Capítulo 52: Secreto revelado.

"¡¿QUÉ?!" Soltaste cuando tus amigos te dieron la noticia. Enseguida cerraste la boca porque pensaste que otra gente en el hospital necesitaría silencio. Te dirigiste a Law . "¿Es verdad que ya saben lo nuestro?" Él asintió con una mueca y tú te derrumbaste lentamente sobre la camilla.

"No te preocupes, (tu nombre). No se lo diremos a nadie" Dijo (mejor amiga) con una sonrisa. Los otros asintieron. Suspiraste En fin... Adiós a eso de ser discretos...

Los demás se quedaron contigo un rato, hasta que llegó tu madre como una fiera. Se fueron todos para dejaros un momento de intimidad.

"¡Cariño! ¿Qué te había pasado? ¡Últimamente me preocupas mucho!" Dijo esta, arrastrándote a un abrazo estrangulador. Se separó al poco tiempo porque, de verdad, no podías respirar.

"Lo... siento, mamá" Dijiste mientras recuperabas el aliento. Su expresión preocupada cambió a una de alivio, acompañada de una sonrisa.

"Por favor, no me des más sustos de ese tipo, sabes que no quiero perderte" Tu hermana, que hasta ahora había estado dormida en los brazos de tu madre, empezó a revolverse mientras abría los ojos lentamente. Miró a sus alrededores e hizo un puchero, empezó a llorar. Tu madre intentó tranquilizarla como pudo. "Lo siento cariño, tengo que ir a darle de comer a (tu hermana). Volveré en un rato" Asentiste y se fue por la puerta.

Otra vez sola. Intentaste acomodarte más sobre la cama. Te preguntabas cuando podrías volver a salir, ya que no te dolía nada, te sentías muy bien.

"¿Dónde está Law?" Es verdad que no le habías visto desde que, esa mañana, todos tus amigos se fueron. Curiosamente, lo que tardaste en susurrar eso, la puerta se abrió y entró la persona a la que querías ver.

"¿Me echabas de menos?" Te sonrojaste, y ni siquiera sabías porque. Quizás era su presencia...

"Quería saber cuanto tiempo iba a estar ingresada" Dijiste tímidamente. Law se acercó y se sentó sobre tu cama. Puso una de sus manos en tu mejilla y la acarició delicadamente.

"Esta tarde podrás irte. Pero no has respondido a mi pregunta" Su mano bajó a tu barbilla y te hizo mirarle, ya que tenías la mirada en tu regazo. "¿Me has echado de menos?"

"...Sí, mucho" Dijiste en un susurro. Law sonrió y te besó suavemente. Cuando se separó, miraste por encima de su hombro para darte cuenta, horrorizada, de que había una cámara sobre el dintel de la puerta. Era la primera vez que veías esa cámara. Law se dio cuenta de tu expresión asustada y miró detrás de él, sólo para dejar una suave risa salir de su garganta.

"No te preocupes... No puede vernos" Le miraste confusa, y él sonrió. "Fíjate mejor" Hiciste como dijo y te diste cuenta de que tenía un pequeño tapón negro, obstruyendo el ojo de la cámara. Suspiraste aliviada y Law se puso sobre ti. "¿De verdad creías que me permitiría el lujo de besarte sin tomar precauciones?" Te sonrojaste mientras mirabas por la ventana, pero Law volvió a coger tu barbilla y te hizo mirarle de nuevo. "No mires a otro lado cuando te hablo" Dijo con una sonrisa. Cuando iba a besarte, la puerta se abrió y a ti se te saltó un latido. Entró Nami casualmente, como si nada estuviera pasando.

"Me he dejado el bolso..." Se quedó mirando vuestras posturas tan sospechosas y sonrió malvadamente. "¿Interrumpo algo?" Hiciste que Law se bajase de la cama inmediatamente, tu cara en ese momento debía ser la envidia de un tomate.

