Aquellas manos... (1)
El chico castaño se hallaba caminando junto con su hermana por la frondosa jungla, el sol ya se ocultaba en la gran nación de Brawltopia. Nita había notado que su hermano mayor desde que se encontraron para volver a casa parecía perdido en su mundo. Tenía una sonrisa embobada dibujada, y sus mejillas tenían una tonalidad rojiza, la chica de tez morena por un momento pensó que León quizás estaba enfermo o quizás comió algo que no debía... Hasta que recordó que ese día él se iba a reunir con Jessie.
¡Claro! Ahí estaba la respuesta del por qué su hermano estaba así, si se reunió con su amor platónico. Así que se le dibuja una sonrisa picarona a Nita y se le acerca a su hermano.
-León.- Dijo la chica oso-. ¿Estás bien?
Pero, el chico de sudadera verde simplemente hizo caso omiso a la llamada de su hermanita, estaba tan sumergido en sus pensamientos que no logro escuchar la voz de su hermanita.
La chica se dio cuenta de esto, y se molestó un poco. No le gustaba ser ignorada de esa forma, más de su hermano mayor, mientras caminan pasan por un puente viejo de madera que cruzaba el rio. Así que ella sonríe, y sigilosamente se acerca por la espalda y le toma de los hombros y le inclina hacia un lado, haciendo que Leon se asuste ya que pensaba que su hermana le aventaría al rio, pero solo fue una broma de parte de ella.
-¡Oye, que te pasa!- Renegó León al mirar a Nita, la cual se estaba riendo.
-Disculpa, hermano. Es que no tú no me hacías caso y llevaba rato tratando de hablar contigo.- Respondió ella.
-¿Enserio?... Disculpa, no te escuche.- Replico León, ahora más tranquilo.
El chico mira a su hermana, la cual le sonreía de manera picara. Cosa que lo extraño, es muy rara las ocasiones que ella hace esa sonrisa.
-¿Ahora que paso?
-Estabas pensando en Jessie, ¿No es así?- Pregunto la chica al sentarse en la baranda del puente.
El chico se sonrojo repentinamente, y de lo inesperada de la pregunta, trago saliva y un poco de esta le entro en las vías respiratorias, haciendo que empiece a toser. Nita vuelve a reírse mientras ve que su hermano baja un momento al rio para beber agua y mitigar o detener la tos. Cuando se le pasa, vuelve a subir al puente y se queda viendo a su hermana con algo de enojo, si bien Nita trata de tomárselo enserio, ella inevitablemente vuelve a reírse.
-Lo siento, León. Es que fue muy gracioso.- Dijo ella al terminar de reírse.
-Muy gracioso.- Dijo Leon para luego suspirar y sentarse al lado de su hermanita-. Y pues... Si, estaba pensando en ella... Es que no lo puedo evitar. Me gusta tanto, ¡Es tan hermosa y jovial y...! Bueno, no debería decir mucho ya que no creo que comprendas mucho del amor.
-Yo te quiero mucho a ti, Leon.- Dijo ella-. ¿Eso no cuenta?
-Eso es amor fraternal, y es muy diferente al amor de parejas.- Respondió Leon-. Supongo que cuando tengas más edad y conozcas al indicado lo sentirás.
-De acuerdo...- Dijo Nita, para observar a su alrededor y fijarse que Bo no esté cerca, a lo cual ella se le acerca- ¿Cómo te fue hoy con ella? Por la forma que venias distraído, estoy segura que no solo fue una salida de amigos.
León sonríe y nuevamente sus mejillas se enrojecen.
-Está bien, te contare lo que sucedió hoy con mi salida con Jessie.
