuales siempre se mostraban dulces ante él. El mayor por lo general era amable y simpático con todos, pero el cariño que expresaba su mirada había sido dedicado exclusivamente a él. Su pecho se llenaba de cierto orgulloso al ser consciente de ello.

Seokjin realmente sólo le miraba con amor a él.

Bajó la mirada hasta sus labios, carnosos y bien cuidados. Yoongi no sabía que los chicos podían tener labios tan perfectos también. Se avergonzó de sí mismo por esa clase de pensamientos.

―¿En qué piensas? ―El mayor se inclinó sobre él, curioso por su silencio.

―Quiero besarte ―Admitió en voz baja, sin quitar sus ojos de esos labios.

―Bien ―Continuó sonriendo. ―¿Y por qué no lo haces?

Maldito provocador. Yoongi no dudó en tirar de su corbata para obligarlo a acercarse y por fin capturar sus labios. Seokjin afirmó su mano izquierda contra el colchón, manteniendo su peso, y la otra fue hasta la parte posterior del cuello del contrario para tomar dominio sobre el beso. El menor sintió su cuerpo en llamas cuando la lengua de aquel chico rozó sus labios para luego permitirse paso en su cavidad. Llevó sus manos hasta sus hombros, enterrando sus dedos en ellos involuntariamente. Seokjin jugó con su lengua y chupó, provocando que gimiera. Envolvió sus brazos en el cuello del mayor apenas notó su intención de separarse. Dios, él quería más de eso.

―Hmm... ―Cuando finalmente se distanciaron, Seokjin miró con interés al chico que respiraba agitadamente. ―No creo que esto sea buena idea ―Admitió con una sonrisita apenada.

Yoongi abrió los ojos, encontrándose con el rostro ligeramente sonrojado de su novio. La satisfacción inundó su pecho al verle perder un poco la compostura. Además, ver su cabello desordenado y el nudo de la corbata estropeado gracias a él lo volvía todo aún mejor. Min quería volverlo un desastre; era el único que podía hacer tal cosa.

Lamió sus labios, recuperándose. Dejó caer sus brazos al percatarse de que no debía lucir mejor. ¿Por qué la vergüenza tenía que regresar en el momento menos indicado?

―Nos estamos besando, esa jamás será una mala idea ―Murmuró muy apenas.

El rubio rió, dándose impulso con su mano para volver a sentarse en la cama. Yoongi se sintió frustrado mientras lo miraba desde la almohada. ¿De verdad él iba a dejarlo ahora? Mierda, tenía un problema ahí abajo. Era ridículo emocionarse sólo por un buen beso.

―De acuerdo ―Seokjin terminó de desatar el nudo de su corbata. ―Pero esto es molesto ―Rió levemente, lanzándola al piso. La boca de Yoongi se abrió cuando lo vio desabotonar el primer botón de su camisa. ―¿Quieres hacerlo tú? ―Invitó.

―¿Por qué crees que me gustaría desnudarte? ―El contrario alzó sus cejas, con una pizca de diversión.

―¿Entonces no?

Yoongi tensó la mandíbula, odiándolo por buscar respuestas que él se negaba a decir en voz alta. ¿Por qué tenía que decirlo? ¿No lucía ya bastante dispuesto? Farfulló, mirándole con frustración. Quiso golpearlo al escuchar su molesta risa, pero terminó tragando saliva cuando simplemente aquel chico se deslizó por la cama para encerrarlo con su cuerpo. Miró su rostro, notando como su sonrisa se volvía temblorosa, y quiso comprender por qué repentinamente se mostraba tan tímido.

―Seamos honestos ahora ―Pidió con voz suave y una peculiar seriedad. ―Quiero hacer el amor contigo

―¿Qué estás diciendo? ―Su mirada se amplió, ese había sido un ataque directo.

―Lo que escuchaste ―Aclaró su garganta. ―He querido hacerlo contigo incluso antes de que nos hiciéramos novios. Tan sólo... comienzo a sentirme nervioso, soy nuevo en esto. Jamás alguien había causado tanto en mí y... ―Su voz comenzó a tiritar debido a los nervios. ―Yoongi, ¿quieres hacerlo? Al decir esto no planeo presionarte. Volveré a ese escritorio si dices que no y seguiré tomando tu mano y besándote como siempre después de ello. Lo que intento decir es que... está bien si tú aún...

―Está bien ―Lo cortó.

―Espera, no he terminado, no se supone que-

―Vamos a hacerlo ―Interrumpió con expresión en blanco. Seokjin enseñó una sonrisa ladeada mientras le miraba con afecto.

―¿No estamos... un poco tensos? ―Preguntó.

