Capítulo 48: Mayor miedo.

POV de Law.

Mis ojos estaban a punto de desorbitarse. ¿Acababa de preguntarme quién era? Ella tenía una expresión confusa y asustada en el rostro. De repente entraron todos los Sombrero de Paja en la habitación, posiblemente alarmados por el grito de (tu nombre). Ella giró la cabeza y pareció más aliviada.

"¡Chicos! ¡Qué alegría veros!" Dijo con una gran sonrisa. Yo estaba ahora confuso y preocupado a más no poder. ¿Qué demonios estaba pasando?

"¡(Tu nombre)! ¡Estás bien!" Todos fueron a abrazarla, mientras que yo me quedé solo, como apartado en una esquina de la habitación. Me sentía como un fantasma al que no podían ver ni oir. (Tu nombre) se volvió para mirarme, y sonrió cálidamente.

"Perdone, ha sido muy grosero por mi parte. Soy (tu nombre) (tu apellido). Supongo que es usted quien me ha ayudado, ¿verdad? Mucho gusto" Dijo extendiendo una mano. Yo, sin embargo, no la acepté. Estaba demasiado perplejo, como los demás.

"(Tu nombre), ¿de qué estás hablando?" Preguntó (mejor amiga) confusa también. "Es Law. ¿No te acuerdas?" Ella negó con la cabeza, como si fuera algo obvio. Su gesto me partió el corazón en pedazos. Ella me miró, y puso una expresión preocupada cuando me vio. Me acerqué a la puerta y la abrí. Me fui sin mirar a los otros, sin decirles nada. Necesitaba estar solo un rato.

Volviendo con (tu nombre).

El hombre al que habían mencionado como Law salió de la habitación. Parecía decepcionado y te sentiste triste. Nami te miró incrédula, al igual que los otros.

"(Tu nombre), dime que es una broma. No es posible que no recuerdes a Law" Te sentías mal, y decidiste preguntar algo sobre él. A lo mejor así le recordarías. Te contaron que es tu profesor de Ciencias, sois muy buenos amigos y que... estabas un poco colada por él. Te sonrojaste intensamente. No podías negar que era atractivo, porque ciertamente lo era. Pero sabías que si era tu profesor no podías enamorarte de él. 

"Lo siento, sigo sin recordarle" La verdad es que sentías que te faltaba algo, pero no podías encajar bien el qué. Te sentiste mal porque habías ignorado a Law y te levantaste de la camilla. Los otros se quejaron e intentaron convencerte de que te quedases en cama, pero te negaste. "Necesito ir a hablar con él"

Law estaba sentado sobre su cama, solo en su habitación. Su cara estaba hundida en sus manos, intentando convencerse de que era un sueño, pero en realidad sabía que no lo era. Le habías olvidado, sólo a él, te acordabas de los demás perfectamente, pero no de él. Se acordó de una conversación que tuvisteis hace tiempo...

Flashback:

"(Tu nombre)..." Preguntó Law algo vacilante. Desviaste la mirada del libro para observar su cara, iluminada levemente por los rayos del sol que lograban traspasar las hojas del mismo árbol donde acostumbrábais a sentaros. "¿Cuál es tu mayor miedo?" Te quedaste pensativa un momento, claramente sorprendida por la repentina pregunta, antes de responder.

"Los insectos" Dijiste como si fuese el tiempo. Law suspiró y se inclinó hacia ti.

"No, (tu nombre), ¿cuál es tu mayor miedo?" Su cara estaba tan cerca. Sólo querías besarle. Empezaste a sonrojarte y contestaste sin pensar.

"El olvido..." Los ojos de Law se abrieron de sorpresa. ¿Olvido? ¿A qué se refiere? Esperó a que continuases para explicarte. "No quiero olvidar ni que me olviden. No quiero olvidar buenos momentos, ni seres queridos. Dicen que una muerte psicológica es peor que una física. No quiero dejar de ser parte de la vida de alguien que me importa. Tampoco quiero olvidar a las personas que quiero..." A medida que hablabas, tu sonrojo se iba intensificando. "...Pero, sobre todo, lo que más temo es... perderte" Law estaba muy sorprendido, por decir lo mínimo.

