Abrazando el sentimiento (2)
Horas de la mañana en las afueras de Ciudad Starr. En la chatarrería del pueblo, Jessie se hallaba junto a Leon en el campo buscando piezas para un proyecto personal de Jessie.
El chico estaba dentro del capo de una camioneta vieja buscando lo que Jessie necesitaba, mientras que ella estaba afuera revisando unos papeles de color azul.
-Déjame ver si entiendo... ¿Necesitas una batería de auto y tubería de cobre pequeño para que exactamente? Usaste tantas palabras técnicas que me perdí en tu mirad... ¡Quise decir en mis pensamientos!
La chica le mira de reojo y sonrie.
-Los necesito para potenciar la energía de mi Rifle de Plasma, y la batería es para cambiar la que tiene Scrappy. Últimamente no está durando encendido mucho tiempo, así que ya debió vencerse la batería que tiene.
-¿Y en el almacén no hay?- Pregunto el chico.
-Ya no. La última la usamos para reparar la depuradora de agua.
-Entiendo...
El chico siguió forcejeando con lo que sea que estaba arrancando del motor. Mientras Jessie cierra los planos un momento para recostarse en el auto destruido. Si bien le gustaba inventar cosas y experimentar con tecnología, la verdad es que una chatarreria no es un lugar en el que le gustaría vivir toda la vida.
Prefería mil veces trabajar en el taller de la chatarrería que salir a buscar piezas. Y si bien no ah sufrido heridas graves si ah llegado a cortarse muchas veces con el metal oxidado, a tal punto que siente que ya es inmune al tétano.
Ella mira de reojo a Leon, realmente el chico se estaba esforzando para sacar las piezas que ella necesitaba. Claro, no es que ella no quisiese, simplemente el chico se ofreció, y Jessie le conocía bien, cuando se encasilla en ayudar, nadie le cambia la idea. Ella sonrie y un leve rubor hace presencia en sus mejillas.
Le parecía lindo que el moreno le ayudara e incentivara siempre en sus inventos locos que solía hacer. Siempre le preguntaba si tenía planes de alguna nueva máquina, si tenía que ayudar con algo, o si tenía que probar alguna máquina que ella construyo.
Era extraño, con él era el único con el que podía ser ella al cien por cien sin temor a ser juzgada. Quizás es por eso que desde hace meses se ha sentido atraída hacia él.
Quizás es por eso que no quito su mano cuando León se la tomo el día anterior, y para ser sincero, no solo le había agradado la sensación, si no que en ese momento le gustaría volver a tomar su mano...
¿Es extraño que esa simple acción le cause tanta alegría, y al mismo tiempo le cause un extraño cosquilleo en el estómago?
Aunque... Le causaba curiosidad el por qué el chico quiso tomarle la mano. Y no solo le quiso tomar la mano si no también que se arriesgó a que ella le rechazase, claro, no es que lo iba a hacer, pero ella supuso que el temía eso.
-¡Ja! ¡Al fin te saque, condenado!- Exclamo el castaño al sacar la pieza que había localizado.
-¿Qué paso, Leon?
-Aquí esta, Jessie.- El chico le entrego una batería de auto a la pelirroja. No parecía estar dañada, y estaba en buen estado-¿Crees que funcione?
-Huh... Parece una buena batería, las piezas de metal no parecen oxidadas... No hay fisuras y el plástico parece estar sano. Tendríamos que ir al taller a probar si aún recibe carga.
Entonces ambos chicos fueron al taller. No estaba muy lejos de donde estaban. Pam estaba en su cubículo soldando unas piezas del nuevo Yo-Yo que le pidió Charlie. La pelirroja entra en compañía del castaño y va a la estación de recarga de baterías.
Conecta los cables a la terminal de la batería y oprime un botón para iniciar la estación.
En la pantalla de la maquina se muestran datos que Leon no entendía, pero Jessie al leerlos se da cuenta que la batería esta buena y está recibiendo la carga. Así que le levanta el pulgar a su amigo y ambos van a la casa de la chica para beber algo de limonada.
Allí solos en la cocina, Jessie se acerca al chico de abrigo de camaleón, el cual se había quitado por el calor y había dejado extendido en una silla.
-Oye león, ¿Puedo preguntarte algo?- Pregunto Jessie al moreno, él se hallaba de pie al lado de la ventana de la cocina para tomar aire fresco.
-¿Qué seria?... Espero que Nita no te haya molestado.- Dijo el moreno.
-No, no. Nita no la eh visto hoy. ¿Dónde está a propósito?
-Pues... Bo tenía que recolectar leña para cocinar y calentar la casa en la noche, y Nita quiso ayudarlo llevando al oso para que ayude a cargar.- Replico el chico-. Ese oso tiene una fuerza tremenda.
