Capítulo 53: Fechas de exámenes.
Por fin en casa. Sin interrupciones, nada de viajes ni estar ingresada en el hospital. Sólo paz y tranquilidad, y no podías estar más contenta por ello. Los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y querías pasarlos todos, así que los siguientes días estudiaste casi sin descanso. Obviamente, también salías a veces con tus amigos, pero no tan a menudo como de costumbre.
El primer examen fue uno de Historia. En momentos como ese deseabas que tu padre estuviera contigo más que nunca. Querías verle... y además que te ayudase un poquito... Afortunadamente tenías a otra persona: Robin. Ella era la persona con más conocimientos en Historia que conocías, aunque en realidad era muy inteligente en general. Quedaste con ella en la biblioteca, y de ahí no salisteis hasta que te supiste cada fecha, cada evento y cada nombre.
Como era de esperar, después de la sobredosis de estudio, el examen te resultó muy fácil. Lo tuviste el martes siguiente antes del descanso, así que pudiste estar con Law son preocupaciones, exceptuando el examen de mañana, de Matemáticas. Estabas bajo el árbol, disfrutando de la leve brisa que se había levantado. Como de costumbre, apareció Law y se sentó a tu lado. Abriste un perezoso ojo y le sonreiste antes de volver a cerrarlo.
"(Tu nombre)-ya. ¿Estás tan relajada a pesar de que mañana es el examen?" Dijo este con su mueca. Tú le miraste, esta vez apropiadamente, la sonrisa no dejaba tu rostro.
"Sí, la verdad no tengo por qué estar nerviosa. Tengo un plan" Law se acercó más a ti, vuestras narices casi tocandose.
"¿Y cuál podría ser?" Sonreiste mientras resistías el deseo de besarle en ese mismo momento.
"Voy a ir a tu casa esta tarde" Su sonrisa creció y pareció cambiar a una endemoniada. Te diste cuenta de lo que estaba pensando y te sonrojaste. "¡No para lo que piensas, animal!" Gritaste dándole un golpe en el hombro. Él sólo se rió y tú suspiraste. "Quiero que me ayudes a repasar, ¿por favor?"
"Me parece buena idea, para eso estoy. Pero el plan de que vinieses a mi casa y me convencieses para que te pusiera un 10 también me gustaba" Hizo énfasis en la palabra convencieses y tu cara se volvió de un rojo tan intenso que brillaba.
"Tonto..." Murmuraste con una sonrisa. Sacaste de tu mochila tu libro de Matemáticas y Law te miró extrañado. Lo abriste por la página donde ibas a empezar a estudiar, y sacaste también una libreta y un bolígrafo. "Cuanto antes empecemos, mejor, ¿no?"
"Sí" Se arrimó más a ti y, cuando menos te lo esperaste, te sentó en su regazo. Sonreiste y esperaste a que terminase de escribir algunos ejercicios en la libreta para que los hicieras. Te fijaste en su escritura: era limpia y ordenada, a pesar de que tenía un toque rebelde que quedaba muy bien co su carácter. Entonces, con un pensamiento tuyo, no pudiste evitar soltar una risilla y Law paró de escribir para mirarte confuso. "¿Qué es tan divertido?"
"Nada... solamente desmiento el tópico de que los médicos tienen una letra ininteligible" Él sonrió y besó tu mejilla repentinamente. "¿A qué ha venido eso?"
"Me apetecía. Y tomaré lo de mi escritura como un cumplido, (tu nombre)-ya" Te entregó la libreta y examinaste meticulosamente cada uno de los complejos problemas que había escrito. Te pusiste a hacerlos traquilamente, sin prisas. Sabías que Matemáticas es una asignatura de estrategia, no hay que actuar por primeros instintos. Así que, después de unos diez minutos, terminaste todas las operaciones y se las diste a Law para que la corrigiera. "Veamos, por cada fallo tu castigo aumentará cinco minutos..."