―Es nuestra primera vez, idiota, ¿cómo deberíamos actuar? ―Yoongi cubrió su rostro con una de sus manos, sintiéndose súbitamente avergonzado. ¿Habría sido mejor dejar fluir el momento en vez de hablar?

―Nuestra primera vez ―Repitió. ―Ya que lo mencionas... hmm... ¿exactamente cómo lo haremos? ―El menor destapó su rostro sólo para mirarle confuso. ―Sé cómo funciona, pero... ¿y si hago algo mal? ¿Y quién de nosotros va a...? ―Yoongi abrió la boca, procesando. ―¿Deberíamos lanzar una moneda?

―¿¡Cómo una moneda va a decidir algo tan importante!?

Seokjin mordisqueó su labio. Yoongi se calmó paulatinamente cuando la mirada del contrario derrochó miel sobre él.

―Pero ―Se atrevió a hablar nuevamente. ―No significa mucho para mí realmente, Yoongi ―Admitió en un murmullo. ―Estoy enamorado de ti. Mientras sea contigo, los detalles no podrían importarme menos

Se miraron fijamente. Seokjin sonrió de manera tranquilizadora y Yoongi mantuvo la mirada en sus labios, queriendo grabar en su memoria esa simple pero amena sonrisa. Las palabras que había escuchado tampoco las podría olvidar.

―Dilo de nuevo ―Pidió en voz baja.

―¿Qué cosa?

―Eso último

El rubio parpadeó, recordando sus palabras. Su sonrisa se volvió más ancha mientras se inclinaba sobre el rostro del menor.

―Estoy enamorado de ti ―Besó la punta de su nariz. ―Y te amo tanto, Yoongi

Yoongi suspiró, completamente rendido. Cerró los ojos instintivamente cuando los labios del contrario se posaron suavemente sobre los suyos. Permanecieron así por un minuto, besándose dulcemente sin ningún apuro, y soltó una risita cuando, tras separarse, el rubio dio un montón de besitos en el mismo lugar. Eso era tan cursi y lindo. Se encontró a sí mismo enroscando sus brazos en el cuello de él para obligarlo a mantener un beso mucho más largo.

Seokjin deslizó su mano hasta el cierre de su sudadera, bajándolo cuidadosamente. Yoongi tembló cuando la mano de aquel chico estuvo sobre su pecho, incluso si su playera aún estaba en el camino. Sus dedos hicieron un camino hasta su costado, acariciando brevemente su cintura antes de volver a apoyarla contra el colchón. Min aprovechó que este había dejado de actuar para llevar sus temblorosos dedos a los botones de su camisa, desabotonándolos con dificultad.

―¿Necesitas ayuda? ―Preguntó el rubio en voz baja. Yoongi podía sentir perfectamente su sonrisa divertida contra su propia boca.

―Idiota ―Gruñó avergonzado. Seokjin hubiera reído sino le hubiera parecido mejor idea robarle un beso.

El mayor se distanció casi de inmediato cuando las manos de su novio cayeron, y terminó de desabotonar su propia camisa bajo la mirada atenta de este. Yoongi tragó saliva con dificultad al ver la piel expuesta del contrario, quien arrojó la prenda al piso. Seokjin lucía tan majestuoso ante sus ojos. Piel perfecta, buen físico y hombros anchos; él comprendía perfectamente el por qué todas las chicas volteaban a verle cada vez que caminaba por los pasillos. Seokjin lucía como la clase de chico que había nacido para ser admirado por todos, como un actor de la gran pantalla, un modelo de alta costura o un artista dueño del escenario. Demasiado resplandeciente.

La mirada del apuesto muchacho cayó sobre él, cohibiéndole. Yoongi quiso huir cuando este tiró de él para obligarlo a sentarse, dejando caer su sudadera para luego llevar sus dedos hasta los bordes de su playera. Abrió la boca, queriendo protestar, impulsado por su pudor, pero Seokjin fue mucho más rápido en robarle la única prenda que cubría su torso.

―¿Por qué me miras así? ―Yoongi volvió a recostarse e intentó cubrir su torso expuesto, pero el resultado era tan pobre que terminó por tapar su rostro para que su novio no fuera capaz de notar lo abochornado que estaba.

Su piel era más clara. Yoongi sabía que el resto solía fijarse en ese tipo de detalles y muchos habían hablado de lo lindo que era su tono, pero él no podía evitar sentirse un poco menos junto al resto. Quizás su aspecto era un poco frío. Las personas también habían señalado su delicada contextura a pesar de ser un hombre. Demasiado delgado, de apariencia frágil, incluso su altura parecía menor debido a su aspecto. Ese tipo de comentarios jamás habían tenido valor en su vida, pero actualmente era difícil ignorarlos del todo cada vez que miraba al chico con el que salía.

