Capítulo 46: Ten cuidado...
"Estoy... llena" Dijiste mientras te tirabas en tu cama de vuelta al hotel. (Mejor amiga) y Nami asintieron, dándote toda la razón. Te había costado horrores volver con el estómago lleno, pero mereció la pena, la comida estaba deliciosa.
Esa tarde estabais completamente sin ideas sobre qué hacer. Tuvisteis que descartar muchas ideas, hasta que al final no quedó ninguna. Suspiraste, estrujándote el cerebro para que se te ocurriese algo, pero no había manera. Al final te quedaste en tu habitación leyendo esa novela que habías traido. La historia se estaba volviendo tan interesante que no querías dejarla.
Law estaba en su habitación, la cual compartía con Luffy, Zoro y Sanji. Es verdad que eran muy ruidosos y a veces le entraban instintos asensinos, pero intentó dejarlos a un lado. Le ilusionaba venir a este lugar, sobre todo por tener bonitos recuerdos contigo, pero había algo que le inquietaba de todo esto. Se había sentido observado durante la comida, pero decidió dejarlo pasar.
Esa noche bajaste a cenar con tus amigas. El comedor estaba tan entretenido como siempre, y no pudiste evitar soltar algunas risas cuando el grupo hacía estupideces, llegó a volar comida. Todo eso a pesar de las quejas de los profesores. Después de la cena te dirigiste a tu habitación, pero Law te detuvo. Os quedasteis sólos en el comedor, no habíancamareros, ni alumnos, ni profesores... sólos tú y él. Empezaste a sonrojarte, pensando que a lo mejor tenía intención de continuar su castigo ahí mismo.
No te equivocabas.
Law te cogió de la cintura y te tumbó sobre la mesa sin importarle en absoluto el hecho de que alguien podría entrar en cualquier momento. Te sonrió hambrientamente y miró tus ojos, nublados con anticipo y nerviosismo.
"¿Por dónde iba?" Bajó su mirada a tu clavícula. La de la derecha tenía todavía esa marca roja, así que miró la de la izquierda. "Ah, ya me acuerdo" Sin previo aviso atacó ferozmente el hueso, y eso provocó que soltaras un gemido un tanto fuerte. Law se separó un momento y te miró con una sonrisa. "Parece que estás disfrutando demasiado tu castigo..." Alargó el brazo para coger una servilleta que aún había en la mesa. Levantó tu cabeza y la puso alrededor de tu boca. Tú sólo hiciste un sonido de pregunta. "A pesar de que adoro esos dulces sonidos..." Se acercó a tu oreja y la lamió lentamente. "...no puedo permitir interrupciones" Volvió a dirigirse a la clavícula que había dejado desatendida.
Realmente lo estabas disfrutando. Su cuerpo estaba pegado al tuyo, a pesar de que no se encontraba encima de ti. Su boca trabajaba tan bien tu clavícula... y no podías decir o más bien gemir nada al respecto. Law se separó cuando vio, sintiéndose satisfecho, la marca roja que había dejado. Le gustaba la simetría, y lo que tenía ante sus ojos ciertamente lo era. Le miraste con ojos llorosos, como suplicándole parar. Esto le divirtió a más no poder.
"¿Ya te arrepientes?" Lamió el rastro de su propia saliva que había bajado hasta su barbilla. No podías hacer nada más que asentir. No te arrepentías, lo que habías hecho se lo mereció, pero no querías que siguiese torturándote de esa manera. "¿Debería dejarte así, o esta vez no detenerme?" Tus ojos se abrieron al entender a qué se refería. De todos modos, por mucho que lo deseara, Law no podía hacerte suya por el momento, entre otras cosas por la consecuencias que podía traer. Suspiró, tomando hasta la última pizca de voluntad para separarse de tu cálido e invitador cuerpo. Te quitó el trozo de tela de la boca y te ayudó a levantarte. "Duerme bien, (tu nombre). Te quiero" Plantó un suave beso en tu mejila y salió de la habitación.
"Yo también te quiero" Te quedaste un momento apoyada sobre la mesa, tocando con la punta de los dedos tu mejilla. Era verdad que le querías. Recordaste una conversación que tuvo contigo hace tiempo...