"Espera... ¿qué casti-"
"Bien... Bien... Bien... En esta el resultado es correcto, pero no lo has explicado paso a paso. Por eso te puedo quitar puntos en el examen" Asentiste y Law continuó corrigiendo, hasta que llegó al último, ese en el que había puesto cada término exclusivamente para hacerte un lío. Para ser sinceros, de esos diez minutos que pasaste haciendo los ejercicios, seis habían sido ocupados exclusivamente para ese ejercicio. Después de unos minutos, durante los cuales sentiste que ibas a morir de tensión, Law terminó de corregir. "No está mal, ni un sólo fallo. Parece que me voy a qudar con las ganas de castigarte, gatita. Sin embargo, deberías pensar en eso de poner todos los pasos, es esencial, aunque sé que eres capaz de hacer los cálculos de memoria"
"Gracias" Dijiste simplemente, jamás te ibas a acostumbrar a los cumplidos, y menos lo que vienen de los labios de Law. Él sonrió y te dio un corto beso antes de ponerte de nuevo sobre la hierba. Guardaste los materiales en la mochila y miraste el reloj: quedaban unos cinco minutos de descanso. "¿Quieres hablar de algo más?"
"Bueno, sería una buena idea darte consejos en lo que queda de..." No le dio tiempo a continuar, porque tú le interrumpiste poniéndote sobre el en el sulo.
"No de eso. Law, no he parado de estudiar apenas un minuto. ¿Podemos hablar de otra cosa que no me recuerde a eso?" Él hizo una mueca y puso una mano en tu cabeza, aunque, en realidad, no disfrutaba mucho ser él el que estaba debajo de ti.
"Sabes que, de todos, modos esta tarde no vamos a hablar de otra cosa" Dijo dándote un beso esquimal cuando vuestras narices se estaban rozando. Tú sonreiste y le acariciaste suavemente la mejilla.
"¿Y no tendremos descanso?" Ronroneaste. La mueca de Law creció y te acercó más para besarte, pero se escuchó el timbre. Law, sin embargo, no te dejó ir. "Law, voy a llegar tarde"
"Yo también... Sólo unos minutos, un profesor se puede retrasar un poco. Además, si llegas tarde, te escribiré un justificante"
"¿De dónde sacas las excusas que escribes en mis justifcantes? Además, llegado a un punto es sospechoso" Él sonrió y se acercó a tu oído, a pesar de que su extraña postura le dificultaba el proceso.
"No te preocupes, soy un profesor creíble..." Con eso se volvió a dirigir a tus labios, sin importarle de que ya eran sólo unos pocos alumnos los que quedaban en las pistas. Y tú, por tu lado, no podías negar su adictivo toque. Con un solo beso podía silenciarte y hacer que le siguieras. A veces, por estúpido que pareciera, te preguntabas si usaba algún tipo de magia.
Esa tarde fuiste al apartamento de Law. Te había parecido una eternidad desde la última vez que fuiste a visitarle. Añorabas el número 114 colocado elegantemente en su puerta, el edificio tan agradable, los ladridos de Bepo cuando tocabas el timbre. Es verdad, también había pasado una eternidad desde que vste a Bepo por última vez. Law abrió la puerta y te dejó entrar con una sonrisa. Bepo, tal y como te habías esperado, se abalanzó sobre ti y empezó a lamer tu cara, haciéndote cosquillas. Con gran esfuerzo, por que el animal pesaba un quintal, lograste bajarlo de ti e incorporarte de nuevo. Law te dio una mano para que te levantases, obviamente no la negaste.
"¿Empezamos?" Asentiste y dejaste la mochila encima del sofá. Te sentaste y sacaste el libro, la libreta y un bolígrafo. Law se sentó a tu lado y buscó la página del tema siguiente. Cuando lo encotró, tomó tu libreta en sus manos y comenzó a escribir más ejercicios. Tú le mirabas atentamente, tomando cada detalle de su rostro, ahora adornado con un sueve ceño. Ni siquiera te diste cuenta cuando Law terminó y te estaba ofreciendo la libreta, tú seguiste mirándole. "Es para hoy, (tu nombre)" Djo este con un tono divertido. Volviste a la realidad y te sonrojaste intensamente, cogiendo la libreta.