Un suspiro inquieto salió de su boca de manera inconsciente cuando sintió unos húmedos labios besando su abdomen.

―Lindo ―Murmuró Seokjin contra su piel. ―Eres tan lindo, Yoongi

El nombrado apartó sus manos de su rostro y observó la cabellera rubia. Su corazón se sintió tibio cuando la palabra "lindo" no dejó de salir de labios del contrario mientras los besos hacían un camino ascendente hasta su pecho. Seokjin alzó su rostro, enseñando una sonrisa. Yoongi pensó que era ridículo lo emocionado que se sentía, pues tenía deseos de llorar, pero se permitió sonreír aun si su sonrisa era mucho más diminuta.

―¿Dónde estuviste toda mi vida? ―Preguntó el mayor contra su boca.

―¿Por qué te lo preguntas? Sólo mira hacia adelante, tonto

Seokjin rió, sin perder más tiempo para besarlo. Los apodos que Yoongi le ponía se volvían más suaves junto a su persona. No así sus besos, que con el paso de los segundos se volvían más ansiosos e insuficientes.

―Me encantas ―Susurró Seokjin a su oído, provocándole escalofríos cuando su lengua y dientes jugaron con su oreja sin piedad.

Yoongi respiró pesadamente, abrazándose a su cuerpo. Sus manos viajaron desesperadamente por la espalda del mayor, queriendo abarcarla por completo. Su piel era tan suave y caliente que quería sentirla en toda su magnitud. Los besos del rubio se centraron en su cuello entonces y él se limitó a cerrar sus ojos mientras disfrutaba de todo lo que esa boca le proporcionaba. Maldijo las excesivas provocaciones después de un tiempo y no dudó al momento de enredar sus dedos en los cabellos rubios, tirando de ellos para obligar a aquel chico a besar su boca. Seokjin se encontró satisfecho con la salvaje reacción del menor.

Lo dejó llevar el dominio del feroz beso, aunque fuera por un momento, y el más joven gimió en su boca cuando él rozó su mano contra su erección.

―Seokjin ―Protestó, respirando con dificultad mientras se separaba del beso.

Yoongi dejó caer su cabeza en la almohada, sobrellevado. Seokjin dejó su posición para desabrochar sus propios pantalones y quitárselos. El menor se sobresaltó cuando las manos del contrario fueron rápidamente a su buzo para también deshacerse de él. Sus ojos se abrieron cuando luego de aquella acción el cuarto quedó completamente en silencio. Miró al rubio, quien miraba fijamente su ropa interior, y sintió que su corazón se detuvo al percatarse de lo que llevaba puesto.

Oh, mierda, lo había olvidado por completo.

―Bien ―Seokjin por fin rompió el silencio, sin dejar de mirar la marcada erección escondida bajo la adorable ropa interior. ―Esto es por mucho algo impensable para mí, ¿sabes? ―Y sin decir más, comenzó a reír como un loco.

El menor chasqueó con la lengua, sintiendo sus orejas calientes. Había estado demasiado adormilado durante la mañana como para verificar la ropa de cambio que llevaba y, cuando lo notó, tampoco se preocupó. Entre sus compañeros, siempre solía ser el último en terminar el circuito deportivo y, por tanto, cuando llegaba a los vestuarios, estaba completamente solo. Por supuesto, jamás habría imaginado que justo ese día Seokjin querría ir más lejos con él, permitiéndole ver su ropa interior con estampado de tiernos ositos.

¿Por qué permitía que su madre siguiera comprando su ropa siquiera? ¡No se suponía que alguien iba a verlo, de todas formas!

Observó a su novio, quien seguía riendo escandalosamente, y le lanzó una patada para empujarlo fuera de su cama. E incluso desde el piso, el rubio no dejó de reír.

―¡Odio tu risa! ¿Te he dicho lo irritante que es? ―Habló con enojo, intentando cubrirse. ¿Por qué su erección no bajaba al menos? Era humillante.

―Oh, Dios, eso es tan lindo ―Seokjin se levantó del piso. Yoongi quiso volver a golpearlo cuando vio como lucía un perfecto diseño de Calvin Klein. ―Vamos, no te enojes ahora ―Intentó cesar su risa, yendo rápidamente donde su novio para abrazarlo.

―Imbécil

―Me encanta tu ropa interior ―Aseguró, besando su mejilla debido a que el contrario dio vuelta su rostro, negándole el acceso a sus labios. ―Sólo me sorprendió, pero se adecúa tanto a ti ―Y ahora tomó su rostro para besar obligadamente su boca, haciéndole quejarse. ―Escucha ―Le tranquilizó. ―Eres el chico más lindo del instituto, Min Yoongi

―¿Olvidaste tus lentillas, Seokjin?

