Faye me había prestado el vestido, y prácticamente me obligó a usar los lentes de contacto que compré hace un año y solamente usé dos veces. Peleamos hasta que la dejé maquillarme, bueno, solo pasarme ese lápiz oscuro debajo de mis ojos y ponerle un poco de color a mis mejillas.

Me siento completamente fuera de mi zona de comodidad en este lugar. Las personas me miran, no estoy muy segura de que me reconozcan. Según Niall y Faye luzco como una chica completamente diferente. Rechazo la oferta de un trago de parte de mis amigos y cuando ellos desaparecen en la cocina, no sé que hacer.

Miro a mi alrededor, la música martillea mis oídos y al menos cinco personas me han empujado accidentalmente mientras bailan. Rápidamente encuentro un lugar más solitario a los pies de la escalera, y decido esperar a mis amigos allí.

No sé si esto fue una buena idea después de todo.

- Vaya, realmente te ves realmente bien. Ni siquiera te reconocí de lejos.

Las palabras de Harry me hacen sonrojar y sonrío encogiéndome de hombros.

- Gracias, yo tampoco logré reconocerme - Reímos y él se para a mi lado. Se ve casual para ser el anfitrión de una fiesta, con sus pantalones negros rotos y su camiseta del mismo color.

Harry asiente sin dejar de sonreír.

- ¿Estás pasando bien?

Me encojo de hombros.

- Es una gran fiesta, Harry, no sé si es mi lugar pero puedo ver que todos se están divirtiendo - Admito.

- Sólo dime que no estás pensando en la tarea de matemática - Me dice juntando sus manos en forma de rezo, suelto una risita pero la verdad es que no he olvidado el hecho de que él se ha quedado con la copia que nos entregó la profesora. - ¡No puede ser! - Se ríe conmigo.

- Lo siento, Harry, un vestido y unos kilos de maquillaje no harán que deje de ser yo - Suspiro.

Él sonríe y señala la escalera detrás de nosotros.

- Y no quiero que cambies, ven, te daré la tarea así la puedes guardar y estar más tranquila - Me dice mientras comenzamos a subir las escaleras. - Sé que te pone nerviosa que la pierda.

Sonrío.

- Creo que comienzas a conocerme - Digo suavemente.

Me siento en la cama del cuarto de Harry, que está muy desordenado. Prendas de ropa regadas por el suelo, vasos sobre el escritorio y papeles arrugados por todos lados.

- ¡Aquí! - Dice sentándose a mi lado, con la única hoja llena de problemas a resolver en sus manos.

Pero antes de poder decir nada más, alguien irrumpe repentinamente en la habitación.

- ¡Hey, Sty...! - La voz de Zayn se corta en cuanto me ve. En su lugar, su ceño se frunce y su boca cae abierta. - ¿Grace?

Su voz suena confusa y no puedo hacer más que sonreírle tímidamente. Entonces sus ojos pasan a verme con detenimiento. Se siente extraña la forma en la que mira, creo que nunca nadie me había mirado así.

- Hola, Zayn - Digo en voz baja, quebrando el momento antes de sonrojarme. 

- ¿Qué hay, Malik? - Interviene Harry sin borrar la sonrisa de su rostro.

Algo en mí se intimida cuando él frunce el ceño y sé que está enojado ¿Pero por qué? Quiero averiguarlo, pero él solo desaparece antes de que pueda decir algo más.

Un silencio nos rodea antes de que Harry vuelva a hablar

- No entiendo por qué se comportó así - Dice confundido, su ceño levemente fruncido.

- Ni yo - Respondo cabizbaja, Zayn puede ser tan impredecible.

- Hey - Harry vuelve a llamar mi atención, cuando lo miro, una pequeña sonrisa adorna su rostro - ¿Me darías tu número?

Mis ojos se abren sorprendidos ¿Un chico está pidiendo mi número?

- Nos llevamos bien y me vendría bien un tiempo fuera de mi escandaloso mundo, tu sabes... Fiestas, chicas, cosas artificiales...

Frunzo el ceño.

- Creí que te gustaba ese mundo - Murmuro confundida.

- Solo a veces - Sonríe.

Sonrío.

Decido que intercambiar números no mataría a nadie. Harry solo quiere una nueva amiga y a mí me agrada su compañía.

Bajamos las escaleras y Faye se encuentra a los pies de ella, su ceño está fruncido y una pequeña sonrisa aparece en su rostro cuando nos ve.

Harry se acerca a mi oído y murmura:

- Te enviaré un mensaje mañana si sobrevivo a esta noche.

Me río y asiento.

- Ahora, señoritas, tengo que verificar que en realidad conozco a todas las personas que entraron mientras estuve ausente - Sonríe - ¡Deseenme suerte!

- Está loco - Sacudo la cabeza riendo en cuanto desaparece, pero Faye no ha dejado de mirarme con su mirada intimidante.

- ¿Así que Harry Styles?

Pongo los ojos en blanco.

- No es lo que crees, Faye, sabes que no soy así.

Mi amiga sonríe y pasa su brazo alrededor de mis hombros.

- Creo que le gustas al Sr. Styles... - Dice canturreando con picardía.

Mis mejillas se ponen rojísimas.

- ¡No digas tonterías! - Me río nerviosamente mientras sigo a Faye a donde quiera que estemos yendo.

Tras atravesar un estrecho pasillo, llegamos a una habitación diferente donde hay chicas borrachas bailando sobre una mesa, una de ellas es Savannah, trago saliva. Rápidamente encontramos a Niall que está sentado en un sofá y me siento a su lado intentando pasar desapercibida de su vista.

Savannah viste un top y una falda diminuta, todo su vientre y piernas están al aire. Debe estar muerta de frío, pero el alcohol en su sangre no debe dejarla sentirlo. Se mueve como una bailarina de cabaret y sus amigas la acompañan. Sus ojos están fijos en un lugar, al que sigo con curiosidad.

Y entonces lo veo a él, sus fríos ojos sobre mí en lugar de su novia.