9.Frustrando los planes de Pseudo-Geto

El incidente de Shibuya se había alejado demasiado de los planes originales de la mente maestra. Con Dagon, Hanami y Jogo fuera únicamente quedaba Mahito para poder cumplir con su propósito, el verdadero plan del hombre de las cicatrices en la cabeza: Suguru Geto, o al menos así se hacia llamar ahora. Una vez liberada la Deidad de la Viruela para pelear contra la hechicera de rango uno, Mei Mei, el impostor se marchó con la prisión confinadora del interior de los túneles solo para encontrarse cara a cara con otro más de sus aliados.

Uraume: Kenjaku, tenemos que marcharnos.

El verdadero nombre del hechicero detrás del plan, se trataba de Kenjaku quien poseía la técnica maldita para cambiar de cuerpo trasplantando su cerebro. Tras la muerte de Suguru Geto a manos de Satoru Gojo el pasado 24 de Diciembre, el cerebro detrás de todo lo sucedido en Shibuya se logró hacer con el cuerpo de Geto, iniciando de esa manera el plan para poder llegar a lograr su objetivo.

Kenjaku: Enserio ¿Qué esta pasando en Shibuya este 31 de Octubre?

Dejando salir un suspiro de frustración de manera cómica, el poseedor del cuerpo del devora maldiciones miró a todos los lados antes de regresar su mirada al hechicero reencarnado en cuerpo de mujer para explicarle su plan.

Kenjaku: Bien, aún es muy pronto pero no estoy dispuesto a correr riesgos. Uraume, busca a Mahito y tráemelo.

Uraume: A sus ordenes.

Dicho esto, la hechicera gélida se dio la vuelta y moviendo sus redondas posaderas marchó con intención de encontrar al líder de las maldiciones de los desastres.

Mientras tanto en la estación...

El espíritu maldito nacido de la maldad de la humanidad se encontraba realmente aburrido, pues por culpa de Jogo y Sukuna, toda la diversión había estado sucediendo arriba. Hanami murió a manos de Gojo la primera, Dagon y Jogo vieron su fin a causa de Mahoraga que fue invocado por Fushiguro. Los hechiceros parecían de alguna manera haberle dado la vuelta al plan de su querido Geto, pero este aún deseaba tener un enfrentamiento con el recipiente de Sukuna, es decir: Itadori Yuuji.

Mahito: Ah... Esto es tan aburrido.

Mahito convirtió su mano en una marioneta basada en Hoshino Junpei, haciendo teatro de voz para distraerse.

Junpei (Mahito): Ayúdame Yuuji, ayúdame, sálvame Yuuji.

 Ante esto, Mahito solo soltó un suspiro, levantando la cabeza cuando escuchó unos pasos mirando con emoción al frente, desilusionándose al ver que solo era Uraume.

Uraume: Mahito, nos vamos.

Mahito: ¿¡UH!?

Uraume: El plan en Shibuya ha fallado, tomaremos la prisión confinadora y nos iremos.

Mahito: ¿¡QUE!? ¡PERO A PENAS ME HE DIVERTIDO! ¡ADEMÁS HANAMI, DAGON Y JOGO HAN MUERTO!

Uraume: No es mi problema, vámonos.

En ese instante, un irritado Mahito puso la cara que un niño pone al hacer una rabieta, levantándose mientras miraba a Uraume, quien sin cambiar su rostro se mantenía seria. Ante esto, el espíritu maldito solo infló sus mejillas molesto cruzándose de brazos como un niño pequeño.

Mahito: ¡Jooopeee! ¡Vaaale! ¡Vaaamos!

De esta forma el sirviente fiel seguidor del Rey de las Maldiciones, reencarnado en el cuerpo de una mujer y la maldición desastrosa de la humanidad partieron al encuentro del impostor con el cuerpo de Geto Suguru, no obstante, cuando estos estaban por marcharse, Mahito se quedó quieto un instante.

Uraume: ¿Que te sucede?

Mahito: ¡Olvidé recuperar mi clon! ¡Tenemos que encontrarlo?

Uraume: ...¿Es enserio?