Observaste las operaciones. Parecían difíciles, pero tú sabías que no se juzga a simple vista. Empezaste a resolverlas todas, lentamente. Teníais toda la tarde para repasar, y a Law no le molestaba en absoluto tu compañía. Llegada a un cálculo bastante difícil sacaste la lengua y apretaste el entrecejo para intentar dar con la respuesta, no hubo manera. Law te miraba divertido e intentó reprimir una risa al ver tu cara concentrada y confusa a la vez.
"¿No te sale?" No estabas dspuesta a rendirte aún, así que no respondiste. Siempre es tan cabezona... Sin embargo, después de cinco minutos largos, calentándote la cabeza, Law tomó la libreta de tu regazo y la puso en el suyo. "No tienes remedio..." Inflaste los mofletes mientras le observabas realizar la cuenta... rápidamente. Casi ni se había parado a pensar. Te quedaste mirando el resultado, una vez él te lo presentó, y te quedaste boquiabierta. El cálculo era impecable, ni un solo fallo y encima había tardado menos de treinta segundos en hacerlo. "¿Lo entiendes?"
"Sí, supongo. Tú lo que quieres es deprimirme más" Law te miró confuso. "Encima de que tardo media hora en solucionar una de estas, tú vas y la haces del tirón" Se le escapó una risa, y tú te enfadaste -no de verdad, claro- más.
"No quiero deprimirte en absoluto, (tu nombre). Es una vergüenza que alguna vez las lágrimas se hayan atrevido a manchar la belleza de tu rostro" Te sonrojaste y dirigiste la mirada a la libreta, haciendo que examinabas el procedimiento de la cuenta.
"Que poético..." Él te miró con una mueca, pero no te percataste. Seguiste observando la operación, no te atrevías a mirarle.
"Bien, hora del descanso" Su voz te trajo de vuelta a la realidad y diste un grito ahogado cuando te puso en su regazo y empezó a mover sus caderas contra las tuyas. Soltaste pequeños soplidos de aire como respiración, empezando a notar el placer, y Law sonrió. "¿Le gusta esto a mi gatita?"
"L-Law, acabamos de empezar a repasar, no podemos tomar el descanso ya" La última sílaba se alargó, convirtiéndose en un gemido, cuando Law frotó vuestras caderas más fuerte, y comenzó a tratar tu cuello meticulosamente. "A-Así... no puedo... ¡Ah! Estudiar..." Dijiste intentado, pero fallando, evitar sonidos de placer. Law mordió tu cuello y notó entre sus dientes las frenéticas pulsaciones, eso le divirtió a más no poder.
"Pero lo has hecho muy bien... Y debes tener tu premio..." Gemiste al escuchar su su provocativa voz, y te dejaste llevar por sus acciones. Él también comenzó a jadear mientras el movimiento de sus caderas se convirtió en embestidas, y soltaste un pequeño grito. Law se separó de tu cuello y miró orgulloso la conocida marca. Siempre dejaba una. Te levantó de su regazo y te colocó a su lado con una mueca. "Bien... continuemos..." Dijo lamiéndose los labios. Tú te pusiste roja y le diste una colleja.
"¡Deja de preovocarme así!" Law cogió el libro y lo puso sobre sus piernas, el lugar donde habías estado hasta hace unos segundos. Te miró seductoramente y te guiñó un ojo.
"¿Preferías que continuase?" Abriste los ojos, más roja que antes, y miraste a otro lado evitando su mirada.
"No..." Murmuraste suavemente. Él sonrió y continuó poniéndote ejercicios para repaso. Entre tema y tema había un descanso, parecía como si no pudiera dejar las manos quietas. No es que te molestase, siempre y cuando no fuera a más...
Al día siguiente entraste en el aula de Matemáticas felizmente. Estabas completamente preparada para el examen, por algo te quedaste hasta las siete y media en casa de Law.