 "¡E-En absoluto!" Dijiste sin importarte el hecho de que habías mandado a Law al suelo. Este se levantó y te miró como un cazador mira a su presa. Nami salió, una pequeña risilla se escuchaba mientras avanzaba por el pasillo. Law fue a la puerta y la cerró con cerrojo. Después, se volvió a acercar lentamente a tu cama con un aura depredadora a su alrededor.

"Eso ha estado muy mal, gatita..." Dijo mientras se colocaba de nuevo sobre ti en la camilla. Bajó su cabeza a tu oído y susurró en la manera más sensual que pudo. "Me las vas a pagar por eso..."

"(Tu nombre), ¿qué es eso que hay en tu cuello?" Preguntó sospechosamente (mejor amiga), señalando una marca roja bastante notable. Inmediatamente la tapaste con tu mano mientras tu cara se volvía del mismo color que esta.

"Un mosquito..." Susurraste avergonzada. Maldito Law y sus placenteros castigos... Tu amiga subió y bajó las cejas rápidamente.

"¿Ah, sí? Pues me dijo Nami que os pilló a Law y a ti en una postura compromete-"

"Un mos-qui-to" Repetiste más fuerte, haciendo énfasis en cada sílaba de la palabra. Tu amiga soltó una risa, pero dejó el tema. Era obvio que no querías hablar de ello.

"Qué lástima..." Suspiró pesadamente, y tú la miraste curiosamente mientras te comías la comida de la bandeja. Aún estabas en el hospital ya que Law te tenía que hacer unas últimas pruebas, pero esa tarde te irías.

"¿A qué te refieres?" Esta te miró con ojos llorosos y un puchero.

"Ahora que realmente estás saliendo con Law mi trabajo ha terminado" Hundiste la cara en la palma de tu mano ignorando el sonido crujiente -posiblemente del impacto con tu nariz- que hizo en el proceso. Siempre pensando en lo mismo...

"Lo que tú digas..." Dejaste la bandeja sobre la mesa que había a tu lado. La verdad es que querías llegar ya a tu casa, a pesar de que disfrutabas tu tiempo con Law en el hospital. (Mejor amiga) mieró su reloj, y se llevó las manos a la cara.

"Tengo que irme, ya mismo voy a comer" Se acercó a ti y te dio un beso y un abrazo, con eso se fue. Te quedaste pensativa un rato sin saber qué hacer. Viste que en la mesa a tu lado, en el extremo más lejano a tu cama, se encontraba un libro que viste a Law leyendo antes. Como te aburrías mucho, te sentaste en el borde de la cama y estiraste el brazo para alcanzarlo, pero no llegabas. Intentaste estirarte más y nada. De repente, perdite tu soporte sobre la cama y te caiste al suelo con un fuerte y ruidoso golpe.

Te quedaste en el suelo, agradeciendo que no tuvieses ningún cable conectado, de haber sido así habrías roto algo, y Law te mataría si llegas a romper algo de su valioso y extremadamente caro material. Hablando del rey de Roma, Law entró por la puerta, abriendo esta de par en par. Miró por la habitación y se alteró más cuando vio que no estabas sobre tu cama. Se quedó, sin embargo, más tranquilo cuando escuchó un gruñido de dolor que venía del otro lado de la cama. Se acercó lentamente y casi rompe a reir cuando te vio tirada en el suelo, un chichón en tu cabeza y los ojos en espiral.

"(Tu nombre), ¿se puede saber qué ha pasado?" Preguntó este, apenas conteniendo la risa. Lograste señalar con un dedo la mesa, y Law supuso que querías coger el libro. Esta vez, una pequeña risa no pudo evitar escapar y se puso en cuclillas para levantarte. Te cogió en brazos y te puso de nuevo sobre la cama, además dejó ese libro sobre tu regazo. "Si querías esto, sólo tenías que haberme llamado"

"¿Cómo? ¿Por telepatía?" Law se volvió a reir y te dio unas palmaditas en la cabeza. Miraste el libro y viste que era, tal y como habías pensado, uno de anatomía. Lo abriste para ver que estaba marcado por la mitad, seguramente habría llegado hasta esa página.

"¿Quieres cogerlo prestado?" Giraste la cabeza en su dirección con estrellas en los ojos, pero te quedaste pensando un momento.

