3. Sé que no estaban limpiando...
4:17 p.m.
El Cadete Eren Jaeger, quién se supondría que está lavando los platos o algo parecido, ahora esta sobre el colchón de su sargento Rivaille, quien, al mismo tiempo, está sobre el Cadete.
Mientras el menor continúa mirando fijamente hacia su mayor, éste le suelta de las muñecas y lleva sus manos a la camisa de Eren para levantarla y dejar al descubierto su abdomen y pecho.
—E-Eh, Sargento ¿que va a hacer?
—Shh, de eso se trata esto, Eren, no sabes donde tocará a continuación tu pareja. Sólo cierra los ojos y deja que yo te lo haga.
Eren abrió más los ojos, sorprendido, el Sargento se dio cuenta e hizo una diminuta sonrisa, mientras acerca sus labios a el pecho descubierto de Eren, besándolo gentilmente, que al mismo tiempo acaricia su entrepierna por encima de sus ropas.
—Ngh... Sargento, si me toca ahí yo... yo me voy... —tomó aire antes de terminar de decir la frase, la cual el Sargento completó.
—¿A poner duro? En este momento es lo que más quiero que hagas, Eren.
El menor lo mira a los ojos para después cerrarlos fuertemente.
—Sa-Sargento... Sáquelo, por favor.
—¡Hmn! Como ordene, Cadete.
Después de decir eso, el mayor dejo lo que hacía en el pecho del menor y comenzó a desabrocharle todo lo que traía encima. Al terminar, baja un poco sus pantalones—. ¡Que bonitos calzones rojos, Cadete! —Eren abre los ojos y voltea hacia donde sus bóxers.
—¡Sargento! ¡Lo siento! Pensé que eran negros. ¡Y son bóxers!
—¡Del color que sean! Igual te los voy a quitar.
Eren se sonroja y vuelve a apretar los ojos mientras pone su cabeza sobre la almohada. Rivaille se deshace de los pantalones del menor y comienza a besar el creciente bulto en la ropa interior de éste, mientras acaricia con su mano derecha la pierna izquierda del menor, al mismo tiempo, con la mano izquierda, toca uno de los pezones de Eren.
—Ngh... ¡S-Sargento! —Eren gime el rango de Rivaille al sentir como sus labios se mueven por la hombría del menor sobre su ropa interior. El divertido azabache se deshace de los pantalones del castaño al sentir ya dura su entrepierna y comienza a besar las desnudas piernas del menor.
—S-Sargento... ¿que hace? —Pregunta el menor, inseguro y con miedo a hablar.
—Hoy te voy a disfrutar todo, Eren, ¿sabes cuantas veces he fantaseado con este momento?
—Entonces... ¿porque no lo hace y listo?
—Eren, te dije que no te follaría, que te haré el amor.
El menor vuelve a bajar la cabeza y cerrar los ojos con fuerza. Mientras Rivaille se deshace de los bóxers rojos que deberían de ser negros.
El mayor toma el miembro erecto de el menor y comienza a masturbarlo.
—¡Ah, sargento! —Eren, sonrojado, levanta la cabeza a ver la mano de Rivaille y lo que ésta sostiene. El mayor se da cuenta y le mira a los ojos, seguido del menor.
—¿Te gusta, Eren?
—Ngh... Es...pere... —Eren suelta el líquido pre-semen y Rivaille lo toma con sus dedos índice, medio y anular. El Sargento deja de masturbar al cadete y le pregunta.
—¿Estas listo?
—No... Necesito otros tres años más.
—Cadete, no tenemos tanto tiempo.
El mayor desliza su dedo índice en la entrada del menor mientras le sostiene el pecho.
—¡Ah! ¡No, Sargento! ¡Me duele!
—Shh, pronto te acostumbrarás.
Pasan unos segundos entre besos por parte del azabache en el pecho de el castaño, y cuando el Cadete dejó de quejarse tanto, el Sargento introdujo su dedo medio y comenzó a hacer un movimiento de abrir y cerrarlos repetidas veces.
—¡NO! ¡Sargento, me duele! ¡Sáquelos!
—Tranquilo, cálmate...
—Pero... due... ngh... —Eren deja de quejarse y eso tranquiliza a Rivaille, dándole luz verde para introducir un tercer dedo, el anular, el cual Eren a estas alturas apenas siente.
