8. ¿¡Ahora Jean?!

Narra Rivaille.

Apenas rozo mis labios en los suyos y siento como se pone tenso, para evitarlo subí mi mano derecha acariciándole toda la espalda por fuera de la ropa. Al mismo tiempo que junto su cuerpo más al mío.

Le siento tan... apacible. Eren es apenas un mocoso, cree que él sólo puedo lograr lo que sea, y tal vez sí. Pero este chico dice mucho, se planta una meta y la logra no importen las circunstancias. Pero apenas es un mocoso... Que ni siquiera sabe como besar. El destino hizo que me gustara la persona menos experimentada en el amor.

Pero en vez de que esto me moleste más bien lo considero jodidamente tierno. Odio el no saber porque es que ahora nada de este mocoso me disgusta, ahora de pronto me agrada todo él. Me molesta.

¿Por qué pienso estas cosas en un momento tan especial? Tal vez que no tengo nada que explicarme sobre este beso. No es brusco, no intento hacer nada con la lengua ni nada de eso. Más bien es como si quisiera que su tranquilidad no se fuera.

Ciertamente sus labios son tan blandos y apacibles que me dan ganas de besarlo con más fuerza, lamerle hasta las anginas y compartir saliva. Pero no lo hago. Algo me dice que lo asustaría y querría irse.

En vez de hacer eso, paso mi lengua por sus labios, humedeciendolos levemente, para después continuar moviéndolos.

Hasta que por mi maldita estatura, y por estar jodidamente parado sobre las puntas de mis pies, se me cansan y me obligan a bajar lentamente.

Eren sigue tomándome de los hombros, pero ahora yo lo abrazo de la cintura con mi mano izquierda y de la espalda con la derecha.

Siento y escucho latir su corazón, su respiración y como sus brazos pasan de mis hombros hasta abrazarme por encima de éstos.

—Pensé que me comería —dice.

—Si quieres lo hago.

—No, así estuvo bien —suspira.

~

Narrador en 3ª Persona.

Eren sale del castillo y el sargento se queda dentro. Va a recoger la escoba que aún está en el suelo y comienza a barrer de nuevo.

Jean le ve y corre hacia donde Eren barre.

—¡Eren! Dame la escoba me toca barrer a mi —le ordena el chico cabello bicolor al castaño. Éste sólo lo ve a los ojos, después ve que detrás está caminando Erwin, quien se detiene a hablar algo con Hanji.

—No, Jean. Vete a hacer otra cosa.

—Lo siento, Eren. Pero este es el quehacer más fácil aquí. Así que yo quiero hacerlo. Dame la escoba.

Jean se acerca a Eren e intenta tomar la escoba, pero Eren la pone detrás de su cuerpo haciendo que Jean sólo se acerque más al castaño.

—Perdona, Jean. Ahora no. Por favor.

Jean al fin nota la seriedad con la que habla Eren, voltea a ver lo que él no le quita el ojo de encima y entonces ve a Erwin con Hanji.

—¿Qué pasó, Eren? Cuenta, cuenta.

—¡N-Nada! ¿Porque crees que pasó algo? Estas loco —niega volviendo la vista al rostro de Jean, el cual está tan serio que le da algo de confianza a Eren.

—No es cierto, Eren. ¿A quién quieres engañar?

Eren se sorprende y piensa "Odio a Jean y él me odia también, si le cuento le valdrá un pepino. Además necesito hablarlo, aunque sea con el cara de caballo."

Y ese pensamiento le da la confianza suficiente para contarle todo a Jean.

—Ahh... Jean, te lo contare pero prométeme que no le dirás a nadie.

—Ni me importará pero bueno... Suéltalo.

Aunque diga lo que diga al chico se le nota a montones la curiosidad de saber que es lo que le pasa a el otro.

—¿Recuerdas el día que peleamos? Pues cuándo estaba limpiando caballerizas y bañando a tus hermanos el sargento Rivaille llegó y dijo que yo le gusto.

—¡JAJAJAJA! ¡¿Esperas que me crea eso, Eren?! —grita el más alto y lleva sus manos a su panza.

—Es en serio... —dice en un tono muy bajo, con total seriedad pero algo de inseguridad. Jean lo nota y para de reír. Bajando sus manos de nuevo.

—Lo... siento. Sigue.

—Hmm... —le mira inseguro, suspira y decide continuar—. Al día siguiente de ese, el sargento me sacó de la formación, me llevó a su habitación y ahí... ahí nosotros...

—¡Ah! Si, recuerdo que te sacó de la formación y dijo que irían a limpiar. Pero no imagino que el sargento necesite ayuda para limpiar su habitación. O será que... —voltea a ver el rostro de Eren el cual tiene una expresión preocupada. Al verle así Jean se preocupa también, diciendo con seriedad y algo de decepción—. Lo hicieron.