Con una sonrisa juguetona a la par que maliciosa, el espíritu maldito asintió para acto seguido salir corriendo de la estación. Aunque la parte del clon era cierta, las verdaderas intenciones de este eran otras.  

Mahito (pensamientos): ¡Yuuji Itadori! ¡Te voy a encontrar y te voy a matar antes de que nos vayamos!

Y en otra parte de la estación...

___: ¡Gojo-sensei vamos a salvarte! 

Megumi: Si... Vamos a hacerlo, esta vez triunfaremos.

___: ¿T-te sucede algo Megumi? Llevas un rato algo decaido...

Preguntaste algo nerviosa debido a como Fushiguro había estado comportándose desde que os separasteis de Itadori. Es entonces que Megumi te echó una mirada bastante incomoda, pues la situación actual era que te encontrabas en brazos de tu amado Mahoraga, caminando él tan tranquilamente junto a Megumi mientras tu eras cargada como una princesa.

Megumi: No es que guarde ningún tipo de rencor o algo parecido a tu persona, es solo que... Me robaste a Mahoraga.

Al escuchar aquello el Shikigami se detuvo en seco, girando su cabeza para mirarlo mientras tu abrías los ojos como platos, dándote cuenta de la razón que había en sus palabras. Gracias a tu técnica ritual, causaste que Mahoraga fuese extraído de la técnica de las diez sombras, quitándole a Megumi su carta del triunfo.  No obstante, hiciste esto con la intención de salvarlo de las puertas de la muerte, tomando aire nerviosa y sintiéndote culpable.

___: Yo... Megumi, lo siento. Realmente no pensé que... fuese a pasar esto, yo solo quería salvarte la vida.

Megumi: Está bien ___-san. Esto es responsabilidad mía después de todo. Al menos Mahoraga está vivo y no solo eso, aunque no obedezca mis ordenes, no deja de ser nuestro aliado. Con esta carta en nuestra baraja, la mano está ganada.

___: ¡Si! ¡Ganaremos! ¿Verdad Mahoraga?

El General divino solo emitió su típico ruido después de que lo preguntases, adaptándose a la situación mientras seguíais adelante. Cuando de pronto visteis salir de uno de los pasillos una figura que no reconocíais como aliada, se trataba de Choso, uno de los aliados del falso Geto.

Megumi: ¡Un enemigo!

Al escuchar vuestra voz, el mayor de las pinturas de la muerte giró su rostro mirándoos. Este parecía algo perdido, con una expresión de preocupación. 

Choso: ¡Hechiceros! ¿¡Donde está Yuuji Itadori!?

___: ¡Si crees que te dejaremos que le hagas daño, estas muy equivocado!

Choso: ¿Daño...? Quizá hubo un momento en el que quise hacerle daño... ¡Pero ya no! ¡Itadori es mi hermanito menor, debo protegerlo!

En ese momento tanto tú como Megumi quedasteis completamente extrañados, para luego mirándoos mutuamente sin saber muy bien si este mentía o no.

Megumi: ¿¡Como podemos saber que no nos mientes!?

El hermano mayor frunció el ceño, sintiendo una presión abrumadora de parte de aquel Shikigami que te acompañaba. Choso no era estúpido y sabia que no tenía posibilidad contra un monstruo de tal talante. Además de que si vosotros erais amigos de Yuuji, erais la vía más rápida para encontrar a su hermano.

Choso: ¡Si me ayudáis a encontrar a Yuuji, yo os llevaré con aquel que tiene sellado a vuestro profesor! ¡Nuestro padre!

___: ¿¡VUESTRO PADRE!? ¿¡EL PAPÁ DE YUUJI!?

Choso: Noritoshi Kamo.

___: ¿¡NORITOSHI KAMO ES EL PAPÁ DE YUUJI!?

Exclamaste sorprendida a la vez que confundida, siendo que la persona que se te vino a la cabeza fue el alumno de la escuela de Kioto. Dado que Mechamaru resultó ser un traidor, tu, toda una dramática, no sentiste completamente descabezada aquella suposición. Las cosas en Shibuya estaban por ponerse cada vez más y más locas...

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