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Horas de la tarde en la Plaza Mayor en un pequeño poblado en las afueras de Ciudad Starr. Jessie y Leon se encontraban sentados en el borde de la fuente, ambos parecían algo agotados y un poco sudorosos ya que en el día habían estado caminando y jugando mucho en el hogar de Jessie. La chatarrería es una buena (y peligrosa) zona de juegos y a ambos le gustaba jugar al Básquet en la cancha improvisada del lugar, o simplemente explorar el lugar en busca de piezas para los excéntricos inventos de Jessie, o simplemente les gustaba sentarse en el capo de un viejo auto desguazado a charlar y pasar el rato. En otras ocasiones les gustaba tomar los robots destruidos y colocarlos en un descampado y jugar tiro al blanco con las rocas del lugar, o con el rifle de plasma de Jessie, aunque Pam no la deje usarlo mucho en su propiedad... No desde que casi incendia la casa donde viven por un error de puntería.
El chico tenía en una de sus manos un caramelo y Jessie sostenía un cono de helado. El chico, además de agotado también estaba nervioso, allí junto a él estaba la chica que le gusta, que ocupa su mente todo el día y que llena de alegría su corazón.
No sabía exactamente que hacer... No sabía si debía decir algo, si debía hablar, si debía mirarle... Estaba estancado, realmente le gustaba pero no sabía cómo avanzar.
-¿Te divertiste hoy?- Pregunto la pelirroja.
-¿Eh? ¡Ah, sí! Claro que me divertí.- Replico el chico al percatarse que Jessie le había hablado-. Siempre me divierto cuando me reúno contigo, Jess.
-Aunque hiciste trampas en el básquet.- Dijo la chica al reír-. ¡Ese pase no es legal!
El chico también ríe, más cuando ella de forma cariñosa le da un golpecito en el hombro.
-Tu también hiciste ese pase, no te quejes Jessie.- Replico-. Pero bueno... ¿Sabes? Realmente necesitaba salir hoy.
-Entiendo... ¿Días malos?- Pregunto la amante de la tecnología.
-Algo así. Es complicado vivir en una jungla. Ya sabes, la humedad, los bichos venenosos, la sensación de que algo te vigila en todo momento, y añadiendo a eso que debo cuidar que a Nita no le pase nada malo.
-¿Qué ella no tenía un oso de mascota?
-El oso esta igual de menso que ella.- Respondió Leon-. Y bueno, quiero a mi hermana, pero en ocasiones me gustaría que fuese más tranquila...
Jessie sonríe levemente.
-Sí, es complicado, pero yo siento que haces un buen trabajo siendo un hermano mayor.- Dijo Jessie, a lo cual se acerca un poco más al castaño-. También me hacía falta verte, Leon.
El chico se ruboriza un poco ante el comentario de Jessie.
-¿Ah sí? – Dijo el chico, intentando ocultar la emoción que estaba sintiendo en ese momento.
-Si... Sabes, Mama últimamente ah estado muy ocupada con muchos pedidos y fabricando los dispositivos de hipercarga y suelo sentirme algo sola en casa... Claro, tengo la compañía de Nani, y realmente la aprecio. Pero necesito hablar con alguien humano... Me encanta pasar tiempo contigo y, he... Sé que no digo mucho esto, pero realmente te eh extrañado mucho.
Ambos cruzan sus miradas... Quizás era imaginación de Leon, quizás era el cansancio o el calor, pero juraría que las mejillas de Jessie estaban enrojecidas. Y sintió que los colores y la temperatura le subió cuando ella le regalo una sonrisa.
-"Cielos, ¿Por qué tienes que ser tan hermosa y yo tan idiota?"- Pensó el chico de tez morena al presenciar la belleza de aquella chica de cabellos rojizos.
Quizás no estaba en sus facultades completas, o quizás fue el corazón del moreno que decidió tomar control de su voz, pero el simplemente respondió;
-Tú también me has hecho mucha falta, Jessie. Realmente me gusta pasar tiempo contigo, y no puedo pensar en nadie más con quien me guste pasar tiempo que contigo.
El por unos instantes se queda viendo a la nada, quizás no creía que había dicho eso.
-Awww, muchas gracias, León por decir eso.- Dijo Jessie al acercarse más-. Nadie me había dicho algo tan lindo.
-N-no te preocupes, Jessie.-Replico el castaño tratando de reprimir la emoción que sentía nuevamente por tal avance positivo.