El rubio sonrió dulcemente, besando con cariño su frente antes de decir: ―Eres el chico más bonito del mundo y me siento afortunado por estar contigo ―Se distanció, mirándolo a los ojos. ―Aunque el chico más bonito del mundo claramente tiene que estar con el chico más atractivo que ha conocido, ¿no?

―No lo arruines ahora

Seokjin alzó sus cejas divertidamente, soltándole. Yoongi volvió a relajarse, agradeciendo que el mayor tuviera buena labia o de seguro no habría conseguido calmarse a sí mismo. Volvió a mirar su novio, quien seguía concentrado en su ropa interior, y tuvo que frenarse a sí mismo por no patearlo nuevamente.

―Ya está bien. Es un bóxer soso y te da risa, pero supéralo ―Pidió con voz áspera.

―Bien, no es tu bóxer ahora ―Admitió, posando su mano sobre la prenda. Yoongi se tensó por completo cuando aquella mano hizo presión contra su erección.

―Hey... ―Llamó, su corazón golpeando con más fuerza.

Pero Seokjin no lo escuchó. En cambio, su mano presionó aún más la erección contra la tela, sacándole un gemido. Lamió sus labios, adorando la sensibilidad del menor, y tiró con cuidado de la prenda hacia abajo para eliminarla. Yoongi cubrió su boca cuando estuvo completamente desnudo frente a él, y dejó escapar más gemidos cuando Seokjin acarició su pene sin pudor.

―¿Q-Qué haces? ―Preguntó con voz temblorosa cuando el mayor se detuvo. El aire escapó de sus pulmones cuando simplemente aquel chico tiró de sus piernas y aproximó su cara hasta su pene. ―Mierda... ―Él no lo haría, ¿cierto? ¿Cómo podría poner eso en su boca?

La respuesta vino por si sola cuando sintió una lengua tocar su punta, probando. Su mano fue directamente hacia la cabellera rubia, tirando de ella para alejarla. Seokjin intentó hablar, preguntándose si había hecho algo mal, pero las palabras murieron en su boca al ver el rostro lleno de pánico de menor.

―Demasiado para una primera vez

Yoongi soltó su cabello. Seokjin dejó caer sus piernas y se inclinó sobre su rostro, mirando muy apenas sus ojos llenos de confusión.

―¿Es vergonzoso para ti?

―¿Cómo puedes ponerlo en tu boca sin dudarlo? ―Cuestionó exaltado, pero en voz baja. Seokjin rió ligeramente antes de presionar un leve beso contra su boca.

―Cariño, voy a ponerlo en mi boca y no necesito una razón para ello ―Peinó el cabello que estorbaba en la frente del menor, el cual se había pegado debido al sudor. ―Voy a usar mi lengua para ciertas cosas también, incluso si no es ahora. Me gustaría que lo tuvieras presente ―Le besó una vez más. ―Me aseguraré de que quieras repetirlo

Las ideas se amontonaron en la cabeza de Yoongi. Esos dichos sobre su boca y su lengua no eran exactamente tranquilizadores. Bien, él definitivamente quería saber de ello, pero estaba a punto de tener su primera vez y ya estaba suficientemente asustado sobre los resultados. Cerró sus ojos, abriendo su boca para permitir que la lengua del rubio se apoderara de ella, y gimió cuando su mano envolvió su longitud, acariciándola.

―Quítatelo ―Murmuró mientras lo empujaba por los hombros, refiriéndose al bóxer blanco que aún vestía. Seokjin obedeció en silencio y volvió a acomodarse entre sus piernas, regresando a sus labios mientras iniciaba un vaivén.

El cuarto se llenó de gemidos de ambos mientras se frotaban uno contra el otro. Las manos de Yoongi viajaban inquietas sobre toda la piel desnuda del contrario y palabras incomprensibles escaparon de su boca mientras este embestía en falso. Seokjin se distanció, bajando hasta su abdomen para besarlo. Yoongi se encorvó y acarició sus cabellos mientras disfrutaba de aquello. Escalofríos recorrían todo su cuerpo mientras la lengua del contrario alcanzaba cada parte expuesta de su torso y su boca succionaba sin dudarlo. Jadeó cuando el mayor eligió como objetivo una de sus tetillas, y no pudo evitar mirarle con extrañeza.

―Pensé que podrían ser sensibles ―Admitió en voz baja, sin dejar de lamer.

―Eso es-ah-joder, ten cuidado ―Le recriminó cuando fue mordido. Seokjin se rió y cerró su boca en la otra protuberancia. ―Tienes gustos extraños ―Seokjin intentó separarse para reclamar, un poco avergonzado, pero Yoongi fue más rápido en enredar sus dedos en su cabello para atraerlo nuevamente a donde estaba. ―Continúa con lo que hacías, me gusta ―Confesó abochornado.