Comienza a girar los tres dedos introducidos y cuando siente la entrada bastante dilatada saca sus dedos del Cadete, se quita la ropa quedándose sólo con la camisa y se acomoda entre las dos piernas del menor.
—Entraré, Eren.
—¡Espere! ¿Dolerá?
—Sí.
—¡No! ¡No quiero!
—Siempre duele la primera vez, pero si te relajas, se sentirá bien. Tranquilo.
Eren suspira asustado e intenta calmarse, y las caricias de Rivaille en su pecho le ayudaron a estar tranquilo.
—Bien, hágalo.
El sargento toma su miembro y lo acomoda en la entrada del cadete, al estar preparado pasa su mano derecha a la cadera del castaño, sin dejar de tocar su pecho desnudo con su mano izquierda. Eren aferra sus manos con las sábanas perfectamente tendidas en la cama de Rivaille al sentir el miembro ajeno introducirse lentamente en él.
—¡Ngh! ¡Duele! ¡Pare, Espere! —El azabache dejó lo que hacía a la mitad dispuesto a esperar al castaño a que se acostumbre.
—Tranquilo, Eren —comienza a acariciar su pecho de nuevo, con intenciones de calmar a Eren.
—Sargento, no puedo... no puedo hacerlo.
—Eren, se sentirá bien después de que te acostumbres... ¡Sólo, tranquilízate!
—¡Sí! L-lo intentare, sargento.
El azabache continúa empujando lentamente mientras el castaño suelta las primeras lágrimas traviesas que salen sin permiso por los párpados del menor a consecuencia del dolor en su parte trasera que le hace sentir su mayor.
—Ya encontraré tu punto indicado, no llores.
—No puedo evitarlo, duele mucho sargen- ¡Ahh! —el castaño no termina la frase y voltea de inmediato a su parte baja para darse cuenta de que el azabache entró por completo en él.
—Bien, Eren. Prepárate.
El Sargento encontró el punto indicado que debe tocar con cada embestida que le dé a su amado cadete para así hacer que los dos se den placer mutuo.
El mayor comienza a moverse más rápido, sacando y metiendo su miembro repetidas veces, y todas dan en el punto indicado de el menor haciendo que gima cada vez más.
—Ngh... Ah... ahh ¡Hahh! No... —Eren se tapa la boca con su mano para evitar gritar tan fuerte pero Rivaille toma su muñeca y la jala.
—No te silencies, soy el único que puede escucharte aquí.
—Pero... me da... vergüenza... —apenas pudo decir el cadete, con su respiración agitada y cortada.
—Eren, más vergüenza que esta no te puede dar ya —dijo el sargento también ya algo agitado por tantos movimientos, algunos bruscos y otros tiernos hacia el chico.
—Ngh ¡Ah! S-Sargento...
—Ahh ¡E-ren! Ngh... —el azabache toma el miembro de el castaño y comienza a mover su mano hacia arriba y abajo sin dejar de empujar hacia dentro del menor.
—S-Sargento... Ngh... Si hace eso... yo... —Eren suelta su líquido blanco sobre el abdomen de él mismo y también un poco en el de Rivaille, pero éste ignora eso y continúa penetrando a Eren acelerando el paso, para segundos después correrse también dentro de el cadete.
Ambos terminaron con sus respiraciones agitadas y el sargento saca su miembro de el cadete para después recostarse sobre el pecho de el castaño haciendo su mano a un costado de el menor. Calmando sus respiraciones el sargento mira al cadete respirar aún recostado en su pecho.
—Cadete, ahora tu cuerpo está muy sensible, podría hacértelo de nuevo y sentirías el doble —el mayor besa de nuevo el pecho del cadete para darse cuenta que ya está respirando tranquilamente—. ¿Cadete? —Eren se queda dormido.
—Huh... quiero dormir.
—Bien... —el sargento toma una sábana y la pone sobre el Cadete, quién la toma y se enrolla en ella para comenzar a dormir. Rivaille toma sus ropas y se viste para salir de la habitación dejando a Eren dormido.
~
—¡Hey Enano! ¿Dónde esta Eren?
—Se quedo limpiando el castillo —Hanji vio fijamente al sargento con los ojos entrecerrados y una sonrisa pícara—. ¿Qué?
—Sé que no estaban limpiando...
—¿Huh? Cállate...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top