Capítulo 40: Siempre es divertido tomarte el pelo.

"¡(Tu nombre), eres mala!" Dijo (mejor amiga) cuando te vio en la entrada del instituto. Esa maravillosa semana de vacaciones había acabado, y se puede decir que no te aburriste. La miraste con una expresión confusa antes de que continuara. "En toda la semana no me has llamado. ¡Ni siquiera un mensaje!"

"He estado muy ocupada, lo siento. Te digo en serio que me habría encantado pasar las vacaciones contigo" Dijiste intentando calmarla. Ella solo infló los mofletes como solía hacer. "Además, ayer salí con Nami y Robin y me dijeron que estabas ocupada"

"Sí, estaba con mi familia para ver una iglesia..." Recordaste que su familia es muy devota a Dios, cosa que no pegaba con el carácter de tu amiga, ella tampoco creía en Dios. "Pero por lo menos me podías haber llamado. ¿No me has echado de menos?"

"A ti por supuesto... A tus planes, no" Dijiste lo último por lo bajo y, afortunadamente, no lo escuchó. "Bueno, cambiando de tema... ¿Has preparado ya las cosas para el viaje?" El humor de tu amiga cambió uno mejor mientras empezaba a recitar en voz alta todas las cosas que había metido en su, posiblemente, enorme maleta. "No sé cómo vas a sobrevivir llevando todo eso. Con lo fácil y cómodo que es llevar una maleta pequeñita"

"Es mejor llevar muchas cosas, necesitaba un bañador para casa día... ropa variada... varias cremas..."

"Ya habla la experta en moda..." Dijiste antes de soltar una risita que (mejor amiga) imitó.

"Mejor gustos que tú tengo" Respondió con un tono burlón. Se abrió el portón y entrasteis al edificio, tú contándole la diversión de esta semana.

"Cuanto tiempo sin verte, (tu nombre)" Escuchaste decir a Law detrás del árbol. Te giraste para verle y te diste cuenta de que tenía una de sus famosas muecas, pero bajo ella poseía una expresión cansada.

"Law, ¿estás bien?" Preguntaste tocando su frente. Estaba un poco caliente, y miraste sus ojos grises para ver que las ojeras que habitualmente los adornaban estaban más oscuras que de costumbre. Empezaste a sentir un pinchazo de preocupación en el estómago.

"No es nada. Sólo una pequeña... resaca" Dijo rompiendo contacto visual, volviendo a mirarte después. "No te gustaría conocer a Sacchi y Penguin en una fiesta" Continuó mientras se frotaba la frente, después repitendo la misma acción en sus ojos.

"Per anoche creí que ya estabas en tu casa, en tu camita... Cuando me llamaste no sonabas borracho"

"Porque no me emborracho con las primeras cervezas, no soy tan débil. Sin embargo, cuando iba a irme, mis amigos me retuvieron y, de algún modo, me hicieron quedarme... digamos hasta unas cervezas más" No pudiste evitar una pequeña risa. Law te miró con expresión seria y dejaste de reir. Pero su expresión cambió a una más suave y estiró el brazo para acariciar tu pelo. "Echaba de menos tu risa"

Acercó sus labios a tu cara y te dio un pequeño beso en la mejilla. Te sonrojaste un poco por el cumplido, y su sonrisa creció mientras intentaba ignorar el pequeño dolor de cabeza. Él era un profesor responsable, no iba a dejar que una resaca lo llevase abajo.

"También ese color rojo en tus mejillas... tus ojos... tu pelo..." Su mirada se iba posando en cada lugar que mencionaba, hasta que la fijó en los pequeños músculos de tu boca. "...tus labios" Se acercó de nuevo y  te besó, llenando por fin el deseo que había sentido durante siete agonizantes días. Tú no pensabas distinto. Cada vez que viste algo que te recordase a Law durante esa semana, más ganas tenías de verle. Le necesitabas a él, sus caricas, sus labios. Empezaste a devolver el beso, lentamente.

Se separó un momento y apoyó su frente sobre la tuya, levantando una mano y limpiando con el pulgar restos de saliva que habían quedado en tus labios, dándoles un aspecto más irresistible y provocativo.

"Ha sido una tortura esperar..." Dijo hundiendo la cabeza en tu cuello, inhalando tu aroma. "...pero por fin ha terminado" Lamió un poco, sin esfuerzo. Continuó a lamer así durante un rato, mordisqueando de vez en cuando. Te pareció que iba muy lento y hundiste tu mano derecha en su pelo acariciándolo, mientras que soltabas pequeños maullidos como quejas. Law sonrió y mordió más fuerte y esos quejidos se convirtieron, de repente, en un gemido de dolor y placer. Empezó a trabajar tu cuello más rápido mientras sonreía, disfrutando los sonidos que hacías. Se separó por fin y te miró, la expresión que tanto le gustaba en tu rostro. Se acercó a tu oreja y la besó suavemente. "Además... también echaba de menos tu deseo por mí" Dijo sensualmente. Te coloreaste en seguida y Law se levantó, el dolor de cabeza reemplazado por una sensación de satisfacción.

"Ya... como que tú no me deseas igual" Dijiste imitando su mueca. Los ojos de Law se abrieron, no de sorpresa, si no deseo. Cada vez le gustabas más.

"Posiblemente. Por cierto, me encanta tu mueca. Te da un aspecto sexy" Se alejó y te dejó a ti... y a tu sonrojo permanente.