Eren baja la cabeza—. Sí...

—Esto si es grave, Eren.

—Espera, eso no es todo —Jean voltea sorprendido y después asiente, en señal de que Eren continúe—. Ayer, cuando comíamos, fui a la cocina porque soy alérgico. Ahí encontré al comandante Erwin. Él me lanzó contra la pared, entró el sargento y me... besó, frente a él.

La expresión de sorpresa no deja la cara de Jean.

—Entonces, el sargento... Supongo que debió haberse enojado mucho y hacerte algo peor ¿no?

—Ehh algo así. Dijo que me lavara los dientes, que también quería besar...me. Vengo del castillo porque es lo que hicimos.

—¿Se besaron?

—¡¿De verdad tengo que decirlo, Jean!? ¿No es obvio, idiota?

—Perdón, perdón. Pero... ¿esto que tiene que ver con que tengas que barrer tú?

—... Detrás de ti está el comandante. Algo me dice que si me ve caminando sin hacer nada me llamara y querrá charlar conmigo, eso sería muy incomodo, Jean.

Jean voltea y, ciertamente, ve al comandante junto con Hanji. Lo mejor es que de la entrada del castillo esta saliendo el sargento Rivaille, quien para a hablar con los otros dos.

—Oh, mira, Eren. Llegó el sargento —dice Jean, con un tono sarcástico simulando felicidad, cuando en realidad está preocupado. Eren levanta de inmediato la vista ya que se había puesto a barrer después de terminar de explicar a Jean.

—Mierda. Jean, por una vez en tu vida ¿podrías ayudarme a salir de esta? Por favor —Eren se ve muy preocupado y desesperado, lo que hace que Jean en realidad haga todo lo posible por ayudar al castaño.

—Vamos —Jean toma a Eren a su lado y comienza a caminar a un ritmo acelerado, sin dejar de mirar a aquellos dos hombres.

Narra Eren.

Es la primera vez que veo a Jean como una salvación divina, y ojalá que sea la última. Desconozco la razón por la que me ayuda, pero seguro querrá que haga sus quehaceres o sea su maldito esclavo por un tiempo, aunque la verdad lo vale.

Vamos caminando con pasos largos y acelerados. Estoy a lado de Jean, quien me cubre de la vista de ellos o al menos la mayor parte. Me tomó de los hombros con sus manos y me está empujando hacia nuestro destino cada vez más.

Se detiene de golpe—. Mierda, Eren. Ya nos vieron —¿¡Qué?! Asomo la cabeza por enfrente de Jean y veo a Hanji, Erwin y Rivaille mirándonos. Hanji divertida, Erwin serio y el sargento Rivaille de brazos cruzados y con el ceño fruncido. ¡Maldito Jean, ni un jodido favor puede hacer este bueno para nada! Me separo de él y le miro para que nos vayamos corriendo del lugar, pero el idiota se queda ahí mirándome sin mover un solo músculo. ¡¿Ahora que le pasa?!

—¿Que haces? ¡Corre, Jean!

—No, dije que te ayudaría.

—No dijiste eso... —me acerco caminando a él y le tomo de la muñeca, después lo jalo para avanzar pero no se mueve y sigue mirándome seriamente. Miro hacia donde mis superiores y veo que ahora el sargento Rivaille se dirige hacia acá con pasos cortos pero rápidos, seguido de Erwin y atrás Hanji, aún divertida.

Vuelvo a ver a Jean, quien ahora es él quien me toma de la muñeca, se acerca más y también toma mi otra mano. No deja de mirarme hasta que voltea a donde aquellos tres se acercan, suspira y lleva sus manos detrás de su cuerpo, jalándome hacia él, juntando nuestros cuerpos y nuestros... labios.

Cierro los ojos fuertemente y siento como lleva su mano derecha por detrás de mi cintura para acercarme más a su cuerpo. También lleva su mano izquierda a mi antebrazo, apretándome suavemente. Y yo uso mis manos para tomarlo de la espalda y apretar fuertemente su chaqueta.

Jean mueve sus labios tan bien que hasta me gusta. Es como si ya tuviera experiencia en esto. Pero yo solo soy un niñato, no sé como rayos hace que alguien se sienta tan... ¿bien? con tan solo besar.

Lo tonto es que me está besando frente a el sargento Rivaille y el comandante Smith. No quiero imaginar lo que le harán esos dos, jaja.

¡No! ¡Se supone que debo estar preocupado!

Jean y yo nos separamos. Le miro confundido, él está sonriendo y voltea hacia donde aquellos tres corrían. Hago lo mismo y entonces veo que ya no corren y que Hanji ya no esta, Erwin esta boquiabierto y el sargento Rivaille cabizbajo, apretando los puños. No puedo ver su expresión.

Jean toma mi mano y ambos salimos corriendo del lugar.

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