Saliendo de tu trance, saliste del gran comedor. Tuviste que pasar por el vestíbulo para llegar a tu habitación. Pero, para tu curiosidad e inquietud, la puerta principal del hotel estaba abierta. Nunca lo estaba a esas horas. Sentiste que no estabas sola, y escuchaste el tenue sonido de una risa. Estabas nerviosa y asustada, pero acumulando algo de valor, te erguiste negándote a parecer débil.
"Law, si eres tú, no tiene gracia" Dijiste en tu posición defensiva. De repente sentiste una mano cubrir tu boca, la misma risa de antes ahora al lado de tu oído.
"Fu fu fu, pero yo no soy Law, querida..." No podías gritar, sentiste como el hombre te llevaba a rastras fuera del hotel. Estabas tan asustada que no presentaste resistencia, el único pensamiento que residía en tu mente...
Socorro...
POV de Law.
Me desperté a la mañana siguiente gracias a los ronquidos de mis tres compañeros de habitación. Con un gruñido me levanté de la cama y me dirigí a la ducha para darme un baño. Esa noche había soñado con (tu nombre), un sueño... peculiar, por así decirlo. Una ducha de agua fría era lo que mejor me venía en ese momento.
Salí de la ducha y me apresuré en ponerme mi ropa de siempre. Oportunamente, hubo varios toques en la puerta. Me abroché los pantalones y me dirigí a la puerta, pensando que los otros tres no estaban en condiciones de abrir la puerta. Me preguntaba como podían dormir con semejante ruido. Fuera estaba (mejor amiga)-ya. No había nadie más detrás de ella, y tenía una expresión de horror y preocupación en el rostro.
"Law, ¿puedes venir un momento?" Asentí y salí de la habitación. Ella me llevó a las escaleras, parecía que quería hablarme en privado, porque no había nadie allí.
"¿Ocurre algo?" Pregunté, preocupación algo notable en mi voz. (Mejor amiga)-ya se mordió el labio, y lágrimas empezaron a agruparse en sus ojos.
"Law, ¿sabes algo de (tu nombre)? Creo que tú fuiste el último que la vio anoche" No puede ser...
"¿Qué quieres decir?" La joven de pelo (color) estaba apunto de romper a llorar. A pesar de que su respiración era agitada, logró responder.
"Anoche, (tu nombre) no volvió a la habitación, pensaba que estaría abajo hablando contigo, así que nos fuimos a dormir. Y... esta mañana... no estaba en su cama..." (Mejor amiga)-ya no pudo contener las lágrimas a estas alturas, y yo estaba que explotaba de rabia.
"¡¿Qué has dicho?!" Mi tono pareció asustarla bastante, porque las lágrimas que ya estaban rodando por sus mejillas lo hicieron con más fuerza. "Perdón, pero... ¿no ha vuelto a su cama?" Ella negó con la cabeza, seguía sollozando. "No..." (Mejor amiga)-ya levantó la mirada, pero la bajó inmediatamente cuando empecé a alzar la voz, no me importaba que el hotel entero me escuchase. "¡¿Por qué no la acompañé a su habitación?!"
De repente, un botones se acercó a nosotros temblando de miedo, posiblemente cuando me vio maldecir de esa forma.
"¿E-Es usted Traf-falgar Law?" Preguntó con voz temblorosa, al igual que su cuerpo. Asentí, intentando calmarme. El hombre sacó de su chaqueta una pequeña carta, impecable, completamente limpia, la cual tenía una marca que había llegado a detestar con el paso de los años. "E-Encontramos esto en recepción, va dirigida a usted" Cogí la carta inmediatamente y el botones salió corriendo. Abrí el sobre y empecé a leer el contenido de la carta.
'Hola, Law. Veo que me tienes tanto aprecio que has venido ha hacerme una pequeña visita. La verdad es que me conmueve. Me alegra ver que has crecido tanto, realmente ha pasado mucho tiempo. Y ahora veo que incluso te has echado novia, una auténtica belleza. Es una lástima que sea tu alumna. La verdad es que he cogido un interés en ella y, sólo por si tu cerebro no lo ha captado todavía, fui yo quien la secuestró anoche. Me encantaría ver tu reacción, así que, ¿por qué no vienes a recuperarla? Si tanto te importa, claro está. Está aquí conmigo en el antiguo palacio real de Dressrosa. Espero con ganas tu visita, Law.
