6. La hermana adoptiva de Eren.

Narra Mikasa.

El sargento Rivaille preguntó "¡Ackerman! ¿Por qué Eren fue a la cocina?" Y le respondí con "Es alérgico al brócoli" después dio la vuelta y se metió a la cocina sin decir ni preguntar nada más.

Pero ya han pasado tres minutos desde que el Sargento esta dentro y cinco desde que Eren también. Estoy preocupada. Tal vez el maldito duende le está obligando a comer esto verde que le hace mal al pobre de Eren.

Me levanto y camino hacia la cocina, abrí la puerta y veo que los únicos que están ahí son Eren y el estúpido enano Rivaille. Estaban hablando pero callaron cuando me vieron pasar.

—Mikasa... Emm, el sargento me esta ayudando a preparar otra cosa. No te preocupes, ya casi vamos para allá.

—¿Qué están preparando? —pregunto mientras me acerco a la mesa donde están cortando un poco de carne.

—Sólo tres filetes asados para el joven titán —respondió el sargento. Bueno después de todo si me preocupé demasiado. Y realmente el sargento le está ayudando.

—¿Puedo ayudarles yo también? —pregunto acercándome a la mesa y poniendo las manos sobre ésta.

—Tu especialidad es cortar carne ¿no? Entonces hazlo —dijo el sargento mientras me extiende el cuchillo. Lo tomo y comienzo a cortar la carne. Él comienza a calentar el sartén—. Eren, ¿cómo se dieron cuenta que eras alérgico al brócoli?

Eren voltea a verme, y yo hago una pequeña sonrisa al recordar lo que pasó aquella vez que nos sirvieron la comida y él...

—Se hinchó... —digo sin dejar de recordar como en aquel momento Eren estaba TAN asustado. Él me frunce un poco el ceño y grita.

—¡Mikasa! —Después voltea a ver al sargento quién está tapando se la boca con una mano para evitar reírse, seguramente al imaginar aquella escena—. Si me hinché, pero sólo un poco...

—¿Sólo un poco? ¡Parecías un completo pez globo! Sin hablar de lo asustado que estabas, que hasta lloraste...

—¿Lloraste? —pregunta el enano.

—¡No! ¡Ella esta exagerando! —le responde Eren, no entiendo porque trata de justificarse ante el sargento, además, no estoy exagerando ¡todo es cierto!

—Eren, no tienes porque avergonzarte... Ademas, es una historia bastante graciosa —se acerca hacia mi—. Sigue contando, Ackerman.

No quería que Eren se sintiera incómodo o que el sargento se burlara de él en una ocasión cuando yo no esté. Pero es lindo recordar esos tiempos que éramos pequeños y una parte de mi dice que el sargento de alguna forma respeta más a mi hermano. Así que le seguiré contando.

—No sabíamos que era lo que le había echo mal —continúo—, así que el señor Grisha dijo que le diéramos cada ingrediente de la sopa por separado. La señora Carla se negó por completo así que sólo dijo "Si averiguan que fue lo que le hizo mal, díganme", tomamos eso como un "Háganlo, pero yo no tendré nada que ver". Y el doctor Grisha con mi ayuda le obligamos a comer de nuevo la sopa pero ingrediente por ingrediente. Dejando que pasaran cinco minutos antes de darle el siguiente.

El sargento voltea a ver a Eren repetidas veces, en apariencia divertido, pero jamás forma una sonrisa.

—Después... ¿Qué pasó? —pregunta el sargento ansioso de seguir escuchando la desgracia de infancia que tuvo Eren. A lo que no me detengo y sigo.

—Después de la papa, la zanahoria y la calabaza llegó el brócoli. Ese era el tiempo en que el doctor Grisha hizo la vacuna contra una enfermedad que se daba mucho, por eso teníamos muchos vegetales, nos los daban en agradecimiento por salvar las vidas de los granjeros o a personas cercanas a ellos. Pero volviendo... cuando Eren comió el brócoli... —paro para voltear a ver a los dos chicos, Eren sigue haciendo algo al otro lado de la mesa y cuida el sartén detrás de ellos para no quemarse, mientras el sargento está con su completa atención puesta sobre mi, escuchando cada palabra que digo sin perderse un sólo detalle, hasta de cómo corto la carne. Es verdad que siempre está al tanto de todo.

—Ajá... ¿Y luego? —maldito desesperado, sólo pare por unos segundos...

—Se hinchó, comenzó a hincharse al instante, además de que le salieron ronchitas. Después comenzó a quejarse de dolor de estómago y se tiró al suelo. El señor Grisha comenzó a reír y yo hice lo mismo —coloco mi mano en mis labios para evitar reír, pero aún así sigo hablando—. Pero él doctor tomó una píldora y Eren la tragó, a pocos minutos la hinchazón comenzaba a irse. Pero el dolor de estómago se quedó por unas horas.

—¡Já! Imagino que debiste verte como un niño gordo. Con una cara taaan~ estirada por la hinchazón.