"Tranquila, jamás me perderás" Dijo atrayéndote a un abrazo consolador. Rodeaste su torso con tus brazos sin vacilar y sonreiste.

"Me alegro..."

Fin del flashback.

Law suspiró audiblemente. Esta era tu peor pesadilla, y lo peor es que no pudo hacer nada para evitarla. Estaba seguro de que tu pérdida de recuerdos con él fue a causa de ese líquido. Maldito Doflamingo... Law apretó los puños hasta que sus nudillos estaban blancos. De repente llamaron a la puerta. Volvió a suspirar y se tumbó en la cama.

"No quiero ver a nadie" Dijo mientras se ponía la almohada sobre la cabeza, intentando dormir. Tú le habías escuchado bien, su respuesta te hizo recapacitar la idea de entrar, pero decidiste hacerlo. Agradecías que Sanji te hubiese dejado las llaves de la habitación en caso de que no te dejara entrar. Abriste la puerta suavemente y le viste sobre su cama. Casi ni pareció inmutarse de que habías entrado, así que te acercaste a él lentamente. Te sentaste a su lado en la cama, pensando tus opciones. A lo mejor estaba dormido. Si era así, no podrías hablar con él. Ese pensamiento se desvaneció de tu cabeza cuando Law levantó la almohada de su cara y te miró. Su mirada se ablandeció al ver que eras tú y se incorporó sobre la cama. "Lo siento, no quería hablarte así. ¿Quieres algo?"

"Quiero conocerte" Dijiste tímidamente. Law se sorprendió mucho, pero después sonrió una de sus famosas muecas, las cuales -tristemente- no recordabas. Te sonrojaste, era realmente atractivo. Te estabas empezando a plantear la idea de aceptar eso de que estabas colada por él.

"¿Qué quieres saber de mí?" Miraste hacia abajo, no sabías que decir. Por fin levantaste la mirada con una radiante sonrisa.

"¡Quiero llevarme bien contigo, Torao!" A Law le dio un tic en la ceja. Ahora incluso tú usabas ese estúpido apodo. Maldito Sombrero de Paja-ya. Su expresión te asustó e intentaste defenderte con los brazos. Law arqueó una ceja curiosa por esto.

"¿Qué estas haciendo?" Bajaste los brazos, anulando la posición defensiva y dejaste que tus dedos jugasen entre ellos a causa del nerviosismo. Uno de ellos fue a coger un mechón de tu sedoso pelo y lo enredó sobre sí mismo. Law deseaba tanto acariciar esa suave cabellera, pero sabía que no podría hasta que le volvieses a coger confianza.

"Pensaba que te habías enfadado conmigo..." Law te miró confuso un momento, antes de reirse un poco, y ponerte más nerviosa.

"¿Por qué me iba a enfadar contigo?" Empezaste a relajarte y le sonreiste, Law devolviendo el gesto después. "Sólo una cosa..." Dijo seriamente. "No me llames Torao. Es Trafalgar" Dijo esbozando  su típica sonrisa. Sonreiste de nuevo y probaste su nombre entre tus labios.

"Trafalgar... Trafalgar... Trafalgar..." Law se rió y asintió. Sonreiste ampliamente, parecía que estabas empezando a cogerle confanza de nuevo. "Me gusta, es un nombre extraño... pero bonito a la vez" Él tenía que admitir que le encantaba escucharte decir su nombre. La manera que tus labios interpretaban la palabra era como el sonido de un instrumento tocado con gracia.

Estuviste toda la tarde con él, hablando y aprendiendo cosas que te parecían familiares. Te sentías triste porque volveríais mañana, adiós al viaje de estudios. Esa noche, de hecho, apenas dormiste. Seguías intentando recordar a Law, sin resultado. Sabías que le conocías de antes, y que tenías una buena relación con él, aunque no sabías de que tipo. Te revolvías en la cama sin parar, intentando buscar soluciones a tus preguntas.

"(Tu nombre), ¿estás bien?" Preguntó (mejor amiga). Parece que le habías despertado por dar tantas vueltas en tu cama. Viste como bajó de la litera y se sentó a tu lado en la cama. Te incorporaste y te quedaste sentada, abrazando tus piernas.