"Pero tú lo estás leyendo..."

"Insisto... Además, esta será la quinta vez que lo leo" Dijo con una mueca al ver tu expresión de incredulidad. Sn embargo, volviendo de ese estado, le abrazaste con todas tus fuerzas. Otro nuevo libro que leer...

"Gracias, Law" Él acarició tu pelo y tu espalda con cada una de sus manos. Te separaste y le diste un beso en la mejilla. "Eres el mejor" Él sonrió y se levanto. Cogió una silla y se sentó a tu lado, observando detenidamente cada uno de tus rasgos faciales mientras leías: la leve expresión sorprendida al descubrir algo nuevo, la cara de ironía al leer algo obvio, pero sobre todo tu actitud similar a la de un niño con un nuevo juguete. "Por cierto, Law..." Dijiste, trayéndole de nuevo a la realidad. Ni siquiera te molestaste en quitar los ojos del libro, tu mirada simplemente se dirigió a su figura. "Estamos en paz"

Law tardó un poco en entender a qué te referías, pero viendo la marca en tu cuello -que con mucho gusto había dejado ahí- y el chichón, ahora más pequeño, sobre tu cabeza supo qué era.

"Los dos hemos estado hoy en el suelo" Asentiste con una sonrisa, y él sonrió también su típica mueca. "Pero eso no quita que haya tenido que castigarte por lo que has hecho..." Y la sonrisa se disipó y la reemplazó ese color en tus mejillas que sólo él conseguía.

"Bueno, hace tiempo que yo no te dejo una marca a ti..." Dijiste algo desafiante, ignorando la vergüenza que sentías por decir eso. Law sonrió y se acercó más a ti.

"No me gustan con forma de mano en la mejilla" Dijo burlonamente y tú te reiste. Y pensar que sobreviviste a eso... Law te besó apasionadamente, como si los besos que te había dado desde el momento en que recuperaste la memoria no fueran suficientes. Tú correspondiste inmediatamente y él empezó a asaltar tu boca cuando, sin darte cuenta, le habías dejado acceso. Cuando la necesidad de respirar fue insoportable Law se separó y te cogió de la nuca. Sin esperártelo, hundió tu cara en su cuello. "¿A qué esperas?" Preguntó Law, levemente impaciente.

Sin esperar más comenzaste a lamer, morder y succionar inexpertamente su cuello, sintiendo sus pulsaciones, firmes e intensas. Su respiración se estaba volviendo algo irregular, pero no lo suficiente para ser notable. Por fin, después de atacar sin piedad su cuello, notaste que se le atrancaba el aire en la garganta y supiste que habías encontrado su punto débil. Lo trataste lo mejor que pudiste mientras escuchabas a Law gruñir inaudiblemente de placer. Te separaste después de un rato, dando un último beso a la marca recién hecha. Law se incorporó jadeando un poco, y te miró con ojos nublados de lujuria. Se levantó de la cama, ignorando el deseo que sentía hacia ti.

"Tu madre debe de estar al caer" Dijo mientras abría la puerta para que se ventilase un poco la habitación. ¿Cuándo ha empezado a hacere tanto calor? Se preguntó Law, aunque sabía de sobra lo que le ocurría. Asentiste y te levantaste de la cama posando tus pies descalzos suavemente sobre el suelo. Un escalofrío recorrió tu cuerpo cuando hicieron contacto con la fría superficie. Law se acercó a ti con tus zapatos en mano y te los puso si decir nada, sólamente una sonrsa satisfecha en su rostro. "Ya está lista Cenicienta" Dijo con una risa. Te sonrojaste y acabaste por levantarte, estirándote en el proceso.

"¿Has buscado otro apodo?" Preguntaste en un susurro, aún ruborizada. Law sonrió y te entregó el libro que había puesto sobre la mesa hace rato. Vio por la ventana que, en efecto, el coche de tu madre estaba aparcando frente al edificio.

"No... Sigo prefiriendo mi gatita" Dijo con su mueca, mientras te acompañaba a la puerta y la cerró detrás de él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top