Donquixote Doflamingo'
A medida que leía la carta mis manos la agarraban de tal manera que acabaron volviéndose blancas, y el papel acabó arrugado e incluso roto en algunos extremos. Sin pensarlo dos veces rompí la carta, maldiciendo en voz alta.
"Llama a los otros..." Dije calmadamente a (mejor amiga)-ya, aunque era evidente que estaba muy cabreado y no estaba de humor para que me discutieran, así que ella hizo lo que le dije sin rechistar.
Al cabo de un rato todos estaban reunidos en el comedor, profesores y demás alumnos. Me aclaré la garganta para callar lo murmullos que se habían formado en la sala. Le había pedido a (mejor amiga)-ya que no dijera nada, así que todos deberían estar curiosos.
"Bien, tengo una mala noticia. La señorita (tu nombre) (tu apellido) ha sido secuestrada por Donquixote Doflamingo" Todos en la habitación se sorprendieron, una ola de preocupación inundaba sus cuerpos. "He decidido ir allí para negociar con él, así que no quiero que nadie diga una sola palabra del tema, voy a traer a (tu nombre) de vuelta" Dije con un tono para asegurar a los demás... y a mí mismo.
Me preparé para salir hacia el palacio, pero (mejor amiga)-ya me detuvo. Esta vez estaban todos los Sombrero de Paja tras ella.
"Torao, déjanos ir contigo" DIjo Luffy, una expresión seria en su rostro para variar. Los otros asintieron, pero no estaba dispuesto a llevar a nadie, podría ser peligroso.
"No, no quiero que nadie me siga, y mucho menos pedir ayuda a las autoridades. Conozco a Doflamingo, eso no servirá" A pesar de que querían ayudar a (tu nombre), asintieron. Sabían que esto era algo entre Doflamingo y yo, aunque ni siquiera sabía si iba a salir vivo de esta. Armándome de valor, salí del hotel y me dirigí al palacio.
Volviendo con (tu nombre).
Abriste los ojos para encontrarte sobre una cama amplia, con las manos atadas a la cabecera. Intentaste deshacer los nudos, pero sólo conseguiste un intenso dolor en las muñecas, y posiblemente morados. Te quedaste quieta cuando se abrió la puerta de la habitación. Entró tu secuestrador y cerró la puerta detrás de él. Estabas segura de su identidad, su pelo rubio, las gafas de sol y, sobre todo, su extravagante chaqueta de plumas rosadas.
"Doflamingo" Lograste soltar entre dientes. Su enferma sonrisa creció y se sentó en la cama, demasiado cerca para tu gusto.
"Vaya... veo que sabes mi nombre. Eso me deja en desventaja, puesto que yo no conozco el tuyo..." SImplemente miraste hacia otro lado, su presencia te repulsaba. Su sonrisa desapareció de su rostro momentáneamente, pero volvió cuando te hizo mirarle de nuevo, colocando dos dedos en tu barbilla. "Es de mala educación no mirar a una persona cuando te está hablando"
"No tengo nada que hablar contigo" Dijiste desafiante. Doflamingo rió y puso una de sus manos en tu pierna.
"Me gustan la mujeres testarudas" Tus ojos se abrieron de la sorpresa cuando Doflamingo te cogió del pelo y te acercó más a él.
"No me toques" Rugiste, pero él tiró de tu pelo, haciéndote soltar un quejido de dolor.
"Pero ya lo estoy haciendo. Y me pregunto cómo reaccionará Law si se entera de que te hago mía antes que él..." El rubio se acercó más a ti, hasta que vuestros labios se estaban tocando. Cerraste los ojos de golpe, esperando lo peor. De repente la puerta de la habitación se abrió y entró una chica de pelo verde con unas gafas extrañas.
"Joven amo, Law se está acercando al palacio" Dijo esta. Doflamingo rió y se separó de ti, dirigiéndose a la puerta.
"Sí que eres oportuna, Monet" Se dirigió de nuevo a ti. "No te preocupes, volveré una vez tu querido Law haya muerto de la más horrible de las maneras" Con eso salió de la habitación, dejándote destrozada. A estas alturas no podías evitar que las lágrimas cayesen y te las arreglaste para hundir la cabeza en la almohada, a pesar del dolor que emergía en tus muñecas por hacerlo.
Law, ten cuidado, por favor...
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