5. El extraño primer beso.

7:00 a.m.

Eren despierta, se levanta del colchón y camina hacia su buró para tomar su uniforme y después dirigirse hacia las regaderas. Se desayuna a las 8:00, pero sería fatal que desobedeciera una orden del sargento por más que fuera ridícula, como ésta de ducharse por las mañanas.

Llega a los baños y comienza a desvestirse mientras gira la llave del agua caliente. Entra en la regadera.

El chico escucha que alguien se acerca, pero lo ignora, después de todo son las regaderas para los cadetes, podría ser cualquiera de sus compañeros. Pero se sorprende al ver a Rivaille sentado en la larga banca blanca en medio de las regaderas y los casilleros. Éstos se miran fijamente. Eren paralizado y sorprendido, aún dejando caer el agua tibia en su espalda pensando cosas como "Mierda, Mierda. Puta vida", preguntándose para sí mismo "¿Por qué está aquí? Él tiene una regadera personal ¿no?".

El sargento nota su sorpresa, pero lo ignora y hace como si el hecho de que él estuviera ahí fuera de lo más normal.

—Así que cumpliste mi orden —dijo el mayor.

—¿Por qué no habría de hacerlo? Si me negaba usted me golpearía frente a todos —le sigue Eren mientras se talla la cabeza con el shampoo.

—No, Eren. Ya no estoy seguro de si podría hacerlo.

—¿Eh? ¿A qué... se refiere?

—No estoy seguro si podría cumplir con la orden de hacer lo necesario para disciplinarte...

—Entonces... Usted quiere decir que me tiene... ¿lástima?

—No, Eren, me refiero a que no sería capaz de volver a golpearte como antes lo hacía. Ahora te quiero más de lo que quiero a todos los demás... —Eren cierra la regadera y entonces el lugar queda en completo silencio—. Tch... Ya me parezco a tu obsesiva hermana.

—Sargento... Eso fue muy cursi... deje de bromear de esa forma, nadie le creerá.

—Eren, no bromeé al decirte "Me gustas" y tampoco "Te quiero". Así que no dudes en decirme cuando estés listo para sentir lo mismo.

El cadete se sonroja. Mientras el sargento sale del lugar sin siquiera despedirse, pero no hizo falta ya que Eren ni siquiera sabe si está despierto. El castaño por fin sale de la regadera después de pensar una infinidad de cosas ni siquiera ordenadas en su mente. Comienza a vestirse, guarda su ropa sucia en uno de los casilleros con clave y también sale del lugar.

~

8:00 a.m.

—¡Eren! Fui a buscarte a tu habitación. ¿Dónde estabas? —dice Mikasa mientras se sienta a un lado de el castaño.

—Fui a darme una ducha —le responde mientras se acerca a ella—. Desde ahora no tienes porque buscarme a mi habitación, me despertaré más temprano.

—Eren, ¿es por lo que te dijo ayer el sargento?

—¡No! Lo hago sólo porque quiero hacerlo...

—... ¿Qué es lo que exactamente hablaron ayer? ¿Te preocupa eso?

—No hablamos nada, Mikasa. Sólo estuvimos limpiando.

—... Entiendo... Perdona.

Ambos se dirigen a su mesa y comienzan a comer. Últimamente sólo está con Mikasa a la hora de comer, probablemente porque ahora que son parte de la legión tienen más responsabilidades.

Pasan a su mesa para servir la comida. Crema de brócoli. Mikasa voltea hacia Eren mientras este aún se queda viendo el plato lleno de ese líquido verde al cual es alérgico.

—Eren, voy a buscar otra cosa para ti en la cocina —dice la azabache mientras se pone de pie pero antes de que comienza a caminar Eren la detiene.

—Yo lo haré. No tardaré mucho y seguramente habrá algo más aparte de esto.

—Bien. Pero no dejes que te obliguen a comer esto. Le hace mal a tu estómago. Además de que te salen ronchitas.

—¡Mikasa! ¡No tienes porque decirlo tan alto! Ya lo sé.

El castaño comienza a caminar hacia la puerta que lleva a la cocina, la abre y se dirige directo a la única persona que vio ahí.

—Disculpe, ¿no hay otra cosa además de la crema de brocoli? —esa persona voltea y entonces Eren se da cuenta quién es—. ¡Ah! Perdone, comandante Erwin. Pensé que era algún cocinero...

—No importa, Eren. Pero ¿por qué no quieres crema? ¿No te gusta?

—No es eso, soy alérgico al brócoli.

—Qué mal. Y lo hice especialmente para tí.

—Ehh... ¿Para mi? ¿Usted lo hizo?