—Pues, algo así. Pero recuerdo que me dolía la piel. Era asqueroso y horrendo. También me daba mucha comezón en todo el cuerpo por las ronchas que no paraban de salir. Lo odiaba —le responde Eren al Sargento, sin voltear a verlo. Mientras, llevo la carne al sartén poniendo el aceite y preparándola para mi hermano.

—Eren, algún día espero que comas brócoli por accidente para ver todo lo que me acaba de contar tu hermana.

—Pues yo espero que el brócoli deje de ser plantado.

Mientras ellos conversaban me dejan todo el trabajo a mi, termino con la carne y la sirvo en un plato. La verdad no sé que rayos estuvo haciendo Eren en todo este tiempo.

Pero noto que el sargento y Eren hablan muy amistosamente, me refiero a que antes Eren se ponía todo tenso apenas Rivaille se acercaba, pero ahora hasta el enano le toma de la cintura y Eren no hace nada por evitarlo.

Esperen... ¿le toma por la cintura?
Volteo de nuevo, y... Sí, le toma por la cintura, aunque ahora que lo veo bien, Eren se aleja cada vez que el Sargento vuelve a jalarlo. Pero, ¿por qué esto no me molesta? Digo, claro que me gusta más ver que el sargento lo acaricia en vez de ver que lo golpea, pero...

En realidad, ellos dos se ven... bien. Me siento bien al verlos tan juntos. Es raro, esto no me parece extraño, y no es la primera vez que veo dos hombres tan juntos. En la casa que vivía con mis padres, estaba cerca de las montañas. Un día salí a buscar un juguete y allí estaban, dos chicos... besandose. Al principio pensé "¿Qué? Se están besando, y los dos son hombres. ¡Inaceptable!" pero no podía dejar de pensar en la escena y al final me di cuenta que me gustó verlos tan enamorados y demostrar su amor de esa manera.

Pero aquí pasa algo diferente... Es como si Eren quisiera que se alejara, el sargento quiere más cercanía pero Eren se la niega... ¿Por qué?

Me doy cuenta de que la carne se va a enfriar así que tomó el plato, camino hacia la mesa que ellos tienen enfrente y dejo el plato frente a ellos.

—E-está li-listo... —dije, nerviosa. El sargento al verme frente a ellos suelta a Eren.

—Ackerman, ¿por qué estas sonrojada? ¿Tienes fiebre?

¿Eh? ¿¡Sonrojada!?

—No es nada, cómete eso, Eren —digo lo más rápido que puedo, mientras me tapo la cara con ambas manos y me doy la vuelta para salir de la cocina.

~

Punto de vista de Eren.

Esa Mikasa, no había parado de hablar de mi desgracia con los brócolis. Y cuando al fin terminó fue tras de mi y del sargento a cocer la carne.

—Eren, algún día espero que comas brócoli por accidente para ver todo lo que me acaba de contar tu hermana —me dijo el Sargento, acortando distancias entre nosotros dos.

—Pues yo espero que el brócoli deje de ser plantado —le respondí alejandome un poco de él hacia el otro lado. Pero luego siento la mano del Sargento pasar por mi espalda y detenerse en mi cadera del costado contrario de donde él está.

¡Mierda, mierda, mierda! ¡Quiero gritar, decirle que no me toque! ¿Pero que haría Mikasa? Ella está detrás de nosotros, ¡podría vernos en cualquier momento! Incluso puede ya habernos visto... Bueno, Eren cálmate e intenta alejarte disimuladamente de él, SIN que Mikasa nos vea. Debes evitar un lío entre estos dos, sea como sea.

Intento dar un paso hacia mi lado izquierdo, ya que él está a mi lado derecho. Pero antes de siquiera poner mi pie en el suelo, ¡el sargento me jala!

¡Maldito! ¿¡Qué no se da cuenta de lo que trato hacer?! Ayúdeme un poco usted también...

—E-está li-listo... —mierda, ella ya nos vio... Pero, ¿por qué no hace nada?

El sargento me suelta deslizando su mano por mi espalda, justo como antes pero ahora devolviéndola.

—Ackerman, ¿por qué estas sonrojada? ¿Tienes fiebre? —cierto, ella tiene la cara roja... hasta las orejas.

—No es nada, cómete eso, Eren —ni siquiera me había dado cuenta que dejó el plato frente a nosotros. Pero después de decir eso último lleva sus manos a su cara y sale de la cocina.

—Eren, mañana lávate bien los dientes... también quiero besarte. Pero no lo haré si estas sucio.

¿Khé! ¡Está loco! Hace un rato me vio llorando, y ¿ahora me dice eso? ¿Qué le pasa?

—¡No! Ya no quiero nada, me haré asexual.

—Ni lo pienses, que desperdicio —dice mientras se aleja un poco para mirarme completo, de arriba a abajo. Pasa su lengua por sus labios humedeciendolos.

—No quiero, sargento.

—Shh. Eso dices ahora, pero mañana estarás gimiendo debajo de mi —dice, después me da una nalgada y sale de la cocina.

Gemir. Debajo. De. Él.

Mañana será un día muy agitado.

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Bueno, todos ponían a Mikasa como la celosa que a duras penas aceptaba la relación entre estos dos, pero eso es taaan~ mainstream... B|

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