Capítulo 10







Les dolía como les dolía que su amante sufriera tanto por dumbledore, que le haya lastimado hasta el grado de quererse suicidar para olvidar, el miedo, el profundo dolor.






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-Y-ya no sé que hacer Erebo-dijo Severus curando las heridas que Hades se había hecho recientemente.

Erebo no dijo nada el tampoco sabía que hacer para ayudar a Hades.

-N-no puede seguir haciéndolo han pasado dos semanas ¡¡Dos malditas semanas!! ¿Dime cuántas veces ha tratado de suicidarse?-preguntó Severus.

-N-nueve-susurro Erebo sollozando.

-¡Nueve! N-no puedo Erebo, no quiero ni pensar en que trate de suicidarse y lleguemos tarde para evitarlo-se lamentó.

Erebo sollozo más fuerte de tan solo imaginarlo.

Severus miró a Erebo y suspiró, a pesar de todo Erebo era el menor de los dos y el que más le afectaba y dolía.

-Lo siento pequeño, disculpa sólo... no sé que hacer una de las personas que amo se está derrumbado y no sé qué, además de eso te hago imaginar lo peor de esta situación-Suspiró abrazando a Erebo con cariño.

-N-no te disculpes lo que has dicho es cierto,  puede intentar suicidarse y no podríamos llegar a tiempo-sollozo aferrandose a severus.







-Lo sé, mi amor lo sé y es lo que más me duele-suspiró acariciando los suaves cabellos de Erebo.

Erebo asintió y abrazando más fuerte a Severus.

En eso se escuchó un ¡Pop! en la habitación y apareció una elfina.

-¿Lizz qué pasa?-preguntó Severus.

-E-él señor Malfoy está de visitas amo Severus, no lo detuve porque usted y el amo Hades le han dicho a Lizz que el señor malfoy es bienvenido y por eso lizz lo dejó entrar. Pero Lizz lo dejó en la sala porque el amo Hades no se encuentra bien, por eso Lizz vino a avisar. ¿Ha hecho Lizz mal?-habló nerviosamente la elfina.

Severus cerró los ojos suspirando profundamente.

-No, no has hecho nada malo, has cumplido lo que te hemos dicho-dijo Severus tranquilamente.

-Es cierto Lizz no has hecho nada malo, al contrario pensaste en la situación de Hades y viniste a avisarnos gracias por eso-sonrío Erebo mirando al elfo.

-¡Lizz buena!-dijo emocionada la elfina.

-Sí Lizz eres muy buena, ahora dale algún aperitivo a Lucius y dile que ya bajo-dijo Severus separándose de Erebo.

-¡Está bien amo Severus, lizz ya lo hace!-hizo una reverencia y en un ¡Pop! desapareció.

-Harr... Erebo iré a hablar con Lucius te quedas con Hades-dijo Severus
levantándose de la cama.







-¿Le dirás que vaya a gringgots?-preguntó nervioso.

Severus lo pensó unos segundos antes de negar.

-No. Creo que primero debemos revolver el asunto de Hades antes de que Lucius descubra que eres su hijo-suspiró. Sinceramente tenían muchos problemas que resolver.

-Está bien. ¿C-crees que el pueda ayudarnos?-preguntó tímido.

-No lo creo, aunque puede colaborar en mantener a raya a los mortifagos rebeldes, después de todo es la mano derecha de Hades-suspiró ya en la puerta.

-B-bien-suspiró Erebo mirando con pesar a Hades.

-En seguida vuelvo Erebo-dijo Severus obteniendo un asentimiento de parte de Erebo y salió de la habitación.

Severus llegó a sala sin molestarse en un usar un glamour, viendo a Lucius mirar por los ventanales.
















-Hola Lucius-dijo llamando su atención y de paso sentándose en un sillón tomando una tasa de té que estaba en la pequeña mesa.

-Hola Severus-contestó Lucius sin voltear.

-¿Puedo preguntar a qué se debe tu visita?-indago.

-Tenemos una reunión hoy. ¿Se te olvidó Severus?-dijo con voz ligeramente sorprendida.

-L-lo siento Lucius, pero no se va realizar la reunión hoy, es más no se realizarán reuniones por un tiempo-dijo con un suspiro.

Lucius rápidamente se giró a ver a Severus.

-¿Y eso por qué? ¡¿Espera un momento por qué demonios te ves así?!-dijo mirando a Severus sorprendido.

-Siéntate por favor Lucius-pidió y Lucius le sentó frente suyo.