Seokjin chupó con más vehemencia, Yoongi suspiró profundamente; su erección era dolorosa debido a la falta de atención. Presionó los hombros de su novio, llamando su atención, y este regresó hambriento a su boca al ver su mirada opaca y necesitada. Luego de más caricias fogosas y besos húmedos, fue el rubio quien se separó a la fuerza para levantarse e ir por la bolsa que había encontrado. Yoongi humedeció sus labios resecos mientras lo veía abrir la botella de lubricante.

―¿Vas a...? ―No completó su pregunta, sus ojos miraron con inquietud como untaba abundante líquido en sus dedos. ―¿Vamos a hacerlo así? ―Se atrevió a preguntar.

Seokjin dio un toque sobre su erección. Con una sonrisa socarrona lo miró desde arriba, como si desde un principio hubiera planeado hacerlo todo a su manera.

―Abre tus piernas, cariño, no puedo hacerlo si no pones de su parte ―Murmuró.

―Si duele como la mierda, te juro que- ―Cortó sus palabras, mirando con terror como, luego de haber abierto sus piernas, el mayor igual le dirigió una mirada insegura.

―Escucha ―Intentó calmarlo. ―Estoy nervioso también y no estoy seguro de cómo hacer esto, pero me controlaré a mí mismo e iré a tu ritmo. Dime si algo va mal ―Pidió, Yoongi lo miró en silencio. ―Mierda, Yoongi, me detendré en cualquier momento si lo pides, no voy a lastimarte

―Bien ―Murmuró.

―Voy a cuidarte, ¿sí? Siempre

Yoongi mordió su labio y lo miró, sin hablar. Contuvo el aliento cuando Seokjin acercó su dedo a su entrada, tocándolo superficialmente antes de atreverse a entrar en él. Respiró pesadamente, diciéndose a sí mismo que aquello era soportable, pero no menos irritante. ¿Por qué tenía que ser tan incómodo? Seokjin miró su rostro, notando la respiración pesada que escapaba por su boca, a pesar de la falta de cualquier signo de dolor. Terminó su camino, esperando un poco antes de comenzar a mover su dedo. Yoongi se mantuvo en silencio incluso entonces.

―Agregaré otro ―Avisó.

La mueca en labios del de cabellos cenizos se volvió tosca en cuanto sintió la nueva intromisión. Sus manos se aferraron rápidamente a las mantas, el ardor volviéndose doloroso. Seokjin lo miró con cierta culpa y Yoongi supo que estaba a punto de retractarse de lo que estaban haciendo debido a su reacción.

―Ven aquí ―Llamó con palabras temblorosas, impulsándose un poco hacia arriba para que el mayor fuera capaz de alcanzarlo cómodamente. ―Sólo bésame, tonto ―Pidió, su voz finalmente quebrándose.

Seokjin obedeció al instante, acallando cualquier quejido. Yoongi volvió a perderse en sus besos y extendió lo más que pudo sus piernas después de un rato, murmurando contra sus labios que podía estirarlo, antes de volver hambriento a su boca. El rubio movió sus dedos con más confianza, intentando no perder el ritmo de los besos, pero fue completamente imposible cuando el dolor se convirtió en placer para el menor. Yoongi se encontró prontamente con la cabeza contra la almohada mientras pedía más. Seokjin retiró sus dedos una vez que comprendió que aquello no sería suficiente.

Min mordió su labio cuando lo vio tomar uno de los preservativos y no quitó sus ojos de sus manos temblorosas. Seokjin realmente estaba entrando en pánico y él no había imaginado que llegaría a verle de ese modo. El preservativo se rompió, sobresaltando al rubio. Yoongi soltó una risa ronca mientras lo veía sucumbir en su desesperación.

―Sólo toma otro ―Lo animó, su excitación ganándole a la diversión de la situación. ―Demonios, ¿sabes ponértelo al menos?

―¿Lo sabes tú? ―Contestó a la defensiva. Min no necesitó más para confirmar que los nervios le estaban jugando una mala pasada; Seokjin jamás estaba a la defensiva.

―Jinie ―Llamó cariñosamente, provocado que este lo mirara. ―Confío en ti

Seokjin inhaló y exhaló lentamente, asintiendo mientras buscaba calma. Las palabras de Yoongi eran suficiente para hacerle sentir mejor. Consiguió ponerse el preservativo y volvió a acomodarse sobre la cama, doblando las piernas del menor para luego sostenerlas contra su pecho. Intercambiaron miradas, igual de ansiosos, pero ninguno retrocedió a lo que habían comenzado.

―Mierda ―Yoongi gimió apenas sintió al contrario entrar.