—Eren... Ya sé lo que hiciste con el Sargento Rivaille ayer.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¿Quién se lo dijo? —termina susurrando cabizbajo.

—Soy el comandante, lo sé todo en mi tropa, Eren.

—Sí... Pero...

—Ahora... Él no te besó ¿verdad?

—Ehh... A-Ahora que lo pregunta... No.

Erwin sonrío. Se acerca más a Eren haciendo que éste le vea a los ojos.

—Eren, él te quitó la virginidad pero no el primer beso... ¿Cierto? —a Eren no le da tiempo de contestar por lo sorprendido que está al sentir las manos de Erwin detrás de sus caderas acortando la distancia entre ambos.

—Comandante, ¿qué hace? Está muy cerca...

El chico intenta alejarse pero el mayor avanza cada vez que el otro retrocede, hasta llegar al pared, Eren voltea su cabeza hacia su lado izquierdo, para evitar el beso. Pero Erwin besa su mejilla, baja hasta su mandíbula para volver a subir besando todo el costado del lado derecho del indefenso castaño.

—¿Sabes? Rivaille se me adelantó pero no dejaré que te haga suyo. Tu serás mío, Eren.

—¡No! ¡No quiero! ¡A ninguno! ¡¡A NADIE!!

El comandante toma las muñecas de Eren contra el muro de la cocina, pero el chico no deja de moverse. Y al pensar que no podía hacerles nada a ninguno de esos dos para que lo dejaran de molestar le enoja, le enoja tanto que no puede evitar llorar del coraje.

—¡Basta! ¡Quiero guardar la única pizca que me queda de pureza para la persona especial! —grita con la voz entrecortada, aún dejando caer lágrimas por sus mejillas.

Erwin se detiene a mirarle por un momento, el menor aprovecha la pausa y baja el rostro para evitar al mayor. Mientras se escucha que la puerta de la cocina se abre, Eren no hace caso, pero el comandante Smith voltea a ver quién los interrumpe, sin soltar a Eren.

—Eren, me dijo Mikasa que eres alérgico al... —no termina de decir la oración al ver a esos dos tan juntos, Eren llorando y siendo sostenido por el comandante de tal manera.

—Rivaille... ¿a qué vienes? —pregunta Erwin.

—Suéltalo —le responde el azabache.

—No —suelta la mano izquierda del castaño para tomarlo de la quijada y hacer que el menor levanté la cabeza, apretando los dientes y los ojos, aún lagrimeando. Eren usa su mano izquierda ya liberada para tomar la mano de Erwin que le sostiene de la mandíbula e intenta alejarla de él, pero es inútil, es obvio que Erwin es más fuerte que Eren.

—Suéltalo —repite Rivaille mientras se acerca lentamente a los dos, pensando que si lo hacia rápido Erwin lo besaría en el acto, y eso, es lo que menos quiere que pase.

El rubio nota el paso lento en el que el azabache se acerca y junta sus labios con los del castaño, haciendo que éste se mueva aún más buscando liberarse de su agarre, pero se hace imposible cuando también lleva su mano restante a ayudar a mantener al castaño tranquilo.

Comienza a mover sus labios acariciando los de Eren, humedeciéndolos un poco con su propia saliva, también con su lengua chocando contra la boca del castaño pidiendo entrar, pero siendo el primer beso del chico no sabe que hacer en ese momento, mucho menos en esas condiciones tan vergonzosas. Pero por mera coincidencia Eren abre la mandíbula en ese momento en busca de un poco de aire, ahí es cuando el rubio introduce su lengua y comienza a moverla dentro de la boca del castaño, compartiendo saliva y jugando con la lengua temblorosa, sin experiencia y "apenada" de Eren.

Rivaille queda paralizado por unos largos segundos, viendo como esos dos se besan descaradamente frente a él.

Erwin se separa de Eren, por fin. Mirándolo con saliva escurriendo de su boca, ya que a Eren le da asco tragarla, pero por incomodidad lo hace, traga saliva.

El sonido de la saliva de ambos pasando por la garganta de Eren retumba el los tímpanos de Rivaille, que lo hace volver de sus pensamientos, que seguramente son puras maldiciones a Erwin.

Lo último que hace Erwin es darle un tierno beso en la frente a Eren, después le suelta y se va de la cocina sin decir nada más.

Eren se deja caer al suelo aún sin abrir los ojos para que según él no caigan tantas lágrimas, pero aún así tiene las mejillas húmedas. Rivaille se acerca a él, se hinca, toma un pañuelo de tela de su chaqueta y lo pasa por los cachetes de Eren. Éste, al sentir eso, abre los ojos para ver a Rivaille desde abajo.

—S-Sargento... Y-yo quería otra cosa de comer y, y, y... él...

—Te besó...

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