-Mira han pasado cosas complicadas durante esta semana apenas he tenido tiempo para bañarme, comer o dormir y ya no sé que hacer-suspiró Severus jalando levemente sus cabellos.







-¿Qué ha pasado Sev me estás asustado?-dijo Lucius preocupado.

Pero antes de que Severus tan siquiera pudiera abrir la boca la elfina apreció y se notaba muy preocupada.

-¿Lizz qué sucede?-preguntó Severus.

-E-el amo Erebo está discutiendo con el amo Hades-dijo nerviosa, Severus abrió los ojos sorprendido.

-¡Qué! ¡¿Por qué?!

-El amo Erebo había ido a bañarse y cuando salió el amo Hades había roto un cuadro de vidrio y tenía un fragmento en sus manos dirigiendo lo a su piel, el amo Erebo se asustó y rápidamente se lo quito, p-pero el amo Hades se enojó exigiéndole el fragmento de vidrio el amo Erebo no se lo dio y ambos empezaron a discutir-explicó rápidamente.

-G-gracias por avisarme Lizz ya voy a detener a esos dos. Puedes retirarte-dijo con un suspiro cansado.

-Está bien amo Severus-dijo y con un ¡Pop! desapareció.

-Lucius sé que quires saber que pasa, pero necesito detener los. Puedes venir después-dijo subiendo las escaleras.

-Está bien Severus me avisas cuando todo este bien-dijo Lucius y se retiró por la chimenea.

-Te escribiré cuando solucione esto-prometió y siguió caminando.

Severus abrió la puerta de la habitación  y entró cerrando la puerta detrás de el.
















Rápidamente los gritos invadieron sus oídos.

Erebo estaba a un lado de la cama discutiendo con Hades que estaba sentado en la cama.

-¡Dame lo Erebo!-exigía Hades.

-¡No te voy a dar nada Hades es no que piensas!-gruño Erebo.

-¡Claro que estoy pensando!

-¡No no lo estás, si lo estuvieras te darías cuenta cuánto nos lastimas a Severus y a mi ¡Si estuvieras pensando sabrías que nos sentimos inútiles e impotentes al no poder ayudar te!

¡¡Si pensarás sabrías que cada vez que intentas suicidarte lloramos hasta dormir!! ¡¡Si pensarás tendrías en cuenta que eres nuestro amante y que nos rompe verte de esa manera!!

¡¡ Si pensarás entenderías que siempre estamos pensando cuando lo volverás a hacer y se podremos detenerte a tiempo!! ¡¡Si pensarás sabrías que todos los días, cada hora y minuto tenemos un nudo en la garganta de angustia, apenas comemos o dormimos vigilando que no trates de matarte!!-gritó y se derrumbó en el suelo al lado de Hades.

Hades estaba helado mirando a su amante más joven en suelo sollozando, los gritos sólo le rebelaron que se estaba hundiendo y se estaba llevando con el a sus personas más preciadas en el mundo, a sus amantes.

Con un nudo en la garganta miró por toda la habitación hasta notar a su otro amante parado en la entrada.







Severus estaba en shock todo lo dicho por su amante repitiéndose en su cabeza y miró a Hades al sentir su mirada y soltó un jadeo.

En los ojos de Hades había dolor, sufrimiento, angustia y desesperación las lágrimas se deslizaban silenciosamente por sus mejillas, apretaba las sábanas hasta dejar sus nudillos blancos.

Con dolor se acercó a Hades sentándose en la cama lo atrajo en un fuerte abrazo.

Hades se tenso al sentir unos brazos y un cuerpo cálido junto al suyo, pero recordó que era Severus, su amante, la persona que ama y el nunca lo lastimaria como lo hizo Dumbledore.

Poco a poco y con una gran inseguridad le devolvió el abrazo a Severus, pero sentía que le faltaba algo y miró a su pequeño amante que aún sollozaba en el suelo y dirigió sus labios a el oído de Severus susurrando a penas.









-E-Erebo-Severus lo miró sin entender hasta que volvió a mirar a su pequeño y entendió lo que quería Hades.

-Erebo ven-pidió Severus, Erebo negó sollozando.

-Erebo ven Hades te quiere abrazar también-repitió Severus más Erebo volvió a negar.

-E-Erebo v-ven, q-quiero un abrazo n-no me dejes-suplicó Hades.

Hades alzó la cabeza mirando inseguro a Hades, pero cuando vio la desesperación y dolor en los ojos sin dudarlo trepó en la cama abrazando a Hades por la espalda.

Hades suspiró y se aferró a sus amantes.









Continuará...

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