Dolía. Por supuesto que dolía. Yoongi se cuestionó seriamente por qué aceptó tomar esa posición. Maldición, definitivamente tomaría el lugar de Seokjin en la próxima oportunidad. Le miró con enojo, incluso si sabía que no era su culpa. Él estaba llevando la situación con extremo cuidado, pero era difícil no sentirse desesperado cuando eso lo estaba penetrando.

―Lo siento, lo siento, lo siento ―Repitió una y otra vez el rubio al notar como diminutas lágrimas se acumulaban en los ojos de su novio.

―No he dicho nada ―Respondió ofendido para luego cerrar sus ojos con fuerza. ¿Esa tortura cuando iba a terminar? ―¡Ah! Es-espera ―Pidió, respirando pesadamente. ―Espera un poco

Seokjin se mantuvo quieto, notando como el pecho del menor subía y bajaba de manera irregular. Deslizó su mano por su piel, acariciándola. Sus labios se apoyaron en la línea de su mandíbula, dejando un camino de besos, y Yoongi suspiró con cierto sosiego para después buscar su boca. Sus besos definitivamente eran lo mejor del mundo; Seokjin hacía maravillas con su lengua. Gimió, abriendo más su boca, queriendo que la lengua del contrario arremetiera en su cavidad, y su cordura se fue lejos cuando así lo hizo el mayor. Bajó su mano a su erección para tocarse a sí mismo, sintiéndose necesitado. El rubio volvió a moverse lentamente en cuanto el joven pareció mucho mejor.

Yoongi gimió con fuerza cuando Seokjin estuvo completamente adentro. Este lamió su cuello y lo besó, permaneciendo quieto por segunda vez, y cuando él dejó de acariciarse para tomar al contrario por el cabello para obligarlo a besarle una vez más, Seokjin se deslizó lentamente hacia afuera para volver a entrar. Repitió la acción hasta que Yoongi ni siquiera pudo besarlo debido a lo extasiado que estaba ante cada penetración. Min envolvió sus piernas en el cuerpo de su novio, intentando acabar con cualquier distancia entre ambos. Las embestidas del mayor fueron más rápidas a medida que el tiempo avanzaba.

Sus manos siguieron siendo inquietas, sus besos fueron aún más húmedos y desordenados, y ambos juraron estar experimentando el mejor momento de su vida en brazos del otro. Yoongi mordió el hombro de Seokjin cuando este decidió masturbarlo para ayudarlo a llegar a su clímax y su nombre salió en un grito cuando por fin se corrió. Sus paredes apretaron más en medio de su éxtasis y sólo una embestida más fue suficiente para que Seokjin también se corriera, provocando que el cuerpo del menor temblara en medio de su reciente orgasmo. Sus respiraciones pesadas eran todo lo que podían escuchar del otro cuando todo acabó.

Seokjin se retiró, tomando un respiro antes de quitarse el preservativo y lanzarlo a la basura. Yoongi abrió los ojos lentamente cuando sintió la cama hundirse a su lado y frunció ligeramente su ceño al ver a su novio observar fijamente su mano.

―Hombre, no quiero saber que estás pensando ―Habló apenas.

Seokjin giró a verlo, con el cabello pegado al rostro y su cuerpo bañado en sudor. ¿Había una vista mejor que esa el mundo? Él supo la respuesta a ello en cuanto el rubio acercó su mano a su boca, lamiendo los restos de semen que había en una de sus dedos. Eso era jodidamente sucio y tan malditamente caliente. Yoongi lo hubiera golpeado si no hubiera estado tan exhausto.

―Asqueroso ―Susurró para sí mismo.

―No sabe mal ―Aseguró, mirándole fijamente mientras sonreía. ―O, bueno, es mejor de lo que imaginé ―Confesó, levantándose.

Yoongi lo vio sacar pañuelos de la caja que tenía sobre el escritorio para terminar de limpiar sus manos, tomando otro resto para luego caminar hasta él y ayudarlo a limpiarse también.

―¿No puedes moverte? ―Preguntó con cierta preocupación.

―No quiero moverme ―Corrigió. Tener sexo había sido más agotador que juntar las clases de educación física de todo un mes.

―Por supuesto ―Seokjin rió, inclinándose sobre él para besar fugazmente sus labios. Yoongi quiso protestar debido a lo que acababa de presenciar. ―No seas exagerado, ni siquiera me dejaste probar debidamente ―Agregó con falsa decepción mientras volvía a ponerse de pie.

Yoongi puso sus ojos en blanco; jamás pensó que el mayor tendría esa clase de fijación oral. Se sintió curioso cuando aquel chico comenzó a recoger la ropa del piso.

―¿Qué haces?