"No mucho, (mejor amiga). Sé que conozco a Law, lo siento. Pero no logro recordarle, nada" Djiste sintiéndote triste. Tu amiga suspiró y bajó de la cama. Sacó tu maleta de debajo de la cama y cogió algo que estaba en su interior. Era un sombrero blanco, con motas marrones y muy mullidito. Te lo dio, y empezaste a acariciarlo, disfrutando de la suavidad en las yemas de tus dedos. "¿Qué es esto? No recuerdo haber comprado este sombrero"

"Es de Law..." Respondió (mejor amiga) suavemente. "Él te lo regaló hace tiempo... por lo que me han contado de él, no creo que te lo hubiese dado si no le importaras..." Te sonrojaste sintiéndote confusa. (Mejor amiga) se levantó de tu cama y volvió a subir a la litera de arriba. "Buenas noches, (tu nombre). No te calientes la cabeza y ve a dormir"

Asentiste y te metiste de nuevo en tu cama, el sombrero de Law en tus brazos. Su aroma te resultaba algo familiar, sabías que lo habías olido antes. Intentaste ignorar tus pensamientos y te dormiste por fin, un sueño largo y sin interrupciones.

"¿Están todos?" Preguntó tu tutora a los otros profesores una vez entraron en el autobús. Franky respondió con su típico "SUPER" y Robin asintió. Se metieron en los autocares y estos arrancaron. Tú estabas sentada al lado de (mejor amiga), observando por última vez el paisaje marino que te había gustado tanto.

"Oye, (tu nombre). ¿Sabes algo de lo que pasó antes de que perdieses la memoria?" Preguntó (mejor amiga) curiosa. Negaste con la cabeza y ella suspiró. "Supongo que así es mejor. No le digas a tu madre nada de que has olvidado a Law, podría pedir respuestas y así nos ahorraremos un gran problema" Asentiste y te pusiste a escuchar música, observando la carretera a través de la gran ventana.

Law estaba sentado unos asientos más hacia delante, tu tutora estaba a su lado.

"Entonces (tu nombre) está bien" Él asintió con un suspiro de alivio. Prefirió no contarle a nadie el hecho de que le habías olvidado, no veía necesario que nadie más aparte del grupo lo supiera. De todos modos, no me olvidará permanentemente. Si la enamoré una vez... podré conquistarla de nuevo. Pensó sonriente.

Después de dos horas de viaje llegasteis a la puerta del instituto. Sacaste tu maleta del gran maletero del autobús y te fuste con tu madre y (tu hermana), que habían venido a recogerte.

"Hola cariño, te he echado tanto de menos..." Dijo tu madre abrazándote. "¿Cómo te lo has pasado?" Sonreiste y asentiste enérgicamente.

"Ha sido muy divertido, realmente me ha gustado" Técnicamente mentías un poco. Casi no recordabas nada del viaje. Era extraño porque sabías que sólo habías olvidado a Law. Quizás pasaste mucho tiempo con él... Dejaste esos pensamientos y miraste a tu hermana pequeña, la cogiste en brazos. "¿Qué tal tú, pequeñina?" Preguntaste zarandeándola en el aire. De repente, algo cruzó tu mente al ver a tu hermana pequeña. "¿Lamie?" Preguntaste en un susurro. ¿Por qué el ver a tu hermana te había hecho pensar en ese nombre? Más bien ¿quién era Lamie?

"¿Has dicho algo, cariño?" Volviste a la realidad y negaste rápidamente con la cabeza, murmurando un pequeño "No es nada" a tu madre. Ella asintió y te llevó al coche. Desde la lejanía, Law te estaba observando. Estaba apoyado en la puerta del instituto. Con un suspiro entró dentro y se dirigió a los aparcamientos para irse, finalmente, a su casa para descansar.

Estabas ilusionada por empezar de nuevo las clases. Echabas de menos el trabajo después de tanto tiempo sin hacer nada. La verdad es que te sentías incómoda si no tenías nada que hacer. Recogiste las cosas de la maleta y sacaste la novela que habías leído allí. Te acordabas bien del argumento: un romance prohibido. Pero... ¿por qué te resultaba tan familiar? ¿Por qué sentías que lo habías vivido?

¿Por qué no podías quitarte a Law de la cabeza?

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