19. Inyección.

Narra Rivaille.

Al llegar a Sina al atardecer, la gente no "nos recibió entusiasmada". Sólo intentaron ir directamente al grano para sacarnos de ahí lo antes posible, malditos idiotas.

—E-Eren Jaeger —le llaman al mocoso. Una muchacha vestida con una bata de laboratorio, carga una tabla con papeles que al parecer es un informe de experimentos. Se nota que está demasiado nerviosa, y eso hace que a Eren le entre miedo.

—¡S-Sí...! —responde al llamado con el puño en el pecho, en su posición de recluta obediente.

—A continuación le aplicáremos algunas sustancias. P-Por favor por aquí —indica la joven caminando hacia una puerta que seguro llevaba a esa "sustancia" misteriosa.

Los sigo de cerca, entrando también al pequeño laboratorio con muchos tubitos llenos de líquidos de diferentes colores. La yegua y el peluquín entran también, quedándose de pie porque yo y Eren ocupamos las únicas dos sillas.

La joven se acerca con una jeringa con gran aguja, golpeándola levemente para sacar el aire. Eren estira el brazo y la señorita le toma del codo alzándolo y acercando la jeringa a sus venas, la introduce, Eren cierra fuertemente los ojos y aprieta la quijada.

—Calma, mocoso. Esto no te matará... ¿O sí? —le pregunto a la muchacha.

—¡No, no, no! —responde exaltada con las manos frente a ella meneándolas hacia los lados para intentar calmarme—. T-Tal vez sólo se sienta un poco mareado, haya alergia o alguna otra reacción. Pero nada que amenace su vida.

—Hmm... —le lanzo una mirada algo antipática y me volteo a ver a Eren. El mocoso se tambaleaba, como si hubiera un terremoto—. ¿Eso es normal? —le pregunto a la muchacha señalando al niño a mi lado con el dedo índice.

—Sí. Sólo esta mareado. Tal vez por ahora no pueda hacer nada. Ni siquiera caminar... —responde mientras escribe en la hoja—. No habrá problema si alguno de ustedes le ayuda ¿o sí?

—Claro que no —responde el cejotas acercándose—. Yo lo haré —toma al chiquillo ebrio de las axilas e intenta levantarlo—. Vamos, Eren.

—En realidad... Yo puedo caminar sólo —dijo Eren mientras aleja las enormes manos del peluquín y se pone de pie con un poco de esfuerzo.

La mujer término de escribir lo que sea que estaba escribiendo y voltea a vernos—. Emm... Por hoy será todo. Déjenme llevarlos a donde dormirán —dijo y deja la tabla en la mesa para comenzar a caminar hacia la salida. Mientras todos la seguíamos, Eren se tambalea como si estuviera ebrio y Erwin le sostiene de los hombros.

Llegamos frente a una puerta y la señorita saca una llave para abrirla. Entra a la habitación y se voltea con una sonrisa pero una mueca de preocupación.

—Lo siento. Sólo pude conseguirles dos colchones... Al menos dos de ustedes no dormirán en el suelo —dice volteando continuamente hacia las camas.

—No importa. Eren y yo compartiremos cama —ajá sí, claro, como si fuera a dejar que duermas con él, maldito rubio oxigenado.

—No tiene porque hacer tal sacrificio, comandante. Lo haré por usted —digo acercándome y jalando a Eren de un brazo, haciendo que ahora se recargue en mi abrazando mi cuello.

Kirshtein y la muchacha ven alejados la pelea entre el cejotas y yo, donde ambos jalamos a Eren de los brazos.

Narrador en 3ª persona.

Después de que Erwin y Rivaille discutieron por más de 10 minutos el rubio se cansa y sede a Eren al azabache. Mientras el chico aún está mareado por la inyección, la muchacha sigue ahí sin decir nada pero escuchando todo y el de cabello bicolor tiende unas sábanas en el suelo asumiendo que dormirá ahí.

Satisfecho por su victoria, Rivaille lleva abrazado a Eren hacia la cama y lo recuesta delicadamente para no despertarlo. Sí, el castaño se había quedado dormido de pie y en medio de la discusión.

—Estaré toda la noche en el laboratorio. Si algo sucede, por favor no duden en llamarme —dice la chica mientras abre la puerta para salir y Erwin se acerca a ella.

—¿Cuál es tu nombre? —le pregunta el rubio tomando la chapa de la puerta para que la otra no la cierre.

—Eh... Ana —le responde confundida.

—Anna.

—No, Ana.

—Ana... ¿Cuál es la diferencia?

—Que me llamo Ana, no Anna.

—Ah —después Ana cierra la puerta y se va.

Erwin camina hacia su colchón y ve a Rivaille arropando al castaño. Frunce el ceño y sólo se quita las botas para meterse en la cama y dormir. Pero en realidad no tiene sueño. Quizá porque perdió la discusión con Rivaille y no pudo dormir con Eren a un lado. Pudo haber sido la primera vez que se abrazaban bajo el calor de las sábanas...

—Kirshtein... —llama Erwin. El mencionado voltea—. Ven.

Jean obedece levantándose del suelo y quedándose de pie frente al colchón del rubio. Éste se sienta en el colchón para ver al cadete.

—¿Qué pasa? —pregunta Jean después de largos segundos en silencio mirándose mutuamente a los ojos.

—Duerme aquí, conmigo —dice haciéndole espacio al chico para que se acueste en esa cama también.

—¡Pero, comandante...!

—No importa. Ven —le interrumpe. El otro sin decir nada más va e intenta dormir al lado de su comandante. Pero las cosas se ponen complicadas para el joven cadete cuando su mayor lo abraza. Aún así, lo ignora e intenta dormir.

3:48 a.m.

La noche no podía ser más tranquila. Los cuatro soldados duermen plácidamente divididos dos en cada cama y demasiado juntos, abrazándose.

A estas horas de la madrugada, Eren abre los ojos. Lo primero que siente al despertar son unas tremendas ganas de orinar, después, la respiración de una persona no identificada muy cerca de él. Voltea y de alguna forma se tranquiliza al saber que es su sargento abrazándolo tiernamente.

La expresión que Rivaille pone al dormir deja a Eren boquiabierto y con las mejillas más que coloradas. Habría querido verlo un poco más pero decidió ir antes al baño o si no pasaría un accidente que no le gustaría al sargento.

Intenta ponerse de pie, pero al sentarse en la cama siente aún el mareo de hace rato más un dolor de cabeza que estaba matándolo. Deja de lado todo esto con el objetivo de ir a mear.

Logra levantarse a duras penas pero a los primeros pasos cae por culpa de la sábanas en las que Jean planeaba dormir raspando su codo y sacando un poco de sangre.

Y si el ruido de la caída no fue suficiente para despertar a los otros tres... un trueno suena junto con un relámpago color amarillo.

Eren se había convertido en titán.

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Y se quedo con ganas de ir al baño :c pobre diablo.

Holi! ._.)/

Respecto a la pareja de Erwin:
Es más bien una ship crack :v Lo siento, chicos. Había decidido ya desde antes de que comenzara a escribir con quién se quedaría el cejotas. Y a mi en lo personal me encanta la pareja que le voy a poner pero estoy muy segura de que a muchos/as no les va a gustar. Pero pues... Lo siento, es mi fic y lo que diga se pone. B|

Los amo! :D Vai~ :3

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