―Planeaba darme una ducha y-

―Descansa conmigo ―Seokjin giró a verle. ―Sólo... uhm... ¿por qué no te recuestas un rato? Es bastante temprano aún ―Señaló, sintiéndose tímido.

Seokjin parpadeó, mirando la puerta. Sí, claramente era temprano, pero no había pensado que Yoongi quisiera descansar a su lado después de todo. Había imaginado que su joven novio estaría demasiado contrariado como para aceptar tal cosa.

Caminó hasta la puerta, poniéndole seguro en caso de que se les pasara la hora, y regresó con una sonrisa hasta la cama, tirando de las mantas para cubrirlos a ambos.

―Supongo que está bien si dormimos por al menos una o dos horas, ¿cierto? ―Preguntó, acariciando la mejilla del contrario. Yoongi asintió apenas. ―Ven ―Abrió sus brazos, invitándolo a ir hasta su pecho.

Yoongi se acurrucó ahí, sintiéndose completo cuando sus brazos le envolvieron. Agradeció que el mayor no fuera capaz de verlo, porque probablemente no habría tardado en señalar la sonrisa de niño enamorado que portaba en ese momento.

―Gracias por esto ―Escuchó al mayor decir en voz baja. ―Te amo, Yoongi

Gracias a ti, Yoongi cerró sus ojos mientras permitía a su corazón ser tomado completamente por el contrario. Te amo, te amo tanto; hubiera deseado no tener miedo de pronunciar. Y se quedó dormido entre esos brazos que parecían más correctos que todas las elecciones que había tomado en su vida.

Cuando Yoongi despertó, aún entraba luz por la ventana, por lo que supuso que no había pasado mucho tiempo. Una mano subía y bajaba suavemente por su espalda, y aplastó su rostro contra ese desnudo pecho, respirando su fragancia; Seokjin aún olía a loción y perfume de hombre. Una peculiar risa llenó el espacio y también sonrió, poco importándole sus dolores musculares o su desnudez. Era tan cómodo despertar junto a la persona que amaba.

―¿Sabes...? Debo preparar la cena

―¿Tan tarde es? ―Seokjin alzó su mirada hacia la mesita de noche, observando el reloj.

―Las 6:57 ―Yoongi se distanció de él mediante un suspiro y Seokjin se deslizó entre las sábanas para que sus rostros quedaran uno frente al otro. ―¿Estás bien?

―He estado mejor ―El contrario sonreía inmensamente. ―¿Qué hay con esa sonrisa?

―Desperté contigo. Incluso si sólo fue una pequeña siesta, me sobran motivos para sonreír

Yoongi rascó su oreja, intimidado por su honestidad. Seokjin le abrazó por la cintura y plantó besos sobre su frente, llenándolo de palabras amorosas.

―Iré a ducharme ahora ―Avisó tras mimarlo. ―Puedes descansar por un rato más, te avisaré cuando el baño quede libre ―Se destapó y se sentó en la cama, estirándose. ―Por cierto, deberías pedirme ayuda si necesitas a alguien que frote tu espalda

―No molestes, Seokjin ―Gimoteó con frustración.

Seokjin rió, disponiéndose a levantarse. Giró sobre su cuerpo cuando en cambio sintió una mano en la parte baja de su espalda, exigiendo su atención.

―¿Qué? ―Yoongi parpadeó seguidamente para él, como si quisiera pedir algo.

El mayor ladeó su cabeza, curioso, y terminó sonriendo para luego inclinarse sobre él y besar sus labios. Yoongi se cubrió con las sábanas hasta la cabeza cuando aquel chico volvió a decir que le amaba una vez más antes de tomar su ropa e irse al baño como si nada.

―Te amo... ―Susurró para sí mismo, tocando sus labios que recientemente habían sido besados. ―También te amo ―Las palabras fueron dichas a la nada.

Seokjin regresó al cuarto minutos más tarde, luciendo tan impecable como siempre. Yoongi lanzó al menos un millón de maldiciones en su trayecto a la ducha e incluso dentro de esta. Sus piernas se sentían tan torpes de repente. Se vistió de mala gana, queriendo que el malestar disminuyera, pero la expresión amarga en su rostro desapareció en cuanto se detuvo frente a su escritorio viendo las pertenencias de su novio regadas ahí. Su corazón se agitó como el vuelo de una mariposa y sus orejas enrojecieron cuando en la esquina de su cuaderno vio sus iniciales encerradas en un corazón. Eso era tan infantil. Pero Yoongi se enamoró más de él al comprender que incluso el chico maduro del consejo estudiantil era capaz de escribir entre corazones el nombre de la persona que amaba.

Y, Dios, él era esa persona.