Law entró tranquilamente en la clase con los exámenes bajo el brazo. Los dejó sobre su escritorio y esperó pacientemente a que pusiseis las mesas apropiadamente para un examen. Entonces empezó a repartir. Pasó al lado de tu mesa y dejó el examen frente a ti. Este tenía algo que estabas segura que no había en los otros examenes. 'Buena suerte, gatita' Te sonrojaste y le buscaste discretamente con la mirada. Law estaba ya sentado en la mesa, tenía una mueca en el rostro pero no te miró, así que empezaste con el examen.
Media hora después...
Te levantaste de tu sitio y te dirigiste al escritorio de tu profesor casi dando saltitos de alegría. Te había salido un examen perfecto, gracias a la ayuda de Law. Dejaste el folio sobre su mesa y le dirigiste una sonrisa que él devolvió discretamente.
Todos los demás habían terminado el examen, eso mientras que Law había empezado a corregirlos. Cuando ibas a salir por la puerta, intentado seguir a (mejor amiga)...
"(Tu nombre)" Frenaste antes de siquiera tocar el pomo de la puerta. Te giraste para mirar a Law, que te estaba señalando con un dedo que te acercases, ni siquiera quitaba los ojos de una hoja de papel.
"¿Sí, Law?" Preguntaste cautelosamente mientras te acercabas a él. Law levantó la mirada y te sonrió. Sin avisarte, te sentó en su regazo y te hizo mirar el folio que tenía en la mano: tu examen. En la esquina superior derecha había un número, la nota de este, pero Law lo estaba tapando con su dedo.
"¿Quieres saber tu nota?" Tus ojos se volvieron estrellas y asentiste rápidamente. La mueca en su rostro creció y apareció, por un milisegundo, un brillo de travesura en sus ojos. "Convénceme" Dijo sensualmente. Te sonrojaste, y te negaste a mirarle pero, a diferencia de otras veces, Law te cogió de la barbilla y te hizo mirarle. "Si no, te quedarás con las ganas" Suspiraste profundamente y le cogste por el cuello de la camisa, le besaste.
Hiciste todo lo posible para que te dejase acceso a su boca, pero no hubo manera. Lamiste su labio, nada. Lo succionaste, nada. Incluso lo mordiste varias veces y fue imposible. Law, sin embargo se estaba divirtiendo con tu persistencia. Te separaste por falta de oxígeno y le miraste con frustración clara en los ojos. Te dirigiste a su cuello e intentaste tratarlo tan bien como él, a la par que movías tus caderas contra las suyas. Law sonrió y dejó tu examen sobre la mesa, sólo para que tú pudieses verlo.
"Luego dices que no te dejo hacerme una marca..." Dijo guasón. Sonreiste mientras te alejabas de su cuello y contemplaste el tono rojizo en su cuello. Dirigiste tu mirada al examen sobre la mesa para ver la nota escrita en tinta roja. 9'5. Bueno, ha estado cerca... "Enhorabuena, (tu nombre), una nota realmente alta" Se acercó a tu oído y lo lamío con suavidad. "¿O no es suficiente para ti?"
"N-No, creo que así está bien" Le diste un beso en la mejilla. "Gracias, Law, por corregirlo antes"
"En realidad, es el primero y único que he corregido" Sonreiste y te bajaste de él para dirigirte a la puerta. "(Tu nombre), una última cosa..." Te giraste hacia él solo para verle lanzarte algo que brilló cuando la luz se reflejó en él. Lo cogiste atrapándolo con tus dos manos, y observaste que eran unas llaves. Le miraste confusa y él sonrió "Ya no tienes que llamar al timbre. No las pierdas... o te castigaré..." Te sonrojaste pensando en que crueles y sádicos castigos podría hacerte sufrir Trafalgar Law. "Serán 300 berries por una cerradura y llaves nuevas..." Dijo con una mueca.
"¡No me vuelvas a hacer malpensar!" Cerraste la puerta de golpe y dejaste a Law sentado en su silla, con los pies cómodamente sobre su mesa.
"Lo que usted diga, señorita..." Dijo con una risa.
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