Capítulo 10: Haciendo de enfermera.
Ya era jueves, y estabas muy feliz de saber cocinar algo. Fuiste a clase de muy buen humor, pensando en un buen escenario para darle a Law su regalo. Justo entonces entró (mejor amiga) en el aula y se sentó a tu lado. Tenía una expresión cansada.
"Buenos días, (tu nombre). Lo siento, no me ha sonado el despertador y me he quedado dormida"
"Bueno, por lo menos no te han puesto falta, ¿no?" Ella asintió y continuasteis a atender la clase. Sin embargo, había algo distinto. Te giraste y viste que Alana no había venido, probablemente un resfriado. Ella se lo buscó...
Ya solo quedaban dos horas, y tenías ganas de llegar a casa para seguir practicando cocina. Te sentaste en tu sitio con (mejor amiga) y esperasteis a que viniese el profesor Trafalgar. Pasaron 5 minutos, nada. Otros 5 minutos, seguía sin aparecer nadie. A los 15 minutos entró alguien por la puerta, era una profesora de guardia.
"Hola chicos, el profesor Trafalgar no ha podido venir debido a una enfermedad, pero posiblemente vendrá mañana a clase" Tu rostro se volvió uno de preocupación. Mañana no estoy con él. Espero que esté bien el lunes, a nadie le gusta estar enfermo en su cumpleaños. Como las dos últimas horas eran con él, salisteis justo después de pasar lista.
"Mamá, ya he vuelto" Dijiste una vez entraste en tu casa. Tu madre estaba leyendo en el salón. Levantó la mirada del libro para verte.
"Oh, hola. ¿Cómo es que has vuelto tan pronto?"
"El profesor Trafalgar ha faltado, así que nos han sacado" Con eso, como aún faltaban dos horas, fuiste a tu cuarto. Allí te tumbaste en la cama y te quedaste pensando, preocupada. Giraste la cabeza para ver que sobre tu escritorio se encontraba su sombrero. Decidida, te levantaste y cogiste la chaqueta mientras bajabas por las escaleras. "Mamá, voy a salir un momento. Ahora vuelvo" Escuchaste un "sí" y saliste.
Timeskip.
Llamaste a la puerta que marcaba 114 y volviste a escuchar los ladridos de Bepo. Tras un momento se abrió la puerta y salió Law. Solamente llevaba una camisa de negra y unos pantalones de pijama. Al verte sonrió y moqueó un poco.
"Ah, hola, (tu nombre)-ya. ¿Qué te trae por aquí?" Lo cierto es que se le veía algo adorable con un pequeño tinte rojo en las mejillas y sobre la nariz.
"Bueno, no habías venido hoy a clase y quería asegurarme de que estabas bien" Lo dijiste tímidamente, pero la respuesta causó una mueca aparecer en su rostro.
"Es muy dulce de tu parte, (tu nombre)-ya. Parece que me he resfriado, nada grave. No te preocupes. Pero... ¿podrías quedarte un poco y ayudarme?" Asentiste y entraste en su apartamento. Él te dejó entrar en su habitación y luego entró él. Se sentó en la cama, pero de repente le dio un ataque de tos. Le tumbaste en la cama y le ayudaste a cubrirse con las sábanas.
"¿Dónde está el termómetro?" Señaló la puerta del baño mientras tosía. "Vale, ahora mismo te tomo la temperatura"
Entraste en el baño y no tardaste en encontrar el botiquín. Sacaste el termómetro y fuiste con Law. Se lo pusiste en la boca y esperaste unos minutos. Al sacarlo viste que tenía 38'5, fiebre. Entraste de nuevo en el baño y cogiste un paño, humedeciéndolo en agua fría dentro de un cuenco.
Al volver a entrar en su habitación le encontraste tan tranquilo en la cama. Te acercaste a él y viste que estaba dormido. Estrujaste el trapo en el cuenco y se lo pusiste en la frente mientras le observabas. Era muy guapo, con una respiración tan tranquila, los ojos cerrados. De repente, los ojos que jurarías estaban cerrados se abrieron, acompañados de una sonrisa.
"¿Tengo algo en la cara?" Tu cara se encendió de la vergüenza y te alejaste, pero él te retuvo deslizando un brazo por tu espalda inferior. Justo cuando su cara estaba a centimetros de la tuya, desvió su mirada al reloj de la mesita de noche y te sonrió. "Deberías ir a tu casa, es hora de almorzar. No te preocupes por mí, has sido de mucha ayuda"
Simplemente te quedaste ahí, quieta. Cuando reaccionaste te despediste de él y te fuiste, todavía con la cara encendida. Por lo menos... está bien. Nada podía describir lo aliviada que te sentías.
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