―Estuve revisando y creo que preparar bibim guksu es una buena opción ―Comentó el rubio apenas lo escuchó entrar a la cocina. ―Tu madre no tiene problema con ningún vegetal o condimento, ¿cierto? Porque deberías decírmelo ahora antes de que pueda meter la pata ―Advirtió, terminando de lavar los vegetales para ponerlos en la tabla de picar. ―¿Yoongi?

Seokjin volteó hacia la puerta, preguntándose por qué su novio estaba tan silencioso. Una sonrisita se extendió en sus labios al verle vestir un buzo y una camiseta holgada; eso, más su expresión soñolienta, lo hacían ver como alguien listo para volver a la cama. Yoongi rascó su oreja, mirando tímidamente al chico que se movía en la cocina como si estuviera acostumbrado a ello, y su corazón dio más saltos al verle con las mangas arremangadas y el delantal perteneciente a su madre. ¿Por qué sin importar que se ponía el lucía tan perfecto?

―¿Qué? ―Preguntó el mayor, secando sus manos.

Yoongi negó con la cabeza y cubrió sus ojos, sin saber qué decir. Le era difícil asimilar lo enamorado que estaba de él; era aterrador como ese amor sólo era capaz de crecer. Hasta podía sentir corazones saliendo de sus ojos cada vez que lo miraba. Ya no sabía cómo mantener sus latidos bajo control.

Seokjin le miró por unos segundos, queriendo comprenderlo. Con una sonrisita se deshizo de aquel delantal y tomó asiento en una de las sillas, palmeando su pierna. Yoongi destapó sus ojos y caminó inseguro hasta él al notar que intentaba llamar su atención.

―Sólo ven ―Animó, extendiéndole una mano.

Yoongi suspiró, sentándose cuidadosamente en su regazo. Se quejó por lo bajo debido al dolor que aún persistía, pero su orgullo era lo suficientemente grande para no hacer un escándalo. Seokjin rió de todas formas, consciente de la razón por la cual sus movimientos eran más letárgicos de lo normal. El menor golpeó su nuca sin ningún arrepentimiento.

―Será diferente la próxima vez ―Habló seriamente, los ojos del contrario seguían brillando con diversión. ―Cuando entiendas lo que se siente, dejarás de reírte como un idiota

―Hmm, okay ―Le abrazó por la cintura, limitándose a sonreír.

―¿Sólo eso? ¿No te negarás?

―Quiero probar, la idea no me molesta. El hecho de que hables de una próxima vez ya es bastante alentador ―Yoongi arrugó su nariz, mirándole con desacuerdo. ―¿Fue tan terrible como dices?

El menor apartó la mirada, fijándola en el piso. Por supuesto que no fue terrible, todo había superado por creces sus expectativas. Quiso arrancarse el cabello al aceptar lo mucho que deseaba volver a estar entre sus brazos sin ropa estorbándoles de por medio.

―Eso pensé ―El rubio besó tiernamente su mejilla, haciéndole refunfuñar.

―Eres odioso ―Chasqueó con la lengua. ―No sé por qué estoy saliendo contigo

―No me interesan las razones ―Tomó una de sus manos, llevándola hasta sus labios. ―El punto es que lo estás haciendo y es lo único que me importa ―Besó sus nudillos. Yoongi giró a verle con una expresión curiosa. ―Eres lindo

―¿Esa es la razón por la que sales conmigo?

―Tu corazón es lindo

Yoongi presionó sus labios en una línea, intentando no sonreír, pero era difícil no hacerlo cuando esa sincera mirada estaba posada en él. Las comisuras de sus labios se alzaron, su sonrisa dental apareció, enseñando sus encías, y rió tal como un niño cuando su novio dio un montón de besitos sobre su mejilla.

―Ya está, es suficiente ―Intentó detenerlo, sintiéndose demasiado empalagoso.

―No es suficiente ―Besó su sonrisa. ―Jamás lo es. No me cansaré de esto, Yoonie

El aludido rió suavemente, envolviendo con sus brazos el cuello del mayor. La sonrisa en sus labios se volvió eterna mientras aquel chico rozaba con cariño su nariz en un beso esquimal.

―Me gustas tanto, Jinie ―Aceptó en voz baja.

Él no dijo te amo. Pero, para Seokjin, que fuera capaz de decir tales palabras ya era un gran paso.

Acunó su rostro, sonrió con dicha, y beso amorosamente los labios de su primer amor.
Eso era todo lo que necesitaba para ser feliz.


♥♥♥

Nota:
Jelou, Wattpad me puso un montón de trabas, pero finalmente el os está aquí HSJGDA. Ahora, si resulta que la plataforma decide borrarmelo, aún pueden encontrarlo en asianfanfics (?. Eso es todo, les mando un abrazo uwu

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