Siendo ya principios de abril estabas muy emocionada por ir al viaje de estudios, pero tu intuición femenina te decía que algo malo va a pasar. Sentías lo mismo desde que en un viaje en tercero fuistes a una playa y casi te ahogas. La verdad, tenías un poco de miedo al agua de mar, pero nada serio. Podías bañarte sin muchas preocupaciones.

De todos modos, tenías intención de, como tus otras tres amigas, ir a tomar el sol. Siempre es relajante tumbarse sobre una toalla  y notar el calor y una brisa repentina de vez en cuando.

Esa tarde te aburrías mucho. Habían mandado deberes, sí, pero ya eran las seis y los habías terminado. Cerraste los ojos mientras intentabas acomodarte más sobre tu cama. Lo veías difícil cuando el único pensamiento cruzando tu mente es Me aburro, quiero hacer algo, pero no sé qué... Te levantaste de la cama y cogiste el sombrero de Law, que siempre te daba alguna idea. Es como un Law mullidito... Pensaste con una sonrisa. Te quedaste mirando el sombrero blanco, examinando las motas marrones como si fuera lo más interesante del mundo, aunque en este momento lo era. Te lo pusiste, disfrutando de la suavidad en tu cabeza, además de su aroma aún presente.

Oportunamente recibiste un mensaje del anterior dueño del mullido sombrero.

'Hey, (tu nombre). ¿Te aburres? Seguramente sí, porque, siendo tú, ya habrás terminado la tarea, ¿no?' ¿Acaso lee mentes a distancia? ¡A lo mejor el sombrero conecta mis pensamentos con los suyos... Rara vez decías algo tonto, pero esta vez no pudiste evitarlo. 'Ven a mi apartamento. Tengo algo para ti...' No sabías porque, pero te sonrojaste y un escalofrío recorrió tu espalda. Viendo que era pronto, le contestaste con un simple 'Vale' y saliste a su casa, con escenarios de los posibles eventos a suceder en tu cabeza...

Llamaste a la puerta tres veces, sintiendo nerviosismo en el cuerpo. Los segundos se hicieron una eternidad hasta que abrió la puerta. Estaba vistendo esa sonrisa incluso antes de verte.

"Me alegra que hayas podido venir. Adelante" Dijo dejándote pasar un momento. Cerró la puerta detrás de él y empezaste a sentirte más nerviosa.

"Y dime, ¿querías algo?" Su sonrisa creció mientras se acercaba a ti lentamente, y tú empezaste a retroceder, hasta chocar con el sofá y sentarte sobre él. Law te alcanzó y posó un brazo al lado de tu cabeza, sobre el sofá, mientras se inclinaba hacia tu cara. Tu respiración se volvió inestable cuando sentiste su frente sobre la tuya, vuestras narices tocándose. Law te dio un "beso de esquimal" y pasó a tu oreja para lamer el lóbulo y susurrar con voz profunda y provocativa...

"A ti" Esas dos palabras hicieron que tu corazón se saltase un latido, y la respiración que ya creías inestable se volvió aún más. Un fiero sonrojo subió a tus mejillas, mientras veías a tu alrededor una escena sólo narrada en los cuentos de hadas. Volviste a poner tus ojos sobre los suyos y miraste momentáneamente sus labios. "Te deseo a ti, (tu nombre)-ya" Con eso te besó tan apasionado como nunca. Llevaste las manos a su cuello y acariciaste su nuca, subiendo después las manos a su pelo. Se sentía maravilloso, algo que jamás pensaste que se pudiese sentir. Le dejaste acceso a tu boca y el lo aceptó sin perder tiempo. Mientras disfrutabas de la sensación de su lengua bailando con la tuya, sus manos viajaron a tus caderas. Empezó a moverlas contra las suyas, creando una fricción deliciosa.

Justo cuando ibas a gemir se separó de ti, y dejó el sonido, que era música para sus oídos, expuesto. Tu sonrojo se intensifcó y él sonrió más. Se volvió a acercas a tu oído y susurró con el mismo tono de antes.

"Vamos a jugar, (tu nombre)" Casi se te escapa un gemido de la manera en que lo dijo. Cuando ibas a besarle otra vez, se incorporó y se separó del sofá, donde yacías tú jadeando y sonrojada. Entró en su habitación un momento y volvió a salir rato después con algo que no te esperabas. Se te abrió la boca cuando viste que Law se acercaba a ti sosteniendo... una caja. La caja del juego Trivial Pursuit. Law se rió al ver tu expresión y colocó el juego sobre la mesa. "Encontré el juego escondido entre los trastos del trastero, y me pareció interesante la idea de jugar contigo" Miraste hacia otro lado, avergonzada por haber malinterpretado las cosas de esa manera. "Yo he dicho que ibamos a jugar. Ya tu cabeza se ha hecho la idea equivocada" Dijo con su mueca de siempre.

"¡Yo no estaba pensando nada raro!" Gritaste con un tono alto debido a la vergüenza. Law se rió de nuevo y sacó el tablero y los demás accersorios.

"Ciertamente, siempre es un placer tomarte el pelo, (tu nombre)" Inflaste los mofletes tal y como (mejor amiga) solía hacer, pero empezaste una partida con él. Y, tienes que admitir, no había manera de ganarle. En las cinco partidas que jugasteis hasta que te fuiste ganó él.

Y es que debías haber supuesto que, siendo él Trafalgar Law, seguramente tenía un truco bajo la manga...

¡Tres mil cuatrocientas lecturas y trecientos-y-algo-más votos! ¡Además 40 capítulos! No me lo creo. Debo relajarme. *Respira hondo* Ya. Es que, nunca pensé que llegaría tan lejos, todo gracias a vosotras, lectoras. ¡Muchísimas gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top