El chico mira hacia un lado y ve que Jessie apoyo su mano muy cerca de él. El la ve y queda pensativo. ¿Sería muy atrevido del si le toma la mano? No debería, digo, a la final solo le tomaría la mano, no es como que fuese algo de otro mundo. Pero realmente quería tomarle de la mano...
Así que apoya su mano muy cerca de la de ella. El mira de reojo, ella parecía estar concentrada en su helado, así que de forma lenta va posando su mano sobre la de ella, hasta que finalmente la tiene sujeta. Esa mano blanquecina era tan suave y linda, aunque el chico sintiera que se estaba pasando, pero al voltear a ver a la pelirroja ve que ella estaba sonriendo y aparentemente estaba también sonrojada. Aunque su mirada y concentración seguía en el helado.
Supuso que no le molestaba, así que, simplemente siguió comiendo su golosina.
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Para ese momento, ya que hacia bastante calor, ambos chicos bajaron al rio para refrescarse, allí, sentados a la orilla del rio fue donde León le termino de contar su salida con Jessie a Nita.
-Así que eso fue lo que paso...- Dijo la chica oso al estirar los brazos-. Suena algo aburrido para mí.
-Para ti lo será. Para mí fue un gran día, Nita.- Respondió el chico.
-Realmente no le veo sentido emocionarse porque te tomen de la mano.- Replico la chiquilla al quitarse su gorro de oso y dejarlo a un lado de ella.
-Como te dije, eres muy pequeña para comprenderlo, hermanita.- El castaño hablo al quitarse su sudadera verde y recostarse encima de ella-. Cuando conozcas al chico ideal, veras que no podrás evitar emocionarte por que te tomen la mano, o de dediquen una sonrisa.
-Eso suena muy tonto. ¡Yo siempre seré una mujer soltera!... Sea lo que sea que signifique...- Dijo Nita al llevarse un dedo al mentón.
-Sí, yo mismo decía lo mismo cuando tenía tu edad.- Replico León-. Pero ahora mírame, todo ilusionado con Jessie.
-No entiendo... ¿Qué le ves a Jessie?- Pregunto la morena-. Es presumida, altanera, impulsiva y huele a gasolina y aceite de motor.
Leon solo ríe y le acaricia la cabeza a su hermanita.
-Ay, hermanita. Tu solo estás viendo la superficie. Si la llegases a ver como yo la veo, sabrías el por qué me gusta tanto.- Replico al sonrojarse y mirar al agua del rio.
La chica oso le mira con curiosidad.
-¿Cómo la ves tú?
El chico sonríe mientras su mirada seguía perdida en el agua del rio que corría suavemente.
-Ella es hermosa, como las flores que muestran todo su esplendor en la primavera. Como aquel beso azul que se da el cielo y el mar cuando atardece en la playa. Ella ah logrado quedar grabada en mis emociones, ah estado para mí siempre... Y tú puedes pensar en muchas cosas que puedan ser hermosas, pero al lado de ella, todo eso queda como chatarra, como piezas sin valor, porque sus ojos son tan brillantes que parecen rivalizar con las estrellas del firmamento nocturno, aquel color verde me recuerda a los pastizales de un campo en primavera. Por qué aquellos labios rojos se ven tan lindos, que si los besara sentiría que tocaría el cielo. Han de ser tan dulces como la miel.
El chico voltea a ver a su hermana, la cual seguía teniendo esa mirada curiosa.
-Porque ella es mi mundo entero, me da alegría y me hace sentir vivo cuando estoy con ella. Me hacen querer pedirle que me enseñe sobre el amor, y si no sabe, que aprendamos los dos juntos.
El vuelve a mirar el rio, a lo cual Nita se acerca y se rasca la nuca en señal de confusión.
-Eso fue muy meloso, pero fue algo lindo, supongo.- Dijo la chica-. ¿Y crees que ella sienta lo mismo?
-No lo sé.- Replico-. Pero, es algo que debo averiguar por mi cuenta... Solo espero que sí.
Nita solo asiente y sonríe para apoyarse en el hombro de su hermano, ella pensaba que era torpe, pero también le admiraba y quería por lo que era. Un chico amable y travieso, pero con un gran corazón.
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[Continuara...]
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