-Eso lo pude comprobar.- Dijo la pelirroja-. Una vez cuando ella le presumía a Bonnie el nuevo ataque que le enseño a su oso, este dio un gran pisotón en el suelo. El suelo tembló y debo admitir que quede algo aturdida.
-Wow, eso no lo sabía.- Dijo el castaño-. En ocasiones así, ella me da mucho miedo.
-Eso si.- La pelirroja voltea su mirada a la ventana.
Por unos instantes ambos quedan en silencio, mirando por la ventana y refrescándose con el viento y con sus limonadas. Ella respira hondo y voltea a ver al moreno, el cual estaba tomando un sorbo de limonada.
-Lo que te quería preguntar es... ¿Por qué me tomaste la mano el día de ayer?
El moreno empieza a toser ya que se atraganto un poco con la limonada por la sorpresiva pregunta de Jessie. Rápidamente va al lavado para beber agua y reprimir la sensación de ahogamiento que sentía en la garganta.
-¡No hagas eso! Casi me ahogo...- Dijo león cuando por fin la sensación de ahogo se fue y la tos se calmó.
-Lo siento, León.- Dijo Jessie mientras le daba palmaditas en la espalda-. Es que de verdad quería saber que me respondías con eso.
El chico se apoya en la barra de la cocina. Ahora sus mejillas se enrojecieron y una sensación de miedo invadió. ¿Y si no le había gustado que le tomara la mano? ¿Y si ahora lo detesta por eso? ¿Y si arruino su amistad con ella por eso? ¡Rayos!, esperaba que no hubiera pasado eso.
-Eh... Yo.- Realmente León no sabía que responder. Sentía los nervios a tope, y estaba sudando frio por el miedo.
Eso hasta que siente la mano de su querida Jessie en el hombro. El fija su mirada hacia ella, y no parecía molesta, tenía un rubor en sus hermosas mejillas y una linda sonrisa dibujaba su carita.
-Relájate, Leoncito.- Respondió ella con un tono de voz dulce. Voz que le hizo dar un vuelco de sentimientos a León. El miedo y los nervios se transformaron en amor e ilusión-. No estoy enojada ni nada. Solo tengo curiosidad del por qué lo hiciste.
El chico suspira. Y mira directamente a los hermosos ojos verdes de la chiquilla de cabellos rojos.
-Jessie... Yo, lo lamento por haber hecho eso. Es solo que...- El ve que la mirada de la chica se transforma en curiosidad, y eso hizo enrojecerlo aún más. ¡Por que tiene que ser tan hermosa!- Yo... Y-o solo.... Solo es que sé que eres tan hermosa y yo, solo quería tocar tu mano. Y me encanto tanto sujetarla, es tan suave y delicada. Lo siento, no pude resistirme...
Para ese momento el bajo su mirada. A lo cual Jessie le toma de las mejillas y hace que le vea a los ojos.
-A mí también me agrado que me tomaras de la mano.- Dijo Jessie, dejando sorprendido a León.
-¿L-lo dices enserio?- Pregunto el chico.
-Si...- Dijo Jessie-. A decir la verdad, lo extrañaba. Recuerdo que solíamos tomarnos de las manos cuando éramos más pequeños, íbamos de arriba abajo. Y siempre me agrado que lo hicieras, aunque no sé qué sucedería que dejaste de hacerlo...
Ella le sonríe a León.
-... Pero, solo puedo decir que me gustaría que lo volvieras a hacer.
El chico sintió un cumulo de emociones que crecían en su pecho, emociones que hicieron formarse una sonrisa en su carita color canela. Y como una acción rápida, la abrazo con todas sus fuerzas.
Ella se sonroja por la acción inesperada del castaño, pero ella sonríe y corresponde, deleitándose con la calidez de Leon, y de su aroma agradable a pino.
Después de unos segundos, Leon la suelta y voltea tímidamente.
-Lo siento Jessie.
-No te preocupes.
-... Yyyy.... ¿Qué quieres hacer?- Pregunto Jessie.
-... ¿Crees que podamos ir al Estanque?- Pregunto el moreno-. Me gustaría estar un rato allá contigo y rebotar piedras un rato.
-He, seguro. Hace rato que quería ir allá.
-¿Y la batería?
-Se tarda un buen rato en cargar. Cuando volvamos debería estar lista.- Dijo Jessie-. Ven, vamos.
-Espera.- Leon la detuvo cuando ella intento adelantarse a él.
Él se acerca y la toma de la mano, para luego mirarla y sonreír.
-Ahora sí, vamos.
Ambos salen de la casa tomaditos de las manos y sonrientes. Jessie no lo sospechaba, pero en su pecho se estaba gestando un sentimiento mucho más fuerte que la amistad con respecto al chico de piel canela. Y si bien esa atracción era obvia ante la vista de los demás, ellos siempre pensaban que se trataba de amistad, o quizás eran muy ciegos para verlo.
Quizás el tiempo y el amor les quite ese velo de sus ojos.
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[Continuara...]
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